PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 1916 ~ Martes
8 de Enero de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Señor: Tu presencia en mi vida es más preciosa para mí
que lo que podría jamás expresar con simples palabras.
Soy bendecido por saber que Tú tienes conciencia de mi
amor por Ti, que oyes cada susurro de amor de mi corazón.
Cuando Te llamo sé que responderás, pues eres mi padre
amante, un padre que siempre se interesa por mí y me nutre.
Te lo doy todo. En cada momento de vigilia dedico mi
vida, mis pensamientos y mis actos a vivir mi potencialidad divina.
Ahora Te doy gracias por guiarme cuando me sentía
perdido, por amarme cuando me creía indigno de amor y por llenarme de paz
cuando no parecía haberla.
¡Gracias Dios por todo!
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, vio Jesús una gran multitud y tuvo
compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tienen pastor, y comenzó a
enseñarles muchas cosas. Y como fuese muy tarde, se llegaron a Él sus discípulos
y le dijeron: «Este lugar es desierto y la hora es ya pasada; despídelos para
que vayan a las granjas y aldeas de la comarca a comprar de comer». Y Él les
respondió y dijo: «Dadles vosotros de comer». Y le dijeron: «¿Es que vamos a
comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?». Él les contestó:
«¿Cuántos panes tenéis? Id a verlo». Y habiéndolo visto, dicen: «Cinco, y dos
peces».
Entonces les mandó que se acomodaran todos por grupos de
comensales sobre la hierba verde. Y se sentaron en grupos de ciento y de
cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces y levantando los ojos al
cielo, bendijo, partió los panes y los dio a sus discípulos para que los
distribuyesen; también partió los dos peces para todos. Y comieron todos hasta
que quedaron satisfechos. Y recogieron doce cestas llenas de los trozos que
sobraron de los panes y de los peces. Los que comieron eran cinco mil hombres.
(Mc 6,34-44)
Comentario
Hoy, Jesús nos muestra que Él es sensible a las
necesidades de las personas que salen a su encuentro. No puede encontrarse con
personas y pasar indiferente ante sus necesidades. El corazón de Jesús se
compadece al ver el gran gentío que le seguía «como ovejas que no tienen
pastor» (Mc 6,34). El Maestro deja aparte los proyectos previos y se pone a
enseñar. ¿Cuántas veces nosotros hemos dejado que la urgencia o la impaciencia
manden sobre nuestra conducta? ¿Cuántas veces no hemos querido cambiar de
planes para atender necesidades inmediatas e imprevistas? Jesús nos da ejemplo
de flexibilidad, de modificar la programación previa y de estar disponible para
las personas que le siguen.
El tiempo pasa deprisa. Cuando amas es fácil que el
tiempo pase muy deprisa. Y Jesús, que ama mucho, está explicando la doctrina de
una manera prolongada. Se hace tarde, los discípulos se lo recuerdan al Maestro
y les preocupa que el gentío pueda comer. Entonces Jesús hace una propuesta
increíble: «Dadles vosotros de comer» (Mc 6,37). No solamente le preocupa dar
el alimento espiritual con sus enseñanzas, sino también el alimento del cuerpo.
Los discípulos ponen dificultades, que son reales, ¡muy reales!: los panes van
a costar mucho dinero (cf. Mc 6,37). Ven las dificultades materiales, pero sus
ojos todavía no reconocen que quien les habla lo puede todo; les falta más fe.
Jesús no manda hacer una fila de a pie; hace sentar a la
gente en grupos. Comunitariamente descansarán y compartirán. Pidió a los
discípulos la comida que llevaban: sólo son cinco panes y dos peces. Jesús los
toma, invoca la bendición de Dios y los reparte. Una comida tan escasa que
servirá para alimentar a miles de hombres y todavía sobrarán doce canastos.
Milagro que prefigura el alimento espiritual de la Eucaristía, Pan de vida que
se extiende gratuitamente a todos los pueblos de la Tierra para dar vida y vida
eterna.
Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal (Sant Boi de Llobregat,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Severino
Predicador
Durante el siglo V el imperio romano de Occidente se vio
invadido poco a poco por los visigodos, ostrogodos, vándalos, francos, etc. En
la devastación sólo las autoridades y estructuras cristianas constituyeron un
punto firme para la supervivencia. Éste es el contexto histórico en el que se
presenta la figura y la obra de san Severino, que nació de una noble familia
romana hacia el año 410. Después de una estancia en Oriente, hacia el 454 se
estableció cerca del Danubio, en donde construyó monasterios para albergar a
los habitantes amenazados y para que, al mismo tiempo, fueran puntos de
irradiación del Evangelio entre las tribus bárbaras.
