miércoles, 20 de junio de 2012

Pequeñas Semillitas 1741


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1741 ~ Miércoles 20 de Junio de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
Hoy los argentinos celebramos el Día de la Bandera, como homenaje a Manuel Belgrano, su creador y prócer de la Patria, que murió en la mayor pobreza un 20 de junio del año 1820. Leer la biografía de este abogado, militar y político de los días de la independencia argentina, puede ser un buen ejercicio para comprobar qué lejos estamos de estos hombres leales a la causa nacional, profundamente cristianos, honestos hasta el extremo, verdaderamente patriotas (no en los discursos sino en los hechos), que nos dieron la Argentina grande que tuvimos.
Hoy, la corrupción institucionalizada; la mentira descarada; la voluptuosidad obscena e inmoral de los que gobiernan; la permanente violación de la Constitución y de las leyes por parte de las autoridades; el atropello a los derechos del pueblo con absoluta falta de justicia independiente y seria; la destrucción de la cultura del trabajo; la aniquilación de la educación y salud públicas; la persecución de todo quien no piensa lo mismo; la entrega maliciosa de la soberanía de la Nación a través de sus tierras y sus recursos naturales puestos vilmente en manos extranjeras; el despojo y abandono genocida de los pueblos autóctonos; la indefensión de las fronteras nacionales absolutamente permeables al tráfico de drogas que están envenenando toda una generación de nuestra juventud; la inseguridad y la violencia urbana que nos mata cada día; y muchas otras cosas más que sería largo enumerar, están destruyendo el país que los próceres de la Independencia del siglo XIX y nuestros abuelos trabajadores de principios del siglo XX nos legaron, a la vez que están robando el futuro de nuestros hijos y nietos.
En medio de tanta destrucción, de tanta maldad y de tanto odio desplegado hacia todos y todas… solo nos queda invocar a Dios, pedirle su ayuda para nuestra Argentina, para que nos libre pronto de esta lacra política que “nos gobierna”, a la vez que vamos a rezar cristianamente por ellos, para que al Altísimo toque sus corazones y les haga comprender sus errores y cambiar sus conductas. Por ello vamos a transcribir la Oración por la Patria, escrita por el Episcopado Argentino:

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Nos sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza. Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda. Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice: ¡Argentina! ¡Canta y camina! Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
»Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
»Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».
(Mt 6,1-6.16-18)

Comentario
Hoy, Jesús nos invita a obrar para la gloria de Dios, con el fin de agradar al Padre, que para eso mismo hemos sido creados. Así lo afirma el Catecismo de la Iglesia: «Dios creó todo para el hombre, pero el hombre fue creado para servir y amar a Dios y para ofrecerle toda la creación». Éste es el sentido de nuestra vida y nuestro honor: agradar al Padre, complacer a Dios. Éste es el testimonio que Cristo nos dejó. Ojalá que el Padre celestial pueda dar de cada uno de nosotros el mismo testimonio que dio de su Hijo en el momento de su bautizo: «Éste es mi Hijo amado en quien me he complacido» (Mt 3,17).
La falta de rectitud de intención sería especialmente grave y ridícula si se produjera en acciones como son la oración, el ayuno y la limosna, ya que se trata de actos de piedad y de caridad, es decir, actos que —per se— son propios de la virtud de la religión o actos que se realizan por amor a Dios.
Por tanto, «cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial» (Mt 6,1). ¿Cómo podríamos agradar a Dios si lo que procuramos de entrada es que nos vean y quedar bien —lo primero de todo— delante de los hombres? No es que tengamos que escondernos de los hombres para que no nos vean, sino que se trata de dirigir nuestras buenas obras directamente y en primer lugar a Dios. No importa ni es malo que nos vean los otros: todo lo contrario, pues podemos edificarlos con el testimonio coherente de nuestra acción.
Pero lo que sí importa —¡y mucho!— es que nosotros veamos a Dios tras nuestras actuaciones. Y, por tanto, debemos «examinar con mucho cuidado nuestra intención en todo lo que hacemos, y no buscar nuestros intereses, si queremos servir al Señor» (San Gregorio Magno).
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)


Santoral Católico:
Nuestra Señora de la Consolación
Advocación Mariana


El día 20 de junio se celebra la fiesta de la Santísima Virgen del Consuelo, patrona especial de Turín y del Piamonte.

El culto de la Virgen del Consuelo data del siglo XI, cuando se amplió el primitivo edificio dedicado a San Andrés y se erigió, en el transcurso del siglo XVIII el Santuario de la Consolación, una de las iglesias más bellas y más amadas por los habitantes de Turín.

