PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1743 ~ Viernes
22 de Junio de 2012
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Si queremos vivir, debemos alimentarnos. Si queremos
vivir en el alma, que ella esté viva de verdad por medio de la gracia
santificante, debemos alimentarla con la oración y, sobre todo, con la
Eucaristía.
No dejemos pasar un sólo día sin recibir la Comunión,
mientras esté a nuestro alcance, porque al comulgar entramos en comunión con
Dios Uno y Trino, y recibimos innumerables y escogidas gracias, nos libramos de
muchos peligros, y se nos perdonan los pecados veniales.
Cada Comunión bien hecha nos aumenta el grado de gloria
que tendremos en el Cielo, y nos trae tal cantidad de bienes, incluso
temporales y materiales, que si los viéramos con nuestros ojos, haríamos
cualquier cosa para no dejar escapar una sola Comunión.
Pero como las cosas espirituales generalmente no se ven
ni se palpan, entonces dejamos pasar, indolentes, las oportunidades de adquirir
tremendos e infinitos tesoros de gracias y dones, al dejar de recibir la
Comunión eucarística.
Es tiempo de que cambiemos esto y que pensemos y
reflexionemos seriamente por qué no vamos todos los días a comulgar. Si es que
no vamos por un motivo serio, por real falta de tiempo, o es por pereza o
desconocimiento de los bienes que recibimos en cada Comunión.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No os
amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y
ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no
hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque
donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
»La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano,
todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará
a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!».
(Mt 6,19-23)
Comentario
Hoy, el Señor nos dice que «la lámpara del cuerpo es el
ojo» (Mt 6,22). Santo Tomás entiende que con esto —al hablar del ojo— Jesús se
refiere a la intención del hombre. Cuando la intención es recta, lúcida,
encaminada a Dios, todas nuestras acciones son brillantes, resplandecientes;
pero cuando la intención no es recta, ¡que grande es la oscuridad! (cf. Mt 6,
23).
Nuestra intención puede ser poco recta por malicia, por
maldad, pero más frecuentemente lo es por falta de sensatez. Vivimos como si
hubiésemos venido al mundo para amontonar riquezas y no tenemos en la cabeza
ningún otro pensamiento. Ganar dinero, comprar, disponer, tener. Queremos
despertar la admiración de los otros o tal vez la envidia. Nos engañamos,
sufrimos, nos cargamos de preocupaciones y de disgustos y no encontramos la
felicidad que deseamos. Jesús nos hace otra propuesta: «Amontonaos más bien
tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones
que socaven y roben» (Mt 6,20). El cielo es el granero de las buenas acciones,
esto sí que es un tesoro para siempre.
Seamos sinceros con nosotros mismos, ¿en qué empleamos
nuestros esfuerzos, cuáles son nuestros afanes? Ciertamente, es propio del buen
cristiano estudiar y trabajar honradamente para abrirse paso en el mundo, para
sacar adelante la familia, asegurar el futuro de los suyos y la tranquilidad de
la vejez, trabajar también por el deseo de ayudar a los otros... Sí, todo esto
es propio de un buen cristiano. Pero si aquello que tú buscas es tener más y
más, poniendo el corazón en estas riquezas, olvidándote de las buenas acciones,
olvidándote de que en este mundo estamos de paso, que nuestra vida es una
sombra que pasa, ¿no es cierto que —entonces— tenemos el ojo oscurecido? Y si
el sentido común se enturbia, «¡qué oscuridad habrá!» (Mt 6,23).
Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés (Tarragona, España)
Santoral Católico:
San Paulino de Nola
Obispo y Confesor
Información amplia: clic acá.
Santo Tomás Moro
Mártir inglés
Información amplia: clic acá.
San Juan Fisher
Cardenal y Mártir
Información amplia: clic acá.
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
“Las más amargas tristezas
son dulzuras en su adorable Corazón,
donde todo se cambia al amor”
Santa Margarita María de Alacoque
Temas Médicos:
¿Por qué no adelgazo?
Quienes buscan bajar de peso piensan que comiendo menos o
dejando de comer ciertos alimentos uno ya está a dieta, lo cierto es que
adelgazar no es una tarea fácil y muchos factores intervienen en el éxito de
una dieta.
Vamos a ver los factores más importantes a tener en
cuenta y seguir al pie de la letra si queremos comenzar a adelgazar de forma
saludable. Recuerden que lo mejor para bajar de peso o mantenerse en el peso
adecuado es convertir estos hábitos en su estilo de vida.
Analicemos los puntos en los que tal vez estamos
fallando:
• No descansar lo suficiente:
Dormir entre 6 a 8 horas por la noche ayuda a que el
organismo reclame menos calorías para funcionar. Si el cuerpo está cansado es
lógico que nos pida alimentos más calóricos y dulces para convertir en energía
necesaria para pasar el día y relajarse.
