PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2310 ~ Martes
18 de Marzo de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Hellen Keller, a los dos años de edad, sufrió un ataque
de fiebre cerebral y quedó sorda y ciega para toda la vida. Pero ella no se
desanimó y aprendió a leer y escribir y realizó estudios superiores. Fundó 50
escuelas para ciegos y escribió libros que se han traducido a 50 idiomas. A sus
77 años, todavía seguía dando conferencias y ayudando a sordos y ciegos del
mundo entero. Y decía: “He luchado para descubrirme a mí misma una razón para
vivir y un campo en el que pudiera ser útil. Yo creo que podemos ser felices
aquí y ahora, si cumplimos fielmente nuestro deber. Hasta la más humilde
ocupación es un arte, si encierra esfuerzo y amor por los demás”.
Si ella pudo ser feliz y ser útil a tantos seres humanos
¿por qué tú, que ves y oyes, no puedes serlo? Tú eres una persona única en el
mundo. Tú no eres fotocopia. Lucha contra tu sentido de inutilidad o de
derrota, libérate de la autocompasión. No te des por vencido, siempre hay algo
que hacer por los demás. Y tú puedes ser feliz, haciendo felices a los demás.
¡Buenos días!
Agradecer
A veces te
costará expresar al Señor los sentimientos de gratitud que hay en tu corazón.
Aquí te ofrezco una ayuda para que te vayas ejercitando en este modo fácil de
relacionarte con Dios mediante el agradecimiento de todos los regalos, grandes
y pequeños, espirituales y materiales, que cada día recibes de su bondad de
Padre.
Gracias, Señor, muchas gracias por todos los
dones que me entregas. Gracias por todo lo que vi, escuché y recibí. Por el
agua que me lava, por la ropa que me viste, por el pan que me sustenta. Por la
casa, por los padres, por los hermanos y amigos. Por los conocimientos,
esfuerzos y trabajos. Por el tiempo que me diste, por la vida que me ofreces,
por la bendición de todos los días. Gracias por estar conmigo, Señor. Gracias
porque me escuchas y me tomas en serio. Gracias porque recibes mi
agradecimiento de hoy. Muchas gracias, Señor. Amén.
San Pablo
exhortaba a los cristianos de Colosas a “vivir dando gracias a Dios”.
Ejercítate y verás que te ayuda a vivir la relación con Dios en forma concreta
y existencial, descubriendo con gozo los dones que te regala a cada paso. Es
una oración que ensancha el corazón y descansa tu mente, además, es muy
sencilla y accesible en cualquier circunstancia.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús se dirigió a la gente y a sus
discípulos y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y
los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su
conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las
espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus
obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las
filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los
banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las
plazas y que la gente les llame "Rabbí".
»Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar
"Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos
hermanos. Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno
solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar
"Doctores", porque uno solo es vuestro Doctor: Cristo. El mayor entre
vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el
que se humille, será ensalzado». (Mt 23,1-12)
Comentario
Hoy, con mayor razón, debemos trabajar por nuestra
salvación personal y comunitaria, como dice san Pablo, con respeto y seriedad,
pues «ahora es el día de la salvación» (2Cor 6,2). El tiempo cuaresmal es una
oportunidad sagrada dada por nuestro Padre para que, en una actitud de profunda
conversión, revitalicemos nuestros valores personales, reconozcamos nuestros
errores y nos arrepintamos de nuestros pecados, de modo que nuestra vida se
vaya transformando —por la acción del Espíritu Santo— en una vida más plena y
madura.
Para adecuar nuestra conducta a la del Señor Jesús es
fundamental un gesto de humildad, como dice el Papa Benedicto: «Que [yo] me
reconozca como lo que soy, una creatura frágil, hecha de tierra, destinada a la
tierra, pero además hecha a imagen de Dios y destinada a Él».
En la época de Jesús había muchos "modelos" que
oraban y actuaban para ser vistos, para ser reverenciados: pura fantasía,
personajes de cartón, que no podían estimular el crecimiento y la madurez de
sus vecinos. Sus actitudes y conductas no mostraban el camino que conduce a
Dios: «No imitéis su conducta, porque dicen y no hacen» (Mt 23,3).