Inclinado tanto a la vida contemplativa y eremítica como
a la actividad misionera, y favorecido con el carisma de la profecía, san
Severino hizo también previsiones sobre el plano humano temporal. En efecto,
comprendió que el movimiento de los jóvenes pueblos bárbaros era indetenible y
que la decadente sociedad romana recuperaría su vigor gracias a estas nuevas
fuerzas.
Pero era necesario que esas mentes fueran iluminadas por
las verdades del Evangelio, y para ello había que entrar en contacto directo
con ellas. Con un gesto valiente que le ganó la admiración de los rudos
guerreros, llegó hasta Comagén, ya en mano de los enemigos; su concreta caridad
para con los necesitados le conquistó definitivamente el corazón sencillo de
los “bárbaros”, comenzando por el de los jefes. Gibuldo, rey de los alamanos,
le tenía “suma reverencia y afecto”, como dice su biógrafo Eugipo, y lo
escuchaba con respeto, dócil como un hijo; Flaciteo, rey de los rugos, “lo
consultaba en las empresas peligrosas como a un oráculo celestial”.
No faltaron signos del cielo que confirmaban sus
palabras. Un día la nuera de Flaciteo, contra el parecer de Severino, lo había
convencido de que no les diera la libertad a los prisioneros; Severino la
amonestó enérgicamente y misma noche el sobrino de Flaciteo cayó prisionero de
otra tribu bárbara y obtuvo la libertad sólo por intervención de Severino.
Respetado y amado por la gente humilde como por los reyes
y guerreros, vivió muy pobremente, sin sacar ninguna ventaja material para sí
mismo: vestía la misma túnica tanto en invierno como en verano, dormía pocas
horas acostado en el suelo y con cilicios, y se dice que en cuaresma sólo comía
una vez por semana.
Murió el 8 de enero del año 482. Sus veneradas reliquias
reposan en Frattamaggiore (Nápoles) junto al mártir Sosso.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Como un niño
Una vez Jesús con
un niñito en sus brazos dijo: Si no vuelven a ser como niños, no podrán entrar
en el reino de los cielos. Un pequeñín es humilde, confiado, sencillo, sincero,
puro, inocente. Sólo así podré entrar en el reino de Dios. ¿Una meta difícil,
verdad? Pero te orienta para ir modelando tu mentalidad y para pedir ese don
especial. Puedes orar así:
Señor, mi Dios, quiero ser como un niño. A
veces no sé bien lo que eso significa, pero me pongo en tus manos, me abandono.
Consuélame en mis heridas, anímame en mis cansancios, envíame a los heridos y
agobiados, para que yo sea tu ungüento y tu fuerza en medio del mundo
necesitado. Francisco Jiménez.
“Como el niño que
no sabe dormirse sin asirse a la mano de su madre, así mi corazón viene a
ponerse sobre tus manos al caer la tarde. Como el niño que sabe que alguien
vela su sueño de inocencia y esperanza, así descansará mi alma segura, sabiendo
que eres tú, Señor, quien nos aguarda”.
Hermoso himno para concluir el día. El Señor te bendice.
P. Natalio
La frase de hoy
“Si la belleza de tu rostro te abre las puertas,
la belleza de tus costumbres las mantendrá abiertas”
Oscar Wilde
Tema del día:
Destructores y constructores
de la familia
Cuando en la familia surge un problema serio, los
sufrimientos se agudizan ante quienes actúan como destructores. Al revés, las
dificultades y penas pueden ser afrontadas con mayor paz desde los que
intervienen como constructores.
El problema en la familia puede surgir por confusiones o
por claras injusticias a la hora de aplicar una herencia; o porque unos han
escurrido el bulto a la hora de cuidar a los padres ancianos y han dejado caer
todo el peso en otros; o porque alguno ha traicionado de modo miserable a sus
hermanos, a sus padres o a sus hijos.
Las situaciones pueden ser muchas. Cuando explota el
problema, cuando todos o casi todos llegan a conocerlo o a padecer de modo
directo o indirecto sus consecuencias, es cuando se hacen más vivas las
diferentes formas de reaccionar de cada uno.
Hay quienes, ante el drama familiar, toman la actitud de
destructores. Ven males reales o imaginados. Levantan sospechas. Albergan
rencores. Buscan culpables. Piden justicia. Cierran las puertas al noble gesto
del perdón. No dudan incluso en planear y poner en práctica venganzas más o
menos sutiles. Otras veces se dedican a tácticas y a intrigas para
desprestigiar a unos y para promover a aquellos que les simpatizan y que pueden
apoyarles en la búsqueda de sus propios intereses.
