jueves, 19 de abril de 2012

Pequeñas Semillitas 1686


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1686 ~ Jueves 19 de Abril de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
Dios: sé que una de las cosas más afectuosas que puedo hacer por otros es rezar por ellos.  Por eso hoy y cada día te agradezco la compañía de mis seres amados, la bendición que han sido y continúan siendo, el gozo y la felicidad que recibo de sólo pensar en ellos.
Dios: al crear a mis seres amados creaste personas de puro amor y alegría.  Agradezco la bendición de haber podido conocerlos.  Es un honor compartir con ellos mi vida.
Y te agradezco, Dios, el tierno cuidado que sólo Tú puedes dar a quienes me son tan preciosos.  Por lejos que estén de mí, siento una gran paz por saber que Tú estás siempre con ellos, proveyendo a su seguridad y a su bienestar.
¡Gracias, gracias, Dios!


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: «El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo, da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él».
(Jn 3,31-36)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos invita a dejar de ser “terrenales”, a dejar de ser hombres que sólo hablan de cosas mundanas, para hablar y movernos como «el que viene de arriba» (Jn 3,31), que es Jesús. En este texto vemos —una vez más— que en la radicalidad evangélica no hay término medio. Es necesario que en todo momento y circunstancia nos esforcemos por tener el pensamiento de Dios, ambicionemos tener los mismos sentimientos de Cristo y aspiremos a mirar a los hombres y las circunstancias con la misma mirada del Verbo hecho hombre. Si actuamos como “el que viene de arriba” descubriremos el montón de cosas positivas que pasan continuamente a nuestro alrededor, porque el amor de Dios es acción continua a favor del hombre. Si venimos de lo alto amaremos a todo el mundo sin excepción, siendo nuestra vida una tarjeta de invitación para hacer lo mismo.
«El que viene de arriba está por encima de todos» (Jn 3,31), por esto puede servir a cada hombre y a cada mujer justo en aquello que necesita; además «da testimonio de lo que ha visto y oído» (Jn 3,32). Y su servicio tiene el sello de la gratuidad. Esta actitud de servir sin esperar nada a cambio, sin necesitar la respuesta del otro, crea un ambiente profundamente humano y de respeto al libre albedrío de la persona; esta actitud se contagia y los otros se sienten libremente movidos a responder y actuar de la misma manera.
Servicio y testimonio siempre van juntos, el uno y el otro se identifican. Nuestro mundo tiene necesidad de aquello que es auténtico: ¿qué más auténtico que las palabras de Dios?, ¿qué más auténtico que quien «da el Espíritu sin medida» (Jn 3,34)? Es por esto que «el que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz» (Jn 3,33).
“Creer en el Hijo” quiere decir tener vida eterna, significa que el día del Juicio no pesa encima del creyente porque ya ha sido juzgado y con un juicio favorable; en cambio, «el que rehusa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él» (Jn 3,36)..., mientras no crea.
Rev. D. Melcior QUEROL i Solà (Ribes de Freser, Girona, España)


Santoral Católico:
Santa Inés de Montepulciano
Religiosa


Nació en Montepulciano, (Italia) en 1268 y fue una de las figuras más brillantes de la Orden de Santo Domingo. A los 9 años obtuvo que sus padres (que eran de una de las principales familias de la ciudad) la dejaran irse a vivir a un convento de religiosas. Allí su seriedad y su comportamiento tan inteligente le atrajeron de tal manera la confianza de las superioras que cuando apenas tenía catorce años la encargaron ya de la portería del convento y de recibir las visitas. Cuando ella tenía 15 años, la superiora de aquella comunidad fue trasladada a fundar un convento en otra ciudad, y pidió que le dejaran llevar como principal colaboradora a Inés, porque era una joven de una extraordinaria responsabilidad en todo lo que hacía.

Y sucedió por aquellos tiempos que las gentes de Montepulciano dispusieron crear unas casas para religiosas. Pidieron que les fuera enviada como superiora del nuevo convento la joven Inés, cuya santidad ya era notoria en todos los alrededores. Ella siendo tan joven, aceptó el cargo porque confiaba en que Dios le iba a ayudar de maneras sorprendentes. Y así sucedió.

