PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1851 ~ Jueves
25 de Octubre de 2012
- AÑO DE LA FE -
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Mes del Rosario y de las
Misiones
Alabado sea
Jesucristo…
Nos hemos acostumbrado a ver Rosarios colgados en el
espejo retrovisor de cada taxi o camión, también es como una moda usarlo en el
cuello o bien cargarlo como una pulsera cualquiera. Para muchas personas el
rosario es un simple adorno que "se ve bien". Un santo sacerdote
decía: "un buen cristiano va siempre armado de su Rosario". No se
trata simplemente de llevarlo para que se vea, sino de usarlo.
El Rosario es y ha sido durante años la oración que la
Iglesia dirige a María. No se trata de repetir lo mismo, al decir las Ave María
nos dejamos guiar por las manos de la Virgen, meditando los misterios alegres,
luminosos, dolorosos y gloriosos.
El Rosario está todo entretejido de la vida de Cristo.
Primero se enuncia el misterio, sigue la oración que Él enseñó a sus
discípulos, la primera parte del Avemaría, recuerdan las primeras palabras del
ángel a María, "la llena de gracia". La segunda parte del Avemaría es
como la respuesta de los hijos que, dirigiéndose suplicantes a la Madre, le
piden con insistencia "ruega por nosotros los pecadores".
Estamos transitando los últimos días del mes del Rosario…
lo que no significa que tengamos que dejar de rezarlo.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «He venido
a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar
por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a
traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará
dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra
el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la
madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».
(Lc 12,49-53)
Comentario
Hoy, el Evangelio nos presenta a Jesús como una persona
de grandes deseos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera
ya ardiendo!» (Lc 12,49). Jesús ya querría ver el mundo arder en caridad y
virtud. ¡Ahí es nada! Tiene que pasar por la prueba de un bautismo, es decir,
de la cruz, y ya querría haberla pasado. ¡Naturalmente! Jesús tiene planes, y
tiene prisa por verlos realizados. Podríamos decir que es presa de una santa
impaciencia. Nosotros también tenemos ideas y proyectos, y los querríamos ver
realizados enseguida. El tiempo nos estorba. «¡Qué angustia hasta que se
cumpla!» (Lc 12,50), dijo Jesús.
Es la tensión de la vida, la inquietud experimentada por
las personas que tienen grandes proyectos. Por otra parte, quien no tenga
deseos es un apocado, un muerto, un freno. Y, además, es un triste, un amargado
que acostumbra a desahogarse criticando a los que trabajan. Son las personas
con deseos las que se mueven y originan movimiento a su alrededor, las que
avanzan y hacen avanzar.
¡Ten grandes deseos! ¡Apunta bien alto! Busca la
perfección personal, la de tu familia, la de tu trabajo, la de tus obras, la de
los encargos que te confíen. Los santos han aspirado a lo máximo. No se
asustaron ante el esfuerzo y la tensión. Se movieron. ¡Muévete tú también!
Recuerda las palabras de san Agustín: «Si dices basta, estás perdido. Añade
siempre, camina siempre, avanza siempre; no te pares en el camino, no
retrocedas, no te desvíes. Se para el que no avanza; retrocede el que vuelve a
pensar en el punto de salida, se desvía el que apostata. Es mejor el cojo que
anda por el camino que el que corre fuera del camino». Y añade: «Examínate y no
te contentes con lo que eres si quieres llegar a lo que no eres. Porque en el
instante que te complazcas contigo mismo, te habrás parado». ¿Te mueves o estás
parado? Pide ayuda a la Santísima Virgen, Madre de Esperanza.
Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach (Vilamarí, Girona,
España)
Santoral Católico:
40 Mártires de Inglaterra y
Gales
A raíz de la controversia entre el Papa y el rey Enrique
VIII en el siglo 16, las cuestiones de fe se enredaron con cuestiones políticas
en las Islas Británicas, con frecuencia se resolvieron mediante la tortura y el
asesinato de los fieles católicos.
En 1970, el Vaticano seleccionó 40 mártires, hombres y
mujeres, laicos y religiosos, para representar un grupo de aproximadamente 300
casos conocidos que dieron su vida, entre 1535 y 1679, por su fe y fidelidad a
la Iglesia. Este grupo fue canonizado por el Papa Paolo VI el día 25 de Octubre
de ese año.
Cada uno de ellos tiene su propio día del memorial, pero
son recordados como un grupo, el 25 de octubre.
