PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1850 ~
Miércoles 24 de Octubre de 2012
- AÑO DE LA FE -
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Mes del Rosario y de las
Misiones
Alabado sea
Jesucristo…
En un mundo globalizado encontramos casi todas las marcas
y franquicias reconocidas en todas las ciudades grandes y medianas. Tenemos la
sensación de habitar en una pequeña aldea global.
Una tendencia uniformadora parece estar dispuesta a
borrar las tradicionales identidades nacionales y regionales. Es una especie de
imperialismo de los expertos en mercadotecnia. Cuando escuchamos el mensaje
final del Evangelio de san Mateo y descubrimos la voluntad universalista del
mismo, podemos tener la sensación de estar escuchando a un vendedor ambicioso
que quiere apoderarse del sector religioso mundial. Nada más equivocado.
El Señor Jesús no quería convertir a la comunidad de sus
discípulos en una institución dedicada a expandirse por todas partes sin
sentido. El Evangelio se tiene que ir injertando en las diferentes sociedades y
culturas, para florecer de forma original. La unidad de la fe en la diversidad
de las iglesias locales.
La fuerza del Evangelio se humaniza y se concreta de
forma peculiar en cada contexto histórico y en cada encrucijada cultural,
produciendo frutos para la vida del mundo.
"La verdad católica"
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Entendedlo
bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría
que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el
momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre».
Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o
para todos?». Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y
prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su
tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar,
encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su
hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en
venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y
a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el
momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles.
(Lc 12,39-48)
Comentario
Hoy, con la lectura de este fragmento del Evangelio,
podemos ver que cada persona es un administrador: cuando nacemos, se nos da a
todos una herencia en los genes y unas capacidades para que nos realicemos en
la vida. Descubrimos que estas potencialidades y la vida misma son un don de
Dios, puesto que nosotros no hemos hecho nada para conseguirlas. Son un regalo
personal, único e intransferible, y es lo que nos confiere nuestra
personalidad. Son los “talentos” de los que nos habla el mismo Jesús (cf. Mt
25,15), las cualidades que debemos hacer crecer a lo largo de nuestra
existencia.
«En el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre»
(Lc 12,40), acaba diciendo Jesús en el primer párrafo. Nuestra esperanza está
en la venida del Señor Jesús al final de los tiempos; pero ahora y aquí,
también Jesús se hace presente en nuestra vida, en la sencillez y la
complejidad de cada momento. Es hoy cuando, con la fuerza del Señor, podemos
vivir su Reino. San Agustín nos lo recuerda con las palabras del Salmo 32,12:
«Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor», para que podamos ser conscientes de
ello, formando parte de esta nación.
«También vosotros estad preparados» (Lc 12,40), esta
exhortación representa una llamada a la fidelidad, la cual nunca está
subordinada al egoísmo. Tenemos la responsabilidad de saber “dar respuesta” a
los bienes que hemos recibido junto con nuestra vida. «Conociendo la voluntad
de su señor» (Lc 12,47), es lo que llamamos nuestra “conciencia”, y es lo que
nos hace dignamente responsables de nuestros actos. La respuesta generosa por
nuestra parte hacia la humanidad, hacia cada uno de los seres vivos, es algo
justo y lleno de amor.
Rev. D. Josep Lluís SOCÍAS i Bruguera (Badalona,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Antonio María Claret
Obispo y Fundador
Su nacimiento tuvo lugar cerca de Barcelona. Pronto
aprendió de su padre el oficio de tejedor y más tarde el de tipógrafo. Fu en
este trabajo en donde encontró su vocación para la vida religiosa.
Vio en ella un medio excepcional para transmitir la
Palabra de Dios. A los 22 años comenzó sus estudios en el seminario de Vich.
Una vez que se ordenó de sacerdote, comenzó una labor ingente predicando por
toda Cataluña con el santo Rosario en la mano. Al mismo tiempo no cesaba de
repartir entre la gente folletos edificantes que él mismo había impreso.
Este mundo era, sin embargo, muy pequeño para sus grandes
aspiraciones. Inspirado por Dios, fundó en 1849 una nueva Congregación con una
finalidad netamente misionera. Se llamaba y se llama “Los hijos de María
Inmaculada” y más popularmente se les conoce con el nombre de claretianos.