Estaba Inés pensando a qué comunidad religiosa debía ella confiar a las monjitas de su nuevo convento, cuando una noche en una visión se le aparecieron en el mar muchas barcas con distintos patronos, invitándola a navegar en ellas. Pero una barca tenía por piloto a Santo Domingo de Guzmán y este santo le decía: "Es voluntad de Dios que tú viajes en la barca de la Comunidad Dominicana". Desde entonces se propuso afiliar a sus religiosas a la Comunidad de padres Dominicos. Y así ella llegará a ser una de las glorias de esta comunidad, y lo mismo lo será su gran devota, Santa Catalina de Siena.

Desde muy joven ayunaba casi todos los días y dormía en el duro suelo y tenía por almohada una piedra. Después la salud se le resintió y por orden del médico tuvo que suavizar esas mortificaciones. San Raimundo cuenta que Dios le permitía visiones celestiales, que un día logró ver cómo era Jesús cuando era Niño.

Otra vez estando la despensa del convento desprovista y no habiendo alimentos para las monjas, ella rezó con fe y la despensa apareció llena de comestibles. La veían levantada por los aires mientras le llegaban los éxtasis de la oración. Un ángel se le apareció ofreciéndole un cáliz de amargura y le dijo: "Como Jesús, en esta tierra tendrás que beber el cáliz de la amargura, pero para la eternidad te espera la corona de gloria que nunca se marchita".

Santa Catalina de Siena que fue a Montepulciano a visitar el cadáver de Santa Inés, el cual después de 30 años, todavía se encontraba incorrupto, profesaba una gran veneración a esta santa y en una carta que escribió a las religiosas de esa comunidad les dice: "Les recomiendo que sigan las enseñanzas de la hermana Inés y traten de imitar su santa vida, porque dio verdaderos ejemplos de caridad y humildad. Ella tenía en su corazón un gran fuego de caridad, regalado por el mismo Dios, y este fuego le producía un inmenso deseo de salvar almas y de santificarse por conseguir la salvación de muchos. Y después de la caridad lo que más admiraba en ella era su profunda humildad. Siempre oraba y se esforzaba por conservar y aumentar estas dos virtudes. Y lo que le ayudaba mucho a crecer en santidad era que se había despojado de todo deseo de poseer bienes materiales o de darle gusto a sus inclinaciones sensuales, y el dominar continuamente su amor propio. Su corazón estaba totalmente lleno de amor a Cristo Crucificado, y este amor echaba fuera los amores mundanos y los apegos indebidos a lo que es terrenal. Ella ofrecía en sacrificio a Dios su propia sensualidad. Para esta buena religiosa el mejor tesoro era Cristo crucificado, en quien meditaba siempre y a quien tanto amaba". Hermoso relato redactado por una gran santa, acerca de otra santa también muy admirable.

Cuando estaba moribunda, oyó que sus religiosas lloraban y les dijo emocionada: "Si en verdad me aman, alégrense de que voy al Padre Dios a recibir su herencia eterna. No se afanen que desde la eternidad las encomendaré siempre".

Murió en el mes de abril del año 1317 a la edad de 49 años, y en su sepulcro se han obrado muchos milagros.

Fuente: EWTN

Nota:
Hoy también, la tradición, celebra a San Expedito cuyo nombre no consta en el actual Martirologio Romano.
Aunque no aparece en el actual calendario litúrgico no deja de ser un santo reconocido por la Iglesia.


La frase de hoy

"Un árbol no da la espalda a nadie.
Aunque des vueltas a su alrededor…
siempre da la cara.
Los verdaderos amigos también"


Tema del día:
Evitar las enfermedades litúrgicas


Un conocido sacerdote de Zaragoza, que quiere mantener el anonimato, ha redactado para la publicación de la Hoja Diocesana (Iglesia en Zaragoza, número 1.621), un interesante artículo sobre las enfermedades litúrgicas más comunes.

