miércoles, 12 de marzo de 2014

Pequeñas Semillitas 2304

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2304 ~ Miércoles 12 de Marzo de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La familia es lo más importante y valioso que tienes. Considérate un privilegiado y reconoce en ella tu mayor riqueza.
La familia es como un oasis en el desierto de la vida. En ella es donde saciamos nuestra sed de amistad, orientación, comodidad.  Con ella nos sentimos seguros de que no estamos solos en esta jornada. Tus familiares son tus mejores amigos.  Ellos sí realmente, te quieren.
La familia es la base que sostiene la sociedad.  Es tu refugio en los días de tormenta.  Presérvala como un tesoro que es igual para ricos y pobres.

¡Buenos días!

Conserva la calma

Defiende y cultiva la paz en tu corazón, porque es el clima indispensable para crecer en plenitud en todas las dimensiones de tu vida. Vigila cuanto entra en tu corazón para que no se infiltre en él el polvo de la ansiedad, el ácido de la irritación, o el veneno del odio. Gozar de la paz profunda del alma merece estar en permanente alerta.

En los momentos críticos aprende a conservar la calma, de modo que tus decisiones sean justas y sabias. En lugar de exasperarte y dejarte dominar por la ira, cállate porque el silencio aquieta. Respira profundamente y ora. Ganas serenidad si cierras tus ojos y te ves en un lugar paradisíaco, mientras repites pensamientos positivos. Recuerda que Dios está en tu corazón y estarás tranquilo sin desesperarte. La ira es fuente de males casi siempre más graves que aquellos que la causan. Corta las raíces de la irritación:¿Cómo podrás apagar el incendio de la ira si lo alimentas con la leña del fanatismo, el rencor o la soberbia? El hombre espiritual es dueño de sí mismo ante la adversidad.

¿No has comprobado que una palabra dura dicha en un acceso de ira te trajo semanas de amargura? Un refrán tibetano afirma: “la paciencia en un momento de enojo te evitará cien días de dolor”. Cada día pídele al Señor toda la paciencia que necesites. Dile “Concédeme hoy fortaleza, paciencia y serenidad. Que nada ni nadie me perturbe”.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, habiéndose reunido la gente, Jesús comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás». (Lc 11,29-32)

Comentario
Hoy, Jesús nos dice que la señal que dará a la “generación malvada” será Él mismo, como la “señal de Jonás” (cf. Lc 11,30). De la misma manera que Jonás dejó que lo arrojaran por la borda para calmar la tempestad que amenazaba con hundirlos —y, así, salvar la vida de la tripulación—, de igual modo permitió Jesús que le arrojasen por la borda para calmar las tempestades del pecado que hacen peligrar nuestras vidas. Y, de igual forma que Jonás pasó tres días en el vientre de la ballena antes de que ésta lo vomitara sano y salvo a tierra, así Jesús pasaría tres días en el seno de la tierra antes de abandonar la tumba (cf. Mt 12,40).
La señal que Jesús dará a los “malvados” de cada generación es su muerte y resurrección. Su muerte, aceptada libremente, es la señal del increíble amor de Dios por nosotros: Jesús dio su vida para salvar la nuestra. Y su resurrección de entre los muertos es la señal de su divino poder. Se trata de la señal más poderosa y conmovedora jamás dada.
Pero, además, Jesús es también la señal de Jonás en otro sentido. Jonás fue un icono y un medio de conversión. Cuando en su predicación «dentro de cuarenta días Nínive será destruida» (Jon 3,4) advierte a los ninivitas paganos, éstos se convierten, pues todos ellos —desde el rey hasta niños y animales— se cubren con arpillera y cenizas. Durante estos cuarenta días de Cuaresma, tenemos a alguien “mucho más grande que Jonás” (cf. Lc 11,32) predicando la conversión a todos nosotros: el propio Jesús. Por tanto, nuestra conversión debiera ser igualmente exhaustiva.
«Pues Jonás era un sirviente», escribe san Juan Crisóstomo en la persona de Jesucristo, «pero yo soy el Maestro; y él fue arrojado por la ballena, pero yo resucité de entre los muertos; y él proclamaba la destrucción, pero yo he venido a predicar la Buena Nueva y el Reino».
La semana pasada, el Miércoles de Ceniza, nos cubrimos con ceniza, y cada uno escuchó las palabras de la primera homilía de Jesucristo, «Arrepiéntete y cree en el Evangelio» (cf. Mc 1,15). La pregunta que debemos hacernos es: —¿Hemos respondido ya con una profunda conversión como la de los ninivitas y abrazado aquel Evangelio?
Fr. Roger J. LANDRY (Hyannis, Massachusetts, Estados Unidos)

