sábado, 28 de abril de 2012

Pequeñas Semillitas 1695


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1695 ~ Sábado 28 de Abril de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
Manten siempre el buen humor, en cualquier circunstancia. Y trata de mantener vivo el buen humor de todas las personas que te encuentran en la vida. La alegría es medicina divina. La tristeza, en cambio, nos hunde en un mar de barro, que salpica y ensucia a los que se nos acercan. En los sufrimientos y penas también trata de ser alegre, porque la alegría es la mejor medicina para conseguir la felicidad. Convéncete de que la alegría de la vida no te puede llegar de afuera. Podrás hallar la felicidad cuando puedas hacerla brotar de tu corazón, cuando aprendas a ayudar a todos, sin preferencias, con tus obras, palabras y pensamientos.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?». Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre».
Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».
(Jn 6,60-69)

Comentario
Hoy acabamos de leer en el Evangelio el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida, que es Él mismo que se dará a nosotros como alimento para nuestras almas y para nuestra vida cristiana. Y, como suele pasar, hemos contemplado dos reacciones bien distintas, si no opuestas, por parte de quienes le escuchan.
Para algunos, su lenguaje es demasiado duro, incomprensible para su mentalidad cerrada a la Palabra salvadora del Señor, y san Juan dice —con una cierta tristeza— que «desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él» (Jn 6,66). Y el mismo evangelista nos da una pista para entender la actitud de estas personas: no creían, no estaban dispuestas a aceptar las enseñanzas de Jesús, frecuentemente incomprensibles para ellos.
Por otro lado, vemos la reacción de los Apóstoles, representada por san Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos» (Jn 6,68-69). No es que los doce sean más listos que los otros, ni tampoco más buenos, ni quizá más expertos en la Biblia; lo que sí son es más sencillos, más confiados, más abiertos al Espíritu, más dóciles. Les sorprendemos de cuando en cuando en las páginas de los evangelios equivocándose, no entendiendo a Jesús, discutiéndose sobre cuál de ellos es el más importante, incluso corrigiendo al Maestro cuando les anuncia su pasión; pero siempre los encontramos a su lado, fieles. Su secreto: le amaban de verdad.
San Agustín lo expresa así: «No dejan huella en el alma las buenas costumbres, sino los buenos amores (...). Esto es en verdad el amor: obedecer y creer a quien se ama». A la luz de este Evangelio nos podemos preguntar: ¿dónde tengo puesto mi amor?, ¿qué fe y qué obediencia tengo en el Señor y en lo que la Iglesia enseña?, ¿qué docilidad, sencillez y confianza vivo con las cosas de Dios?
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)


Santoral Católico:
San Pedro Chanel
Sacerdote y Mártir


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San Luis María Grignion de Montfort
El santo de la verdadera devoción Mariana


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Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“El amor llega cuando menos lo esperamos, cuando no vamos en busca de él. Si andas a la caza del amor, jamás encontrarás la pareja adecuada. Así sólo se crea ansiedad y desdicha. El amor no está nunca afuera; lo llevamos dentro. No insistas en que el amor venga inmediatamente. Quizás no estés preparado para el, o tal vez no estés lo bastante evolucionado como para atraer el amor que anhelas”
Louise Hay


Cuentos de Mamerto Menapace:
Compartir lo provisorio


Allá en las chacras se vivía prácticamente a la intemperie. No nos defendíamos demasiado de las realidades ni del clima. Más bien compartíamos el ritmo de las cosas; y por supuesto de las personas.

La noche nos encerraba a todos en los pequeños charcos de luz que creaban nuestras lámparas. Los mismo que las aves acuáticas se reúnen en sus charcos cuando las atropella la sequía. La lluvia también era compartida por todos; para todos era un tiempo de recogimiento bajo techo dejando suceder lo que era imposible conjurar. También se vivía compartiendo los mismos gestos de la primavera, y las mismas humillaciones del verano o del invierno.

Porque cuando se vive a la intemperie uno no puede hacer provisión de clima. Se vive el clima del momento con intensidad y compartiéndolo, sin reservarse de él nada para el día siguiente. Tal vez lo único que se guardaba de un acontecimiento, bueno o malo, era el recuerdo de haberlo compartido y la capacidad de evocarlo en futuros reencuentros.