Sería muy bueno que durante este tiempo de Pascua, intentáramos en nuestras parroquias y comunidades vacunarnos contra ellas... Durante mi ministerio sacerdotal he apreciado, en las diferentes comunidades a las que he servido, diferentes patologías durante las celebraciones litúrgicas que se agudizan en mayor o menor medida dependiendo de las circunstancias y de las cuales paso a describir sus síntomas:

La afasia litúrgica

Es la primera de ellas. Es un súbito bloqueo que observamos de las personas que entran por la puerta del templo y que bloquea totalmente los órganos vocales durante los cantos y las respuestas al final de las oraciones e incluso a la hora de contestar “amén” al recibir la comunión. Es un mal que ataca más a los hombres que a las mujeres. Es totalmente virulento en la celebración de las bodas y bautizos, ya que suele paralizar totalmente los mecanismos de la fonación. Suele curarse en seguida, en el momento que se toma un café o una cerveza en el bar de la esquina más cercana a la iglesia.

La delantero-fobia

Es la segunda enfermedad que aprecio muchas veces en los feligreses. Se produce nada más entrar por la puerta del atrio, los síntomas no tardan en aparecer: temblores en las piernas y un miedo irremediable a ponerse en los primeros bancos de la iglesia. Otra acepción de esta enfermedad es “humildad litúrgica”, el que padece este mal suele tener un ataque apenas entra por la puerta. Es un mal muy útil para casos de incendio o evacuación precipitada del local. Sirve también para no sentirse aludidos con los reproches de Jesús en el evangelio a los fariseos soberbios acusados de ocupar los primeros bancos.

La doble corriente auricular

Esta enfermedad todavía es más grave. Es un mal que se debe a la apertura de ambos conductos auriculares, que permite que el sonido que entra por uno, salga libremente por el opuesto, sin pasar por el cerebro ni el corazón. En sus orígenes fue descubierta por un antiguo párroco de Santa Engracia llamado Don Mariano Carilla, que subía al púlpito, sin notar que estaban abiertos los recién inaugurados micrófonos: “Predica, predica, Mariano, que para el caso que te hacen...” Los síntomas de esta enfermedad se vuelven agudos cuando se dan avisos, recomendaciones, o se convoca a algún acto a celebrar.

Sindrome homilético

Es un estado de semi-trance (no producido por el incienso, como algunos creían) que se resuelve, en algún caso, en cabezadas o hasta ronquidos. El paciente tiende a perder contacto con la realidad y a menudo padece una defectuosa percepción del paso del tiempo. Se manifiesta sólo cuando el sacerdote comienza a predicar la homilía. Los estudiosos del tema nos comunican, que incluso hay personas que en ese momento les da por comenzar a rezar el Rosario. En casos agudos se puede caer hasta en la total inconsciencia, que sólo desaparece cuando los demás, se ponen en pie tras la homilía y comienzan a rezar el credo.

Autor: Iglesia en Zaragoza


Pensamientos sanadores


Hoy pídele al Señor ser colmado de su luz

Nuestro mundo no existiría si no fuese por la luz del sol. Él no sólo nos da calor y vida, sino que además nos permite ver los matices y tonos de los diversos colores de la naturaleza, lo cual de noche no se puede distinguir.
Lo mismo obra Dios cuando “como luz de nuestra alma” le permitimos, por medio de la oración íntima y contemplativa, que ilumine nuestro interior y todo lo que miran los ojos de nuestra mente.
En estos cinco minutos que estás tomando para encontrarte más íntimamente con Dios, pídele llegar a una comprensión más profunda de lo maravilloso que es vivir en la luz de su amistad y también percibir cuánto significas para él.
Su presencia amorosa es tu paz. Su luz resplandeciente es tu guía. Su vida divina es tu salud. Su Infinita Providencia es fuente de todos los bienes.

¿Quién nos mostrará la felicidad, si la luz de tu rostro, Señor, se ha alejado de nosotros? Salmo 4, 7.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por John L. que vive en Phoenix, Arizona, para que Dios nuestro Señor le sane mentalmente ya que últimamente ha tenido depresiones y crisis de ausencia, y para que su esposa Rosie tenga consuelo y esperanza ante esta situación.

Pedimos oración por la señora Rosa R. G., de México D.F., que es una persona mayor cuya salud se va deteriorando gradualmente. También pedimos por la niña María Fernanda S. G. de 4 años que tiene una cardiopatía y la tienen que operar. Y por las familias Barroso Vargas, Castillo Vargas y Ramos Castillo, para que el Señor los ayude en sus necesidades.