En relación con el culto de la Virgen del Consuelo, se narra que, en el mismo sitio en que hoy admiramos el santuario, había un pequeño templete que se vio destruido en una de las invasiones de los bárbaros.

Algunos años después, en la ciudad de Briançon, un hombre ciego de nacimiento, tuvo en sueños una visión de la Virgen María que le exhortó a llegarse a Turín para buscar un cuadro con su efigie que se había extraviado.

El hombre, llegado a aquel sitio, recobró milagrosamente su vista y pudo ver a la Virgen, quien se presentó como "Consoladora" y se convirtió en la patrona de Turín.

Hoy, la Virgen del Consuelo no sólo es venerada por muchísimos fieles que a ella imploran gracia y consuelo y que con fe y con devoción participan en la procesión que, todos los años durante su celebración, sale del Santuario y serpentea por las calles de la ciudad.

Ella es también la Madre inspiradora de los misioneros que, en su nombre, se empeñan en llevar el Evangelio por todo el mundo. Al igual que María, que veneran bajo el título de Consolación, pretenden llevar al mundo el auténtico Consuelo que es Jesús, el Evangelio y con ello su presencia junto a los marginados, con la ayuda a los afligidos, la cura a los enfermos, la defensa de los derechos humanos y el fomento de la justicia y de la paz.

Por todo eso, ellos se dedican a la Misión de forma total, sin ninguna clase de vínculos, alejados de la materialidad de las cosas, profesando la pobreza y la obediencia en el espíritu de la beatitud evangélica.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“Oh Corazón divino!
A ti me adhiero y en ti me pierdo.
Sólo de ti quiero vivir,
por ti y para ti"

Santa Margarita María de Alacoque


Tema del día:
La Fe


* Es creer en lo que no se puede ver.

* Es guardar la calma cuando todo es turbulento.

* La fe no es pasiva, ¡es poner las creencias en práctica!

* Tener fe es pedir lo que se necesita.

* La fe es oír lo imperceptible, creer lo increíble y recibir lo imposible.

* La fe va en contra de las expectativas y condiciones naturales.

* Tener fe es crear un vacío en el corazón para que lo llene Dios.

* Tener fe no es simplemente que Dios pueda hacer algo, sino que lo hará.

* Con fe la respuesta no sorprende, ya se sabía que sucedería.

* Tener fe es permanecer en tu puesto cuando todos los demás desertan.

* Es quemar las naves para no volver atrás.

* Es estar dispuesto a pagar cualquier precio.

* Es hacer lo que Dios pide hoy y creer que Él hará mañana lo que ha prometido.

* La fe es lo contrario del temor.

* Tener fe es elegir a Dios a pesar de las demás posibilidades.

* Es confiar en la palabra de Dios no en lo que te dicen tus sentidos.

* Es estar dispuesto a morir confiando.

* La fe es como un músculo que se vuelve fuerte y flexible al ejercitarlo.

* La fe se edifica con el estudio fiel de la palabra de Dios.

Desconozco su autor


Poesía
Bandera


Tremolando en el cielo la bandera
No parece bandera, sino cielo;
O la bandera se pintó de cielo,
O el cielo se ha pintado de bandera.

Yo bendigo mi cielo y mi bandera,
Porque en este anhelar, bandera o cielo,
No hallo mejor bandera que mi cielo,
Ni otro cielo mejor que mi bandera.

Pueden, bajo bandera o bajo cielo,
Blasfemar contra el cielo o la bandera
Quienes no crean en bandera o cielo.

Que mientras en el cielo haya bandera
Y en la bandera de mi patria, cielo,
Será bandera y cielo mi bandera.

Alejandro Nores Martínez
Córdoba 1920-1979


Nuevo video y artículo

Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.

Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:


Pensamientos sanadores


Pon todas tus cosas y los afectos en Dios

Si haces memoria de tu vida, seguramente descubrirás que muchas de aquellas cosas que has sostenido entre tus manos las has perdido; pero aquellas cosas que has colocado entre las manos del Señor siempre las poseerás. De la misma manera, habrás amado a muchas personas solamente con la fuerza de tu corazón, y es posible que la mayoría de ellas ya no estén junto a ti, en cambio, a quienes has amado desde el Corazón de Cristo, incluso aunque entre ustedes haya muchos kilómetros de distancia, siguen estando en ti.

¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto. Jeremías 17, 7-8


Junio, mes del Corazón de Jesús


Día 20. La castidad

El Corazón de Jesús es el emblema de la inocencia. Él quiere ser el cordero sin mancha que se alimenta en un jardín de lirios. En su vida terrena, Jesús escoge un precursor, mártir de la castidad, ofrece sus confidencias a un discípulo, Juan, que es virgen. "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios". La Iglesia amará la castidad como el ornamento más delicado y suave de sus ministros... y los santos la magnificarán como la virtud angélica... creadora de los ángeles sobre la tierra.

Fuente: Web Católico de Javier


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el joven Yorner L., de Cuba, operado de la garganta, para que se recupere pronto de esta dolencia que le ha venido aquejando. Con la certeza de que Dios escucha siempre lo que pedimos con fe y humildad.

Pedimos oración por Ileana P. de 37 años, quien sufre un cuadro de gastroenterocolitis y estrés laboral, rogando que la Virgen de Lourdes derrame sobre ella bendiciones.

Pedimos oración por Juan B. de 80 años de edad, de Santa Fe, Argentina, que tiene problemas cardíacos por obstrucción de arterias coronarias, y por Liliana A. de 50 años que será operada de columna. Que Juan Pablo II interceda por ellos para que el Señor los libere de sus dolencias.

Pedimos oración por la salud de Ayda R., de Puerto Ordaz, Venezuela, que mañana jueves será operada dos hernias cervicales para que el Divino niño la acompañe durante toda la intervención, le calme la ansiedad y los nervios, y para que El Señor guie la mano del cirujano y la intervención sea todo un éxito.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com


"Intimidad Divina"

Manso de corazón

A los sencillos, pobres, enfermos y dolientes que se agolpaban en torno suyo, les decía Jesús: “Venid a mí todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mt 11, 28-29). Queriendo atraer a los hombres a sí, les presenta su doctrina, su ley y su misma persona bajo el perfil de la mansedumbre y humildad cuya bienaventuranza había ya proclamado. Ya el profeta lo había presentado así: “He aquí a mi siervo a quien elegí… No disputará, ni gritará... La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante” (Mt. 12, 16-18). Jesús ganará el corazón de los hombres con la mansedumbre de su corazón; él “que es Maestro y Señor nuestro, manso y humilde de corazón, atrajo e invitó pacientemente a los discípulos” (DH 11). A nadie se impone con violencia y a nadie condena. Jesús realiza su misión  de salvador sobre todo con la mansedumbre y el sacrificio de sí. “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” (Jn 10, 11). Esta es la mansedumbre que propone a sus discípulos como condición necesaria para la paz del corazón.

Cristo “maso de corazón” no rehusa la lucha cuando está en juego la gloria del Padre y la salvación de los hombres. Acoge con bondad infinita a los pecadores, pero condena abiertamente el pecado, sobre todo la soberbia, la hipocresía y la dureza de corazón. Emplea también palabras enérgicas, como las invectivas contra los fariseos (Lc 11, 42-52), y tiene acciones enérgicas, como el gesto contra los profanadores del templo (Jn 2, 15). Pero cuando se trata de su persona, deja pasar con absoluta mansedumbre cualquier ofensa. Trata de amigos a los hombres que lo traicionan, que reniegan de él, que le condenan a la cruz; muere por ellos y por ellos dirige al Padre una oración de excusa pidiendo el perdón. Sólo con los amigos más queridos se obra así.

La mansedumbre de Jesús es la medicina para nuestra ira y enojo, para nuestra violencia e impaciencia. La cólera ofusca la inteligencia y arrastra la voluntad a actos impulsivo y por eso menos humanos, mientras que quien imita la mansedumbre de Cristo, “el que imita a Cristo, hombre perfecto, se perfecciona cada vez más en su propia dignidad de hombre” (GS 41). La mansedumbre suaviza los sufrimientos de la vida y dispone a la aceptación de la voluntad de Dios y al abandono en sus manos en el momento de la tribulación.

“Venid a mí todo los fatigados”. Señor, ¿por qué nos fatigamos sino porque, hombres mortales, quebradizos y débiles, llevamos encima estos cuerpos de barro, que se achuchan unos a otros? Pero si estos cuerpos de carne se constriñen, ensanchemos las dimensiones de la caridad. ¿Por qué dices: “Venid a mí todos los fatigados”, sino para no fatigarnos? El fin de tu llamamiento a los ojos está: “Yo os aliviaré”. Y añades: “Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí”; no a construir un universo, no a crear cosas visibles e invisibles, no a obrar milagros en este mundo, sino… “que soy manso y humilde de corazón”. (San Agustín)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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