PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1691 ~ Martes
24 de Abril de 2012
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Hola…
Jesús aparece en el camino que recorremos, en la casa que
habitamos, en la conversación que compartimos. Al partir el pan, -signo de la
vida de las personas sencillas y motivo de lucha de las necesitadas-, al
compartir nuestro camino y al decirnos palabras de cariño, ánimo y perdón,
descubrimos su Persona, transmisora de paz, animadora del paso, aliviadora de
fatigas. Jesús nos llena de su Paz: plenitud de vida, don y tarea. “Felices
quienes trabajan por la paz”. La iniciativa es de Jesús, la respuesta nuestra.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, la gente dijo a Jesús: «¿Qué señal haces
para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron
el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer».
Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio
el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque
el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». Entonces le
dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de
la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá
nunca sed».
(Jn 6,30-35)
Comentario
Hoy, en las palabras de Jesús podemos constatar la
contraposición y la complementariedad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento:
el Antiguo es figura del Nuevo y en el Nuevo las promesas hechas por Dios a los
padres en el Antiguo llegan a su plenitud. Así, el maná que comieron los
israelitas en el desierto no era el auténtico pan del cielo, sino la figura del
verdadero pan que Dios, nuestro Padre, nos ha dado en la persona de Jesucristo,
a quien ha enviado como Salvador del mundo. Moisés solicitó a Dios, a favor de
los israelitas, un alimento material; Jesucristo, en cambio, se da a sí mismo
como alimento divino que otorga la vida.
«¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué
obra realizas?» (Jn 6,30), exigen incrédulos e impertinentes los judíos. ¿Les
ha parecido poco el signo de la multiplicación de los panes y los peces obrada
por Jesús el día anterior? ¿Por qué ayer querían proclamar rey a Jesús y hoy ya
no le creen? ¡Qué inconstante es a menudo el corazón humano! Dice san Bernardo
de Claraval: «Los impíos andan alrededor, porque naturalmente, quieren dar
satisfacción al apetito, y neciamente despreciar el modo de conseguir el fin».
Así sucedía con los judíos: sumergidos en una visión materialista, pretendían
que alguien les alimentara y solucionara sus problemas, pero no querían creer;
eso era todo lo que les interesaba de Jesús. ¿No es ésta la perspectiva de
quien desea una religión cómoda, hecha a medida y sin compromiso?
«Señor, danos siempre de este pan» (Jn 6,34): que estas
palabras, pronunciadas por los judíos desde su modo materialista de ver la
realidad, sean dichas por mí con la sinceridad que me proporciona la fe; que
expresen de verdad un deseo de alimentarme con Jesucristo y de vivir unido a Él
para siempre.
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Fidel de Sigmaringen
Sacerdote y Mártir
Información completa
haciendo clic acá
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
"Desciende a las profundidades de ti mismo,
y logra ver tu alma buena.
La felicidad la hace solamente uno mismo
con la buena conducta"
Sócrates
Tema del día:
Mirarnos en el otro
En verdad todos somos espejos unos de los otros. Para
alcanzar esta percepción, hay que tener en cuenta que no existe una línea
divisoria entre “afuera” y “adentro”, sino que todo está unido, y lo que nos
sucede es un reflejo de nuestra realidad interna. Por eso si tú cambias, todo
cambia en tu mundo, literalmente.
El más claro espejo de lo que sentimos, pensamos y
hacemos podemos encontrarlo en las personas que nos rodean. Cada una de ellas
refleja un aspecto de nosotros mismos, aunque es necesaria la honestidad con
uno mismo para reconocerlo.
Aquello que admiras en los demás, lo reconoces y aprecias
porque tú también lo llevas dentro. Puedes hacer la prueba: fíjate en una
persona que te encanta, y descubre qué características te atraen en ella. Luego
deja de lado todo lo que te han dicho acerca de cómo eres o cómo deberías ser,
y observa: ¿puedes ver esos talentos y cualidades dentro de ti? Si pones a un
lado tus juicios y críticas y te aceptas a ti mismo, verás que es así, aunque
quizás esas cualidades estén latentes, esperando a que las reconozcas para
entonces desarrollarlas. De este modo, esa persona quizás sea un espejo de tu
futuro.
Lo mismo sucede con aquellas personas que nos producen un
fuerte rechazo. Si eres honesto contigo mismo y apartas lo que piensas que es
admisible o censurable, verás que aquello que no te gusta de alguien es una
característica tuya que juzgas y no aceptas. El camino entonces es aceptar
aquello que juzgabas, amarte a ti mismo también con aquello. ¡Y muchas veces
reírse de uno mismo opera verdaderas maravillas!
Entonces el otro ya no te fastidia, simplemente ha hecho
el papel de espejo, y puedes sentirte agradecido por la ayuda que, sin
proponérselo, te ha brindado.
Sin embargo esto tiene muchos matices. Si eres una
persona amorosa y llevas la armonía a todas las situaciones de tu vida, por
ejemplo, y de repente aparece en tu realidad una persona conflictiva, quizás
esa persona esté reflejando sólo una parte de ti que pertenece al pasado, y que
ya no corresponde con quien eres ahora. En ese caso, quizás la lección sea poner
límites, o por amor a ti mismo alejarte de ella, con perdón y desapego.
Otra posibilidad es elegir conscientemente que ella no te
afecte, y enviarle tu Amor y comprensión, pues es probable que esa persona
actúe así por no amarse a sí misma lo suficiente. Entonces también puedes
sentir gratitud, pues el otro te está dando la oportunidad de ser aún más
amoroso y compasivo.