Pedimos oración por dos niñas de la ciudad de Córdoba, Argentina: Fátima Belén, 'Fati', de 8 años de edad, que ha tenido leucemia, completó los tratamientos y ahora presenta una deficiencia inmunológica (bajas defensas) que preocupa a sus médicos y a su familia. Además pronto debe hacerse una punción para control. Y por Rocío, de 5 años, que tiene un tumor en la zona del estómago, en una ubicación que hace muy difícil extirparlo, y que genera mucha angustia por sus pronóstico. Que el Niño Jesús esté junto a ellas y las proteja.

Pedimos oración por Maricarmen M. R. de México D.F. que tuvo un accidente automovilístico con complicaciones que hacen que se sienta muy mal, por lo que rogamos a Dios, por la intercesión de la Virgen de Guadalupe y Juan Pablo II que la ayude a sanarse.

Pedimos oración por el niño Sam M. de Forth Worth, Texas, USA, quien fue operado del cerebro, ya está fuera del hospital, pero tiene secuelas neurológicas y cognitivas. Que María, Madre de Dios y Madre nuestra, lo ayude para conseguir una recuperación total.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com


Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas

Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail:  Si desean recibir el power point y los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a pequesemillitas@gmail.com 
Solo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.


"Intimidad Divina"

El agua viva

Dios es la fuente purísima de agua vivificante, la única capaz de apagar la sed de infinito del corazón humano; e invita siempre a los hombres a que apaguen esa sed en ese divino manantial, pero ellos continúan apartándose de él para entregarse a los placeres terrenos que, como cisternas agrietadas, no pueden contener el agua para apagarles la sed. Al venir al mundo el Hijo de Dios, renovó el llamamiento de forma más explícita: “El que beba del agua que yo le diere no tendrá jamás sed”, y otra vez: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba…, ríos de agua viva manarán de su seno” (Jn 4, 14; 7, 37-38). Jesús es la fuente inagotable del agua viva de la gracia, que, dando a participar a los hombres su vida divina, satisface sus anhelos de amor y de felicidad haciéndoles gustar “cuán bueno es el Señor”.

Todos los hombres son llamados a escuchar a Dios. A todos ha dicho mostrándoles su Unigénito: “Este es mi Hijo amado… escuchadle” (Mt 17, 5). Escuchando a Jesús, se escucha al Verbo eterno, la Palabra que revela al Padre. Mirando y conociendo a Jesús, se ve y se conoce a Dios: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Jn 14, 9), dice el Señor, y añade: “El que me ama a mí será amado de mi Padre, y yo le ameré y me manifestaré en él” (ib 21). Este conocimiento de Dios se consigue por medio de la asimilación de la Sagrada Escritura y escuchando las enseñanzas de la Iglesia, pero sobre todo escuchando interiormente la voz íntima de Dios que se descubre secretamente a quienes le aman y le buscan con deseo vivo, sincero y constante.

Entonces se le infunden progresivamente al cristiano una luz y un amor antes desconocidos, fruto de los dones del Espíritu Santo, mediante los cuales conoce a Dios de un modo nuevo, intuyendo por experiencia que Dios es verdaderamente el Único, tan diverso de todos los demás seres y tan infinitamente superior a ellos que bien merece todo el amor y todo el servicio por parte de sus criaturas… La contemplación no es sinónimo de revelaciones, visiones o éxtasis, sino que consiste en una secreta experiencia que hace al hombre descubrir y gustar las grandezas y los misterios de Dios. Bajo esta perspectiva se puede decir que todo cristiano está llamado a la contemplación, o como dice Santa Teresa de Jesús, que a nadie quita “procure venir a esta fuente de vida a beber”, con tal de “que no se queden por el camino”.

Como anhela la cierva las corrientes de las aguas, así te anhela mi alma, ¡oh Dios! Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo iré y veré la faz de Dios?... ¿Por qué te abates, alma mía? ¿Por qué te turbas contra mí? Espera en Dios, que aún le alabaré; es la salvación de mi faz y mi Dios. Abatida está mi alma; por eso me acuerdo de ti… De día dispensas, ¡oh Señor!, tu gracia, y de noche me acompaña tu cántico, una oración a ti, Dios de mi vida. (Salmo 42, 2-3, 6-7, 9)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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