PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 1909 ~ Martes 1 de Enero de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Comencemos el 2013 junto a
María
Madre de Jesús y Madre
nuestra
Alabado sea
Jesucristo…
Por gracia de Dios iniciamos el octavo año calendario de “Pequeñas Semillitas”, y lo hacemos
invocando la ayuda de nuestros habituales “asesores de redacción”: Jesús de
Nazaret, la Virgen de Lourdes, San José y el beato Juan Pablo II.
Como todos los principios de año, hay algunos cambios en
la estructura de la página. Con la finalización de 2012 hemos terminado de
transcribir completo el libro “365 pensamientos sanadores” del P. Gustavo
Jamut. Continuaremos este año con los resúmenes diarios del maravilloso libro
“Intimidad divina” del P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D., obsequio de mi
párroco, con los que hemos venido cerrando cada edición de “Pequeñas
Semillitas” en 2012, del mismo modo que en 2011 lo hicimos con el libro
“Camino” de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Este año tendremos los temas de
“Intimidad Divina” correspondientes al ciclo C de la Liturgia.
Las ediciones se completan con un artículo de fondo o
tema del día; una frase destacada para cada jornada (los domingos o fechas
especiales la frase es del beato Juan Pablo II); pedidos de oración (de lunes a
sábados); agradecimientos por gracias concedidas (domingos); y en forma
alternada otros temas como: meditaciones, medicina, humor, historias, poesías, el
‘Rincón de los Lectores’, etc. Y en determinadas épocas del año litúrgico, se
agregan temas especiales (Mes de María, Mes del Sagrado Corazón de Jesús, Día a
día de Cuaresma, etc.).
En el primer número de “Pequeñas Semillitas”, el 11 de
julio de 2006, escribí en la introducción algo que repito ahora: con mucho
gusto se aceptan sugerencias y críticas que los lectores quieran hacer para
poder mejorar la calidad de la página.
¡Feliz Año nuevo para todos! Comencemos la tarea con el propósito de vivir este año para Jesús y para todos los "patroncitos" que con el rostro de Jesús, se crucen en nuestro camino en los próximos 365 días...
Felipe
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa, y
encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre. Al verlo,
dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel Niño; y todos los que
lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su
parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores
se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y
visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días
para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes
de ser concebido en el seno.
(Lc 2,16-21)
Comentario
Hoy, la Iglesia contempla agradecida la maternidad de la
Madre de Dios, modelo de su propia maternidad para con todos nosotros. Lucas
nos presenta el “encuentro” de los pastores “con el Niño”, el cual está
acompañado de María, su Madre, y de José. La discreta presencia de José sugiere
la importante misión de ser custodio del gran misterio del Hijo de Dios. Todos
juntos, pastores, María y José, «con el Niño acostado en el pesebre» (Lc 2,16)
son como una imagen preciosa de la Iglesia en adoración.
“El pesebre”: Jesús ya está ahí puesto, en una velada
alusión a la Eucaristía. ¡Es María quien lo ha puesto! Lucas habla de un
“encuentro”, de un encuentro de los pastores con Jesús. En efecto, sin la
experiencia de un “encuentro” personal con el Señor no se da la fe. Sólo este
“encuentro”, el cual ha comportado un “ver con los propios ojos”, y en cierta
manera un “tocar”, hace capaces a los pastores de llegar a ser testigos de la
Buena Nueva, verdaderos evangelizadores que pueden dar «a conocer lo que les
habían dicho acerca de aquel Niño» (Lc 2,17).
Se nos señala aquí un primer fruto del “encuentro” con
Cristo: «Todos los que lo oyeron se maravillaban» (Lc 2,18). Hemos de pedir la
gracia de saber suscitar este “maravillamiento”, esta admiración en aquellos a
quienes anunciamos el Evangelio.
Hay todavía un segundo fruto de este encuentro: «Los
pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían
oído y visto» (Lc 2,20). La adoración del Niño les llena el corazón de
entusiasmo por comunicar lo que han visto y oído, y la comunicación de lo que
han visto y oído los conduce hasta la plegaria de alabanza y de acción de
gracias, a la glorificación del Señor.
