PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2300 ~ Sábado
8 de Marzo de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
¿Alguna vez te has levantado en la mañana como un
reflejo, sin saber por qué, o cuáles motivos tienes por vivir?
¿Alguna vez has dejado de lado tus sueños para vivir tan
solo el acelerado ritmo de hoy sin poder detenerte a pensar?
Tal vez hoy te levantaste, sin tiempo como siempre, sin
dar gracias al Creador, o encomendar tu día a Dios. Tal vez porque sientes que
no tienes motivos para vivir, más que el cumplir con tus obligaciones.
Existe una razón más allá del trabajo, la responsabilidad
o simple hecho de estar vivo. Cada minuto que pasa, es irrepetible, precioso,
único e incomparable.
Pasar por la vida sin vivir, es algo que a muchos les
sucede hoy.
Por eso, toma tu tiempo, mira el cielo, disfruta de las
aves, de tus amigos, hasta de los embotellamientos, disfruta de aquello que
incluso te saque de tus casillas, sabiendo que a fin de cuentas el motivo
principal por el que estás aquí... se llama Jesús.
¡Buenos días!
Aceptarse a sí mismo
Acéptate a ti
mismo incluso frente a los demás. No tengas miedo, no te dejes paralizar por
tus debilidades o carencias. Concéntrate, más bien en tus fortalezas. Acepta ser tú mismo ante los otros tal como
eres, con tus luces y sombras. Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato. Lee
una graciosa anécdota: dos personas que se enfrentaron, cada una con su
fragilidad.
Lord George Byron (1788-1824), famoso poeta
inglés, era rengo. Su excesiva vanidad sufría horriblemente con ese defecto. La
más pequeña alusión a su renguera lo ponía colérico y mordaz. Cierto día la
duquesa de Devonshire, que era bizca, le preguntó: — ¿Cómo anda? Creyendo el
poeta que esta pregunta encerraba una burla a su defecto físico, respondióle
ásperamente: — ¡Como usted ve!
Recuerda que los
demás te necesitan tal como el Señor ha querido que fueras. No conviene que te
pongas una máscara o representes una comedia. Puedes decirte a ti mismo: “voy a
llevarles algo especial, pues nunca se encontraron ni se encontrarán con
alguien como yo; soy una persona única salida de las manos de Dios”. Dios te
valora, hazlo tú también.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús salió y vio a un publicano llamado
Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme». El, dejándolo
todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran banquete.
Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos.
Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: «¿Por qué
coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?». Les respondió Jesús: «No
necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a
llamar a conversión a justos, sino a pecadores». (Lc 5,27-32)
Comentario
Hoy vemos cómo avanza la Cuaresma y la intensidad de la
conversión a la que el Señor nos llama. La figura del apóstol y evangelista
Mateo es muy representativa de quienes podemos llegar a pensar que, por causa
de nuestro historial, o por los pecados personales o situaciones complicadas,
es difícil que el Señor se fije en nosotros para colaborar con Él.
Pues bien, Jesucristo, para sacarnos toda duda nos pone
como primer evangelista el cobrador de impuestos Leví, a quien le dice sin más:
«Sígueme» (Lc 5,27). Con él hace exactamente lo contrario de lo que una
mentalidad “prudente” pudiera considerar si quisiéramos aparentar ser
“políticamente correctos”. Leví —en cambio— venía de un mundo donde padecía el
rechazo de todos sus compatriotas, ya que se le consideraba, sólo por el hecho
de ser publicano, colaboracionista de los romanos y, posiblemente, defraudador
por las “comisiones”, el que ahogaba a los pobres para cobrarles los impuestos,
en fin, un pecador público.
A los que se consideraban perfectos no se les podía pasar
por la cabeza que Jesús no solamente los llamara a seguirlo, sino ni tan sólo a
sentarse en la misma mesa.
Pero con esta actitud de escogerlo, Nuestro Señor Jesucristo
nos dice que más bien es este tipo de gente de quien le gusta servirse para
extender su Reino; ha escogido a los malvados, a los pecadores, a los que no se
creen justos: «Para confundir a los fuertes, ha escogido a los que son débiles
a los ojos del mundo» (1Cor 1,27). Son éstos los que necesitan al médico, y
sobre todo, ellos son los que entenderán que los otros lo necesiten.
Hemos de huir, pues, de pensar que Dios quiere
expedientes limpios e inmaculados para servirle. Este expediente sólo lo preparó
para Nuestra Madre. Pero para nosotros, sujetos de la salvación de Dios y
protagonistas de la Cuaresma, Dios quiere un corazón contrito y humillado.
Precisamente, «Dios te ha escogido débil para darte su propio poder» (San
Agustín). Éste es el tipo de gente que, como dice el salmista, Dios no
menosprecia.
Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido (Cerdanyola del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Juan de Dios
Religioso
San Juan de Dios, religioso, nacido en Portugal, que,
después de una vida llena de peligros en la milicia humana, prestó ayuda con
constante caridad a los necesitados y enfermos en un hospital fundado por él, y
se asoció a compañeros con los que constituyó después la Orden Hospitalaria San
Juan de Dios. En este día, en la ciudad de Granada, en España, pasó al eterno
descanso. († 1550)
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
“La Cuaresma es un tiempo propio para las renuncias.
