PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2320 ~ Viernes
28 de Marzo de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Hoy el Papa Francisco invita a los católicos de todo el
mundo, a través del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, a
dedicarle 24 horas al Señor, para lo cual ha pedido que, al menos una iglesia
en cada diócesis, realice una jornada completa y continuada (24 horas)
administrando el sacramento de la Reconciliación de la manera que lo dispongan
las autoridades eclesiásticas de cada ciudad, y cuando sea posible sumarle la
adoración eucarística.
Esta experiencia que se realiza por primera vez, quiere
ser consolidada para que en lo sucesivo se repita siempre el tercer viernes de
Cuaresma, de manera de ofrecer a los fieles una oportunidad clara para
acercarse a Jesús y reconciliarse con Él en medio de este tiempo fuerte del año
litúrgico. El Santo Padre, a las 17.00, presidirá la solemne liturgia
penitencial en la Basílica de San Pedro, durante la cual él mismo confesará a
algunas personas.
Pidamos a María, la Madre dolorosa que estuvo al pie de
la cruz de su Divino Hijo, nos regale un corazón arrepentido para acceder a
este sacramento y vivir la cercanía del Redentor.
¡Buenos días!
Nuestro amigo
“Para poder
comprender lo mucho que Dios nos ama, contemplemos, extasiados, el sol de cada
mañana. Recorramos los jardines, las flores también nos hablan. ¿Quién pudo
darles tanta belleza, de aroma, color y gala? Sólo el artista divino, nuestro
Padre que nos ama. La naturaleza nos habla al corazón para decirnos,
dulcemente, ¡cómo nos ama Dios!”.
Cuando se abre un camino ante nosotros, hay
que seguirlo. Cuando nos dan un libro, hay que leerlo. Cuando un amigo habla,
hay que escucharlo. Ahora bien, Dios viene constantemente a nuestro encuentro
como un camino, como un libro y como un amigo. El camino que conduce hasta él,
es la naturaleza. El libro que habla de él, es la Biblia. El amigo que nos
habla confidencialmente en la intimidad, es: Jesucristo.
Jesús es el
modelo perfecto del hombre nuevo. Dios nuestro Padre nos invita a
transformarnos en él, haciendo nuestros, sus sentimientos y actitudes. Para
lograrlo nada mejor que meditar e interiorizar sus palabras y ejemplos cada
día, con el Evangelio en la mano. Ojalá que como san Pablo puedas decir: “Ya no
soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí”.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, uno de los maestros de la Ley se acercó
a Jesús y le hizo esta pregunta: «¿Cuál es el primero de todos los
mandamientos?». Jesús le contestó: «El primero es: ‘Escucha, Israel: El Señor,
nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El
segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No existe otro mandamiento
mayor que éstos».
Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al
decir que Él es único y que no hay otro fuera de Él, y amarle con todo el
corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo
como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Y Jesús,
viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos del Reino
de Dios». Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas. (Mc 12,28b-34)
Comentario
Hoy, la liturgia cuaresmal nos presenta el amor como la
raíz más profunda de la autocomunicación de Dios: «El alma no puede vivir sin
amor, siempre quiere amar alguna cosa, porque está hecha de amor, que yo por
amor la creé» (Santa Catalina de Siena). Dios es amor todopoderoso, amor hasta
el extremo, amor crucificado: «Es en la cruz donde puede contemplarse esta
verdad» (Benedicto XVI). Este Evangelio no es sólo una autorrevelación de cómo
Dios mismo —en su Hijo— quiere ser amado. Con un mandamiento del Deutoronomio:
«Ama al Señor, tu Dios» (Dt 6,5) y otro del Levítico: «Ama a los otros» (Lev
19,18), Jesús lleva a término la plenitud de la Ley. Él ama al Padre como Dios
verdadero nacido del Dios verdadero y, como Verbo hecho hombre, crea la nueva
Humanidad de los hijos de Dios, hermanos que se aman con el amor del Hijo.
