viernes, 1 de junio de 2012

Pequeñas Semillitas 1722


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1722 ~ Viernes 1 de Junio de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida. Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.
Esto significa que debemos vivir este mes demostrándole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna.
Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando. Tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, nos ayuda a recordar su gran amor y a imitarlo en este mes de junio y durante todo el año.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, después de que la gente lo había aclamado, Jesús entró en Jerusalén, en el Templo. Y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.
Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!». Y sus discípulos oían esto.
Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. Y les enseñaba, diciéndoles: «¿No está escrito: ‘Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes?’.¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!». Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad.
Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. Pedro, recordándolo, le dice: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca». Jesús les respondió: «Tened fe en Dios. Yo os aseguro que quien diga a este monte: ‘Quítate y arrójate al mar’ y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas».
(Mc 11,11-25)

Comentario
Hoy, fruto y petición son palabras clave en el Evangelio. El Señor se acerca a una higuera y no encuentra allí frutos: sólo hojarasca, y reacciona maldiciéndola. Según san Isidoro de Sevilla, “higo” y “fruto” tienen la misma raíz. Al día siguiente, sorprendidos, los Apóstoles le dicen: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca» (Mc 11,21). En respuesta, Jesucristo les habla de fe y de oración: «Tened fe en Dios» (Mc 11,22).
Hay gente que casi no reza, y, cuando lo hacen, es con vista a que Dios les resuelva un problema tan complicado que ya no ven en él solución. Y lo argumentan con las palabras de Jesús que acabamos de escuchar: «Todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis» (Mc 11,24). Tienen razón y es muy humano, comprensible y lícito que, ante los problemas que nos superan, confiemos en Dios, en alguna fuerza superior a nosotros.
Pero hay que añadir que toda oración es “inútil” («vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo»: Mt 6,8), en la medida en que no tiene una utilidad práctica directa, como —por ejemplo— encender una luz. No recibimos nada a cambio de rezar, porque todo lo que recibimos de Dios es gracia sobre gracia.
Por tanto, ¿no es necesario rezar? Al contrario: ya que ahora sabemos que no es sino gracia, es entonces cuando la oración tiene más valor: porque es “inútil” y es “gratuita”. Aun con todo, hay tres beneficios que nos da la oración de petición: paz interior (encontrar al amigo Jesús y confiar en Dios relaja); reflexionar sobre un problema, racionalizarlo, y saberlo plantear es ya tenerlo medio solucionado; y, en tercer lugar, nos ayuda a discernir entre aquello que es bueno y aquello que quizá por capricho queremos en nuestras intenciones de la oración. Entonces, a posteriori, entendemos con los ojos de la fe lo que dice Jesús: «Todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo» (Jn 14,13).
Fra. Agustí BOADAS Llavat OFM (Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Justino, Mártir


Filósofo cristiano y cristiano filósofo, como con razón fue definido, Justino (que nació a principios del siglo II en FIavia Neápolis—Nablus—, la antigua Siquem, en Samaria, de familia pagana) pertenece a ese gran número de pensadores que en todo período de la historia de la Iglesia han tratado de hacer una síntesis de la provisional sabiduría humana y de las inalterables afirmaciones de la revelación cristiana. El itinerario de su conversión a Cristo pasa a través de la experiencia estoica, pitagórica, aristotélica y neoplatónica. De aquí el desemboque casi inevitable, o mejor providencial, hacia la Verdad integral del cristianismo.

El mismo cuenta que, insatisfecho de las respuestas que le daban las diversas filosofías, se retiró a un lugar desierto, a orillas del mar, a meditar, y que un anciano al que le había confiado su desilusión le contestó que ninguna filosofía podía satisfacer al espíritu humano, porque la razón es incapaz por sí sola de garantizar la plena posesión de la verdad sin una ayuda divina.

Así fue como Justino descubrió el cristianismo a los treinta años; se convirtió en convencido predicador y, para proclamar al mundo este feliz descubrimiento, escribió sus dos Apologías. La primera se la dedicó en el año 150 al emperador Antonino Pío y al hijo Marco Aurelio, y también al Senado y al pueblo romano. Escribió otras obras, por lo menos unas ocho. Entre ellas la más importante es la titulada Diálogo con Trifón, y se la recuerda porque abre el camino a la polémica antijudaica en la literatura cristiana. Pero las dos Apologías siguen siendo el documento más importante, pues gracias a estos escritos sabemos cómo se explicaba el cristianismo en ese tiempo y cómo se celebraban los ritos litúrgicos, sobre todo la administración del bautismo y la celebración de la Eucaristía. Aquí no se encuentran argumentos filosóficos, sino testimonios conmovedores de vida en la primitiva comunidad cristiana, de la que Justino está feliz de pertenecer: “Yo, uno de ellos...”. Semejante afirmación podía costarle la vida. Y, en efecto, Justino pagó con la vida su pertenencia a la Iglesia.

