PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1799 ~ Lunes
27 de Agosto de 2012
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
De la hojita “El Domingo” de ayer, voy a copiar un
hermoso texto para iniciar esta edición de nuestro boletín:
Jesús no llama a los perfectos; sí a los decididos. Todos
pasamos por momentos en que el lenguaje de Jesús –las exigencias del Evangelio–
nos parece duro, exigente, hasta incomprensible. “No robar”, en medio de la
corrupción generalizada; ser fiel, en medio de la “infidelidad promocionada”;
optar por la solidaridad, la incomodidad, el sacrificio a favor del prójimo…
resulta “duro” en la “dura” lucha de la vida.
Cristo busca a los decididos: ¿También ustedes quieren irse? No son tiempos estos para ser
cristiano “por costumbre o rutina”. Vivimos en una sociedad donde Dios ha
pasado a ser “el gran marginado, el gran excluido”. ¡Qué actual resulta la
Palabra de Dios! ¡Elijan hoy a quién
quieren servir!
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y
fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros
ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. ¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer
un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble
que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: ‘Si uno jura por el
Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda
obligado!’ ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario
que hace sagrado el oro? Y también: ‘Si uno jura por el altar, eso no es nada;
mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado’. ¡Ciegos! ¿Qué es
más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? Quien jura,
pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por
el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo,
jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él».
(Mt 23,13-22)
Comentario
Hoy, el Señor nos quiere iluminar sobre un concepto que
en sí mismo es elemental, pero que pocos llegan a profundizar: guiar hacia un
desastre no es guiar a la vida, sino a la muerte. Quien enseña a morir o a
matar a los demás no es un maestro de vida, sino un “asesino”.
El Señor hoy está —diríamos— de malhumor, está justamente
enfadado con los guías que extravían al prójimo y le quitan el gusto del vivir
y, finalmente, la vida: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que
recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le
hacéis hijo de condenación el doble que vosotros!» (Mt 23,15).
Hay gente que intenta de verdad entrar en el Reino de los
cielos, y quitarle esta ilusión es una culpa verdaderamente grave. Se han
apoderado de las llaves de entrada, pero para ellos representan un “juguete”,
algo llamativo para tener colgado en el cinturón y nada más. Los fariseos
persiguen a los individuos, y les “dan la caza” para llevarlos a su propia
convicción religiosa; no a la de Dios, sino a la propia; con el fin de
convertirlos no en hijos de Dios, sino del infierno. Su orgullo no eleva al
cielo, no conduce a la vida, sino a la perdición. ¡Que error tan grave!
«Guías —les dice Jesús— ciegos, que coláis el mosquito y
os tragáis el camello» (Mt 23,24). Todo está trocado, revuelto; el Señor
repetidamente ha intentado destapar las orejas y desvelar los ojos a los
fariseos, pero dice el profeta Zacarías: «Ellos no pusieron atención, volvieron
obstinadamente las espaldas y se taparon las orejas para no oír» (Za 7,11).
Entonces, en el momento del juicio, el juez emitirá una sentencia severa:
«¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!» (Mt 7,23). No es
suficiente saber más: hace falta saber la verdad y enseñarla con humilde
fidelidad. Acordémonos del dicho de un auténtico maestro de sabiduría, santo
Tomás de Aquino: «¡Mientras ensalzan su propia bravura, los soberbios envilecen
la excelencia de la verdad!».
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP (San Domenico di Fiesole,
Florencia, Italia)
Santoral Católico:
Santa Mónica
Madre de San Agustín
Mónica, la madre de San Agustín, nació en Tagaste (África
del Norte) a unos 100 km de la ciudad de Cartago en el año 332.