María, maestra de contemplación —«guardaba todas estas
cosas, y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19)— nos da Jesús, cuyo nombre
significa “Dios salva”. Su nombre es también nuestra Paz. ¡Acojamos en el
corazón este sagrado y dulcísimo Nombre y tengámoslo frecuentemente en nuestros
labios!
Rev. D. Manel VALLS i Serra (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa María, Madre de Dios
Es el mejor de los comienzos posibles para el santoral.
Abrir el año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor
principio como es también el mejor colofón. Ella está a la cabeza de todos los
santos, es la mayor, la llena de Gracia por la bondad, sabiduría, amor y poder
de Dios; ella es el culmen de toda posible fidelidad a Dios, amor humano en
plenitud. No extraña el calificativo superlativo de "santísima" del
pueblo entero cristiano y es que no hay en la lengua mayor potencia de
expresión. Madre de Dios y también nuestra... y siempre atendida su oración.
Los evangelios hablan de ella una quincena de veces,
depende del cómputo que se haga dentro de un mismo pasaje, señalando una vez o
más.
El resumen de su vida entre nosotros es breve y humilde:
vive en Nazaret, allá en Galilea, donde concibió por obra del Espíritu Santo a
Jesús y se desposó con José.
Visita a su parienta Isabel, la madre del futuro
Precursor, cuando está embarazada de modo imprevisto y milagroso de seis meses;
con ella convive, ayudando, e intercambiando diálogos místicos agradecidos la
temporada que va hasta el nacimiento de Juan.
Por el edicto del César, se traslada a Belén la cuna de
los mayores, para empadronarse y estar incluida en el censo junto con su
esposo. La Providencia hizo que en ese entonces naciera el Salvador, dándolo a
luz a las afueras del pueblo en la soledad, pobreza, y desconocimiento de los
hombres. Su hijo es el Verbo encarnado, la Segunda Persona de Dios que ha
tomado carne y alma humana.
Después vino la Presentación y la Purificación en el
Templo. También la huída a Egipto para buscar refugio, porque Herodes pretendía
matar al Niño después de la visita de los magos.
Vuelta la normalidad con la muerte de Herodes, se produce
el regreso; la familia se instala en Nazaret donde ya no hay nada
extraordinario, excepción hecha de la peregrinación a Jerusalén en la que se pierde
Jesús, cuando tenía doce años, hasta que José y María le encontraron entre los
doctores, al cabo de tres días de angustiosa búsqueda.
Ya, en la etapa de la "vida pública" de Jesús,
María aparece siguiendo los movimientos de su hijo con frecuencia: en Caná,
saca el primer milagro; alguna vez no se le puede aproximar por la muchedumbre
o gentío.
En el Calvario, al llegar la hora impresionante de la
redención por medio del cruentísimo sufrimiento, está presente junto a la cruz
donde padece, se entrega y muere el universal salvador que es su hijo y su
Dios.
Finalmente, está con sus nuevos hijos -que estuvieron
presentes en la Ascensión- en el "piso de arriba" donde se hizo
presente el Espíritu Santo enviado, el Paráclito prometido, en la fiesta de
Pentecostés.
Con la lógica desprendida del evangelio y avalada por la
tradición, vivió luego con Juan, el discípulo más joven, hasta que murió o no
murió, en Éfeso o en Jerusalén, y pasó al Cielo de modo perfecto, definitivo y
cabal por el querer justo de Dios que quiso glorificarla.
Dio a su hijo lo que cualquier madre da: el cuerpo, que
en su caso era por concepción milagrosa y virginal. El alma humana, espiritual
e inmortal, la crea y da Dios en cada concepción para que el hombre engendrado
sea distinto y más que el animal. La divinidad, lógico, no nace por su
eternidad.
El sujeto nacido en Belén es peculiar. Al tiempo que es
Dios, es hombre. Alta teología clasifica lo irrepetible de su ser, afirmando
dos naturalezas en única personalidad. El Dios infinito, invisible, inmenso,
omnipotente en su naturaleza es ahora pequeño, visible, tan limitado que
necesita atención. Lo invisible de Dios se hace visible en Jesús, lo eterno de
Dios entra con Jesús en la temporalidad, lo inaccesible de Dios es ya próximo
en la humanidad, la infinitud de Dios se hace limitación en la pequeñez, la
sabiduría sin límite de Dios es torpeza en el gemido humano del bebé Jesús y la
omnipotencia es ahora necesidad.
