lunes, 22 de octubre de 2012

Pequeñas Semillitas 1848


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1848 ~ Lunes 22 de Octubre de 2012
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Mes del Rosario y de las Misiones
   

Alabado sea Jesucristo…
Dos gratas fechas nos acompañan en este regreso de “Pequeñas Semillitas” después de dos días de ausencia: ayer se ha celebrado –en Argentina y en otros países del mundo– el Día de la Madre. Y hoy, el santoral señala el día que la Iglesia ha puesto para recordar al Beato Juan Pablo II, amado Papa de nuestro tiempo.
De modo que no podría ser más feliz nuestro regreso, honrando con amor a las todas Madres, bajo el modelo y la protección de la Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, y el recuerdo permanente de nuestras “madres terrenales”, sea que podamos abrazarla todavía en este mundo, o que le enviemos nuestro beso al cielo desde donde muchas de ellas nos contemplan y nos siguen cuidando.
Y de nuestro amado Juan Pablo II… ¿qué más podemos decir que no se haya dicho o escrito en estos años? El hombre más grande de nuestro tiempo, auténtico delegado de Cristo en la tierra, conductor magistral de la Iglesia Católica por más de un cuarto de siglo, mensajero de la paz en todo el mundo. A él le dedico todo un espacio en internet en el Blog “Juan Pablo II inolvidable” que puedes visitar haciendo clic acá.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo». Él le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?». Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes».
Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: ‘¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?’. Y dijo: ‘Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea’. Pero Dios le dijo: ‘¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?’. Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios».
(Lc 12,13-21)

Comentario
Hoy, el Evangelio, si no nos tapamos los oídos y no cerramos los ojos, causará en nosotros una gran conmoción por su claridad: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes» (Lc 12,15). ¿Qué es lo que asegura la vida del hombre?
Sabemos muy bien en qué está asegurada la vida de Jesús, porque Él mismo nos lo ha dicho: «El Padre tiene el poder de dar la vida, y ha dado al Hijo ese mismo poder» (Jn 5,26). Sabemos que la vida de Jesús no solamente procede del Padre, sino que consiste en hacer su voluntad, ya que éste es su alimento, y la voluntad del Padre equivale a realizar su gran obra de salvación entre los hombres, dando la vida por sus amigos, signo del más excelso amor. La vida de Jesús es, pues, una vida recibida totalmente del Padre y entregada totalmente al mismo Padre y, por amor al Padre, a los hombres. La vida humana, ¿podrá ser entonces suficiente en sí misma? ¿Podrá negarse que nuestra vida es un don, que la hemos recibido y que, solamente por eso, ya debemos dar gracias? «Que nadie crea que es dueño de su propia vida» (San Jerónimo).
Siguiendo esta lógica, sólo falta preguntarnos: ¿Qué sentido puede tener nuestra vida si se encierra en sí misma, si halla su agrado al decirse: «Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea» (Lc 12,19)? Si la vida de Jesús es un don recibido y entregado siempre en el amor, nuestra vida —que no podemos negar haber recibido— debe convertirse, siguiendo a la de Jesús, en una donación total a Dios y a los hermanos, porque «quien vive preocupado por su vida, la perderá» (Jn 12,25).
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)