Había ido a Roma, y allí fue denunciado por Crescencio, un filósofo con quien Justino había disputado mucho tiempo. El magistrado que lo juzgó, Rústico, también era un filósofo estoico, amigo y confidente de Marco Aurelio. Pero para el magistrado, Justino no era más que un cristiano, igual a sus compañeros, todos condenados a la decapitación por su fe en Cristo. Todavía hoy se conservan actas auténticas del martirio de Justino.


San Aníbal María Di Francia
Presbítero y Fundador


También en el Santoral de hoy se conmemora a San Aníbal María Di Francia, presbítero y fundador de la Congregación de los Rogacionistas del Corazón de Jesús y de las Hijas del Celo Divino. Insigne apóstol de la oración por las vocaciones.

Para más información hacer clic acá.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

"Sabed que soy un Maestro santo, y enseño la santidad. Soy puro, y no puedo sufrir la más pequeña mancha. Por lo tanto, es preciso que andes en mi presencia con simplicidad de corazón en intención recta y pura. Pues no puedo sufrir el menor desvío, y te daré a conocer que si el exceso de mi amor me ha movido a ser tu Maestro para enseñarte y formarte en mi manera y según mis designios, no puedo soportar las almas tibias y cobardes, y que si soy manso para sufrir tus flaquezas, no seré menos severo y exacto en corregir tus infidelidades" 
Jesús a Santa Margarita María de Alacoque


Tema del día:
Devoción de los Primeros Viernes


“Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento”

El 16 de junio de 1675, eso le dijo Jesús a Santa Margarita María de Alacoque (cuyo cuerpo permanece incorrupto a pesar de los 330 años transcurridos, fenómeno que sólo ocurre en la Iglesia Católica y demuestra que es la verdadera religión).

Aprovechemos las innumerables gracias que Jesús concede a quienes desagravian su Sagrado Corazón los primeros Viernes de mes.

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón

1. Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.

2. Les daré paz a sus familias.

3. Las consolaré en todas sus penas.

4. Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.

5. Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.

6. Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.

7. Las almas tibias se volverán fervorosas.

8. Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.

9. Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.

10. Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.

11. Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.

12. Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Condiciones para ganar esta gracia:

1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción (obviamente, sin estar en pecado mortal, por ejemplo, por faltar a la Misa dominical). Se sugiere confesión con intención de reparar las ofensas al Sagrado Corazón.

2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.

3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.


Pensamientos sanadores


Pídele al Sagrado Corazón un corazón misericordioso

El Corazón de Jesús es Misericordia Infinita, y la misericordia, entre todas las virtudes, es como la luna entre las estrellas… Es la luz que permanece inmóvil y que va más allá de la justicia.
A Dios Padre le atraen los corazones que se llenan de misericordia, pues en ellos ve el Corazón de su Divino Hijo atravesado por la lanza, que en lugar de destilar sangre y agua, ahora derrama amor por nosotros, pobres pecadores.
¡Oh, cuánto tenemos que aprender de ese Divino Corazón…! Es el espejo en el que cada día deberíamos mirarnos, para preguntarnos si nuestro corazón se va transformando a semejanza del suyo.
El que tiene un corazón misericordioso tenga la seguridad que recibirá del Señor cataratas de misericordia.

Hablen y actúen como quienes deben ser juzgados por una Ley que nos hace libres. Porque el que no tiene misericordia será juzgado sin misericordia, pero la misericordia triunfa sobre el juicio. Santiago 2, 12 y 13.


Junio, mes del Corazón de Jesús



Día 1: El Divino Coazón de Jesús

El Corazón de Jesús! Una herida, una corona de espinas, una cruz, una llama.,"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres". ¿Quién nos ha dado aquel Corazón? Jesús mismo. Él nos había dado todo: su doctrina, sus milagros, sus dones de Eucaristía, su Madre divina. Pero el hombre permanece todavía insensible a tantos dones. Su soberbia les hace olvidar el Cielo, sus pasiones les hacen descender al fango Fue entonces cuando Jesús mismo dirigió una mirada piadosa sobre la humanidad; se apareció a su hija predilecta, Margarita María para manifestarle los tesoros de su corazón.

Fuente: Web Católico de Javier


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Carlos "Pachi" G., de Adolfo Gonzáles Chaves, Provincia de Buenos Aires, Argentina, que sufrió un accidente automovilístico, con serios problemas en su columna, para que Nuestra Señora de Schoenstatt lo sostenga en sus brazos amorosos y le brinde la fortaleza necesaria a él y a su familia, para superar este mal trance.

Pedimos oración por la salud de Luis David P., de 77 años de edad, lector de esta página, de Capital Federal, Argentina. Que el Espíritu Santo ilumine a los médicos que lo atienden para que puedan restaurar su salud.

Pedimos oración por Cinthia H., de 32 años, de la provincia de Santa Fe, Argentina, que hace pocos días fue mamá a través de una operación cesárea de urgencia por por haber tenido eclampsia, naciendo la bebita prematura de 1,300 kgs. que está en incubadora estable. Lo que preocupa es que ahora la mamá está mal, tuvo complicaciones en varios órganos y no reacciona. Rogamos a la Santísima Virgen de Lourdes y a Juan Pablo II que intercedan por esta joven madre para que el Buen Jesús le conceda la gracia de recuperarse a pleno.