De este modo vamos descubriendo que en realidad “el otro”
no existe. Sólo existe la Unidad, y cada persona es una parte de nosotros mismos
que anhela el Amor, la paz, la armonía y retornar a la Unidad olvidada o
perdida.
© Enriqueta Olivar
Pensamientos sanadores
Hoy pídele a Dios que tu evolución se vea en el amor
Para que la evolución espiritual sea verdadera, no sólo
es necesario centrarse en la búsqueda de Dios, sino que también es esencial
focalizar la atención y la intuición en las necesidades de los demás, en lo que
es mejor para ellos y cómo podemos brindárselo.
Una espiritualidad que no se abra y extienda en gestos
concretos de servicio y de ayuda hacia los demás, corre el riesgo de ser una
“seudoespiritualidad”, ya que se le estaría vaciando de uno de los elementos
esenciales que Nuestro Señor Jesucristo nos ha dejado, el amor concreto al
prójimo.
Los justos le
responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento
y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso y te alojamos, desnudo y te
vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso y fuimos a verte?” Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que
lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”. Mateo 25,
37-40.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las
familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Carlos C. y su esposa Trini, de Bogotá, Colombia, nos
piden oraciones por sus hijos, Carlos y María Paula, que están viviendo –como
muchos otros jóvenes de su edad– un tanto alejados de Dios, de la Eucaristía y
de las prácticas religiosas… y mucho más apegados a las redes sociales y al
computador. Oramos por ellos y por tantos otros que están en la misma
situación, para que la gracia, la misericordia y el amor de Jesucristo, con la
intercesión de nuestra Madre la Santísima Virgen María, les haga
encontrar el camino verdadero.
Pedimos oración por Diana Isabel G. O. de 33 años,
también de Bogotá, química de profesión, que se encuentra sin trabajo, para que
la Madre de Dios interceda por ella y logre pronto ubicarse en un trabajo que
le permita realizarse y significar un apoyo económico a su familia.
Pedimos oración por María del Refugio F., de la ciudad de
León, México, que mañana va a ser operada. Que la Virgen de Guadalupe la
proteja y pida a Jesús por ella para que todo salga bien.
Pedimos oración por Exequiel G., de Villa Regina,
Neuquén, Argentina, nacido ochomesino y con problemas cardio pulmonares serios
y también de desarrollo de los miembros superiores. Rogamos a Jesús resucitado
que ayude a este pequeñito para poder superar con bien estas dificultades.
Pedimos oración por la salud de Gustavo Daniel B., de la
ciudad de Buenos Aires, que está bajo tratamiento de quimioterapia y ha sufrido
una complicación neurológica estando actualmente internado. Rogamos al Señor
por su recuperación.
Pedimos oración por Mariana Z. que vive en Rosario,
Argentina, que hace una semana padece problemas con su presión arterial.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com
"Intimidad Divina"
La oración de recogimiento
El fundamento de la oración interior es la presencia de
Dios en nosotros… Esta es la gran promesa de Jesús a los que le aman: “Si
alguno me ama… mi Padre le amará y vendremos a él y en él haremos morada” (Jn
14, 23). El cristiano que, teniendo conciencia de esta sublime realidad, se
recoge en su interior para tratar con
Dios presente, viviente y operante en su corazón, y allí lo busca, lo
ama, se une a él y vive en su intimidad, tiene a su disposición un óptimo
método de oración mental. A medida que el sentimiento de la presencia de Dios
en nosotros se hace más vivo y profundo, la oración interior se hace más fácil
y espontánea, verdadera “fuente que salta hasta la vida eterna” (Jn 4, 14).
Hablando de la oración de recogimiento, en la cual el
alma se recoge en Dios presente en ella, Santa Teresa nos advierte que depende
de nosotros el conseguirla, “porque entended que esto no es cosa sobrenatural
sino que está en nuestro querer y que podemos nosotros hacerlo con el favor de
Dios”. Por eso es muy importante que el alma sepa lo que tiene que hacer para
llegar a esa oración: “recoger el alma todas sus potencias y entrarse dentro de
sí con su Dios”. De esta manera podrá el alma concentrarse toda en Dios
presente en su interior, y allí, postrada a sus pies, entretenerse con él,
según lo que le sugiera y le diga su corazón y de ofrecer a las tres divinas
Personas sus homenajes humildes y encendidos.
Pero si esto no le basta, podrá también ocuparse de otros
ejercicios: “Allí metida consigo misma, puede pensar en la Pasión y representar
allí al Hijo y ofrecerlo al Padre, y no cansar el entendimiento andándole
buscando en el monte Calvario y al Huerto y a la Columna”; o bien “tratad con
él como un Señor y como un Esposo; a veces de una manera, a veces de otra…,
contarle sus trabajos, pedirle remedio para ellos, entendiendo que no es digna
de ser su hija”. Y concluye Santa Teresa: “Las que de esta manera se pudieren
encerrar en este pequeño cielo de nuestra alma, adonde está el que la hizo…,
crea que lleva excelente camino y que no dejará de llegar a beber el agua de la
fuente”.
“¡Oh Dios mío! Tú
estás en mi y yo en ti. He hallado mi cielo en la tierra, porque el cielo eres
tú que te encuentras dentro de mí. Aquí te encuentro y poseo, aunque no sienta
tu presencia. Tú siempre estás ahí, en mi interior. ¡Cómo me gusta buscarte en
mí! Haz, Señor, que no te deje nunca solo” (Isabel de la Trinidad, Cartas)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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