María es madre, amor, servicio, fidelidad, alegría,
santidad, pureza. La Madre de Dios contempla en sus brazos la belleza, la
bondad, la verdad con gozoso asombro y en la certeza del impenetrable misterio.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Beato Juan Pablo
II
“De María, la Madre santa, deseamos aprender a acoger en
la ley y en la oración la salvación que Dios no cesa de donar a los que confían
en su amor misericordioso. María es el modelo de los que esperan y abren,
dóciles, el corazón al encuentro del Señor. María es Madre de la gracia divina.
Encomendaos a ella con plena confianza. Resplandeceréis con la belleza de
Cristo”
Beato Juan Pablo II
Tema del día:
Mensaje del Papa para la
Jornada Mundial de la Paz
Ciudad del Vaticano, (VIS).-
Esta mañana (15 Dic) en la Oficina de Prensa de la Santa
Sede ha tenido lugar la presentación del Mensaje del Santo Padre para la XLVI
Jornada Mundial de la Paz que se celebra el 1 de enero y cuyo tema este año es “Bienaventurados los que trabajan por la
paz”. Han intervenido el cardenal Peter K. A. Turkson y monseñor Mario
Toso, respectivamente presidente y secretario del Pontificio Consejo Justicia y
Paz.
El cardenal se ha referido, en primer lugar, al carácter
“concreto” del documento: “La expresión evangélica del título -ha dicho- puede
hacer pensar en un mensaje sobre todo de tipo espiritual, por así decir,
teórico. En cambio, la argumentación del Papa es extremadamente adherente a la
realidad. Constata un hecho: la existencia, en medio de conflictos, tensiones y
violencias, de numerosos artífices de paz; en la explicación de la bienaventuranza
evangélica subraya como ésta sea una promesa que es certeza, en cuanto procede
de Dios, que no está ligada al futuro, sino que se ha cumplido ya en esta vida;
indica claramente que deben hacer los artífices de paz: promover la vida en su plenitud,
en su integridad, por lo tanto, en todas las dimensiones de la persona humana;
llama la atención sobre los problemas más urgentes: la recta visión del
matrimonio, el derecho a la objeción de conciencia, la libertad religiosa,
(...), la cuestión del trabajo y el desempleo, la crisis alimentaria, la crisis
financiera, el papel de la familia en la educación”.
En segundo lugar ha subrayado la “positividad” del
mensaje que, “además de abrir la puerta a la esperanza, refleja el amor a la
vida y a la vida en su plenitud, por lo cual, al lado de los temas de la
defensa de la vida, el Papa resalta aquellos unidos a la justicia, necesarios
para una vida digna, en plenitud, es decir en la que todos tengan la
posibilidad de desarrollar sus propias potencialidades”.
Otra característica es “el aspecto educativo y
pedagógico” del texto. “Un aspecto -ha reiterado el cardenal Turkson- muy
importante para la Iglesia, que tiene entre sus tareas la de 'formar las
conciencias'. Bajo este aspecto, es digno de nota el llamamiento del pontífice
a la responsabilidad de las diversas instancias educativas llamadas a formar
clases dirigentes adecuadas y a estudiar nuevos modelos económicos y
financieros. Esto es necesario para superar la fase particularmente grave que
atraviesa el mundo globalizado, una fase de profunda crisis espiritual y moral
en la que todavía hay conflictos sangrientos y múltiples amenazas a la paz”.
Por su parte Monseñor Toso ha señalado que el mensaje de
Benedicto XVI es “una invitación a ser artífices de paz a trescientos sesenta
grados, tutelando e implementando todos los derechos y deberes del ser humano y
de la comunidad”.
