lunes, 16 de abril de 2012

Pequeñas Semillitas 1683


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1683 ~ Lunes 16 de Abril de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
El encuentro con Jesús resucitado es un regalo. Los discípulos no hacen nada para provocarlo. Los relatos insisten en que es Jesús el que toma la iniciativa. Es él quien se les impone lleno de vida, obligándoles a salir de su desconcierto e incredulidad. Se pone repetidamente en sus labios un saludo significativo: “La paz con vosotros”. El resucitado les regala la paz y la bendición de Dios. Jesús sigue siendo el mismo. Esa era la paz que infundía cuando caminaba por Galilea. Este es también ahora el gran regalo que Dios ofrece a todos sus hijos e hijas por medio de Cristo muerto y resucitado: el perdón, la paz y la resurrección.
José Antonio Pagola.



La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él». Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios».
Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?». Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: ‘Tenéis que nacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu».
(Jn 3,1-8)

Comentario
Hoy, un «magistrado judío» (Jn 3,1) va al encuentro de Jesús. El Evangelio dice que lo hace de noche: ¿qué dirían los compañeros si se enterasen de ello? En la instrucción de Jesús encontramos una catequesis bautismal, que seguramente circulaba en la comunidad del Evangelista.
Hace muy pocos días celebrábamos la vigilia pascual. Una parte integrante de ella era la celebración de Bautismo, que es la Pascua, el paso de la muerte a la vida. La bendición solemne del agua y la renovación de las promesas fueron puntos clave en aquella noche santa.
En el ritual del bautismo hay una inmersión en el agua (símbolo de la muerte), y una salida del agua (imagen de la nueva vida). Se es sumergido con el pecado, y se sale de ahí renovado. Esto es lo que Jesús denomina «nacer de lo alto» o «nacer de nuevo» (cf. Jn 3,3). Esto es “nacer del agua”, “nacer del Espíritu” o “del soplo del viento...”.
Agua y Espíritu son los dos símbolos empleados por Jesús. Ambos expresan la acción del Espíritu Santo que purifica y da vida, limpia y anima, aplaca la sed y respira, suaviza y habla. Agua y Espíritu hacen una sola cosa.
En cambio, Jesús habla también de la oposición de carne y Espíritu: «Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu» (Jn 3,6). El hombre carnal nace humanamente cuando aparece aquí abajo. Pero el hombre espiritual muere a lo que es puramente carnal y nace espiritualmente en el Bautismo, que es nacer de nuevo y de lo alto. Una bella fórmula de san Pablo podría ser nuestro lema de reflexión y acción, sobre todo en este tiempo pascual: «¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con Él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva» (Rom 6,3-4).
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)


Santoral Católico:
Benito José Labre
Mendigo Penitente


Le importó siempre muy poco que le viera la gente con aspecto desarreglado; tampoco le preocupaba demasiado el lugar más o menos cubierto donde iba a pasar la noche; y lo que menos le tiempo le llevaba era el pensamiento acerca de la disposición y orden de los manjares en la mesa. A decir verdad, más parecía mendigo que monje. Como los primeros, tenía el cielo por techo y por compañía las estrellas, iba de un sitio a otro sin más necesidad que el soporte de los pies; como los segundos, una túnica con escapulario, el rosario al cuello, crucifijo en el corazón y en el bolsillo de la túnica cabían unos mendrugos de pan y el Evangelio.

Así le vieron en Roma, Loreto, Fabiano y Bari. Así estuvo en los más renombrados lugares santos de Europa, sin descontar Montserrat ni Santiago de Compostela.

Comenzó su vida de fraile errante el día tres de setiembre del año 1770, después de haber recorrido a pie las muchas leguas que medían los caminos que separaban un monasterio de otros para llamar a sus puertas. Unos eran tan pobres que no podían recibir a un fraile más por imposibilidad de alimentarlo; para entrar en otros le falta la edad requerida; en aquel es recibido, pero los seis meses que estuvo dentro los pasó en la enfermería y el último -que le abrió de par en par las puertas- tuvo que dejarlo por las terribles tentaciones que sufría. No había modo humano de vivir con los frailes. Se nota que Dios no lo quiso al otro lado de los muros; no, no quiso que sus virtudes estuvieran cubiertas por las tapias. Lo quiso fraile y libre, sufrido y pobre a la vista, piadoso y lleno de bondad ante todos, aunque él pudiera presumir sólo de pobreza.

