PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2312 ~ Jueves
20 de Marzo de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Aspira al éxito no a la perfección. Nunca renuncies al
derecho que tienes de equivocarte, porque, si no, perderás la capacidad de
aprender cosas nuevas y de avanzar en tu vida. De hecho, tenemos que aprender a
reconocer que nos equivocamos todos los días, y no tomarlo como un peso que
agobie sino como un aprendizaje que poco a poco nos llevará a ser mejores,
aunque sea en el final de nuestras vidas en este mundo.
Recuerda que el miedo siempre se oculta bajo las ansias
de perfección. Encarar tus miedos y permitirte a ti mismo el derecho de ser
humano puede, paradójicamente, hacerte una persona muchísimo más fecunda y
feliz. Y eso redundará en beneficio tuyo y de los que te rodean.
Pídele a Jesús la fortaleza necesaria para trabajar cada
día en pos de ser mejor persona. Y a María, su protección maternal para
llevarnos de la mano, como lo hizo con Jesús al lado de José, su esposo manso y
siempre bien dispuesto.
¡Buenos días!
12 cosas
memorables
El paso fugaz del tiempo es percibido por todos. “Ay,
cómo huye el tiempo irreparable”, constató el poeta Virgilio. También el
salmista (S. 90) dice que, aun si llegamos a los 70 y 80 años, al fin tenemos
la impresión de que han pasado a prisa, como volando. Por eso pide a Dios te enseñe a valorar el tiempo para actuar con
sabiduría. Es lo primero para recordar…
1. El valor del
tiempo.
2. El triunfo de la
perseverancia.
3. El placer de
trabajar.
4. La dignidad de
la sencillez.
5. El mérito del
buen carácter.
6. El poder de la
bondad.
7. La influencia
del ejemplo.
8. La tranquilidad
del deber cumplido.
9. La sabiduría de
la economía.
10. El
perfeccionamiento del talento.
11. La alegría de
crear.
12. La virtud de la
paciencia
¿No has comprobado que una palabra dura dicha en un
acceso de ira te trajo semanas de amargura? Un refrán tibetano afirma: “la
paciencia en un momento de enojo te evitará cien días de dolor”. Por la mañana
pídele al Señor toda la paciencia que necesites. Dile: “Concédeme hoy
fortaleza, paciencia y serenidad. Que nada ni nadie me perturbe”. Que así sea.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Era un
hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días
espléndidas fiestas. Y un pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal,
cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico pero
hasta los perros venían y le lamían las llagas.
»Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los
ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en
el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a
Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y
envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua,
porque estoy atormentado en esta llama’. Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda
que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora,
pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y
vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí
a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros’.
»Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la
casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no
vengan también ellos a este lugar de tormento’. Díjole Abraham: ‘Tienen a
Moisés y a los profetas; que les oigan’. Él dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si
alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán’. Le contestó: ‘Si
no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto
resucite’». (Lc
16,19-31)
Comentario
Hoy, el Evangelio es una parábola que nos descubre las
realidades del hombre después de la muerte. Jesús nos habla del premio o del
castigo que tendremos según cómo nos hayamos comportado.
El contraste entre el rico y el pobre es muy fuerte. El
lujo y la indiferencia del rico; la situación patética de Lázaro, con los
perros que le lamen las úlceras (cf. Lc 16,19-21). Todo tiene un gran realismo
que hace que entremos en escena.
Podemos pensar, ¿dónde estaría yo si fuera uno de los dos
protagonistas de la parábola? Nuestra sociedad, constantemente, nos recuerda
que hemos de vivir bien, con confort y bienestar, gozando y sin preocupaciones.
Vivir para uno mismo, sin ocuparse de los demás, o preocupándonos justo lo
necesario para que la conciencia quede tranquila, pero no por un sentido de
justicia, amor o solidaridad.
Hoy se nos presenta la necesidad de escuchar a Dios en
esta vida, de convertirnos en ella y aprovechar el tiempo que Él nos concede.
Dios pide cuentas. En esta vida nos jugamos la vida.
Jesús deja clara la existencia del infierno y describe
algunas de sus características: la pena que sufren los sentidos —«que moje en
agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en
esta llama» (Lc 16,24)— y su eternidad —«entre nosotros y vosotros se interpone
un gran abismo» (Lc 16,26).
San Gregorio Magno nos dice que «todas estas cosas se
dicen para que nadie pueda excusarse a causa de su ignorancia». Hay que
despojarse del hombre viejo y ser libre para poder amar al prójimo. Hay que
responder al sufrimiento de los pobres, de los enfermos, o de los abandonados.
Sería bueno que recordáramos esta parábola con frecuencia para que nos haga más
responsables de nuestra vida. A todos nos llega el momento de la muerte. Y hay
que estar siempre preparados, porque un día seremos juzgados.
Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal (Castelldefels, España)
Santoral Católico:
San Martín Dumiense
Obispo
En Braga, en Portugal, san Martín de Dumio o Martin
Dumiense, obispo, que siendo oriundo de Panonia, rigió primero la sede de Dumio
y después la de Braga, y con su celo y predicación los suevos abandonaron la
herejía arriana y abrazaron la fe católica.