• Falta de ejercicio y actividad física:
El éxito de cualquier dieta o plan de alimentación
equilibrado está en acompañarlo con actividad física, ejercicios o deporte,
para quemar las calorías extras. La actividad física es la única que ayuda a
quemar las grasas depositadas en el cuerpo, convirtiéndolas en energía.
• Seguir dietas muy hipocalóricas:
Si eres de quienes siempre hicieron las dietas “express”
de pérdida de peso acelerada, es posible que pronto recuperes los kilos que has
bajado y aún más. Si ahora estás siguiendo una dieta más equilibrada, tu cuerpo
no responderá de forma rápida a la pérdida de peso como con las dietas muy
hipocalóricas y la sensación de frustración, abandonando la dieta.
• Abusar de los hidratos de carbono:
Si bien los alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales,
arroz, pasta, azúcar, golosinas) proveen al cuerpo de energía de buena calidad,
no debemos abusar de su consumo porque son los que más calorías aportan. La
solución tampoco es suprimirlos de la dieta: hay que encontrar un equilibrio y
consumir porciones más pequeñas de hidratos de carbono más puros, como los de
semillas y de harinas integrales.
• Consumir medicamentos que interfieren con la pérdida de
peso:
Algunos medicamentos pueden retrasar el adelgazamiento
como: pastillas anticonceptivas, hormonas femeninas, antidiabéticos,
anti-alérgicos, anti-hipertensivos, anti-depresivos, somníferos, ansiolíticos y
esteroides.
• Deficiencia de vitamina D y calcio:
Cuando existe deficiencia de estas sustancias, las
células de grasa almacenan los nutrientes y se ensanchan, es por esto que no se
baja de peso por más que uno esté a dieta. La solución es consumir alimentos
ricos en calcio y vitamina D como los lácteos, o en casos severos, suplementos
dietarios con estas sustancias, y recetados por el nutricionista.
• Sufrir de hipotiroidismo:
El hipotiroidismo es un desorden hormonal que puede hacer
que las personas aumenten de peso y que además si se someten a una dieta sin
saber que lo sufren, nunca logren bajar de eso. La solución es recurrir a un
endocrinólogo, hacer un examen y comenzar un tratamiento para sobrellevar este
trastorno.
En definitiva, debemos cerrar esta nota con el consejo de
siempre: es necesario consultar al médico…
Pensamientos sanadores
Pide al Señor el don de la coherencia (1)
Todos, de un modo u otro, debemos enseñarnos mutuamente y
debemos animarnos recíprocamente a vivir mejor. Cuando a ti te toque enseñar
algo a un hijo o a cualquier persona, ten presente que la gente puede dudar de
lo que tú dices, pero siempre creerán cuando vean lo que tú haces.
Las palabras pueden gustar, pero los ejemplos arrastran.
Cuando en los Santos Evangelios leemos las palabras
pronunciadas por Jesús, éstas calan hondo y algunos de sus discursos pueden
llegar a emocionarnos. Sin embargo, lo que impacta profundamente al punto de
atraer multitudes y cambiar vidas, no fueron tanto sus palabras como su vida.
Todo lo que Jesús dijo lo confirmó con su comportamiento,
de manera especial en lo que se refería al amor al prójimo y al perdón hacia
quienes lo crucificaron.
Por lo tanto, pidamos también nosotros en este día, la
gracia de ser coherentes en todo lo que hagamos con aquello en lo cual creemos.
Porque el árbol se
conoce por su fruto. Mateo 17, 23
Junio, mes del Corazón de
Jesús
Día 22. La persecución
Quien más pesada, quien más ligera, todos tenemos una
cruz personal que llevar, pero no hay una común a todos; es la cruz predicha
por Jesús cuando subió al monte de las bienaventuranzas y pronunció las
palabras que fueron una verdadera revelación para sus discípulos: Dichosos
vosotros cuando os ultrajen, os persigan y mintiendo, digan de vosotros cosas
malas por mi causa .Ser perseguidos por amor a Jesús es una bienaventuranza?
Alegraos porque será grande vuestra recompensa en los cielos.
Fuente: Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las
familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por José Francisco, médico de San
Cristóbal, Venezuela, que está en terapia intensiva hace varios días rogando
por su pronta recuperación; también por la señora Josefa E., de la misma ciudad
para que el Señor la bendiga en salud y le ayude en todas sus necesidades. Y
por Milagros Y., del Tachira Venezuela, para que el Buen Jesús le provea lo
necesario en lo material y en lo espiritual.
Pedimos oración por estas personas de Lima, Perú:
Leonardo, un niño de 2 años que sufre leucemia y ahora está con neumonía por lo
que está internado en cuidados intensivos; y por Marcia, una señora que hace
veinte años padece insuficiencia venosa en miembros inferiores sumada a
linfoedema bastante complicado en estos días. Que Dios Misericordioso ayude a
ambos a superar sus problemas y les conceda la gracia de la buena salud.