Cuando todo le sonreía y estaba feliz con su nueva obra
en la Iglesia, el Papa lo nombró arzobispo de Santiago de Cuba. Era el año
1850. En Cuba le dio rienda suelta a su afán apostólico. Continuó predicando e
imprimiendo libritos y más libritos e imágenes para el bien de la gente, y
sobre todo se inclinó por la salvación de los esclavos.
Para ello tuvo que vérselas con los grandes propietarios
y el abuso que cometían contra los pobres. Los enemigos le salían por los
cuatro costados de la ciudad. De hecho, en quince tentativas de asesinato salió
ileso. Menos mal que Dios protege a quienes ama.
Entretanto, la reina Isabel lo llamó para que volviera a
España. Y lo nombró su consejero y su confesor. Los tiempos no eran buenos. En
1868 estalló la revolución. Él siguió a la reina adondequiera que fuera. Ella
tuvo que buscar refugio en París. Sus mismos hijos tienen que irse. Dios les
abrió camino en Francia.
Participó en el Concilio Vaticano I. A su vuelta, murió
en un monasterio de francés.
¡Feliz día a quienes lleven este nombre y a los
Claretianos y Claretianas!
Más información clic acá
Fuente: Catholic.net
Pensamientos de
San Antonio
María Claret
“Orar es pensar en Dios, amar a Dios y dirigir a la mayor
gloria de Dios todo lo que digas y hagas; es pedir a Dios para ti y para los
otros.”
“No ha habido santo ni persona distinguida en saber y
virtud, ni comunidad observante, ni seminario bien ordenado, que no haya tenido
devoción al Rosario.”
“La rosa es la reina de las flores, y la oración del
Rosario es la reina de las oraciones.”
“El Santísimo rosario es un espejo en que todos debemos
mirar y componer nuestras costumbres; es un gran libro en que todos debemos
leer los admirables ejemplos que nos dan Jesús y María.”
Tema del día:
Llegar a ser santo
es la
tarea de todo cristiano
“El bautizado ya es santo, pues el bautismo lo une a
Jesús y a su misterio pascual, pero al mismo tiempo debe llegar a serlo,
conformándose a él cada vez más íntimamente. A veces se piensa que la santidad
es un privilegio reservado a unos pocos elegidos, en realidad llegar a ser
santo es la tarea de todo cristiano”, dice monseñor Santiago Olivera, obispo de
Cruz del Eje y delegado episcopal para las causas de los santos en la
Argentina, en una nota preparatoria para la Jornada Nacional por la
santificación que se celebrará en todo el país el 1º de noviembre, solemnidad
de Todos los Santos.
La celebración, establecida por la Conferencia Episcopal
Argentina (CEA), se titula “Jornada Nacional de oración por la santificación
del pueblo argentino y la glorificación de sus siervos de Dios”.
Citando al beato Juan Pablo II y a San Pablo, monseñor
Olivera dice que “todos los seres humanos estamos llamados a la santidad que,
en última instancia, consiste en vivir como hijos de Dios, en la ‘semejanza’ a
él según la cual hemos sido creados”.
“Por eso -añade- celebrar la Jornada Nacional de oración
por la santificación del pueblo cristiano nos invita a renovar nuestra común
vocación, nos invita a renovar y responder a la vocación a la santidad”, porque
“la santidad supone vivir en la sencillez de lo cotidiano la fe, la esperanza y
la caridad. Ahí está todo”.
Recordó una expresión de Benedicto XVI cuando dijo que
"a menudo seguimos pensando que la santidad es una meta reservada a pocos
elegidos. Sin embargo, la santidad, la plenitud de la vida cristiana, no
consiste en llevar a cabo hazañas extraordinarias, sino en unirse a Cristo, en
hacer nuestras sus actitudes, su comportamiento. El Concilio Vaticano II, en la
constitución sobre la Iglesia, habla con claridad sobre la llamada universal a
la santidad, afirmando que nadie está excluido".