La nómina está haciendo clic acá.
Otros santos del día: San Frutos, Santos Crispín y Crispiniano.
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
"En el Rosario se nos hacen visibles las huellas de
Jesús en el mundo. ‘Yo he salido del
Padre y he venido al mundo, y ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre’. Del
Padre hacia el Padre conduce este camino. Entretanto, el Señor recorrió los
muchos caminos de este mundo atravesando en todas direcciones el país. De perla
en perla, de decena en decena, recorremos nosotros los caminos de Jesús. A
través de los misterios de su niñez, a través de las estaciones de su pasión
redentora, podemos nosotros, con María, caminar hacia su plenitud y
glorificación. Sus caminos se convierten en nuestros caminos"
Cardenal Joachim Meisner
Tema del día:
Las espinas dan rosas
El hábito de mirar el mejor lado de las cosas es una
clave para ser feliz. Claro que hay sombras, pero también hay sol. Claro que
hay problemas en la vida, pero también hay soluciones.
Todas las cosas tienen el lado bueno y el lado menos
bueno. Algunos se empeñan en ver sólo el lado malo, y se amargan la existencia.
Otros, en cambio, buscan en todas las cosas el lado bueno, y son felices. “Los
tallos de rosa tienen espinas”, dicen los pesimistas. Pero los optimistas
responden: "Las espinas producen rosas”.
La vida es un rosal que produce espinas y rosas. Debo
cuidarme de no clavarme las espinas, pero no siempre lo conseguiré. Algunas
espinas se me clavarán en el alma. Pero eso no me impedirá disfrutar de las
maravillosas rosas que produce el rosal.
Una vez que perdemos el ánimo, perdemos un cierto número
de días de nuestra vida. El que nos desanima, nos hace un daño total, y, si
somos nosotros mismos, nos convertimos en nuestros peores enemigos.
Todo se puede remediar, mientras dura la vida. El ser más
animoso de todos es Dios, que logra continuamente cambios de pecadores
empedernidos en santos de altar. Él sabe que se puede; que hoy pueden estar las
cosas negras, pero mañana pueden amanecer blancas. ¡Qué fácilmente nos damos
por vencidos! Cada día más. El colmo del desaliento es la desesperación total,
el darse un tiro en la sien, colgarse de una cuerda. Suicidarse, de la forma
que sea, significa que no queda ni rastro de esperanza.
No todos llegan al suicidio, pero se pueden acercar
peligrosamente. Y los problemas, ¿qué? Los problemas están ahí, pero yo estoy
aquí, y no me dejo apabullar, porque sé que cada problema tiene por lo menos
una solución. Sé que la actitud frente a un problema, la forma de reaccionar
frente al mismo es mil veces más importante que el problema mismo. Hasta se
podría decir: ¡Felicidades, tienes un problema!
Si puedo amar a Dios y a mis hermanos; si puedo realizar
grandes cosas para mejorar el mundo; si puedo hacer felices a los demás y a mí
mismo vale la pena vivir, aunque me clave alguna espina de dolor en el
trayecto. Más aún, las espinas pueden convertirse en rosas: Los sufrimientos de
la vida, llevados por amor, se convierten en las rosas más bellas.
Mariano de Blas LC
Pensamientos sanadores
Conociendo a Jesús como lo conoció su Madre
Yo creo que el amor conoce al amor, por lo que María
sabía leer en el corazón de su Hijo; y por eso, en las bodas de Caná (y más
allá de la aparente resistencia), él estaba dispuesto a obrar su primer
milagro, transformando el agua en vino. La actitud de María nos anima a
imitarla para conocer, cada día más, el corazón de su Hijo Jesucristo y para
insistir en la oración de petición con la misma confianza, seguridad y
perseverancia con que lo hizo ella. María, que fue profundamente dócil y
obediente, conoce la docilidad de su Hijo y el deseo que en su corazón existe
de hacer el bien a quienes lo necesitan. Por lo cual, la Virgen Santísima
también nos anima a ser valientes en la fe y a poner en práctica su mandato
cuando, al igual que lo hizo con los sirvientes de la casa, ella nos dice:
“Hagan todo lo que él les diga” (Juan 2, 5).
Pidan y se les
dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide,
recibe; el que busca, encuentra, y al que llama se le abrirá. Mateo 7, 7-8.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de Luis Shing J.N., de San
Francisco de Macoris, en República Dominicana, el cual se encuentra interno en
un centro de salud en estado comatoso, luego de sufrir un infarto cerebeloso,
por lo que lo dejamos en las manos de Jesús Sanador para que le conceda lo
mejor, según sea Su voluntad.