Privémonos cada día de algo para ayudar a los demás”
Papa Francisco
Cuaresma:
Reflexión para cada día
Sábado después de
la ceniza
“No he venido a
llamar a los justos sino a los pecadores” (Lc 5,27-32)
Nadie está exento de errores pero, no siempre,
encontramos a alguien que puntual y certeramente nos ayude a descubrirlos, superarlos o simplemente a olvidarlos.
En cierta ocasión, una persona que tenía profundo TEMOR
DE DIOS, decidió hacerse un análisis serio de cómo había sido la historia de su
vida hasta ese momento. Se preguntaba en
qué ocasiones, consciente o inconscientemente, había podido estar lejos del
amor de Dios.
Una noche, movido por su afán de perfección y –a la vez-
por la angustia que sentía, se incorporó del sueño y cogiendo un lápiz comenzó
a reseñar en una hoja aquello que creía podía haber sido causa de ruptura con
Dios:
- Las veces en que creía ser dueño de sí mismo.
- Los momentos de tacañería con el necesitado.
- La fragilidad e inconstancia en la oración.
- El trato vejatorio a sus conocidos o amigos.
- Los juicios sin piedad hacia los que le rodeaban.
- La moral y la ética un tanto relajadas que había
llevado.
Sin pensárselo demasiado, al día siguiente, optó por
entrar en una Iglesia. Quería no solamente estampar de puño y letra sus limitaciones sino, además, hacérselas
saber a Aquel que tantas veces había sido importante en su vida: JESÚS.
Entró en el templo y, al final de la nave, se percató de
un gran crucifijo que invitaba a la piedad y al recogimiento. Después de mirar
hacia adelante y hacia atrás, hacia un costado y hacia el otro... se acercó al
Santo Cristo y le preguntó: “Señor, ¿me permitirías contarte un poco mi vida?.
Ante la callada por respuesta, aquel que quería cambiar el rumbo de vida, se
decidió a extraer de su bolsillo las cuartillas que contenían las noches más
tristes y oscuras de su existencia.
Después de un extenso y emocionado monólogo con el Santo
Cristo... levantando la cabeza le preguntó: “Señor ¿serás capaz de perdonarme
todos estos pecados?”. Al momento, en el silencio tan sólo cortado por el
chispear de los cirios, el Cristo le contestó: “¿Pecados?... ¿qué pecados?. ¿No
has leído aquello que está escrito bajo mis pies?”. Y, acercándose con
curiosidad hasta sus plantas, leyó el siguiente texto: “cuando vengas, que
sepas que YO olvido todo”.
Aquella persona que entró llena de miedo y de
preocupaciones hasta aquella iglesia, que precisamente lo que le sobraban eran
jueces en su vida y le faltaban amigos que le comprendieran y ayudaran... buscó
y encontró al ÚNICO que puede perdonar y, en verdad, OLVIDAR todo lo que nos
distancia de su AMOR: DIOS EN CRISTO.
Cuántas veces, DIOS QUE ES TAN DIOS, tiene corazón de
hombre.
Cuántas veces, el HOMBRE que SOLO ES HOMBRE, se empeña en
jugar a juez como si fuera DIOS.
A partir de aquel día aquel Santo Cristo pasó a llamarse:
EL CRISTO DEL OLVIDO.
Cuaresma… un tiempo para volver sobre aquellos mismos pasos
que nos condujeron a un laberinto sin salida.
¿Por qué Dios, siendo Dios, perdona tanto y nosotros
siendo sólo hombres las guardamos todas?
P. Javier Leoz
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas
y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los
cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo
son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de
libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
En el Día Internacional de la Mujer, elevamos una oración a Dios por todas las mujeres de nuestra vida: madres, hermanas, esposas, hijas, novias, amigas... representándolas en nuestro corazón en la figura excelsa de la Virgen María.
Pedimos oración por Flor S., de Lima, Perú, afectada de cácer. Ella es madre de una niña discapacitada y por ello le pedimos a Jesús que le dé mucha vida para que pueda cuidar y atender a su hija.
En el Día Internacional de la Mujer, elevamos una oración a Dios por todas las mujeres de nuestra vida: madres, hermanas, esposas, hijas, novias, amigas... representándolas en nuestro corazón en la figura excelsa de la Virgen María.
Pedimos oración por Flor S., de Lima, Perú, afectada de cácer. Ella es madre de una niña discapacitada y por ello le pedimos a Jesús que le dé mucha vida para que pueda cuidar y atender a su hija.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
"Pequeñas
Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por
correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo
tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío
(moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com con el título: “Suscripción a Pequeñas
Semillitas”.
Un estímulo todos los días
Marzo 8
“Señor, dame la gracia de liberarme de mi imagen, de la
preocupación por mi apariencia. Eso no tiene importancia si pienso en la
eternidad, en la vida sin fin que nos espera, donde todo eso quedará en el
olvido.
Toca mi interior, Señor, para que ya no esté pendiente de
mi imagen y viva con serenidad y confianza bajo tu mirada divina. Porque
siempre me miras con ternura y comprensión, porque valoras todo lo que hay de
bueno en mi vida, porque me miras con paciencia.
No me buscas para juzgarme sino para sacarme adelante.
Por eso puedo andar por todas partes con la cabeza alta. Tengo una dignidad
inmensa porque tú me amas infinitamente, y lo que digan los demás no podrá
hacerme daño ni hacerme caer. Me rodeas con tu amor por la calle y en todas
partes.
Esa es mi grandeza y mi seguridad. Gracias, Señor. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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