“Es muy importante tener esto muy claro -señala la nota
del delegado para las casusas de los santos-, la santidad no es para unos
pocos, ni para unos genios, es para todos. El Concilio Vaticano II, dijo
Benedicto XVI, “nos da una indicación clara; nos dice que la santidad cristiana
no es más que la caridad plenamente vivida". Pero para que la caridad
"como una buena semilla, crezca en el alma y dé frutos, los fieles deben
escuchar de buen grado la palabra de Dios y, con la ayuda de su gracia, cumplir
con obras su voluntad, participando con frecuencia en los sacramentos,
especialmente la Eucaristía, aplicarse a la oración, a la entrega de sí en el
servicio de los hermanos y al ejercicio de todas las virtudes. Por lo tanto, el
verdadero discípulo de Cristo se caracteriza por la caridad, sea hacia Dios
como hacia el prójimo". Ser santos es vivir en familiaridad con Dios.
“Esta nueva Jornada -concluye monseñor Olivera-, nos da
una nueva oportunidad para reflexionar sobre la santidad y para renovar en
todos el compromiso de oración pidiendo la gracia de la santidad en nosotros ya
que la oración nos recuerda constantemente la primacía de Cristo, la primacía
de la vida interior y de la santidad.
La Jornada del 1º de noviembre está dedicada también para
rezar por la glorificación de los Siervos de Dios de nuestro país. “También
rezamos -dice la nota preparatoria de la Jornada- para que tantos beatos,
siervos de Dios y venerables de nuestra Patria sean presentados por la Iglesia
como modelos concretos de santidad, porque ellos son Amigos de Jesús. ¡Testigos
de la fe! De un modo especial este año lo hacemos dando gracias por la Hermana
del Huerto, Crescencia Pérez, cuya beatificación se llevará a cabo en la ciudad
de Pergamino, el sábado 17 de noviembre próximo, con la presencia, en
representación del papa Benedicto XVI del cardenal Angelo Amato SDB, prefecto
de la Congregación vaticana para las Causas de los Santos.
Nuevo video y artículo
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo
II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Pensamientos sanadores
Pidiendo un milagro
Hay quienes piden a Dios un gran milagro para sus vidas;
y hacer milagros es la especialidad de Dios.
Sin embargo, para que él pueda obrar esa obra
extraordinaria, es condición previa tener la capacidad para reconocer la gran
cantidad de milagros cotidianos con los cuales nos bendice: “Un nuevo amanecer
cada día, el canto de un ave, la sonrisa de una persona, la llegada de un niño,
los exquisitos frutos de la tierra que, en cada estación, se renuevan, la
eucaristía diaria… y además los regalos inesperados de la vida.
Sólo quienes se ejercitan en el arte de ser humildemente
agradecidos, sólo quienes saben valorar los pequeños y los no tan pequeños
milagros cotidianos, sólo quienes alaban a Dios con un corazón confiado, se
disponen positivamente para recibir grandes milagros para sus vidas y para las
vidas de aquellos que los rodean.
Sirvan al Señor con
alegría, lleguen hasta él con cantos jubilosos. Entren por sus puertas dando
gracias, entren en sus atrios con himnos de alabanza, alaben al Señor y
bendigan su Nombre. Salmo 100, 2 y 4.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Marina Ruiz, una querida amiga
española, andaluza para más datos, seguidora y difusora de esta página, que va
a ser operada este viernes de sus pies (hallux valgus), para que la Virgen
Santísima la acompañe y Jesús la toque con su mano sanadora, de manera que muy
pronto pueda estar en actividad nuevamente, y con su gran corazón cristiano, superando
sus diversas y serias enfermedades, siga ayudando a sembrar la Buena Nueva con
amor y generosidad.
Pedimos oración por Gladys V., que vive en Quito,
Ecuador, que ha quedado sin trabajo y tiene dos hijas para mantener. Que Dios
le dé fortaleza espiritual y pronto le conceda una nueva oportunidad laboral.
Pedimos oración por la niñita María Clara P. J., de 2
años de edad, que vive en Medellín, Colombia, y ha sufrido una caída con golpe
en la cabecita y como consecuencia de la cual tiene ahora dificultades para
caminar y hoy le harán estudios más profundos. Por ello rogamos al Señor
derrame sobre ella su Santa Sangre Milagrosa para que recupere su salud
plenamente, seguros de la intercesión de nuestra Madre Santísima la Virgen
María. Pedimos también por sus padres, abuelos, tíos y tías, quienes se
encuentran angustiados por esta novedad.