“En este sentido - ha proseguido- es sintomático del modo
de ver y de sentir del pontífice, el pasaje en que, en un contexto de recesión
económica -causada también por la crisis financiera comenzada en 2007-
polemizando con las ideologías del liberalismo radical y de la tecnocracia,
según las cuales el desarrollo sería posible sin el progreso social y
democrático, invita a no erosionar los derechos sociales, entre los cuales,
sobre todo el derecho al trabajo. Este es un derecho fundamental y no marginal.
Sin la defensa y la promoción de los derechos sociales -como enseñaban en el
siglo pasado los liberales, comunistas, socialistas y católicos- no se realizan
adecuadamente los derechos civiles y políticos. La misma democracia,
sustancial, social y participativa peligraría.
“En breve, el mensaje aboga por el crecimiento de una
familia humana que no esté dividida entre grupos y pueblos en favor de la vida
y grupos políticos que militan, en cambio, por la paz, sin tener en cambio la
misma 'pasión' por la defensa de la vida humana, desde el amanecer hasta el
ocaso. La paz y el bien común se persiguen comunitariamente, realizando el bien
pleno de cada ser humano y de cada pueblo”, ha concluido, el secretario del
Pontificio Consejo Justicia y Paz.
Mensaje de María Reina de la
Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de diciembre de
2012
La Virgen vino con el Niño Jesús en brazos y no dio
ningún mensaje, pero el Niño Jesús comenzó a hablar y dijo: "Yo
soy vuestra paz, vivan mis mandamientos". Con la señal de la Cruz,
la Virgen y el Niño Jesús, juntos, nos bendijeron.
Nuevo video y artículo
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo
II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de
libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la
fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por María Esperanza, de 16 años, que vive
en Santiago, Chile, y está atravesando una fuerte depresión, invocando a María,
Madre de Dios y Madre de todos nosotros, para que la asista y acompañe, como
hizo con su prima Isabel, hasta que pueda salir de esta situación.
Pedimos oración por una familia de Buenos Aires,
Argentina, formada por papá Carlos y su hijo Pablo, para que consigan trabajo;
y mamá Mabel con problemas de lumbalgia y migrañas. Que los Santos Arcángeles
los guíen, iluminen y protejan…
Pedimos oración por el alma de Josafat H. L. B. de la
ciudad de México, que tuvo una muerte violenta hace unos días. Que el Señor
acoja su alma y le dé un lugar en el Reino de los Cielos, y que María consuele
a su familia.
Pedimos oración por Graciela G., de Argentina, que está
atravesando muchas dificultades debido a un tratamiento oncológico y su salud
se deteriora a pasos agigantados. Pedimos también por su familia, para que Dios
les dé fuerza y resignación.
Pedimos oración por Pilar A. P., de Córdoba, Argentina,
por su trabajo y para que el Señor la acompañe en su parto.
Pedimos oración por Inés F. (55 años aproximadamente)
internada en Virginia, USA, en estado muy delicado con problemas en estómago e
hígado. Rogamos a Dios por ella para que la toque con su divina mano y le
conceda la gracia de la sanación.
Pedimos oración por Lautaro, un bebé de Argentina, de 4
meses, nacido prematuro y con problemas de desarrollo, para que el Niño Jesús
lo proteja y lo ayude a mejorar. También por sus papás Luis y Sandra, para que
la Santísima Virgen les dé la fuerza y la paciencia necesaria para poder
sobrellevar las dificultades en armonía.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
Estadísticas de los Blogs
El siguiente es el estado demostrativo de la cantidad de
visitas registradas en los dos blogs que llevamos adelante en internet: "Pequeñas Semillitas" y "Juan Pablo II inolvidable".
Esta información se publica el primer día de cada mes.
Debe recordarse que las visitas se cuentan desde el
inicio de cada uno de ellos que ha sido en fechas distintas:
Desde el 1º de
Marzo de 2007 hasta hoy ha sido visitado por 1.810.187 lectores. Durante el último mes (Diciembre 2012) registró
16.309 visitas.
Desde el 25 de
Diciembre de 2009 hasta hoy ha sido visitado por 331.996 lectores. Durante el
último mes (Diciembre 2012) registró 3.732
visitas.