La sociedad actual también nos presenta una infinidad de
modelos de conducta que abocan a una existencia vertiginosa, alocada,
debilitando el sentido de trascendencia. No dejemos que esos falsos referentes
nos hagan perder de vista al verdadero maestro: «Uno solo es vuestro Maestro;
(…) uno solo es vuestro Padre; (…) uno solo es vuestro Doctor: Cristo» (Mt
23,8.9.10).
Aprovechemos la cuaresma para fortalecer nuestras
convicciones como discípulos de Jesucristo. Tratemos de tener momentos sagrados
de "desierto" donde nos reencontremos con nosotros mismos y con el
verdadero modelo y maestro. Y frente a las situaciones concretas en las que
muchas veces no sabemos cómo reaccionar podríamos preguntarnos: ¿qué diría
Jesús?, ¿cómo actuaría Jesús?
Pbro. Gerardo GÓMEZ (Merlo, Buenos Aires, Argentina)
Santoral Católico:
San Cirilo de Jerusalén
Obispo y Doctor de la Iglesia
San Cirilo, obispo de Jerusalén y doctor de la Iglesia,
que a causa de la fe sufrió muchas injurias por parte de los arrianos y fue
expulsado con frecuencia de la sede. Con oraciones y catequesis expuso
admirablemente la doctrina ortodoxa, las Escrituras y los sagrados misterios (444).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
“Seguir a Jesús no significa participar en un desfile
triunfal.
Significa compartir su amor misericordioso,
entrar en su gran obra de misericordia
por cada ser humano y por todos los seres humanos”
Papa Francisco
Cuaresma:
Reflexión para cada día
Martes de la
segunda semana de Cuaresma
“El primero entre
vosotros sea vuestro servidor” (Mt 23,1ss)
Dice un viejo proverbio: “el único hombre que nunca se
equivoca es el que nunca hace nada”.
Ser el primero, sin méritos propios, es y no es fácil (en
principio es cuestión de dejarse llevar) o de tener un buen trampolín que
empuje un poco.
Cuando uno no resulta problemático ni especialmente
conflictivo y, si además se las ingenia para ser un trepa, puede llegar hasta
dónde se lo proponga aunque tenga que vender su alma al mismo diablo. Otra cosa
es que luego cumpla bien su cometido. “No siempre los que dirigen caen en la
cuenta de que sus grandes fracasos vienen dados por la mediocridad de sus
consejeros” (E.Kant)
Ser el último ante DIOS es relativamente fácil: es premio
y consecuencia precisamente de nuestro modus
vivendi; cuando intentamos ser más reyes que vasallos en el camino del
servicio. O, incluso, de callar cuando tendríamos que hablar, de sentarnos a la
mesa en vez de servir.
A veces invertimos demasiado tiempo en el “cómo hay que
hacer” y olvidamos precisamente el “hacer”. Ponemos tanto interés en el
“marketing” del producto que olvidamos
llevarlo a quien de verdad lo solicita con urgencia.
Lo verdaderamente importante es:
• utilizar
abundancia de calendario en complacer a los que andan solos y desorientados.
• servir sin mirar
con el rabillo del ojo, con avaricia u otros intereses, al reloj de las horas prestadas.
• salir de nosotros
mismos para hincar el diente en aquellos dramas que, tal vez, nos colocan en
los límites del “aparente ridículo” pero que delatan o prueban la calidad de
nuestra vivencia cristiana.
• trabajar y
volcarnos de una forma altruista, pero por convicciones profundamente
cristianas, allá donde creamos que sobra el dinero y los medios pero escaseando
algo tan caro como el amor o el trato afable y cercano.
“Un hombre con pereza es un hombre sin cuerda” (Luciano
Balmes). El cristiano ha de colgar el traje del fariseismo. Ha de pasar del
testimonio cómodo de la palabra a la praxis de la justicia y de la promoción
del otro.
Un cristiano es aquel que “tiene cuerda para rato”
• Cuando se emplea,
a tiempo y a destiempo, en una causa aparentemente perdida.
• Si propone como
valor supremo y divino el servicio sin medida y sin recompensa alguna.
