lunes, 27 de agosto de 2012

Pequeñas Semillitas 1799


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1799 ~ Lunes 27 de Agosto de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
De la hojita “El Domingo” de ayer, voy a copiar un hermoso texto para iniciar esta edición de nuestro boletín:
Jesús no llama a los perfectos; sí a los decididos. Todos pasamos por momentos en que el lenguaje de Jesús –las exigencias del Evangelio– nos parece duro, exigente, hasta incomprensible. “No robar”, en medio de la corrupción generalizada; ser fiel, en medio de la “infidelidad promocionada”; optar por la solidaridad, la incomodidad, el sacrificio a favor del prójimo… resulta “duro” en la “dura” lucha de la vida.
Cristo busca a los decididos: ¿También ustedes quieren irse? No son tiempos estos para ser cristiano “por costumbre o rutina”. Vivimos en una sociedad donde Dios ha pasado a ser “el gran marginado, el gran excluido”. ¡Qué actual resulta la Palabra de Dios! ¡Elijan hoy a quién quieren servir!


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: ‘Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado!’ ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario que hace sagrado el oro? Y también: ‘Si uno jura por el altar, eso no es nada; mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado’. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él».
(Mt 23,13-22)

Comentario
Hoy, el Señor nos quiere iluminar sobre un concepto que en sí mismo es elemental, pero que pocos llegan a profundizar: guiar hacia un desastre no es guiar a la vida, sino a la muerte. Quien enseña a morir o a matar a los demás no es un maestro de vida, sino un “asesino”.
El Señor hoy está —diríamos— de malhumor, está justamente enfadado con los guías que extravían al prójimo y le quitan el gusto del vivir y, finalmente, la vida: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros!» (Mt 23,15).
Hay gente que intenta de verdad entrar en el Reino de los cielos, y quitarle esta ilusión es una culpa verdaderamente grave. Se han apoderado de las llaves de entrada, pero para ellos representan un “juguete”, algo llamativo para tener colgado en el cinturón y nada más. Los fariseos persiguen a los individuos, y les “dan la caza” para llevarlos a su propia convicción religiosa; no a la de Dios, sino a la propia; con el fin de convertirlos no en hijos de Dios, sino del infierno. Su orgullo no eleva al cielo, no conduce a la vida, sino a la perdición. ¡Que error tan grave!
«Guías —les dice Jesús— ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello» (Mt 23,24). Todo está trocado, revuelto; el Señor repetidamente ha intentado destapar las orejas y desvelar los ojos a los fariseos, pero dice el profeta Zacarías: «Ellos no pusieron atención, volvieron obstinadamente las espaldas y se taparon las orejas para no oír» (Za 7,11). Entonces, en el momento del juicio, el juez emitirá una sentencia severa: «¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!» (Mt 7,23). No es suficiente saber más: hace falta saber la verdad y enseñarla con humilde fidelidad. Acordémonos del dicho de un auténtico maestro de sabiduría, santo Tomás de Aquino: «¡Mientras ensalzan su propia bravura, los soberbios envilecen la excelencia de la verdad!».
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP (San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)


Santoral Católico:
Santa Mónica
Madre de San Agustín


Mónica, la madre de San Agustín, nació en Tagaste (África del Norte) a unos 100 km de la ciudad de Cartago en el año 332.

Sus padres encomendaron la formación de sus hijas a una mujer muy religiosa y estricta en disciplina. Ella no las dejaba tomar bebidas entre horas (aunque aquellas tierras son de clima muy caliente) pues les decía : "Ahora cada vez que tengan sed van a tomar bebidas para calmarla. Y después que sean mayores y tengan las llaves de la pieza donde esta el vino, tomarán licor y esto les hará mucho daño." Mónica le obedeció los primeros años pero, después ya mayor, empezó a ir a escondidas al depósito y cada vez que tenía sed tomaba un vaso de vino. Más sucedió que un día regañó fuertemente a un obrero y éste por defenderse le gritó ¡Borracha! Esto le impresionó profundamente y nunca lo olvidó en toda su vida, y se propuso no volver a tomar jamás bebidas alcohólicas. Pocos meses después fue bautizada (en ese tiempo bautizaban a la gente ya entrada en años) y desde su bautismo su conversión fue admirable.

Ella deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad pero sus padres dispusieron que tenía que esposarse con un hombre llamado Patricio. Este era un buen trabajador, pero de genio terrible, además mujeriego, jugador y pagano, que no tenía gusto alguno por lo espiritual. La hizo sufrir muchísimo y por treinta años ella tuvo que aguantar sus estallidos de ira ya que gritaba por el menor disgusto, pero éste jamás se atrevió a levantar su mano contra ella. Tuvieron tres hijos : dos varones y una mujer. Los dos menores fueron su alegría y consuelo, pero el mayor Agustín, la hizo sufrir por varias décadas.