Pedimos oración por los miembros de la familia de Mabel
Alicia L., de La Pampa, Argentina, para que el Señor los ayude a superar
problemas de salud, de trabajo y de finanzas en estos tiempos tan difíciles.
Que el Espíritu de Dios se derrame generoso sobre todos ellos.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
"Intimidad Divina"
Oración apostólica
Cuando el Vaticano II dice que hay religiosos con la
misión de prolongar en su vida la actitud de Cristo entregado a la
contemplación en el monte (LG 46), afirma el valor apostólico de la vocación
contemplativa. Jesús, que “se retiraba a los lugares solitarios donde oraba”,
pasando “la noche orando a Dios” (Lc 5, 16; 6, 12), atestiguaba así a sus
discípulos la presencia viva del Padre, el deber de la adoración y la necesidad
de la plegaria, y al mismo tiempo encendía en sus corazones el deseo de
imitarlo, de modo que un día ellos le dijeron: “Señor, enséñanos a orar” (Lc
11, 1). De la misma manera, los contemplativos, con su vida dedicada
enteramente al culto divino, gritan al mundo que Dios existe y que a él le
pertenece la primacía del amor y la sumisión, atestiguan que es posible entrar
en relación y amistad personal con él, recuerdan la necesidad de la oración,
despiertan en los corazones la fe y la esperanza en los bienes eternos y avivan
la llama del amor de Dios.
La “misteriosa fecundidad apostólica” de los
contemplativos depende exclusivamente del fervor íntimo de su caridad expresada
“en asidua oración y generosa penitencia” (PC 7). Mas igual que a los activos no
les basta enseñar el catecismo o cuidad a los enfermos para que lo que hacen
sea un verdadero apostolado, del mismo modo no les basta a los contemplativos
darse a la oración, vivir en la soledad y silencio y hacer ejercicios
penitenciales, si todo esto no está animado por un amor intenso. Y aun
precisamente porque no están empeñados en obras exteriores, están más obligados
que los otros a progresar sin tregua en la caridad, ya que es ésa la única
fuerza de su apostolado. Cuando su oración brota de un corazón lleno de amor…
entonces puede realmente convertirse en sostén o palanca del mundo y verdadero
manantial de gracias para todo el pueblo de Dios.
Cuando los Apóstoles se maravillaban de no haber
conseguido librar a un endemoniado, Jesús les respondió: “Esta clase [de
demonios] con nada puede ser arrojada sino con la oración” (Mc 9, 29). Ciertas
gracias de conversión y de salvación eterna sólo se obtienen con la oración,
porque la gracia sólo de Dios viene y él no la niega cuando se la imploran
corazones que tienen con él profunda amistad. En este sentido Teres de Jesús no
cesa de espolear a sus hijas a ser “amigas fieles” del Señor y a “ser tales”
que puedan obtener grandes gracias para toda la Iglesia y particularmente para
los que están entregados a obras apostólicas. La actividad de los apóstoles,
que con frecuencia no les deja apenas tiempo para la oración, necesita ser
sostenida, fecundada y también equilibrada por la oración insistente y amorosa
de los contemplativos, de modo que en el Cuerpo místico de Cristo no se origine
desproporción entre las obras externas y el amor que debe vivificarlas, entre
la acción y la contemplación. La vocación de los contemplativos “es el amor”
–escribe Teresa de Lisieux–; ellos se mantienen “cerquita del trono del Rey;
aman por sus hermanos que luchan”.
Mientras más el
tiempo va adelante, Señor, son muy más crecidos [los deseos] de ser alguna
parte para bien de algún alma; y muchas veces me parece como quien tiene un
tesoro guardado y desea que todos gocen de él, y le atan las manos para
distribuirle… Quedo tan lastimada de la perdición de tantas almas, que no quepo
en mí… Clamo a Vos, Señor, suplicándoos deis medio cómo yo pueda algo para
ganar algún alma para vuestro servicio, y que pueda mi oración algo, ya que no
soy para más. He yo gran envidia a los que pueden por amor vuestro emplearse en
esto, aunque pasen mil muertes…, por ser ésta la inclinación que Vos, Señor, me
habéis dado, pareciéndome que preciáis más un alma que por nuestra industria y
oración os ganásemos, mediante vuestra misericordia, que todos los servicios
que os podemos hacer. (Santa Teresa de Jesús).
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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