Los destructores pueden tener razón o pueden no tenerla.
Sus motivos de fondo son válidos cuando exigen algo que se les debe, o cuando
buscan defenderse ante injusticias que les perjudicarían seriamente, o cuando
simplemente desean proteger los bienes de otros. Pero tener razón nunca debe
convertirse en excusa para intrigar, para dar a otros golpes por la espalda,
para destruir la unión en la familia, para difamar, para inventar calumnias más
o menos grotescas.
En cambio, los constructores adoptan un punto de vista
más rico, más noble, más hermoso. Si actúan correctamente, no cierran los ojos
ante injusticias que deben ser solucionadas, ni caen en actitudes de buenísimo
orientadas (desde una falsa piedad) a justificar lo que no puede ser
justificado en modo alguno.
Pero saben entrever, junto a las heridas, que existen
horizontes más amplios y posibilidades de acción más serenas. Porque un
problema dentro de la familia no puede convertirse en ocasión para destruir los
lazos buenos que unen a padres, hermanos e hijos. Porque incluso los culpables
tienen siempre una dignidad propia y necesitan ser ayudados. Porque la justicia
llega a serlo plenamente no cuando se conquista desde odios profundos y golpes
bajos, sino desde actitudes maduras de diálogo y desde la limpieza de quien no
se rebaja a hacer el mal para conquistar algún objetivo bueno.
Por eso, es un auténtico don de Dios descubrir que, en la
propia familia, hay constructores buenos. Serán capaces de resistir los golpes
de quienes buscan maliciosamente venganzas indignas. Evitarán ese desgaste de
los corazones cuando algunos sucumben al mal espíritu que disfruta a costa de
herir a los propios familiares por la espalda. Buscarán caminos concretos para
resarcir los daños y para curar heridas, sin aumentar neciamente los dolores
con golpes bajos que tanto gustan a los corazones destructores.
P. Fernando Pascual LC
Imagen: Google
Meditación breve
Tanto la semilla intacta como la que rompe su cáscara
tienen las mismas propiedades. Sin embargo, sólo la que rompe su cáscara es
capaz de lanzarse a la aventura de la vida. Esta aventura requiere una única
osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los
otros, y estar dispuesto a entregarse.
No se puede tener los ojos de uno, los oídos de otro,
para saber de antemano lo que va a ocurrir; cada existencia es diferente de la
otra. No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto para
recibir.
Que yo no tenga miedo de poner mi brazo en el hombro de
alguien, hasta que me lo corten. Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes
hasta que me hieran.
Déjenme ser tonto hoy, porque la tontería es todo lo que
tengo para dar esta mañana; me pueden reprender por eso, pero no tiene
importancia. Mañana, quien sabe, yo seré menos tonto.
Kahlil Gibran
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de
libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la
fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de la señora Trinidad A.
(Trini), que vive en Bogotá, Colombia, que está sintiendo algunas molestias
inespecíficas, especialmente en el aparato digestivo, y se hará exámenes en
estos días para tratar de encontrar un diagnóstico. Rogamos a Dios la bendiga y
la guarde y que su salud se encuentre siempre bajo su amparo, por la
intercesión de Nuestra Señora de la Esperanza y las Santas Manos Sanadoras de
Jesús de Nazareth.
Pedimos oración por el niño Mathias Josue B. C., de 2
años de edad, que vive en Asunción, Paraguay, y hace unos días se cayó de la
cama, para que el Niño Jesús lo proteja y sane sin ninguna consecuencia para su
salud.
Pedimos oración por las siguientes intenciones: Por el eterno descanso de la señora Alma Aurora V., quien fue llamada a la presencia de Nuestro
Señor Jesucristo el pasado día 3 de enero en la ciudad de México, D.F. Por el alma del señor Olegario M., quien
partió hacia la presencia de nuestro Señor Jesucristo, después de una larga y
penosa enfermedad, de la ciudad de México, D.F. Por la salud de la señora
Guadalupe C., de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, para que el
restablecimiento de la caída y ruptura de su cadera, sea pronto y fácil. Por la
salud de la señora Catalina D., que vive en Forthworth, Texas, USA, para
obtenga la recuperación que tanto necesita.
Pedimos oración por Marta Beatriz A. S., que está en la
UCI hace 5 días entre la vida y la muerte, tiene los pulmones con líquido y una
infección en los riñones, muy aferrada a la vida con un tratamiento de cáncer
muy prolongado. La oración es por la salvación de su alma o por un milagro, ya
que sólo Dios sabe cuál es Su voluntad.
Pido oración por el alma de mi abuelo paterno, Felipe Tomás, fallecido hace hoy 60 años, en la ciudad de Santa Fe, Argentina.