En aquella región del norte de África donde las personas eran sumamente agresivas, las demás esposas le preguntaban a Mónica por qué su esposo era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, pero que nunca la golpeaba, y en cambio los esposos de ellas las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió: "Es que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio. Cuando él grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos y yo no acepto entrar en pelea, pues....no peleamos".

Patricio no era católico, y aunque criticaba el mucho rezar de su esposa y su generosidad tan grande hacia los pobres, nunca se opuso a que ella dedicara de su tiempo a estos buenos oficios. Y quizás, el ejemplo de vida de su esposa logró su conversión. Mónica rezaba y ofrecía sacrificios por su esposo y al fin alcanzó de Dios la gracia de que en el año de 371 Patricio se hiciera bautizar, y que lo mismo hiciera su suegra, mujer terriblemente colérica que por meterse demasiado en el hogar de su nuera le había amargado grandemente la vida a la pobre Mónica. Un año después de su bautizo, Patricio murió, dejando a la pobre viuda con el problema de su hijo mayor.

Patricio y Mónica se habían dado cuenta de que Agustín era extraordinariamente inteligente, y por eso decidieron enviarle a la capital del estado, a Cartago, a estudiar filosofía, literatura y oratoria. Pero a Patricio, en aquella época, solo le interesaba que Agustín sobresaliera en los estudios, fuera reconocido y celebrado socialmente y sobresaliese en los ejercicios físicos. Nada le importaba la vida espiritual o la falta de ella de su hijo, y Agustín, ni corto ni perezoso, fue alejándose cada vez más de la fe y cayendo en mayores y peores pecados y errores.

Cuando murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron a llegarle a Mónica noticias cada vez más preocupantes del comportamiento de su hijo. En una enfermedad, ante el temor a la muerte, se hizo instruir acerca de la religión y propuso hacerse católico, pero al ser sanado de la enfermedad abandonó su propósito de hacerlo. Adoptó las creencias y prácticas de una la secta Maniquea, que afirmaban que el mundo no lo había hecho Dios, sino el diablo. Y Mónica, que era bondadosa pero no cobarde, ni débil de carácter, al volver su hijo de vacaciones y escucharle argumentar falsedades contra la verdadera religión, lo echó sin más de la casa y cerró las puertas, porque bajo su techo no albergaba a enemigos de Dios.

Sucedió que en esos días Mónica tuvo un sueño en el que se vio en un bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo, Se le acercó un personaje muy resplandeciente y le dijo: "tu hijo volverá contigo", y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narró a su hijo el sueño y él le dijo lleno de orgullo, que eso significaba que se iba a volver maniquea, como él. A eso ella respondió: "En el sueño no me dijeron, la madre irá a donde el hijo, sino el hijo volverá a la madre". Su respuesta tan hábil impresionó mucho a su hijo Agustín, quien más tarde consideró la visión como una inspiración del cielo. Esto sucedió en el año 437. Aún faltaban 9 años para que Agustín se convirtiera.

En cierta ocasión Mónica contó a un Obispo que llevaba años y años rezando, ofreciendo sacrificios y haciendo rezar a sacerdotes y amigos por la conversión de Agustín. El obispo le respondió: "Esté tranquila, es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas". Esta admirable respuesta y lo que oyó decir en el sueño, le daban consuelo y llenaban de esperanza, a pesar de que Agustín no daba la más mínima señal de arrepentimiento.

A los 29 años, Agustín decide irse a Roma a dar clases. Ya era todo un maestro. Mónica se decide a seguirle para intentar alejarlo de las malas influencias pero Agustín al llegar al puerto de embarque, por medio de un engaño se embarca sin ella y se va a Roma sin ella. Pero Mónica, no dejándose derrotar tan fácilmente toma otro barco y va tras de él.

En Milán; Mónica conoce al santo más famoso de la época en Italia, el célebre San Ambrosio, Arzobispo de la ciudad. En él encontró un verdadero padre, lleno de bondad y sabiduría que le impartió sabios consejos. Además de Mónica, San Ambrosio también tuvo un gran impacto sobre Agustín, a quien atrajo inicialmente por su gran conocimiento y poderosa personalidad. Poco a poco comenzó a operarse un cambio notable en Agustín, escuchaba con gran atención y respeto a San Ambrosio, desarrolló por él un profundo cariño y abrió finalmente su mente y corazón a las verdades de la fe católica.