Santoral Católico:
San Inocencio I
Papa
 
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“La vida del cristiano no es más que un perpetuo esfuerzo contra sí mismo.
El alma no florece sino merced al dolor”
Padre Pío

Cuaresma:
Reflexión para cada día
Miércoles de la primera semana de Cuaresma

“Los ninivitas creyeron en Dios y se convirtieron” (Jonás 3,1-10)
“El hijo del hombre es signo para esta generación” (Lc 11,29ss)

Al igual que entonces también hoy, aún en situaciones y formas distintas pero con un mismo fondo, parecemos encontrarnos  en la misma tesitura y lucha:

- Espectáculo o dudas
- Milagros o incredulidad
- Pruebas o deserción
- Ciencia o religión
- Dios o el hombre

¿Qué signos piden las generaciones  actuales que clarifiquen y demuestren realmente la inmanencia y la presencia de DIOS en sus vidas?

¿Interesan al hombre contemporáneo y tecnócrata aquellas manifestaciones que denoten la huella de DIOS en el mundo o, por el contrario, se intenta eclipsar y arrinconar todo lo que “suene” a cristianismo?

¿Qué hacer para que crean y entonces puedan ver con nitidez a un Dios que anda mucho más cerca de lo que pensamos?

Vivimos rodeados de personas que idolatran lo idolatrable. Es difícil y gravoso, en el contexto en el que nos encontramos, decir un “iré” o “aquí estoy” para llevar -contracorriente- algo que destruya el montaje y la telaraña del egocentrismo del hombre actual. ¿Creer para ver? –nos interpelan las nuevas generaciones- y, hasta ellas mismas nos contestan; ¡no gracias! ¡Si no lo veo…no lo creo!.

Son (ellos) y somos (nosotros) los necesitados de miles de pequeños y grandes “Jonases” que se conviertan en una válvula de escape, en una razón para la esperanza, en una posibilidad de volver a la paz y a la fe debilitada, en una oportunidad para volver a la verdad de las cosas y de nuestra vida. La sociedad, sin darnos cuenta, se ha convertido en un gran cetáceo que ha absorbido sueños e ideales, fe, esperanzas e ilusiones.

Ojalá, que esta reflexión cuaresmal, nos ayude a caer en la cuenta de que es mucho más importante  buscar al Señor de los milagros... que a los milagros del Señor. A pedirle con insistencia al Señor que creamos para que así veamos.

Basta con abrir bien los ojos (sobre todo los del corazón) y nos daremos cuenta que a DIOS no se llega exigiéndole pruebas sino, más bien, por la conversión personal y sabiendo descubrir en los acontecimientos y en las personas que nos rodean los rasgos de su presencia.

¿Es que DIOS no ha hecho ningún pequeño milagro en tu vida?
¿Es que no te das cuenta que “tú” puedes ser un signo de la presencia de DIOS para muchas personas y en muchas situaciones?
P. Javier Leoz

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el descanso eterno del alma de Pablo R., de Ituzaingó, Buenos Aires, que víctima de cáncer partió al encuentro del Señor el pasado 28 de febrero. Que brille para él la luz que no tiene fin.

Pedimos oración por Margarita, de Las Tunas, Cuba, mamá de un sacerdote y que está enferma de cáncer de colon y últimamente se ha puesto mal. Rogamos que la virgen María vele por ella e interceda ante nuestro Padre celestial por su restablecimiento.

Pedimos oración por dos personas de San Cristóbal, Venezuela: Esperanza, con cáncer de senos con metástasis en todo el cuerpo. Sólo un milagro puede salvarla y nosotros creemos firmemente en Dios y en el poder de la oración. La otra persona se llama Flor y está en terapia intensiva con cáncer pulmonar en estado terminal, por lo que confiando en la misericordia de Dios elevamos la plegaria por ella.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Marzo 12
Si una brisa tibia acaricia nuestro rostro, ¿por qué no podemos disfrutarla en medio de un dolor de piernas? Si estamos dialogando con un amigo querido, ¿por qué no podemos disfrutarlo aunque suframos la angustia de no tener trabajo? Si estamos contemplando un atardecer, ¿por qué no podemos valorar ese momento aunque hayamos perdido algún objeto valioso o nos hayan robado dinero?
Es la obsesión lo que nos impide gozar de las cosas buenas de la vida. Queremos una felicidad total, y así olvidamos que un verdadero gozo puede convivir también con un dolor o una molestia.
Si para disfrutar de algo esperamos liberarnos de toda molestia, entonces tendremos muy pocos instantes de felicidad. No es necesario que todo esté perfecto en mi vida, en mi cuerpo y en mi entorno para que yo pueda disfrutar algo.
Si en este momento el Señor me regala algo bello, ese disfrute es verdadero, es real, es benéfico para mi vida, aunque tenga que convivir con algo que no me agrada tanto.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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