Había nacido, a lo que parece en una familia de pocos recursos, en Amettes, el 26 de Marzo de 1748, cuando el papa es Benedicto XIV -Próspero Lambertini- y Luis XV -que supo expresarse con la altanería de la época diciendo: "después de mí, el diluvio"- es el rey de Francia. Desde bien joven muestra a sus padres la inclinación que siente por la trapa, pero los mayores dejan el incierto asunto prevocacional para más adelante y lo ponen a estudiar. Hubo dos sacerdotes que influyen en su vida, su padrino el cura de Erin -donde justamente estaba cuando llegó la epidemia, se llevó al sacerdote y tuvo que regresar a Amettes- y el cura de Conteville -que consiguió en su momento el permiso paterno para buscar convento-. Es año 1766, justo el del "Motín de Esquilache", (porque esta es la hora de los "listos", quiero decir, de los Iluminados y Enciclopedistas: la del filósofo, político y jurista Charles-Louis de Secundat, barón de Montesquieu y la del más influyente y representativo de los escritores franceses Francois Marie Arouet o Voltaire), cuando este buen hombre comienza su acá para allá a golpe de sandalia o de pie, buscando un convento, cartuja o trapa que lo admita. Val Sainte Aldegonde, Notre-Dame des Près, Gran Trapa, Sept-Fonts y quizá algún otro más lo tuvo a la puerta, pero nada más.

Llevaba al engaño su aspecto de desdichado a quien le veía; él vivía feliz. Hace vida con los mendigos, pero no admite lo que a la casta le ofrece la gente, porque él nada necesita. Reza por las noches ante las puertas de las ermitas. Y su piedad es verdadera, ¿cómo va a ser falsa cuando llega a comentar al cura de Cossignano: "se ofende a Dios porque no se conoce su bondad". Es personaje que llega a hacerse conocido en los ambientes piadosos de Roma. Frecuenta las iglesias de los Santos Apóstoles, de Nuestra Señora de los Montes y Santa María la Mayor. Hay quien le vió -entre ellos el P. Daffini, familiar del cardenal Achinto- con un nimbo de luz, con rostro resplandeciente y con su cuerpo elevado del suelo, en levitación. Incluso llegan a atribuirle la curación milagrosa de un niño.

El miércoles Santo del 1783, asistiendo a los oficios religiosos, rodó por las escaleras; el carnicero Zaccarelli lo llevó a su casa, recibió Benito la extremaunción y murió

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“Queridos amigos,
que ninguna adversidad os paralice.
No tengáis miedo al mundo,
ni al futuro, ni a vuestra debilidad.
El Señor os ha otorgado vivir
en este momento de la historia,
para que gracias a vuestra fe
siga resonando su Nombre en toda la tierra”

Benedicto XVI


Tema del día:
Cumpleaños de Benedicto XVI


Hoy, lunes 16 de abril, S.S. Benedicto XVI cumple 85 años. Esto sucede tres días antes de que se cumplan siete años de su pontificado, el día 19.

Son dos ocasiones que se antojan para felicitarlo personalmente, enviarle un gran abrazo, manifestarle nuestro apoyo, nuestro cariño, nuestra admiración, nuestra fidelidad y asegurarle nuestra oración, en estos momentos en los que la Barca de Pedro, de la cual él lleva valientemente el timón, se ve zarandeada por los ataques del Príncipe de la Mentira y por las infidelidades, mediocridades, cobardías y rebeldías de muchos tripulantes y pasajeros.

Por esta razón, los invitamos a aprovechar esta oportunidad, enviando, a través de Catholic.net, una carta al Santo Padre, en la que le expresen su mensaje personal de felicitación. Sólo tienen que escribirlo en el formulario que encontrarán en: http://es.catholic.net/felicitacionbenedicto/

No dejen pasar esta oportunidad que nos brindan las nuevas tecnologías e inviten a sus familiares y amigos a enviar ellos también sus felicitaciones, para que el Santo Padre tenga un cumpleaños feliz, sintiéndose acompañado, consolado y apoyado por todos nosotros.


Pensamientos sanadores


Hoy Dios quiere reorientar tu afectividad y tu sexualidad

Tu corazón, tu cuerpo, tu sexualidad y todas las áreas de tu ser han sido creadas por Dios.
Todo lo que el Señor ha hecho es bueno, según lo que, a través del Génesis, nos dice el mismo Dios.
Sin embargo, el pecado original ha venido a desequilibrar el orden interior, con lo cual, en algunos momentos podemos sentirnos desbordados.
Esos son momentos para “con la mirada puesta en el Señor” desear la sanación y el orden afectivo y sexual.
Se debe tener fe en que Dios da la gracia de la pureza al que la pide con corazón humilde y sin darse por vencido.
Pero estate atento, porque a veces la tentación de la incredulidad en esta área te dirá que no es posible. Dios es el Señor de la naturaleza, por lo tanto, como le dijo el Arcángel Gabriel a la Virgen Santísima: “nada es imposible para Dios”.

¡Quién podrá subir a la montaña del Señor y permanecer en su recinto sagrado? El que tiene las manos limpias y puro el corazón. Salmo 24, 3-4.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Benedicto XVI que hoy cumple 85 años de edad, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el alma de la señora Josefa Bruno de Jorge, de Córdoba, Argentina, hermana de nuestro querido amigo el Padre Félix Bruno sdb, la que en el día de ayer (domingo de la Divina Misericordia) partió a la casa del Padre. Incluimos también en nuestras oraciones a toda la familia Bruno.

Pedimos oración por el alma de la señora Agustina Ángela H. de Escobar, de Argentina, de cuya Pascua a la casa del Padre se han cumplido 18 años.