En el año 387, ocurrió la conversión de Agustín, se hizo instruir en la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se hizo bautizar.

Agustín, ya convertido, dispuso volver con su madre y su hermano, a su tierra, en África, y se fueron al puerto de Ostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había conseguido todo lo que anhelaba es esta vida, que era ver la conversión de su hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que estando ahí en una casa junto al mar, mientras madre e hijo admiraban el cielo estrellado y platicaban sobre las alegrías venideras cuando llegaran al cielo, Mónica exclamó entusiasmada:
"¿Y a mí que más me amarra a la tierra? Ya he obtenido de Dios mi gran deseo, el verte cristiano". Poco después le invadió una fiebre, que en pocos días se agravó y le ocasionaron la muerte. Murió a los 55 años de edad del año 387.

A lo largo de los siglos, miles han encomendado a Santa Mónica a sus familiares más queridos y han conseguido conversiones admirables.

En algunas pinturas, está vestida con traje de monja, ya que por costumbre así se vestían en aquél tiempo las mujeres que se dedicaban a la vida espiritual, despreciando adornos y vestimentas vanidosas. También la vemos con un bastón de caminante, por sus muchos viajes tras del hijo de sus lágrimas. Otros la han pintado con un libro en la mano, para rememorar el momento por ella tan deseado,  la conversión definitiva de su hijo, cuando por inspiración divina abrió y leyó al azar una página de la Biblia.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“La ciencia moderna aún no ha producido
un medicamento tranquilizador tan eficaz
como lo son unas pocas palabras bondadosas”

Sigmund Freud


Tema del día:
Lo bello de la vida


Lo bello de la vida es saber vivirla.

Vive cada instante de tu vida, con intensidad, con amor, sin razón ni medida, solamente vive a plenitud cada momento que la vida te ofrece.

Si te pone pruebas, supéralas, es un reto, pero disfruta al superarlas y alcanza tus metas sin miedo, sin rendirte. Porque el fuerte lucha jamás se rinde.

Si tropiezas y caes, levántate no te des por vencido antes de empezar, y si volvieras a tropezar y de nuevo caer, levántate con más ímpetu y mas fuerzas de luchar que antes, No hay obstáculos que no se puedan vencer.

Hazte grande ante la adversidad, superarlo está en ti.

No te afanes a lo material, es necesario, pero no imprescindible.

Vive con humildad esto, te hará grande ante los demás

Da todo cuanto puedas sin esperar nada a cambio, pero hazlo que salga de tu corazón, nada impuesto es bueno. La vida te sabrá recompensar.

Vive con sencillez no hagas alarde de lo que eres o posees, has sido bendecido por Dios al obtenerlo. No hagas leña del árbol caído. Ten presente que en algún momento de la vida, tal vez hayas estado o puedes estar en las mismas condiciones.

No permitas en tu vida, la mediocridad, ni la hipocresía, son sentimientos vanos y bajos, que solo conllevan a la tristeza, la amargura y la soledad.

Aleja de ti los malos pensamientos, la rabia, la venganza, la envidia, la soberbia y la mentira, corroen tu alma y dañan tu corazón.

Abre tu corazón al amor y al perdón, esto te hará libre y dejará fluir la nobleza que habita en él.

“Vive a plenitud cada instante de tu vida, sin tener presente el ayer, sin pensar en el mañana, solo vive hoy cada momento que la vida te regala”

“Porque la vida es bella, y vale la pena vivirla”.


Pensamientos sanadores


Pídele al Señor que te conceda el don de la sonrisa

Sonreír no siempre es fácil. En ciertas ocasiones, hasta parecería una locura. Sin embargo, la sonrisa del rostro puede ser como una ventana que se abre y que deja entrar la luz, que, desde afuera, anuncia un nuevo amanecer.
Clama al Señor, canta y alábalo, para que te ayude a pintar una sonrisa en tu rostro; pero también pídele que la sonrisa no se quede sólo en lo exterior, como si fuese una máscara, sino que se irradie hasta lo más hondo de tu ser. De ese modo, las situaciones más trágicas y difíciles se tornarán más livianas y fáciles de sobrellevar, y experimentarás que el Espíritu de Dios aletea en tu alma y te ayuda con tus cargas.

No, Dios no desdeña al hombre íntegro, no toma de la mano a los malvados. Él llenará otra vez tu boca de risas y tus labios de aclamaciones jubilosas. Job 8, 20-21.


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por María Teresa, de Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina, que está pasando momentos difíciles por efecto del cáncer. Que Dios, Nuestro Señor, la alivie y mejore de esta enfermedad y que María, Nuestra Madre, la conforte y proteja con su manto.