Sus padres encomendaron la formación de sus hijas a una
mujer muy religiosa y estricta en disciplina. Ella no las dejaba tomar bebidas
entre horas (aunque aquellas tierras son de clima muy caliente) pues les decía
: "Ahora cada vez que tengan sed van a tomar bebidas para calmarla. Y
después que sean mayores y tengan las llaves de la pieza donde esta el vino,
tomarán licor y esto les hará mucho daño." Mónica le obedeció los primeros
años pero, después ya mayor, empezó a ir a escondidas al depósito y cada vez
que tenía sed tomaba un vaso de vino. Más sucedió que un día regañó fuertemente
a un obrero y éste por defenderse le gritó ¡Borracha! Esto le impresionó
profundamente y nunca lo olvidó en toda su vida, y se propuso no volver a tomar
jamás bebidas alcohólicas. Pocos meses después fue bautizada (en ese tiempo
bautizaban a la gente ya entrada en años) y desde su bautismo su conversión fue
admirable.
Ella deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad
pero sus padres dispusieron que tenía que esposarse con un hombre llamado
Patricio. Este era un buen trabajador, pero de genio terrible, además
mujeriego, jugador y pagano, que no tenía gusto alguno por lo espiritual. La
hizo sufrir muchísimo y por treinta años ella tuvo que aguantar sus estallidos
de ira ya que gritaba por el menor disgusto, pero éste jamás se atrevió a
levantar su mano contra ella. Tuvieron tres hijos : dos varones y una mujer.
Los dos menores fueron su alegría y consuelo, pero el mayor Agustín, la hizo
sufrir por varias décadas.
En aquella región del norte de África donde las personas
eran sumamente agresivas, las demás esposas le preguntaban a Mónica por qué su
esposo era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, pero que nunca
la golpeaba, y en cambio los esposos de ellas las golpeaban sin compasión.
Mónica les respondió: "Es que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me
esfuerzo por estar de buen genio. Cuando él grita, yo me callo. Y como para
pelear se necesitan dos y yo no acepto entrar en pelea, pues....no peleamos".
Patricio no era católico, y aunque criticaba el mucho
rezar de su esposa y su generosidad tan grande hacia los pobres, nunca se opuso
a que ella dedicara de su tiempo a estos buenos oficios. Y quizás, el ejemplo
de vida de su esposa logró su conversión. Mónica rezaba y ofrecía sacrificios
por su esposo y al fin alcanzó de Dios la gracia de que en el año de 371
Patricio se hiciera bautizar, y que lo mismo hiciera su suegra, mujer
terriblemente colérica que por meterse demasiado en el hogar de su nuera le
había amargado grandemente la vida a la pobre Mónica. Un año después de su
bautizo, Patricio murió, dejando a la pobre viuda con el problema de su hijo
mayor.
Patricio y Mónica se habían dado cuenta de que Agustín
era extraordinariamente inteligente, y por eso decidieron enviarle a la capital
del estado, a Cartago, a estudiar filosofía, literatura y oratoria. Pero a
Patricio, en aquella época, solo le interesaba que Agustín sobresaliera en los
estudios, fuera reconocido y celebrado socialmente y sobresaliese en los
ejercicios físicos. Nada le importaba la vida espiritual o la falta de ella de
su hijo, y Agustín, ni corto ni perezoso, fue alejándose cada vez más de la fe
y cayendo en mayores y peores pecados y errores.
Cuando murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron
a llegarle a Mónica noticias cada vez más preocupantes del comportamiento de su
hijo. En una enfermedad, ante el temor a la muerte, se hizo instruir acerca de
la religión y propuso hacerse católico, pero al ser sanado de la enfermedad
abandonó su propósito de hacerlo. Adoptó las creencias y prácticas de una la
secta Maniquea, que afirmaban que el mundo no lo había hecho Dios, sino el
diablo. Y Mónica, que era bondadosa pero no cobarde, ni débil de carácter, al
volver su hijo de vacaciones y escucharle argumentar falsedades contra la
verdadera religión, lo echó sin más de la casa y cerró las puertas, porque bajo
su techo no albergaba a enemigos de Dios.