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
“La misión de San José es sin duda única e irrepetible,
porque Jesús es absolutamente único. Y sin embargo, en su custodia a Jesús,
educándolo a crecer en edad, sabiduría y gracia, él fue un modelo para todos
los educadores, especialmente para cada padre. San José es el modelo del educador
y del papá. Así que encomiendo a su protección a todos los padres, los
sacerdotes -que son padres, ¡eh!- y los que tienen un papel educativo en la
Iglesia y en la sociedad”
Papa Francisco
Cuaresma:
Reflexión para cada día
Jueves de la
segunda semana de Cuaresma
“Nada más falso y
enfermo que el corazón”, ¿quién lo entenderá? (Jer 17,5 y ss)
Tener buen corazón y buenos sentimientos en él... es la
clave de la felicidad y de la verdadera riqueza. El grifo del corazón
embellecido da aquello de lo que rebosa, sin cuenta gotas y sin intereses de
recargo.
Cuando uno pasa por la vida siendo rico Epulón “sin
corazón” y sin observar a los Lázaros que le rodean... corre el riesgo de
quedarse al margen de la felicidad que produce el vivir con menos y sin la
armonía interior que produce el dar.
¿Dónde está la
felicidad?
En el principio de los tiempos se reunieron varios
demonios para hacer una de las suyas.
Uno de ellos dijo:
- Debemos quitarles algo a los hombres, pero, ¿qué?
Después de mucho pensar uno dijo:
-¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el
problema va a ser dónde esconderla para que no la puedan encontrar.
Propuso el primero: "Vamos a esconderla en la cima
del monte más alto del mundo", a lo que inmediatamente repuso otro:
- "No, recuerda que tienen fuerza, alguna vez
alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde
está".
Luego propuso otro: "Entonces vamos a esconderla en
el fondo del mar", y otro contestó: "No, recuerda que tienen
curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y
entonces la encontrará".
Uno más dijo: "Escondámosla en un planeta lejano a
la Tierra". Y le dijeron: "No, recuerda que tienen inteligencia, y un
día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y
la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad".
El último de ellos era un demonio que había permanecido
en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás.
Analizó cada una de ellas y entonces dijo:
- Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la
encuentren.
Todos se volvieron hacia él asombrados y preguntaron al
mismo tiempo: "¿Dónde?". El demonio respondió: "La esconderemos
dentro de ellos mismos, en su corazón, estarán tan ocupados buscándola fuera
que nunca la encontrarán".
Así es; nos pasamos la vida buscando la felicidad en lo
externo sin ser conscientes que, la auténtica, la llevamos dentro de cada uno.
- Todos conocemos a hombres y mujeres que nacen con
estrellas y otros que viven en un constante accidente: estrellados.
- Existen hombres y mujeres que ponen toda su ilusión en
la apariencia y en el tener frente aquellos otros que cabalgan en el lomo de la
indigencia.
- Hay personas que cuidan su corazón como el mejor tesoro
y el mejor espacio para ser felices. Otros, en cambio, prefieren los sueños
palaciegos, el glamur de los títulos y el señorío del dinero que adultera y
corrompe las entrañas de la humanidad.
Ojalá, en cambio nosotros, sepamos cumplir con lo
esencial. Que seamos capaces de descender a lo más hondo de nosotros mismos y
escuchar lo que nos dicta el corazón: acoger a los demás fructifica en un no
estar ya nunca solos, ahora en la tierra, y un día por recompensa junto a DIOS.
No hay nada peor que un corazón embravecido y
ensombrecido por las seducciones del día
a día y de espaldas a tantas realidades
no tan halagüeñas como las nuestras.
Curar y cuidar el corazón debe ser un objetivo de esta
Cuaresma, entre otras cosas, porque DIOS no habla tanto por lo extraordinario
cuanto en lo ordinario de cada día.
¿Lázaro o Epulón?... ¡He ahí el eterno dilema para alcanzar y dar
felicidad
P. Javier Leoz
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por dos personas de Córdoba, Argentina, que se encuentran internadas por diversas afecciones: María Leonor y Juan Carlos. Que la Virgen de Lourdes los cubra con su amor y protección y Jesús les conceda la gracia de la recuperación.
Pedimos oración por dos personas de Córdoba, Argentina, que se encuentran internadas por diversas afecciones: María Leonor y Juan Carlos. Que la Virgen de Lourdes los cubra con su amor y protección y Jesús les conceda la gracia de la recuperación.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Marzo 20
Jesús lavó los pies a sus discípulos. Contempla esa
escena y déjate deslumbrar. Jesús podría haber hecho tantas cosas, y sin
embargo se detuvo y dedicó un rato a lavar los pies a sus compañeros. ¿Para qué
lo hizo? Él lo explica en el Evangelio: “Si yo, el Señor y el maestro, les he
lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Porque les di
ejemplo para que ustedes hagan lo mismo” (Jn 13,14-15). ¿Estás decidido a
cumplir con este pedido de Jesús? Lavarle los pies a otra persona es dedicarle
tiempo, ayudarle a librarse de sus dificultades, comprenderla, perdonarla,
acercarse a tener un gesto de cariño sin hacerle sentir que eres más o que
tienes más importancia.
Jesús también dijo: “Sabiendo esto, ustedes serán felices si lo cumplen” (Jn 13,17).
Eso significa que lavar los pies a los demás nos hace felices. El servicio
humilde es fuente de alegría, mientras el orgullo, la vanidad y el egoísmo nos
vuelven tristes e insatisfechos.
Deja entonces de aferrarte a tu ego. Renuncia de una vez
a trazar esa línea que marca tu territorio y te separa de los demás. Destruye
de una vez ese muro divisorio que protege tu propiedad privada y deja de
tenerle miedo al amor. Sin amor, sólo queda el abismo.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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