Santoral Católico:
Beato Juan Pablo II
Papa


Karol Józef Wojtyla (1920-2005) nace en Wadowice, Polonia. En 1929 muere su madre y su padre fallece en 1941. Inicia sus estudios en su poblado natal y los continúa en la universidad de Cracovia, donde obtiene su título en 1938, y simultáneamente estudia teatro. Al invadir los nazis su país (1939) trabaja en una cantera y una fábrica. Define su vocación sacerdotal y en 1942 de forma clandestina cursa sus estudios como seminarista. Al concluir la guerra, se ordena de sacerdote en 1946. Viaja a Roma donde, de forma paralela a sus estudios, trabajaba como pastor y guía de polacos exiliados en Francia, Holanda y Bélgica. Se gradúa como Doctor en Teología en 1948, año en el que regresa a su patria como vicario, continuando su preparación académica y sacerdotal. Destacado docente del seminario y la universidad de Cracovia. En 1958 se le consagra Obispo de Olmi y auxiliar de Cracovia. Cuatro años después es Arzobispo de Cracovia y en 1967 se le eleva al rango de cardenal. Participa en el Concilio Vaticano II (1962-1965). El 16 de octubre de 1978 es electo Cabeza de la Iglesia y toma el nombre de Juan Pablo II, en honor a sus antecesores. Su lema como Vicario de Cristo es: Totus tuus (Todo tuyo), el cual refleja profundo amor a la Virgen María. Es el primer papa no italiano desde 1523. Sus últimas palabras son: "Dejadme ir a la casa del Padre". Beatificado en la Ciudad del Vaticano el 1 de mayo de 2011, por Su Santidad Benedicto XVI.

Información muy amplia, de Catholic.net: hacer clic acá


Palabras del Beato Juan Pablo II

"No se construye una sociedad justa sobre la injusticia. No se construye una sociedad que merezca el título de humana, dejando de respetar al otro, y peor todavía, negándole a los seres las libertades más fundamentales"

Beato Juan Pablo II


La frase de hoy

"El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho.  Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano.  Por suerte hay una sola.  Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces"
Isabel Allende


Tema del día:
María aceptó ser Madre tuya también


La agonía de Jesús no fue un deslizarse sin retorno hacia la muerte. Su agonía fue consciente y eficaz; pues durante la misma hizo su testamento, maravilloso testamento.

Al llegar a la cima la cruz yace sobre el suelo. Ya no le pesará más. Espera el abrazo de clavos en manos y pies. De ahora hasta el fin cruz y crucificado se harán uno en un abrazo de muerte. Le arrancan las vestiduras, tan pegadas estaban a la carne viva. Y ya no es dueño de nada, salvo de su humanidad desnuda, arada por los latigazos y la cruz. Así se presenta como espectáculo al mundo. ¿Qué le quedaba de dignidad a este Hombre-Dios? Su dignidad era un amor infinito, escondido tras aquella telaraña del desprecio infinito de los hombres.

El primer clavo penetró en la mano izquierda, rompiendo todo a su paso y salpicando sangre a los ojos de los verdugos. Luego la mano derecha: Dolor sobre dolor hasta el máximo de la resistencia. Pero faltan los pies. Carne sensible, leño seco, clavo inerte ensamblados de tal forma que la carne se vuelve seca e inerte como el clavo y el leño.

Si fueron tres horas de dolor, resultaron eternas para el que las sufría, como eterno era el amor por quienes lo soportaba. Tres horas de dolor sublime, eternidad de amor divino. ¿Será tan difícil amar entrañablemente a un ser que de forma tan heroica, tierna y total nos ha amado? Ese amor es tan tuyo como mío, hermano que caminas por la vida. Toda la existencia lo tendrás y, si no lo matas, será tuyo por toda la eternidad. Dios te amó y se entregó a la muerte por ti.

Había dicho grandes mensajes al mundo. Parecía haber concluido de hablar. Pero no. Todavía le quedaban en el corazón sublimes revelaciones. María había sido hasta ese momento la fiel Eva que le acompañó siempre: A Belén, a Egipto, hasta el Calvario. Era su Madre, su joya, su fortaleza. Pero ahora se le ocurre -divina ocurrencia- regalárnosla a nosotros. El regalo impresiona por el donador: Dios; y por el receptor: pobres pecadores; y por la joya misma: María. Regalo sublime es poco decir. La joya más preciosa es un mineral; la flor más bella es un vegetal. El regalo aquí tiene vida y un corazón, el que más y mejor ha amado en la tierra. ¡Cuánto amor supuso este regalo! Realmente nos quiere Jesús.