Sucedió que en esos días Mónica tuvo un sueño en el que
se vio en un bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo, Se le acercó
un personaje muy resplandeciente y le dijo: "tu hijo volverá
contigo", y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narró a su hijo el
sueño y él le dijo lleno de orgullo, que eso significaba que se iba a volver
maniquea, como él. A eso ella respondió: "En el sueño no me dijeron, la
madre irá a donde el hijo, sino el hijo volverá a la madre". Su respuesta
tan hábil impresionó mucho a su hijo Agustín, quien más tarde consideró la
visión como una inspiración del cielo. Esto sucedió en el año 437. Aún faltaban
9 años para que Agustín se convirtiera.
En cierta ocasión Mónica contó a un Obispo que llevaba
años y años rezando, ofreciendo sacrificios y haciendo rezar a sacerdotes y
amigos por la conversión de Agustín. El obispo le respondió: "Esté
tranquila, es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas". Esta
admirable respuesta y lo que oyó decir en el sueño, le daban consuelo y
llenaban de esperanza, a pesar de que Agustín no daba la más mínima señal de
arrepentimiento.
A los 29 años, Agustín decide irse a Roma a dar clases.
Ya era todo un maestro. Mónica se decide a seguirle para intentar alejarlo de
las malas influencias pero Agustín al llegar al puerto de embarque, por medio
de un engaño se embarca sin ella y se va a Roma sin ella. Pero Mónica, no
dejándose derrotar tan fácilmente toma otro barco y va tras de él.
En Milán; Mónica conoce al santo más famoso de la época
en Italia, el célebre San Ambrosio, Arzobispo de la ciudad. En él encontró un
verdadero padre, lleno de bondad y sabiduría que le impartió sabios consejos.
Además de Mónica, San Ambrosio también tuvo un gran impacto sobre Agustín, a
quien atrajo inicialmente por su gran conocimiento y poderosa personalidad.
Poco a poco comenzó a operarse un cambio notable en Agustín, escuchaba con gran
atención y respeto a San Ambrosio, desarrolló por él un profundo cariño y abrió
finalmente su mente y corazón a las verdades de la fe católica.
En el año 387, ocurrió la conversión de Agustín, se hizo
instruir en la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se
hizo bautizar.
Agustín, ya convertido, dispuso volver con su madre y su
hermano, a su tierra, en África, y se fueron al puerto de Ostia a esperar el
barco. Pero Mónica ya había conseguido todo lo que anhelaba es esta vida, que
era ver la conversión de su hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que
estando ahí en una casa junto al mar, mientras madre e hijo admiraban el cielo
estrellado y platicaban sobre las alegrías venideras cuando llegaran al cielo,
Mónica exclamó entusiasmada:
"¿Y a mí que más me amarra a la tierra? Ya he
obtenido de Dios mi gran deseo, el verte cristiano". Poco después le
invadió una fiebre, que en pocos días se agravó y le ocasionaron la muerte.
Murió a los 55 años de edad del año 387.
A lo largo de los siglos, miles han encomendado a Santa
Mónica a sus familiares más queridos y han conseguido conversiones admirables.
En algunas pinturas, está vestida con traje de monja, ya
que por costumbre así se vestían en aquél tiempo las mujeres que se dedicaban a
la vida espiritual, despreciando adornos y vestimentas vanidosas. También la
vemos con un bastón de caminante, por sus muchos viajes tras del hijo de sus
lágrimas. Otros la han pintado con un libro en la mano, para rememorar el
momento por ella tan deseado, la
conversión definitiva de su hijo, cuando por inspiración divina abrió y leyó al
azar una página de la Biblia.
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
“La ciencia moderna aún no ha producido
un medicamento tranquilizador tan eficaz
como lo son unas pocas palabras bondadosas”
Sigmund Freud
Tema del día:
Lo bello de la vida
Lo bello de la vida es saber vivirla.
Vive cada instante de tu vida, con intensidad, con amor,
sin razón ni medida, solamente vive a plenitud cada momento que la vida te
ofrece.
Si te pone pruebas, supéralas, es un reto, pero disfruta
al superarlas y alcanza tus metas sin miedo, sin rendirte. Porque el fuerte
lucha jamás se rinde.