Pedimos oración por Sergio C. que vive en Esperanza, Santa Fe, Argentina, con problemas en la aorta, rogando al Señor que atienda sus necesidades y le restaure la salud.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com


Estadísticas de los Blogs

 
El siguiente es el estado demostrativo de la cantidad de visitas registradas en los dos blogs que llevamos adelante en internet: "Pequeñas Semillitas" y "Juan Pablo II inolvidable". Esta información se publica el primer día de cada mes.

Debe recordarse que las visitas se cuentan desde el inicio de cada uno de ellos que ha sido en fechas distintas:

   Desde el 1º de Marzo de 2007 hasta hoy ha sido visitado por 1.686.912 lectores. Durante el último mes (mayo 2012) registró 18.264 visitas.

   Desde el 26 de Diciembre de 2009 hasta hoy ha sido visitado por 299.384 lectores. Durante el último mes (mayo 2012) registró 7.534 visitas.


"Intimidad Divina"

El voto de castidad

Entre los consejos evangélicos “destaca el precioso don de la divina gracia, concedido a algunos por el Padre, para que se consagren sólo a Dios con un corazón que en la virginidad o el celibato se mantiene más fácilmente indiviso” (LG 42). El voto de castidad es la respuesta de la criatura al don gratuito de Dios que, eligiéndola para sí, le da a entender el precio de la virginidad perfecta “por el reino de los cielos” (Mt 19, 12). El valor del voto no consiste tanto en la renuncia que lógicamente se deriva de él, cuanto en la totalidad de amor, pertenencia y entrega a Dios. Sólo el amor infinito de Dios explica la ofrenda de este don, y sólo la respuesta de un amor total de parte de la criatura explica la decisión del voto. “El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo…, está por tanto dividido. Así también… la doncella se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu” (1 Cr 7, 32-34)… “La castidad por el reino de los cielos que profesan los religiosos, ha de estimarse como don eximio de la gracia, pues libera de modo singular el corazón del hombre para que se encienda más en el amor de Dios y de todos los hombres” (PC 12).

No es la virginidad en sí misma lo que tiene valor, sino la virginidad consagrada a Dios, porque sólo ésta es fruto de la caridad y está vivificada por el amor. En lugar de presentar el voto de castidad como inhibición, la tradición católica lo presenta sobre todo como consagración, como relación nupcial con Cristo, como gozosa y espontánea decisión de la voluntad de pertenecer totalmente a él. El voto de castidad constituye así un principio transformador de todas las fuerzas afectivas de la vida y dilatador del corazón, y por eso se convierte en fuente inagotable de entrega a Dios y a sus intereses. El Concilio Vaticano II se ha expresado en este sentido: “Esta perfecta continencia por el reino de los cielos siempre ha sido tenida en la más alta estima por la Iglesia, como señal y estímulo de la caridad y como un manantial extraordinario de espiritual fecundidad en el mundo2 (LG 42).

Cuanto más intenso es el amor que inspira y sostiene al voto de castidad, tanto más alcanza éste su valor positivo de fecundidad espiritual, y tanto más capaz se hace la persona consagrada de dar plenamente la propia vida a Dios y a las almas. El voto de castidad, entendido y realizado plenamente, no mutila ni deforma las capacidades afectivas del hombre, no esteriliza la fecundidad de su vida, no lo cierra en sí mismo, ni crea en él descompensaciones o desequilibrios; antes, potenciando sus recursos naturales, le abre a un amor y a una entrega sin límites. La única condición indispensable es que lo viva en un clima de auténtica caridad teologal. Así entiende la Iglesia el voto de castidad, así lo propone y lo defiende contra las acusaciones del mundo, considerándolo no sólo como un “medio aptísimo para que los religiosos se consagren fervorosamente al servicio divino y a las obras de apostolado” sino “incluso como un bien de toda la persona” (PC 12).

Elevo a ti mis votos, ¡oh Padre de la gracia!, y doy gracias infinitas a tu amor porque vemos revivir en las vírgenes aquí abajo la vida angélica que habíamos perdido en el Paraíso terrenal. ¿Qué mejor podías hacer para encender el deseo de la virginidad, valorar su virtud y celebrar su gloria que nacer de una Virgen? Y ahora, Señor, te ruego veles cada día sobre estas [vírgenes] en cada una de las cuales se consagra a ti un templo vivo… Suba a ti, en olor de suavidad, todo sacrificio que con fe viva y piedad sincera te sea ofrecido en este templo. E igual que miras la Hostia santa que quita el pecado del mundo, mira también estas víctimas de castidad. Protégelas con tu continuo auxilio para que te sean hostias aceptas y agradables. Dígnate conservar íntegro su espíritu, impoluto su ánimo y su cuerpo hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, tu hijo. (San Ambrosio)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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