Pedimos oración por la señora Apolonia R. R., de México,
65 años de edad, con diabetes en estado muy grave. Los médicos han dicho a su
esposo Antonio que no le dan esperanzas de vida. Que Jesús, en su infinita
Misericordia aumente en ello su inmenso Amor en tan difíciles momentos y que
nuestra Madre la Virgen los guarde bajo su manto y, se cumpla su Santa
Voluntad.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
"Intimidad Divina"
Nos ha lavado con su sangre
En la primera página del Apocalipsis, el libro profético
que celebra el triunfo del Verbo de Dios, Cristo es exaltado como el Salvador
que ha derramado su sangre por la redención del mundo. “Al que nos ama, nos ha
lavado con su sangre de nuestros pecados… la gloria y el poder por los siglos
de los siglos” (1, 5). El misterio del amor de Cristo a los hombres se revela
principalmente en su pasión cuyo aspecto cruento adquiere particular relieve
por la sangre derramada hasta la última gota. El Evangelio registra los
momentos culminantes. “Pilato tomó a Jesús y mandó azotarle. Los soldados
trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza” (Jn 19, 1-2).
Azotes y espinas que enrojecieron pronto de sangre la cabeza, el rostro y la
espalda del Salvador. En ese estado es presentado a la multitud: “Aquí tenéis
al hombre” (ib 5). Se verifica entonces uno de los hechos más desconcertantes
de la historia. Pilato, pagano, declara: “Inocente soy de la sangre de este
justo” (Mt 27, 24) mientras el pueblo elegido, tan amado de Dios y tan
beneficiado por Jesús, instigado por los sumos sacerdotes y ancianos, grita:
“¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!” (ib 25). La frase indica la
plena responsabilidad que asume el pueblo en la condena a muerte de Jesús.
Esta realidad la testimonia toda la Escritura. “Pues es
imposible –escribe San Pablo– que sangre de toros y machos cabríos borre
pecados. Por eso, al entrar en este mundo dice [Cristo]: Sacrificio y oblación
no quisiste, pero me has formado un cuerpo… Entonces dije: He aquí que vengo… a
hacer, oh Dios, tu voluntad” (Hb 10, 4-7). San Lucas es el único de los
evangelistas que nos ha transmitido el recuerdo de la primera sangre derramada
por Cristo en su pasión, cuando en el huerto de los olivos, por la intensidad
de la angustia interior, “su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que
caían en tierra” (Lc 22, 44)… Pero Jesús sale victorioso de esta dolorosísima
agonía repitiendo su sí a la voluntad del Padre que le presenta el cáliz
amargo. En cambio Juan, único apóstol presente en el Calvario, habla de las
últimas gotas de sangre brotadas del costado abierto de Cristo… ¡Toda su sangre
ha sido derramada por nuestros pecados! Bastaría meditar a fondo esta verdad
para decidirse a cualquier renuncia con tal de eliminar el pecado de la propia
vida.
¿Qué cristiano puede decir que ha luchado “hasta llegar a
la sangre” para vencer el orgullo, el egoísmo o cualquier pasión que le induzca
al mal? Jesús, cordero inocentísimo, ha castigado en sí los pecados de los
hombres con una muerte ignominiosa y sangrienta, y el hombre no sabe
castigarlos ni siquiera con el sacrificio de sus inclinaciones viciosas. Ceder
al pecado es despreciar la sangre de Cristo, es despreciar el amor y el dolor
con que él la ha derramado. Diariamente en el sacrificio eucarístico se ofrece
esta sangre al Padre como propiciación por los pecados, y a los creyentes como
bebida de salvación. “Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi
sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y
por todos los hombres para el perdón de los pecados” (Pleg. Euc.). Acerquémonos con fe, bebamos con amor, porque “el
cáliz de bendición que bendecimos es comunión con la sangre de Cristo” (1 Cr
10, 16).
Oh Cristo
crucificado, haz que por tu sangre… me nutra de misericordia; por tu sangre
disipe las tinieblas y guste la luz, porque por tu sangre apartaré la niebla
del amor propio sensitivo y el temor servil que da pena, y recibiré el temor
santo y la seguridad del amor divino, que encontraré en tu sangre. Pero el que
no sea hallado amador de esta Verdad…, estará en tinieblas y desnudo del
vestido de la gracia…, no por defecto de tu sangre, sino porque despreció la
sangre y, como enceguecido del amor propio, no vio ni conoció la Verdad en la
sangre. Haz que me anegue, pues, en tu sangre, oh Cristo; que me bañe en la
sangre y me revista de sangre. Y si soy infiel, bautízame otra vez en la
sangre; si el demonio me ofusca los ojos del entendimiento, lávame la vista con
la sangre; si caigo en la ingratitud de no apreciar tus dones, hazme agradecida
en la sangre… Disipa la tibieza con el calor de la sangre, y expulsa las tinieblas
con la luz de la sangre, para que llegue a ser esposa de la Verdad. (Santa
Catalina de Siena, Epistolario, 102)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.