Si tropiezas y caes, levántate no te des por vencido
antes de empezar, y si volvieras a tropezar y de nuevo caer, levántate con más
ímpetu y mas fuerzas de luchar que antes, No hay obstáculos que no se puedan
vencer.
Hazte grande ante la adversidad, superarlo está en ti.
No te afanes a lo material, es necesario, pero no
imprescindible.
Vive con humildad esto, te hará grande ante los demás
Da todo cuanto puedas sin esperar nada a cambio, pero
hazlo que salga de tu corazón, nada impuesto es bueno. La vida te sabrá
recompensar.
Vive con sencillez no hagas alarde de lo que eres o
posees, has sido bendecido por Dios al obtenerlo. No hagas leña del árbol
caído. Ten presente que en algún momento de la vida, tal vez hayas estado o
puedes estar en las mismas condiciones.
No permitas en tu vida, la mediocridad, ni la hipocresía,
son sentimientos vanos y bajos, que solo conllevan a la tristeza, la amargura y
la soledad.
Aleja de ti los malos pensamientos, la rabia, la
venganza, la envidia, la soberbia y la mentira, corroen tu alma y dañan tu
corazón.
Abre tu corazón al amor y al perdón, esto te hará libre y
dejará fluir la nobleza que habita en él.
“Vive a plenitud cada instante de tu vida, sin tener
presente el ayer, sin pensar en el mañana, solo vive hoy cada momento que la
vida te regala”
“Porque la vida es bella, y vale la pena vivirla”.
Pensamientos sanadores
Pídele al Señor que te conceda el don de la sonrisa
Sonreír no siempre es fácil. En ciertas ocasiones, hasta parecería
una locura. Sin embargo, la sonrisa del rostro puede ser como una ventana que
se abre y que deja entrar la luz, que, desde afuera, anuncia un nuevo amanecer.
Clama al Señor, canta y alábalo, para que te ayude a
pintar una sonrisa en tu rostro; pero también pídele que la sonrisa no se quede
sólo en lo exterior, como si fuese una máscara, sino que se irradie hasta lo
más hondo de tu ser. De ese modo, las situaciones más trágicas y difíciles se
tornarán más livianas y fáciles de sobrellevar, y experimentarás que el
Espíritu de Dios aletea en tu alma y te ayuda con tus cargas.
No, Dios no desdeña
al hombre íntegro, no toma de la mano a los malvados. Él llenará otra vez tu
boca de risas y tus labios de aclamaciones jubilosas. Job 8, 20-21.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las
familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por María Teresa, de Comodoro Rivadavia,
Chubut, Argentina, que está pasando momentos difíciles por efecto del cáncer.
Que Dios, Nuestro Señor, la alivie y mejore de esta enfermedad y que María,
Nuestra Madre, la conforte y proteja con su manto.
Pedimos oración por Julieta S. de 15 años que vive en
Villa Ángela, Chaco, Argentina, que será operada de las rodillas y pies el
próximo viernes 31, rogando a Jesús Misericordioso guie a los médicos que la
van a intervenir para que todo resulte bien, y que la Santísima Virgen la
proteja y ayude a superar esta dificultad.
Pedimos oración por Ernesto L., que vive en Mar del
Plata, Argentina, que tiene un tumor en un riñón por lo que le será extirpado
este miércoles. Rogamos al Señor que todo salga bien y termine allí su mal.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos.
El rincón de los lectores
# Esther - 25 de
Agosto de 2012 - Argentina
Sr. Felipe de Urca:
Con todo mi respeto llego a Ud. para manifestarle que me
he sentido desilusionada y contrariada debido al power point sobre la leyenda
del halcón, me interesó, la leí con atención, le cuento que soy narradora
oral, y todo lo que se refiera a ahondar en los valores morales me interesa para poder transmitirlo a mis semejantes.
La sorpresa fue al final, esta leyenda culmina con un
tinte político que nada tiene que ver con la página cristiana que con respeto
leo todos los días. La política es como el futbol, "soy adherente de lo
que fue mi papá, por lo tanto hablo, critico y difamo según mi tendencia
heredada. Algunos ni siquiera opinan con
criterio personal ni juicio crítico".