• Cuando va más allá
de la apariencia y se compromete activamente donde haga falta.
Como pedagogía cuaresmal es bueno frente a la grandeza
engreída soñar con ser más pequeños. Buscar el agrado más que la
autocomplacencia. La comprensión antes que la imposición de nuestras ideas.
Hacernos los encontradizos saliendo de aquel castillo de naipes que nos hemos
montado en la comodidad y satisfacción de nuestra vida.
Ser el primero en el Reino de los cielos es cuestión de
rifarnos los primeros puestos (en guardia y retaguardia) de aquellos umbrales y
personas que necesitan nuestro consejo, ayuda,
apoyo, solidaridad, nuestra
humildad y nuestra entrega.
En definitiva el ser cristiano, lejos de ser un título,
es simplemente un servicio en guardia permanente.
Y, por cierto, ser el primero aquí y ahora (desde una
vertiente puramente humana) acarrea malestar y división, contrariedad y
enfrentamiento, desilusión y tensiones, rivalidades e insolidaridades,
celotipias e incomprensiones.
Para muestra un botón: “habían discutido entre sí quien
era el mayor” (Mc 9,34).
No nos debe asustar el hecho de que la Iglesia haya
perdido relevancia y ciertos puestos que sostenía en el pasado. Cuando, a
veces, se está demasiado en el candelero en la tierra…se corre el riesgo de
estar debajo del mantel en el mismo cielo.
Y... ¿nosotros?
P. Javier Leoz
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Angie
C., una joven madre de Costa Rica que necesita un trabajo. Invocamos la
mediación de San José para que se lo consiga.
Pedimos oración por Facundo
P., un chico de 16 años de la provincia de Santa Fe, que está internado en
la ciudad de Rosario, Argentina, por un cuadro convulsivo. Rogamos a Dios que
lo proteja y a María que interceda por su salud y sostenga espiritualmente a la
familia en esta difícil situación
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Marzo 18
Para alcanzar toda la paz que el Señor nos quiere regalar
tenemos que ser completamente libres. No se trata de entregarlo todo de una
vez, de quedarnos sin nada, sino de ser capaces de renunciar a lo que se acaba,
a lo que no puede perdurar para siempre.
Cuando somos esclavos de algo, perdemos la paz por el
temor de perderlo. Y cuando algo bello se termina, nos llenamos de
perturbaciones, porque no aceptamos que se acabe. Pretendemos retenerlo como si
fuera eterno. Eso nos quita toda la serenidad del corazón.
Pero todo se acaba, todo tiene un final: la niñez, la adolescencia,
la juventud. Y muchas cosas se van de nuestra vida: seres queridos que viajan o
que mueren, amigos que ya no nos visitan, cosas que se rompen, la salud que se
desgasta. Todo en este mundo tiene un tiempo y se termina. Si no puedes aceptar
esta ley de la vida, no podrás alcanzar la paz. Sólo los corazones libres son
capaces de soltar las cosas que se acaban, pueden dejarlas ir sin perder la
serenidad interior.
Cuando algo se termina, hay que saber pasar a otra cosa.
La vida no se puede petrificar, es como un río siempre nuevo. Bébelo con un
corazón amplio y disponible.
Esta entrega que, poco a poco, la vida misma nos va
pidiendo nos prepara para la entrega total que es la muerte. Cuando alguien ha
sido capaz de ir renunciando con calma a las cosas que se terminan, se ha
preparado para morir con una gran paz. Pero el que ha vivido aferrándose a las
cosas y a las personas, posiblemente vivirá su muerte con gran angustia y no
aceptará con dulzura ese final inevitable.
Todo se acaba y todo se te va a terminar. Pero no te
angusties por eso, porque se te unes al Eterno te vuelves eterno con él, aunque
todo pase. Mejor déjate tomar por el Eterno y acabará tu angustia por el
deterioro y la caducidad de las cosas.
Cada vez que algo se termina, es necesario ponerse en
oración y entregarle eso al Señor para siempre. Hace falta soltarlo y pedirle
al Señor que nos libere el corazón de manera que podamos seguir caminando
felices.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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