Pedimos oración por la salud de Elsa S., de Buenos Aires,
Argentina. Que Jesús la sane y derrame sobre ella el Espíritu Santo para
fortalecerla ante las adversidades y siempre cuente con la compañía y la
protección de la Santísima Virgen María, que conoce más que nadie lo que es
sufrir.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Nos
sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza. Queremos ser
nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso
por el bien común. Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para
amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los
que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la
sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda. Tú nos
convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina! Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
"Intimidad Divina"
Hostia viva y santa
Jesús durante toda su vida terrena –sea la escondida en
Nazareth, sea la de su ministerio entre las muchedumbres– fue siempre el
apóstol, el “enviado” del Padre. Todas sus acciones tenían un valor apostólico,
sin embargo, salvó a los hombres sobre todo “mediante la sangre de su cruz… por
medio de la muerte en su cuerpo de carne” (Cl 1, 20-22). Sólo entonces completó
Cristo su misión, y así dijo: “Todo está cumplido” (Jn 19, 30). Contemplando
este misterio comprende San Pablo que para ser apóstoles no basta participar en
las fatigas pastorales de Cristo, sino que es necesario compartir su inmolación
redentora: “completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo en
favor de su cuerpo que es la Iglesia” (Cl 1, 24). Este deber incumbe a todo
miembro del Cuerpo místico que quiera aprovechar el bien de las almas; pero
constituye de un modo más intenso y singular, junto con la oración, el
apostolado específico de los contemplativos.
Jesús, “modelo supremo de penitentes”, ha querido padecer
y “sufrir la pena por los pecados, no suyos sino de los otros” (Pablo VI, Paen. 5); siguiendo su ejemplo, se
consagran los contemplativos a la expiación llamada vicaria, la cual efectúan
por una vida de penitencia, para reparar los pecados del mundo y obtener
misericordia para todos los pecadores. Este es el motivo profundo de sus
austeridades. Ante todo, la austeridad de la penitencia interior, que consiste
en la conversión del corazón, practicada mediante una asidua negación de sí
hasta transformar todo el ser y el obrar, de modo que “ya no vivan para sí los
que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Cr 5, 15). Esta
penitencia espiritual se completa con la física, abrazada voluntariamente para
hacerse más semejantes a Cristo, el cual quiso padecer no solo en el espíritu,
sino también en el cuerpo, y para poder ofrecer al Padre el sacrificio total de
sí.
Mientras la oración aviva cada vez más el deseo de
participar en la oblación de Cristo, la penitencia misma da nuevo impulso a la
oración y la hace más verdadera. De este modo los contemplativos suplen el
abandono de tantos en su deber de hacer penitencia, y responden con generosidad
a las llamadas apremiantes de la Iglesia, la cual exhorta a la penitencia sobre
todo a los que se proponen “seguir más de cerca el anonadamiento del Señor”
(Pablo VI, Paen, 10; cf. PC 5). “Los
institutos de vida contemplativa –afirma el Concilio– tienen importancia máxima
en la conversión de las almas con sus oraciones, obras de penitencia y
tribulaciones, porque es Dios quien, por la oración, envía obreros a su mies,
abre las almas de los no cristianos para escuchar el Evangelio y fecunda la palabra
de la salvación en sus corazones” (AG 40).
Maestro santo, que
el beneplácito divino sea mi alimento, mi pan cotidiano; que me deje inmolar
conforme a la voluntad del Padre, siguiendo tu ejemplo, oh Cristo adorado… Si
las decisiones de esa voluntad nos resultan a veces muy dolorosas, podemos
ciertamente exclamar contigo: “Padre mío, si es posible, que se aparte de mí
este cáliz”. Pero, al instante, debemos añadir: “no se haga como yo quiero,
sino como quieras tú”. Entonces subiremos también nosotros con serenidad y
fortaleza la cuesta de nuestro Calvario en compañía tuya, oh divino
Crucificado, cantando interiormente en nuestras almas y elevando al Padre un
himno de acción de gracias, ya que quienes recorren este doloroso camino son
los que él “conoció y predestinó a ser semejanza de la imagen de su Hijo”
divino, Crucificado por amor. (Isabel de la Trinidad, El cielo en la tierra)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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