Por lo tanto me
molestó de sobremanera terminar leyendo en su página un cuento con final
tendencioso y de género político aludiendo a la Argentina. Se habla de
mentiras, de soberbia, de gente triste y abatida y alienta a levantarse contra
el poder. ¿Eso es lo que nos enseñó Jesús?
Deseo seguir
leyendo la hermosa página de Semillitas
que tan bien me hace, valoro el trabajo de selección de temas, frases,
sugerencias que desde hace tiempo recrean
mi alma, dejándome la frescura de la pureza que de Dios emana. ¡Me asombré al
encontrar un power point que deja entrever una
inclinación política! ¡Nada que ver con la cristiandad!
Con todo respeto
lo saluda una asidua lectora.
Esther
# Nota del autor:
Querida Esther:
Lamento que la publicación del power point titulado “La
decisión argentina” te haya producido
esta reacción de sorpresa desagradable. No era mi intención molestar a nadie y
por eso, con todo el respeto que tú me mereces, trataré de darte una respuesta.
En primer lugar debo decirte que no soy el autor del
power point (el nombre del autor está en la última diapositiva), pero de todos
modos asumo la responsabilidad de haberlo compartido con los lectores de
Pequeñas Semillitas porque me ha parecido un excelente trabajo, muy bien hecho,
utilizando el ejemplo de la fábula para movilizar la conciencia de un pueblo
(nuestro pueblo argentino) anestesiado en sus principios cívicos, mientras
quienes nos gobiernan están generando la desintegración del país en todos sus
aspectos (republicanos, éticos, morales, económicos, educativos, etc.).
No tengo adhesión personal a ningún partido político
porque creo que en estos tiempos todos están igualmente dominados
mayoritariamente por personas incapaces, corruptas y para nada interesadas en
el bien común y el progreso del país. Por eso te digo que no me fijo si son
peronistas, radicales o de otro signo.
Cuando creo que lo que hacen es malo, no puedo quedarme
callado ni de brazos cruzados. Porque la pasividad de la gran mayoría de los
argentinos es lo que está permitiendo que ocurra todo lo que ocurre. Lo cual no
significa promover ningún tipo de reacción violenta ni de levantamientos contra
el poder. Soy enemigo de toda forma de violencia y pacifista por naturaleza y
convicción.
Se trata entonces de hacer que los ciudadanos despertemos
y tomemos conciencia de la realidad y exijamos de los gobernantes que cumplan
cabalmente su función para la que el pueblo les ha dado mandato, y asimismo
exigir a la justicia que sancione como corresponde todos los actos de
corrupción o de violación de las leyes y de la misma Constitución Nacional por
parte de algunos gobernantes.
Por eso reenvié el power point. Porque mi página es y
seguirá siendo como lo dice el subtítulo del blog en internet: un “Boletín
diario sobre temas de interés general y de reflexión personal con orientación
cristiana”, por lo tanto los temas de interés general no pueden ser ajenos a
“Pequeñas Semillitas”.
Con relación a Jesús, te recuerdo que Él, como judío que
era, se involucró fuertemente en las cuestiones que interesaban a su pueblo.
Bien podría decirse que Él fue un revolucionario que luchó contra la opresión
del imperio romano ejercida sobre los judíos. Por eso también lo condenaron a
morir los representantes de Roma en Judea: porque temían que se transformase en
un líder de los judíos que pudiera levantarlos contra Roma. Y lo mataron en la
cruz, que era una condena que se reservaba a los presos políticos, los
disidentes, los “peligrosos”. Quiero destacar también que Jesús no sólo predicó
con sus palabras las actitudes morales, sino que también con los hechos, tal
como ocurrió cuando corrió a latigazos a los mercaderes en el templo de
Jerusalén. "Han convertido mi casa
en una cueva de ladrones ¡corruptos!" (Juan 2, 13-25).
