lunes, 17 de marzo de 2014

Pequeñas Semillitas 2309

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2309 ~ Lunes 17 de Marzo de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Santa Faustina Kowalska decía: “El día que no recibo la comunión, la vida me asusta, tengo miedo de mí misma. Jesús, oculto en la hostia, es todo para mí. Del sagrario tomo fuerza, poder, valor, luz. Allí busco alivio en los momentos de angustia. Toda la fuerza me viene del Santísimo Sacramento. Solamente en la eternidad podremos conocer qué gran misterio cumple en nosotros la santa comunión. ¡Son los momentos más preciosos de mi vida! Él es mi escudo; sin Ti, Jesús, no sé vivir”
Esto lo decía santa Faustina por propia experiencia. ¿No podríamos hacer nosotros también la experiencia de ir a Jesús Eucaristía siempre que tengamos algún problema que resolver o dolores que sanar? Jesús nos espera como un amigo y nos ha prometido alivio y consuelo: Vengan a Mí los que están cansados y agobiados que yo los aliviaré (Mt 11,28).

¡Buenos días!

Hazlo en secreto

Todos corremos el peligro de obrar para recibir la aprobación de los demás. Es como decirse a sí mismo: “Verán lo que yo soy capaz de hacer”. Jesús nos precave de toda ostentación y vanidad: “Cuando des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.

Contaban de alguien del pueblo que ayunaba muchísimo, tanto, que le llamaban "el ayunador". El abad Zenón oyó hablar de él y lo mandó llamar. Acudió con alegría, rezaron juntos y se sentaron. El anciano se puso a trabajar en silencio. Como no podía hablar con él, el ayunador empezó a sentirse oprimido y le entró pereza. Dijo al anciano: "Ora por mí, padre, quiero marcharme". Y el anciano le dijo: "¿Por qué?". Respondió: "Porque mi corazón está como ardiendo y no sé qué tiene. Cuando estaba en el pueblo, ayunaba hasta la noche y nunca me había pasado esto". Le dijo el anciano: "En el pueblo te alimentabas por las orejas. Vete, y de ahora en adelante come al mediodía, y lo que hagas, hazlo en secreto".

Toda esta figuración y ostentación desvirtúa la obra que se está haciendo. Jesús pone al Padre como fundamento de esta nueva actitud: el Padre es el que nos ve, en lo secreto, y él es el que nos recompensa con su amor cuando nosotros no vemos ni la recompensa ni el aplauso humano. Jesús nos invita a vivir ante la mirada de Dios que sondea el corazón. 
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá». (Lc 6,36-38)

Comentario
Hoy, el Evangelio de Lucas nos proclama un mensaje más denso que breve, ¡y eso que es muy breve! Lo podemos reducir a dos puntos: un encuadramiento de misericordia y un contenido de justicia.
En primer lugar, un encuadramiento de misericordia. En efecto, la consigna de Jesús sobresale como una norma y resplandece como un ambiente. Norma absoluta: si nuestro Padre del cielo es misericordioso, nosotros, como hijos suyos, también lo hemos de ser. Y el Padre, ¡es tan misericordioso! El versículo anterior afirma: «(...) y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y con los malos» (Lc 6,35).
En segundo lugar, un contenido de justicia. En efecto, nos encontramos ante una especie de “ley del talión” en las antípodas de (inversa a) la rechazada por Jesús («Ojo por ojo, diente por diente»). Aquí, en cuatro momentos sucesivos, el divino Maestro nos alecciona, primero, con dos negaciones; después, con dos afirmaciones. Negaciones: «No juzguéis y no seréis juzgados»; «No condenéis y no seréis condenados». Afirmaciones: «Perdonad y seréis perdonados»; «Dad y se os dará».
Apliquémoslo concisamente a nuestra vida de cada día, deteniéndonos especialmente en la cuarta consigna, como hace Jesús. Hagamos un valiente y claro examen de conciencia: si en materia familiar, cultural, económica y política el Señor juzgara y condenara nuestro mundo como el mundo juzga y condena, ¿quién podría sostenerse ante el tribunal? (Al volver a casa y leer el periódico o al escuchar las noticias, pensamos sólo en el mundo de la política). Si el Señor nos perdonara como lo hacen ordinariamente los hombres, ¿cuántas personas e instituciones alcanzarían la plena reconciliación?
Pero la cuarta consigna merece una reflexión particular, ya que, en ella, la buena ley del talión que estamos considerando deviene de alguna manera superada. En efecto, si damos, ¿nos darán en la misma proporción? ¡No! Si damos, recibiremos —notémoslo bien— «una medida buena, apretada, remecida, rebosante» (Lc 6,38). Y es que es a la luz de esta bendita desproporción que somos exhortados a dar previamente. Preguntémonos: cuando doy, ¿doy bien, doy mirando lo mejor, doy con plenitud?
Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Patricio
Obispo y Patrón de Irlanda
San Patricio, obispo, que, siendo joven, fue llevado cautivo desde Gran Bretaña a Irlanda, y después, recuperada la libertad, quiso ser contado entre los clérigos y regresar a la misma isla, donde, hecho obispo, anunció con vehemencia el Evangelio y organizó con firmeza la Iglesia, hasta que en la ciudad de Down se durmió en el Señor (461).