Y lo que sucedía con los acontecimientos, sucedía también con los alimentos. Sobre todo con aquellos más primitivos, que provenían de la caza y de la pesca. Porque en las chacras abundaban las palomas, sobre todo cuando el lino era chiquito, o luego de la desgranada del maíz, o para cuando el girasol empezaba a madurar. Casi siempre cuando se escopeteaba la bandada, solían caer más palomas de las que nosotros podíamos aprovechar. Y como no teníamos la posibilidad de conservarlas, y además era un orgullo el haber tenido buen puntería el resto se mandaba a los vecinos. Y allá íbamos los chicos, hacia distintos rumbos, llevando cada uno un par de palomas gordas, con la esperanza de recibir propina. Y volvíamos luego a nuestro territorio con el orgullo de todo embajador.

Los lunes la embajada venía del arroyo. Sábado y domingo, Don Pablo los pasaba en la isla o en el monte. Su razón de compartir era mucho más urgente, porque el pescado de los arroyos del norte hay que comerlo fresco. A veces, en lugar del par de pescados chicos sacados a línea y anzuelo, solía venir con n trozo de pescado de los grandes, de esos que traen acollarado el relato de la hazaña. Y si la embajada no venía, todos compartíamos en silencio el fracaso vivido ese fin de semana por Don Pablo.

Lo mismo sucedía cuando para el invierno se carneaba el chancho. En eso del dar y el recibir, todos los vecinos comíamos presas frescas de las sucesivas carneadas. Y todos participábamos del esfuerzo o de la habilidad de todos. Sentíamos como una especie de alegría de familia grande que nos hacía compartir penas, alegrías, trabajos y fracasos.

Ahora todo aquello ha cambiado. Casi todos han comprado una heladera. En cada chacra se dispone de una pequeña geografía polar que permite conservar los alimentos perecederos. Lo que antes se compartía, ahora se conserva. Y así Don Pablo se condenó en los últimos años de vida a comer siempre pescado: fresco los lunes, semifresco los martes, y partir del miércoles, pescado conservado. (Lo que no dejaba de encerrar un peligro.) Y ya nadie supo nada de sus éxitos y de sus fracasos. Lo que hizo que para él mismo la pesca perdiera mucho de su encanto. Y también para nosotros en eso de cazar palomas.

Desde que hemos optado por la heladera, nuestra alimentación y nuestra vida en las chacras ha perdido mucho de su variedad, de su capacidad de sorpresa, de ese sentimiento de totalidad que creaba el compartir. Nos defendemos mejor contra el clima y la intemperie, sí.

Pero nos estamos volviendo menos hombres.


Pensamientos sanadores


Hoy confía en que Dios te lleva entre sus manos

Cuando oramos, pidiendo con confianza la bendición de Dios, reconocemos que no estamos abandonados a nosotros mismos o a las fuerzas desconocidas del destino, sino que estamos siempre en las manos del Señor, según su proyecto de salvación.
Su luz y su verdad están siempre allí, frente a nosotros, aun cuando por momentos no la podamos ver.
Las nubes que ocultan el sol, antes o después se irán, del mismo modo que se correrá el velo que algunas veces te impide gustar de la alegría de la vida.
Piensa en las siguientes palabras: “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8, 32) y poniéndote delante de Jesús, repítelas, imaginando que él irradia una potente luz que tú vas absorbiendo gradualmente.
Luego descansa y goza de esa sensación de que Dios, con toda su luz, habita en ti.
Prepárate para llevar, en este día, esa luz a todos los ambientes en los cuales tú estarás.

El que me escucha vivirá seguro y estará tranquilo, sin temer ningún mal. Proverbios 1, 33


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud física, psíquica y espiritual del señor Marcelino V. que vive en Chiapas, México, está próximo a cumplir 70 años y está teniendo problemas psíquicos y emocionales, rogando a Dios que lo ayude, que se deje tratar y que lo acerque a Él.

También de la misma ciudad pedimos por Virginia M., madre de un adolescente, divorciada y que recientemente sufrió el fallecimiento de su mamá, situación que no ha logrado superar y que sumado a otros problemas (laborales) determina que esté anímicamente mal y con repercusión en lo físico. Que la Santísima Virgen la acompañe y la fortalezca para luchar salir adelante y superar todos sus problemas.

Pedimos oración por la señora Elvira P., de Querétaro, México, que está en fase terminal de su enfermedad irreversible, para que el Señor tenga piedad de su sufrimiento y decida el momento adecuado para liberarla y llevarla a su lado. 

También pedimos por el señor Eduardo M., de Durango, México, que fue secuestrado por desconocidos y está desaparecido hace un mes sin que nada se sepa de él, rogando a Dios que se encuentre con vida y regrese sano y salvo al seno familiar.