Pedimos oración por Julieta S. de 15 años que vive en Villa Ángela, Chaco, Argentina, que será operada de las rodillas y pies el próximo viernes 31, rogando a Jesús Misericordioso guie a los médicos que la van a intervenir para que todo resulte bien, y que la Santísima Virgen la proteja y ayude a superar esta dificultad.

Pedimos oración por Ernesto L., que vive en Mar del Plata, Argentina, que tiene un tumor en un riñón por lo que le será extirpado este miércoles. Rogamos al Señor que todo salga bien y termine allí su mal.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos.


El rincón de los lectores


# Esther - 25 de Agosto de 2012 - Argentina

Sr. Felipe de Urca: 
Con todo mi respeto llego a Ud. para manifestarle que me he sentido desilusionada y contrariada debido al power point sobre la leyenda del halcón, me interesó, la leí con atención, le cuento que soy  narradora  oral, y todo lo que se refiera a ahondar en los valores morales  me interesa para poder  transmitirlo a mis semejantes.
La sorpresa fue al final, esta leyenda culmina con un tinte político que nada tiene que ver con la página cristiana que con respeto leo todos los días. La política es como el futbol, "soy adherente de lo que fue mi papá, por lo tanto hablo, critico y difamo según mi tendencia heredada. Algunos  ni siquiera opinan con criterio personal ni juicio crítico". 
Por lo tanto  me molestó de sobremanera terminar leyendo en su página un cuento con final tendencioso y de género político aludiendo a la Argentina. Se habla de mentiras, de soberbia, de gente triste y abatida y alienta a levantarse contra el poder. ¿Eso es lo que nos enseñó Jesús?     
Deseo  seguir leyendo  la hermosa página de Semillitas que tan bien me hace, valoro el trabajo de selección de temas, frases, sugerencias  que desde hace tiempo recrean mi alma, dejándome la frescura de la pureza que de Dios emana. ¡Me asombré  al  encontrar un power point que deja entrever  una  inclinación política! ¡Nada que ver con la cristiandad! 
Con  todo respeto lo saluda una asidua lectora.
Esther 


# Nota del autor:

Querida Esther:
Lamento que la publicación del power point titulado “La decisión argentina” te  haya producido esta reacción de sorpresa desagradable. No era mi intención molestar a nadie y por eso, con todo el respeto que tú me mereces, trataré de darte una respuesta.
En primer lugar debo decirte que no soy el autor del power point (el nombre del autor está en la última diapositiva), pero de todos modos asumo la responsabilidad de haberlo compartido con los lectores de Pequeñas Semillitas porque me ha parecido un excelente trabajo, muy bien hecho, utilizando el ejemplo de la fábula para movilizar la conciencia de un pueblo (nuestro pueblo argentino) anestesiado en sus principios cívicos, mientras quienes nos gobiernan están generando la desintegración del país en todos sus aspectos (republicanos, éticos, morales, económicos, educativos, etc.).
No tengo adhesión personal a ningún partido político porque creo que en estos tiempos todos están igualmente dominados mayoritariamente por personas incapaces, corruptas y para nada interesadas en el bien común y el progreso del país. Por eso te digo que no me fijo si son peronistas, radicales o de otro signo.
Cuando creo que lo que hacen es malo, no puedo quedarme callado ni de brazos cruzados. Porque la pasividad de la gran mayoría de los argentinos es lo que está permitiendo que ocurra todo lo que ocurre. Lo cual no significa promover ningún tipo de reacción violenta ni de levantamientos contra el poder. Soy enemigo de toda forma de violencia y pacifista por naturaleza y convicción.
Se trata entonces de hacer que los ciudadanos despertemos y tomemos conciencia de la realidad y exijamos de los gobernantes que cumplan cabalmente su función para la que el pueblo les ha dado mandato, y asimismo exigir a la justicia que sancione como corresponde todos los actos de corrupción o de violación de las leyes y de la misma Constitución Nacional por parte de algunos gobernantes.
Por eso reenvié el power point. Porque mi página es y seguirá siendo como lo dice el subtítulo del blog en internet: un “Boletín diario sobre temas de interés general y de reflexión personal con orientación cristiana”, por lo tanto los temas de interés general no pueden ser ajenos a “Pequeñas Semillitas”.
Con relación a Jesús, te recuerdo que Él, como judío que era, se involucró fuertemente en las cuestiones que interesaban a su pueblo. Bien podría decirse que Él fue un revolucionario que luchó contra la opresión del imperio romano ejercida sobre los judíos. Por eso también lo condenaron a morir los representantes de Roma en Judea: porque temían que se transformase en un líder de los judíos que pudiera levantarlos contra Roma. Y lo mataron en la cruz, que era una condena que se reservaba a los presos políticos, los disidentes, los “peligrosos”. Quiero destacar también que Jesús no sólo predicó con sus palabras las actitudes morales, sino que también con los hechos, tal como ocurrió cuando corrió a latigazos a los mercaderes en el templo de Jerusalén. "Han convertido mi casa en una cueva de ladrones ¡corruptos!" (Juan 2, 13-25).
No es mi deseo hacer más largo este tema ni generar polémicas. Sólo he querido responder a tus opiniones con el mayor respeto y lamentando que te hayas sentido mal. También menciono que la publicación del power point “La decisión argentina” ha motivado muchos mensajes de adhesión de lectores argentinos y hasta de lectores de otros países que sienten que en sus patrias está pasando algo similar (Venezuela, concretamente). Y también unos pocos lectores se han manifestado contrariados por su publicación. Por eso hago pública la carta de Esther, y va esta respuesta para todos. Y dejo constancia que preservo la identidad y el correo electrónico de Esther como manifestación de respeto a su persona y para evitar que nadie le escriba generando polémicas o molestias para ella.
Te saludo Esther con todo afecto y respeto.
Felipe