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“El amor llega cuando menos lo esperamos, cuando no vamos en busca de él. Si andas a la caza del amor, jamás encontrarás la pareja adecuada. Así sólo se crea ansiedad y desdicha. El amor no está nunca afuera; lo llevamos dentro. No insistas en que el amor venga inmediatamente. Quizás no estés preparado para él, o tal vez no estés lo bastante evolucionado como para atraer el amor que anhela.” Louise Hay

Cuaresma:
Reflexión para cada día
Lunes de la segunda semana de Cuaresma

“Sed misericordiosos” (Lc 6,36ss)

Sobran medios y hacen faltan personas. Ofrecemos euros y lo que nos piden y más nos cuesta dar es: el tiempo. Ofertamos dinámicas y técnicas para el aprendizaje y, en cambio, nos mendigan sentimientos, cercanía, humanismo, acompañamiento y discernimiento, consejo, acogida. Es más importante, ciertamente, ofrecer el corazón a los que nos rodean como lo hizo el mismo Cristo.
         
La calidad de la enseñanza y de la fe, la felicidad de los otros carentes de unos mínimos… estriba precisamente en eso: acompañamiento e implicación personal de cada uno de nosotros anteponiendo en todo y sobre todo el corazón.

Te quiero a ti… ¡No a lo tuyo!

- Papá, ¿cuánto ganas por hora? - con voz tímida y ojos de admiración, un joven lleno de problemas recibía así a su padre al término del trabajo.
El padre dirigió un gesto severo al hijo y repuso:
- Mira hijo, esos informes ni tu madre los conoce. No me molestes que estoy cansado.
- Pero papá, -insistía- dime por favor ¿cuánto ganas por hora?
La reacción del padre fue menos severa. Sólo contestó:
- Cuatro euros por hora.
- Oye, ¿me podrías prestar dos euros? - preguntó el hijo.
El padre montó en cólera y tratando con brusquedad al joven le dijo:
- Así que, esa era la razón de saber lo que gano. Vete a dormir y no me molestes.
Había caído la noche. El padre había meditado sobre lo sucedido y se sentía culpable. Tal vez su hijo quería comprar algo. En fin, descargando su conciencia dolida, se asomó al cuarto de su hijo. Con voz baja le preguntó:
- ¿Duermes hijo?
- No... - respondió entre sueños.
- Perdóname por haberte tratado con tan poca paciencia; aquí tienes el dinero que me pediste, - respondió el padre.
- Gracias - contestó el joven y metiendo sus manos debajo de la almohada, sacó unas monedas.
- Ahora ya completé. Ya tengo cuatro monedas. ¿Me podrías vender una hora de tu tiempo? - preguntó su hijo.

Uno lee el Evangelio de este día y comprueba lo distintos que son los parámetros de Dios a los que utilizamos nosotros. Dios nos da su tiempo sin mirar de reojo  el inquieto minutero, nos exhala su aliento hablándonos constantemente con el riesgo de quedarse ronco, nos inyecta su fuerza aun a sabiendas de que no la empleamos en la dirección que Él quisiera.  Pero, además, Dios  y –en un arrebato de locura y de corazón sin rincón ni resquicio para el egoísmo- deja que Jesús sea alzado a un tronco en forma de cruz para que entendamos que la misericordia, cuando se quiere de verdad, no tiene ni conoce límite alguno.

En un mundo tan convulsionado como en el que vivimos no nos debe costar especial esfuerzo escuchar el grito de Dios al hombre: antes que el mal…. ¡que gane la misericordia! Viernes Santo será el terreno de juego donde disputen las dos fuerzas. Yo, desde luego, apuesto por la de Dios.
P. Javier Leoz

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Pablo, un jovencito de Argentina, que está siendo tratado con quimioterapia y está muy dolorido. Que el Señor le conceda la gracia de superar pronto esta situación y a la vez la Santísima Virgen acompañe y fortalezca a sus padres y familiares.

Pedimos oración por María Victoria M., de Guatemala, a quien hoy le realizarán biopsia de dos nódulos tiroideos, rogando a Jesús que la acompañe para que todo resulte bien.

Pedimos oración por el alma de Yuki L. R., de México, que ayer fue llamada por el Padre celestial a su presencia.

Pedimos oración por Juan Carlos P., 42 años, de Argentina, a quien uno de sus riñones le ha dejado de funcionar. Que la Santísima Virgen de Lourdes interceda por él para que esta situación quede sólo allí y no lo ocasione problemas de salud.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Marzo 17
Nosotros tratamos de alimentar nuestra vida espiritual no sólo para mantenernos, sino también para crecer. Los seres vivos están en constante cambio y crecimiento; sólo los muertos no cambian. Si nuestra vida interior todavía está latiendo, eso nos lleva a aceptar el cambio, a buscar siempre algo más, a desear avanzar, madurar. El Señor nos llama cada día a crecer.
Eso no significa que tengamos que realizar actos extraordinarios o heroicos, sino que lleguemos a vivir con más profundidad lo que hacemos. Pero, ¿qué es en el fondo vivir con profundidad? En definitiva la profundidad es el amor. Mi vida será más profunda sólo si amo más. Es decir: si amo más al Señor y vivo en su presencia cada cosa. Y si amo más a los demás tratando de hacerlos felices. No hay otro secreto.
Pero el amor es algo tan grande que no puedes hacerlo crecer sólo con tus fuerzas. Junto a tus intentos por amar, tendrás que suplicarle y rogarle al Señor Jesús que abra su corazón santo y derrame dentro de ti un poco más de su amor. Puedes hacerlo ahora mismo.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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