La llamada de Jesús a la comunión y a la misión pide una
participación en su misma naturaleza, es una intimidad en la que hay que
introducirse. Jesús no reivindica nunca ser la meta de nuestra oración y amor.
Da gracias al Padre y vive continuamente en su presencia. El misterio de Cristo
atrae hacia el amor a Dios —invisible e inaccesible— mientras que, a la vez, es
camino para reconocer, verdad en el amor y vida para el hermano visible y presente.
Lo más valioso no son las ofrendas quemadas en el altar, sino Cristo que quema
como único sacrificio y ofrenda para que seamos en Él un solo altar, un solo
amor.
Esta unificación de conocimiento y de amor tejida por el
Espíritu Santo permite que Dios ame en nosotros y utilice todas nuestras
capacidades, y a nosotros nos concede poder amar como Cristo, con su mismo amor
filial y fraterno. Lo que Dios ha unido en el amor, el hombre no lo puede
separar. Ésta es la grandeza de quien se somete al Reino de Dios: el amor a uno
mismo ya no es obstáculo sino éxtasis para amar al único Dios y a una multitud
de hermanos.
Rev. D. Pere MONTAGUT i Piquet (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Beato Enrique Susso
Religioso
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: EWTN
La frase de hoy
“Si quieres ser sabio,
aprende a interrogar razonablemente,
a escuchar con atención,
a responder serenamente
y a callar cuando no tengas nada que decir”
Johann Lavater
Cuaresma:
Reflexión para cada día
Viernes de la
tercera semana de Cuaresma
“No estás tú lejos
del reino de Dios” (Mc 12,34)
Un entrenador de fútbol conversaba amigablemente con toda
su plantilla en los vestuarios. Les hablaba de que llegaba la hora de la verdad
y, que por lo tanto, era necesario centrarse en aquellos aspectos que lograran
el objetivo de la competición: la victoria.
En un momento dado preguntó a sus jugadores: “qué
tendríamos que hacer para intentar conseguir ganar?”
Uno de ellos, sin pensarlo demasiado, le contestó:
-trabajar en equipo.
-jugar limpio.
-tener en cuenta al otro.
-seguir las mínimas reglas de juego.
-mirar hacia delante.
-ver el juego....como cosa de todos.
El entrenador, además de quedarse con la boca abierta, le
propinó un fuerte abrazo y apostilló: “si lo hacemos así....el triunfo vendrá
por sí mismo”.
La Cuaresma, en cierta forma, es un entrenamiento de
todos los cristianos que nos disponemos a celebrar la PASCUA.
Y, la PASCUA, es el gran partido que nos queda por
“jugar” y “celebrar”. Ello nos debe llevar a
entender que esta carrera en la que participamos, la vida según Dios, no
es para alzar un trofeo de oro o plata que se malogra en la tierra sino para ir
pensando en aquella otra corona que Dios desea ceñir en nuestras sienes el día de nuestro encuentro con Él.
Jugar en limpio y limpiamente, como cristianos no implica solamente el tener los ideales de
nuestra vida cristiana, más o menos claros, sino además ponerlos en práctica en
el gran estadio donde tienen lugar las grandes competiciones y decisiones de
nuestra sociedad (políticas, económicas, sociales, religiosas, educativas, etc)
y que marcan el contenido y el futuro inmediato de sus ciudadanos.
Jesús de Nazaret también cuenta con un “equipo” muy
singular y extraordinario. Somos todos aquellos que fuimos convocados en el día
de nuestro Bautismo. Lo de menos, es ejercer de delantero o de defensa, ser
directivo o guardameta. Lo decisivo es volcar
lo mejor de nosotros mismos allá donde estamos sabiendo que, al final,
hay un DIOS que nos va clasificando en 1ª, 2ª y 3ª división, preferente o
regional, no tanto por los méritos de nuestras jugadas cuanto por aquel
espíritu y la fe supimos imprimir en ellas.