"Intimidad Divina"

Señor mío y Dios mío

La vida natural y la sobrenatural, el entender y el querer, todo don de naturaleza y de gracia, todo recurso y capacidad, el universo que lo rodea y todo cuanto sirve para su existencia, las maravillas y las riquezas de la creación: todo proviene de Dios, que es Creador, Señor y Padre. “Yo soy el Señor tu Dios” (Dt 5, 6). Esta solemne afirmación que inicia el Decálogo y marca su ritmo, debe penetrar en el corazón del hombre y grabar en él el sentimiento profundo de la soberanía de Dios, a la que le reconocen todos los derechos. Dar a Dios lo que es de Dios, deber esencial de la virtud de la religión, significa reconocer y vivir su señorío absoluto, tributándole no algún acto de obsequio, sino el obsequio total del espíritu, del corazón y de la vida. La virtud de la religión pone al cristiano en una actitud de sujeción a Dios sin reservas y de culto interior, que, haciéndole reconocer en él al único Señor, lo convierte en verdadero adorador “en espíritu y en verdad” (Jn 4, 24).

El señorío del Señor hay que vivirlo en serio, en lo concreto de la vida diaria. “No habrá para ti otros dioses delante de mi… Porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso” (Dt 5, 7-9) dice el Decálogo. Y Jesús lo confirma precisando: “Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto. Nadie puede servir a dos señores” (Mt 4, 10; 6, 24). El cristiano tiene un único Dios, un único Amo, un único Señor. ¿Quién lo duda en teoría? Pero en la práctica es demasiado fácil aceptar en la propia vida la concurrencia de otros amos. El yo, el dinero, el placer, son amos a los que el cristiano no raras veces siente la tentación de servir.

“El que no está conmigo está contra mí” ha dicho Jesús (Mt 12, 30). Todo lo que en la vida del hombre no concuerda con esa exigencia de estar con Cristo y de dar a Dios la primacía que le pertenece, está contra Cristo, contra Dios. Para afianzar su elección, para tutelar en sí los derechos de Dios, debe el cristiano en toda su conducta renunciarse a sí mismo y a cualquier cosa –grande o pequeña– que lo sustraiga en poco o en mucho al señorío del Altísimo. Es ésta la exigencia fundamental incluida en el primer mandamiento, clave de la observancia de todo el decálogo. Solo así se podrá amar a Dios “con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas” (Mc 12, 30). Sólo así será el cristiano sincero cuando, postrándose en adoración diga: “Señor mío y Dios mío” (Jn 20, 28).

¡Dios mío y mi todo! Poseerte equivale a poseerlo todo. ¡Dáteme a ti mismo, Señor! No osaría aventurar una demanda tan atrevida, señal de presunción, si tú mismo no me hubieses acodiciado. Tú has tomado mi naturaleza, te has hecho mi hermano, has muerto como mueren los demás hombres, y cierto de modo más terrible, todo para que pueda yo acercarme a ti con plena confianza y no me quede lejos, presa del temor… ¡Dios mío y mi todo! Nada sabría añadir, aunque hablase por toda la eternidad. Poseyéndote a ti, soy infinitamente rico; sin ti, en cambio nada soy, me desmorono, me disuelvo, me desvanezco. (J. H. Newman, Madurez cristiana)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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