"Intimidad Divina"
Solemnidad de la
Santa Madre de Dios
La reforma litúrgica ha consagrado a la Madre de Dios la
octava de Navidad que coincide con el comienzo del año civil y que, según el
Evangelio, es el día en que fue impuesto el nombre a Jesús: “Cuando se hubieron
cumplido los ocho días le dieron el nombre de Jesús” (Lc 2, 21). La
consideración de un niño “de ocho días” no puede separarse del recuerdo de su
madre; y por eso la liturgia se dirige hoy espontáneamente a María, la Virgen
Madre, presente siempre, aunque discretamente, donde quiera que se encuentre su
Hijo divino. Mirando a Cristo, la Iglesia invoca la intercesión maternal de
María sobre todos los creyentes: Dios y Señor nuestro… concédenos experimentar
la intercesión de aquélla de quien hemos recibido a tu Hijo Jesucristo, el
autor de la vida” (Colecta). La
bendición de Dios adquiere, por decirlo así, un tono materno: los creyentes son
bendecidos en Jesús por intercesión de María, porque sólo la pureza y el amor
de esta humilde Virgen los hace dignos “de recibir al autor de la vida”, Jesús,
Hijo de Dios.
La presencia de María aflora con insistencia en los
varios textos litúrgicos, pero siempre de forma velada, perfectamente entonada
a su carácter, todo silencio y humildad. En la segunda lectura, San Pablo la
menciona, pero no la nombra: subraya únicamente el hecho del nacimiento de
Cristo de una mujer: “Envió Dios a su Hijo nacido de mujer… para que
recibiésemos la adopción de hijos” (Gl 4, 4-5). La encarnación del Hijo de Dios
se ha realizado de un modo virginal, pero por la vía normal de la naturaleza
humana: nace de una mujer, María, y por medio de ella se introduce hombre entre
los hombres. Y precisamente porque pertenece a su estirpe, porque es su hermano
en la carne, Jesús puede rescatar a los hombres y hacerlos hermanos suyos en el
espíritu y por lo tanto participantes de su filiación divina. La gracia de
adopción llega a los hombres por mediación de María, que, siendo madre de
Cristo, es también madre de los que en Cristo son hechos hijos de Dios.
Con igual discreción presenta el Evangelio de la misa del
día a María en actitud de cumplir su oficio de Madre. La narración de Lucas
deja entrever a María que, poco después del nacimiento de Jesús, acoge a los
pastores y “llena de alegría, les muestra a su Hijo primogénito” (LG 57),
escuchando con atención cuanto ellos cuentan de la aparición y anuncio del
ángel. Luego, mientras se van los pastores glorificando y alabando a Dios por
lo que habían visto y oído (Lc 2, 20), María se queda junto a su Hijo
“guardando todas estas cosas y meditándolas en su corazón” (ib 19). María es
madre de Jesús no sólo porque le ha dado la carne y la sangre, sino también
porque ha penetrado íntimamente en su misterio y se ha unido a él de la manera
más profunda: “se consagró totalmente a sí misma… a la persona y a la obra de
su Hijo, sirviendo al misterio de la redención con él y bajo él” (LG 56). Por
eso María “es nuestra Madre en el orden de la gracia” (ib 61).
Quiero considerar
este año nuevo, oh Jesús mío, como una página en blanco que tu Padre me
presenta y en la cual irá escribiendo día tras día lo que haya dispuesto para
mí en sus divinos designios. Yo desde este momento escribo en la cabecera de la
primera página con absoluta confianza: Domine,
fac de me sicut vis: Señor haz lo que quieras de mí. Y al final de esa
misma página pongo ya desde ahora el amén,
el sí de mi aceptación a todas las
disposiciones de tu voluntad divina. ¡Oh Señor!, desde este momento, sí a todas las alegrías, a todos los
dolores, a todas las gracias, a todas las fatigas que has preparado para mí y
que día tras día me irás descubriendo. Haz que mi amén sea el amén de Pascua, seguido siempre por el aleluya, este es, pronunciado con todo
el corazón, con la alegría de una entrega completa. Dame tu amor y tu gracia y
no necesitaré otra cosa para ser rico. (Sor Carmela del Espíritu Santo,
Escritos inéditos)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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