Digo yo, si traspasar todas nuestras acciones por el AMOR
que DIOS nos tiene y reorientarlas además hacia el prójimo, no será computable
para subir puntos en esa divina tabla de clasificación
Lo último y más cómodo que podríamos hacer, como
creyentes ( y sigo con la parábola deportiva) es conformarnos con ser meros
espectadores que gritan y comen, insultan o destrozan, apoyan o critican,
aplauden o lanzan objetos desde el cómodo espacio del graderío.
P. Javier Leoz
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos
y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las
familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes
hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Karina
B., de Buenos Aires, Argentina, que está pasando por malos momentos debido
a una ya larga afección digestiva que está siendo estudiada en estos días por
especialistas. Que la Santísima Virgen de Lourdes la fortalezca en la
esperanza, y la cubra de amor y protección, mientras Jesús la sana con sus
manos.
Pedimos oración por María
Elena, de Guayaquil, Ecuador, 77 años recién cumplidos, viuda, sin hijos, y
en tratamiento por cáncer de pulmón. Que la Virgen la acompañe en su dolor y le
dé fuerzas para salir adelante y poder superar, con la ayuda de Dios, este
momento de enfermedad.
Pedimos oración por Guadalupe C., 62 años, radicada en USA. Tiene cáncer de mama y se muestra poco proclive a tratarse. Que Dios la ilumine, se opere y todo salga bien.
Pedimos oración por Cuchu, 46 años, de Lima, Perú, con diabetes, enfermedad en el hígado y aparato digestivo en general. Que la Santísima Trinidad la envuelva junto con su familia y les dé a todos paz y protección.
Pedimos al Padre celestial que reciba en su casa a Luiggi, de Lima, Perú, que a los 42 años ha partido de este mundo. Que haya consuelo para la familia que hoy lo llora.
Pedimos oración por Phil L., 55 años, de Canadá, para que sea transferido a Toronto pues su hijo Derrick (22 años) tiene cáncer y será operado.
Pedimos oración por Guadalupe C., 62 años, radicada en USA. Tiene cáncer de mama y se muestra poco proclive a tratarse. Que Dios la ilumine, se opere y todo salga bien.
Pedimos oración por Cuchu, 46 años, de Lima, Perú, con diabetes, enfermedad en el hígado y aparato digestivo en general. Que la Santísima Trinidad la envuelva junto con su familia y les dé a todos paz y protección.
Pedimos al Padre celestial que reciba en su casa a Luiggi, de Lima, Perú, que a los 42 años ha partido de este mundo. Que haya consuelo para la familia que hoy lo llora.
Pedimos oración por Phil L., 55 años, de Canadá, para que sea transferido a Toronto pues su hijo Derrick (22 años) tiene cáncer y será operado.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Marzo 28
La alegría es posible. Pero no la confundas con la
euforia de alguien que tuvo suerte en el casino. Tampoco es el placer de
ganarle a otro en una discusión. Tampoco es el gusto de salir de vacaciones. Es
algo más profundo y mucho más valioso. Es una seguridad interior, una fuerza,
un impulso de vida que uno siente cuando percibe que está vivo, que puede
seguir adelante, que siempre hay una esperanza. Pero sobre todo es la fuerza
interior que uno experimenta cuando sabe que es amado, especialmente cuando
tiene la certeza de que hay un amor inmenso que lo sostiene más allá de todo y
por encima de todo. Hay un amor infinito que nunca falla y que lucha por
sacarnos adelante en cualquier situación que vivamos.
Ésa es una alegría calma, que no se expresa en la risa o
en la carcajada. No es una ostentación de felicidad. Es un gozo interno sereno
y discreto, pero verdadero, profundo y estable.
Es la sensación de los que le han encontrado un sentido a
la vida, aunque estén llenos de problemas.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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