No es mi deseo hacer más largo este tema ni generar
polémicas. Sólo he querido responder a tus opiniones con el mayor respeto y
lamentando que te hayas sentido mal. También menciono que la publicación del
power point “La decisión argentina” ha motivado muchos mensajes de adhesión de
lectores argentinos y hasta de lectores de otros países que sienten que en sus
patrias está pasando algo similar (Venezuela, concretamente). Y también unos
pocos lectores se han manifestado contrariados por su publicación. Por eso hago
pública la carta de Esther, y va esta respuesta para todos. Y dejo constancia
que preservo la identidad y el correo electrónico de Esther como manifestación
de respeto a su persona y para evitar que nadie le escriba generando polémicas
o molestias para ella.
Te saludo Esther con todo afecto y respeto.
Felipe
"Intimidad Divina"
Señor mío y Dios mío
La vida natural y la sobrenatural, el entender y el
querer, todo don de naturaleza y de gracia, todo recurso y capacidad, el
universo que lo rodea y todo cuanto sirve para su existencia, las maravillas y
las riquezas de la creación: todo proviene de Dios, que es Creador, Señor y
Padre. “Yo soy el Señor tu Dios” (Dt 5, 6). Esta solemne afirmación que inicia
el Decálogo y marca su ritmo, debe penetrar en el corazón del hombre y grabar
en él el sentimiento profundo de la soberanía de Dios, a la que le reconocen
todos los derechos. Dar a Dios lo que es de Dios, deber esencial de la virtud
de la religión, significa reconocer y vivir su señorío absoluto, tributándole
no algún acto de obsequio, sino el obsequio total del espíritu, del corazón y
de la vida. La virtud de la religión pone al cristiano en una actitud de
sujeción a Dios sin reservas y de culto interior, que, haciéndole reconocer en
él al único Señor, lo convierte en verdadero adorador “en espíritu y en verdad”
(Jn 4, 24).
El señorío del Señor hay que vivirlo en serio, en lo
concreto de la vida diaria. “No habrá para ti otros dioses delante de mi…
Porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso” (Dt 5, 7-9) dice el Decálogo.
Y Jesús lo confirma precisando: “Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás
culto. Nadie puede servir a dos señores” (Mt 4, 10; 6, 24). El cristiano tiene
un único Dios, un único Amo, un único Señor. ¿Quién lo duda en teoría? Pero en
la práctica es demasiado fácil aceptar en la propia vida la concurrencia de
otros amos. El yo, el dinero, el placer, son amos a los que el cristiano no
raras veces siente la tentación de servir.
“El que no está conmigo está contra mí” ha dicho Jesús
(Mt 12, 30). Todo lo que en la vida del hombre no concuerda con esa exigencia
de estar con Cristo y de dar a Dios la primacía que le pertenece, está contra
Cristo, contra Dios. Para afianzar su elección, para tutelar en sí los derechos
de Dios, debe el cristiano en toda su conducta renunciarse a sí mismo y a
cualquier cosa –grande o pequeña– que lo sustraiga en poco o en mucho al
señorío del Altísimo. Es ésta la exigencia fundamental incluida en el primer
mandamiento, clave de la observancia de todo el decálogo. Solo así se podrá
amar a Dios “con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas” (Mc
12, 30). Sólo así será el cristiano sincero cuando, postrándose en adoración
diga: “Señor mío y Dios mío” (Jn 20, 28).
¡Dios mío y mi
todo! Poseerte equivale a poseerlo todo. ¡Dáteme a ti mismo, Señor! No osaría
aventurar una demanda tan atrevida, señal de presunción, si tú mismo no me
hubieses acodiciado. Tú has tomado mi naturaleza, te has hecho mi hermano, has
muerto como mueren los demás hombres, y cierto de modo más terrible, todo para
que pueda yo acercarme a ti con plena confianza y no me quede lejos, presa del
temor… ¡Dios mío y mi todo! Nada sabría añadir, aunque hablase por toda la
eternidad. Poseyéndote a ti, soy infinitamente rico; sin ti, en cambio nada
soy, me desmorono, me disuelvo, me desvanezco. (J. H. Newman, Madurez
cristiana)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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