Pido oración por el alma de mi abuelo paterno, Felipe Tomás, fallecido hace hoy 60 años, en la ciudad de Santa Fe, Argentina.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
“Intimidad Divina”
El Reino
“El Señor Jesús inició su Iglesia predicando la buena
nueva, es decir, la venida del Reino de Dios prometido muchos siglos antes en
las Escrituras: Porque el tiempo está cumplido y se acercó e reino de Dios” (Mc
1, 15; cfr. Mt 4, 17) (LG 5). ¡Pero cuál es este Reino que el Antiguo
Testamento anunció y prefiguró en la historia de Israel y que Jesús proclama ya
cercano? En primer lugar se trata del señorío y del poder universal de Dios
Creador, Señor, Rey, Padre de todos los pueblos, afirmados claramente por la
predicación de Cristo y más aún por la presencia de Dios mismo en el mundo en
la persona del Hijo, que, aunque hecho hombre, comparte de lleno su divinidad y
sus poderes. En el Antiguo Testamento Dios gobernaba a su pueblo y le hablaba
por medio de simples hombres, representantes suyos; ahora lo hace por medio de
su Verbo encarnado. Cesan los intermediarios y viene Dios, en su Hijo, a guiar,
iluminar y regir a los hombres. Por eso Jesús decía: “El reino de Dios está
dentro de vosotros” (Lc 17, 21).
Entre las parábolas de que Jesús se sirvió para ilustrar
los diversos aspectos del Reino, sobresale la del sembrador (Mt 13, 1-9). Bajo
la figura del hombre que esparce la semilla a manos llenas, que viene a caer en
los terrenos más diversos -camino, suelo pedregoso, suelo espinoso y buen
terreno- son significadas por una parte de la prodigalidad de Dios que siembra
su Reino por todo el mundo y, por otra, las condiciones necesarias para que el
hombre pueda acoger esta semilla, es decir “la palabra del Reino”, y hacerla
fructificar en su corazón. La palabra del Reino son las enseñanzas de Jesús
acerca del reino de los cielos, es todo su Evangelio; aún más, es él mismo,
Palabra eterna del Padre sembrada en nuestra humanidad, para que, hecho hombre
como nosotros, tradujera en lenguaje humano la Palabra de Dios e hiciera caer
la semilla preciosa del Reino en el corazón de todos los hombres.
La semilla -la “Palabra- tiene en sí misma la fuerza de
germinar y de crear el Reino en todas las criaturas; pero no lo hace si no
encuentra un terreno preparado para recibirla. En primer lugar es necesaria la
escucha atenta, interior, no distraída por los ruidos de la calle; es necesario
un corazón que esté limpio de piedras y espinas, es decir, del apego
desordenado a sí mismo y a las criaturas, de la preocupación excesiva por los
bienes terrenos, de las pasiones que ahogan todo buen propósito, apartan del
bien y nos vuelven flacos e inconstantes. Hay que ser “buen terreno”, como lo
fue el corazón de María que acogió en sí al Verbo de Dios y fue su madre no
sólo porque lo engendró a la vida temporal, sino aún más porque guardó en su
corazón la Palabra y la convirtió en vida suya, según dijo el mismo Jesús: “Mi
madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la ponen por obra”
(Lc 8, 21). De esta manera la semilla germina, y como es una semilla divina,
tiene una capacidad inmensa de desarrollo, hasta la vida eterna; pues enraiza
al hombre en el reino de Dios no sólo durante el tiempo, sino por toda la
eternidad. “Lo sembrado en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende
y da fruto, uno ciento, otro sesenta, otro treinta” (Mt 13, 23).
¡Oh Jesús, Señor
mío!, yo me consagro y me abandono a la soberanía suprema e incomunicable a
toda criatura, al poder excelente, absoluto y particular sobre todo lo criado
que posee tu Humanidad en virtud del estado admirable y adorable de la
filiación divina. Me ofrezco y me consagro todo a ti… y deseo que tú tengas un
poder especial sobre mi alma y mi estado, sobre mi vida y acciones, como sobre
cosa que te pertenece con un derecho nuevo y particular, en virtud del acto de
mi espontánea voluntad por el cual quiero depender siempre de tu soberanía. Y
pues tu poder sobrepuja inmensamente el nuestro, te suplico, ¡oh Jesús!, que te
sirvas tomar tú mismo sobre mí cualquier poder que yo no sea capaz de darte.
Acéptame, te suplico, como tu súbdito y tu esclavo, aunque sea de la manera que
yo no puedo conocer pero que tú tan bien conoces. (P. de Berulle, Las grandezas
de Jesús)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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