Pedimos oración por la salud física y espiritual de la señora María V. R., de Chile, con problemas de diabetes y neumonía. Que el Señor esté con ella y la ayude a superar sus dificultades.

Pedimos oración por la salud física y espiritual de Viviana F., lectora de esta página, de Paraná, Argentina para que por la intercesión del Santo Padre Pío, Dios la bendiga y la fortalezca en su vida cotidiana junto a su esposo y a sus dos hijas, soles de su corazón.

Pedimos oración por la salud de Boris L. que vive en Lima, Perú, afectado de cáncer pulmonar (pleura) con metástasis en huesos. Él está viajando a Houston para intentar un tratamiento que pueda darle alivio a su mal. Que Jesús Misericordioso le conceda la gracia que tanto anhela.

Pedimos oración por Patricia B. que vive en Santa Fe, Argentina, y que por causa de un tumor ha perdido la visión en ambos ojos, rogando al Señor que le dé fuerzas para vivir esta situación que la ha deprimido mucho. Y si es Su voluntad, que le otorgue la gracia de curarse.

Pedimos oración por dos personas de la ciudad de Córdoba que son: Teresita, afectada de neumonía e internada en terapia intensiva; y Alberto Leonardo M. que padece melanoma maligno. Que Jesús Resucitado los acompañe y les permita superar con bien sus enfermedades.

Pedimos oración por la salud de Cristina R., que tiene 48 años de edad y vive en Santa Fe, Argentina, que ha sido operada por una afección oncológica abdominal y pelviana, en una cirugía larga y complicada. Rogamos que la Santísima Virgen la proteja y el Señor le restaure su salud.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com


"Intimidad Divina"

Diálogo con Dios

Toda la historia de la creación y de la salvación del hombre converge hacia este único fin: establecer una comunión íntima y amigable entre el hombre y Dios. “La razón más alta de la dignidad humana –afirma el Concilio– consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios. Desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios” (GS 19).  Altísima vocación del hombre, que lo diferencia de todas las demás criaturas, las cuales, por grandes y hermosas que sean, son incapaces de entrar en relación con Dios y de dar una respuesta al que las ha sacado de la nada. Pero al llamar al hombre a la vida, Dios lo crió a su imagen y semejanza, inteligente y libre, capaz de responder a su amor. De esta manera empieza el diálogo entre Dios y el hombre.

La oración cristiana es por esencia la participación al sublime coloquio del Hijo con el Padre en el amor y en la comunión del Espíritu Santo. Cuando el Evangelio dice que Jesús “gustaba retirarse a lugares solitarios” para orar (Lc 5, 16) o pasaba las noches en oración (Lc 6, 12), nos señala precisamente estos íntimos coloquios suyos de tú a tú con el Padre, cuyo misterio no puede ser penetrado por el hombre, pero de los cuales Jesús mismo reveló algunos aspectos para instruir a sus discípulos. Él es el Hijo único de Dios y es por su divinidad absolutamente igual al Padre; el Padre se manifiesta todo en el Hijo y el Hijo manifiesta por completo al Padre en un coloquio eterno tan perfecto que se derrama en aquel principio de comunión mutua que es el Espíritu Santo.

Pues bien, desde el momento de la Encarnación en este coloquio no interviene sólo el Verbo, sino el Verbo encarnado, Jesús verdadero Dios y verdadero hombre, y en él está toda la humanidad por haberla asociado él a su misterio. En efecto, Jesús mediante la gracia hace participante al hombre de su filiación divina, haciéndolo verdaderamente hijo de Dios… Y habiéndonos hecho hijos, Jesús nos invita a tomar parte de su eterno coloquio con el Padre. Cuando los discípulos le dicen “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11, 1), Jesús los introduce en seguida en este diálogo y como primera cosa les enseña a invocar a Dios en el nombre de Padre. Nombre que muchas veces pronunciamos distraídamente y sólo por costumbre, pero que compendia toda la substancia de la oración cristiana y expresa su actitud más esencial, la de hijos en el Hijo.

¡Cuán grande es tu misericordia, oh Cristo Señor, cuán grande es tu favor y tu bondad en hacernos orar así en la presencia de Dios, hasta poder llamarlo Padre! Y como tú eres Hijo de Dios, también nosotros somos llamados hijos. Ninguno de nosotros hubiera osado emplear esta palabra en la oración: era necesario que tú mismo nos animases a ello. ¡Oh Jesús!, ayúdanos a recordar que, cuando llamamos a Dios Padre nuestro, debemos portarnos como hijos de Dios. Si nos complacemos en Dios como en nuestro Padre, también él debe poder complacerse en nosotros como en sus hijos. ¡Oh Padre nuestro!, haz que seamos templos tuyos, en que los hombres puedan reconocer tu presencia. Que nuestra conducta no traicione a tu Espíritu; pues nos has hecho celestiales y espirituales, ayúdanos a pensar y a obrar lo que es celestial y espiritual. (Cfr. San Cipriano, De Dominica Oratione, 11)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.