Rezamos por Blanca Estela B. que hoy en Guatemala será operada de ovario y matriz, para que el Buen Jesús esté presente en esa cirugía, guíe a los médicos y permita que todo salga bien.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com


"Pequeñas Semillitas" por e-mail


Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratuitas y se realizan únicamente por invitación. Hay que solicitarlas a Melissa, la moderadora del Grupo a: picaflor05@gmail.com  o a: picaflor.cl@gmail.com  
Las inscripciones son moderadas y pueden demorar un par de días, siendo importante que no te suscribas desde una computadora de tu oficina o lugar laboral, y que sólo te inscribas si de verdad estás dispuesto/a a leer todos los días nuestros mensajes e incluso compartirlos con tus amigos y conocidos reenviándoselos por correo electrónico.
Felipe de Urca


"Intimidad Divina"

Atención amorosa a Dios

“La palabra de Dios es viva y eficaz” (Hb 4, 12), dice San Pablo, y lo mismo puede decirse de la noticia general de Dios infundida en el alma por el Espíritu Santo. Es tan eficaz que influye no sólo en la inteligencia, sino también en la voluntad, inclinándola a unirse a Dios en fe y en amor. El alma entonces pasa su oración con el entendimiento y la voluntad abiertos a Dios, dirigidos a él en una advertencia amorosa que la tiene ocupada de manera casi imperceptible pero muy eficaz. San Juan de la Cruz observa que a los principios esta noticia es tan “sutil y delicada y casi insensible”, que el hombre, acostumbrado a proceder por consideraciones y sentimientos bien definidos, casi no la advierte y, aun cuando comienza a tener una cierta conciencia de ella, tiene la impresión de no hacer nada y de perder el tiempo; por lo cual frecuentemente se siente tentado a tornar a la meditación y a los coloquios afectivos de antes.

Pero si resiste y persevera manteniéndose en la presencia de Dios en una sencilla actitud de fe, contentándose con estar cerca del Señor, haciéndole compañía y mirándole en silencio, poco a poco se hace capaz de atender a Dios sin el apoyo de ideas, afectos o ejercicios particulares, en una delicada relación de espíritu a espíritu. Se trata de una atención amorosa a Alguien que está presente, cuya presencia no se advierte de una manera sensible, pero que se intuye como la única Presencia, frente a la cual todas las demás presencias desaparecen. La divina presencia le resulta tan preciosa, que no renunciaría a ella por todas las cosas del mundo. Poco a poco se realiza lo que dice San Juan de la Cruz: El alma “gusta de estarse a solas con atención amorosa a Dios, sin particular consideración, en paz interior y quietud y descanso”.

Según San Juan de la Cruz la “atención general y amorosa a Dios” resulta de un particular ejercicio de las virtudes teologales ayudadas por un escondido y delicado influjo del Espíritu Santo. El alma que se ha ejercitado en la fe y en el amor, ha adquirido ya el hábito de ellos, de manera que, sin recurrir a la repetición continua de actos particulares, puede permanecer en la presencia de Dios en un delicado y prolongado acto de fe y de amor. Mediante su esfuerzo llega así a tratar con Dios en advertencia amorosa, como quien abre los ojos con amor sobre el objeto amado y deseado. Y no está sola en su labor: el Espíritu Santo le sale al encuentro y mediante una secreta actuación de sus dones, la orienta y atrae hacia Dios, infundiéndole un conocimiento amoroso de él. A medida que el ejercicio de las virtudes teologales se hace más profundo e intenso, la criatura se une más a Dios, se abre más a su acción, y Dios irrumpe en ella, traspasando todos los modos humanos.

Tu tesoro, Dios mío, es como un océano infinito, y nosotros nos contentamos con una breve ola de devoción que puede durar un momento; ciegos como somos, te atamos las manos e impedimos la abundancia de tus gracias. Pero cuando tú hallas un alma penetrada de la fe viva, la llenas de gracias, como un torrente, que, constreñido en su cauce, cuando encuentra una salida se lanza con ímpetu inundándolo todo. ¡Oh Señor!, que yo me ocupe de mantenerme siempre en tu santa presencia mediante una sencilla advertencia y una mirada amorosa…, en un coloquio mudo y secreto de mi alma contigo. ¡Oh Señor!, yo te contemplo como a mi Padre presente en mi corazón, y allí te adoro… conservando mi espíritu en tu divina presencia y volviéndolo a traer allí cuando lo sorprendo distraído. (Lorenzo de la Resurrección, La práctica de la presencia de Dios)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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