Y María, acostumbrada a la obediencia total, dijo nuevamente a Jesús: “Sí. He aquí la esclava del Señor, he aquí la madre de los hombres”. Y dijo sí a cada uno de sus hijos. Me dijo a mí: “Acepto ser madre tuya por siempre”. De Madre del Primogénito a madre de millones... Un gracias inmenso debería oírse a lo largo y a lo ancho del mundo de parte de sus pobres, miserables, felicísimos hijos. La herencia recibida de María enriquece inmensamente al más pobre ser humano, pues puede decir con verdad: “¡Madre mía!”

De pronto se escucha una petición, una queja, una súplica: “Tengo sed”. El Creador de mundos pedía un poco de agua, porque estaba realmente muriendo de sed. Sed del amor de los hombres. Dios-Amor desea que los hombres le digan: “Te amo, Dios mío” ¿Quién no se lo puede decir?

Sed de que todos se salven, de que todos sin excepción se santifiquen, se arrepientan. Es una sed de que otros se sacien. No es sed para Sí mismo. Dios tiene sed de que los sedientos hallen el agua viva; de que los sedientos de paz, de amor, de felicidad beban a raudales en la fuente inmortal que salta hasta la vida eterna. Lo dijo muy claro en la cruz: Tiene sed de que tú y yo nos salvemos. Y como muchos no le harían caso, por eso Jesús murió de sed en la cima del monte Calvario. La libertad humana que le dijo no fue el golpe de gracia, y lo que le hizo morir en el Gólgota.

“¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado? Esta pregunta taladró el cielo y resonó en las puertas del Paraíso. Se la dirigía a quien había proclamado: “Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo todas mis complacencias”. Da por hecho el haber sido abandonado. ¿Por qué...? Era, más bien, el grito doloroso de todos los desesperados, suicidas, abandonados, moribundos sin esperanza. Jesús quiso sentir lo que sentirían todos esos desgraciados en los momentos más trágicos de su vida, para obtener de su Padre un alivio y una esperanza. Jesús quiso pedir al Padre en nombre de todos los desgraciados del mundo que se compadeciera. El Padre le respondió: “Todo el que tenga fe en Ti, Hijo predilecto, encontrará la paz y la salvación”.

A ese mismo Padre al que al inicio de su vida le dijo: “He aquí vengo para hacer tu voluntad”, le susurra ahora, en la antesala de la muerte: “Misión cumplida. He reconciliado a la Humanidad contigo. He cumplido tu voluntad hasta los azotes, la corona de espinas, los clavos y el estertor de la muerte. ¿Estás complacido de tu Hijo predilecto?”

Tan complacido estaba que le extendió sus brazos y su pecho para que reclinara su cabeza y así muriera, pronunciando la última palabra que brotó de su alma: “En tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu”. Luego se dejó caer en aquellos brazos, y expiró. Dios murió, Dios murió, La Vida murió. ¿Por qué tenía que morir? ¿Por quién murió el Hijo de Dios? Por sus hermanos, por todos, por amor a ellos. Cristo me amó y se entregó a la muerte por mí.

Mariano de Blas LC


Nuevo video

Hay un nuevo video subido al blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:


Pensamientos sanadores


Anhelemos el don de la humildad

Dios te ha elegido y te ha llamado para vivir en amistad con él.
Esto no debería ser un motivo de vanagloria y jactancia, sino por el contrario, tendría que llevarnos a una permanente actitud de gratitud y de humildad.
Cuando asumimos nuestra vocación cristiana desde la gratitud y la humildad, comenzamos a experimentar que nuestra alma es como un ave que se libera de una jaula que la mantenía cautiva, y empieza a elevarse hasta alturas espirituales insospechadas.
El orgullo en cambio, hace que el alma sea como las aves cuyo plumaje ha quedado empetrolado, por lo cual, han perdido esa ligereza y ya no pueden volar.
Anímate, pide cada día las alas de la humildad y, en poco tiempo, notarás cómo tu Espíritu levanta vuelo y se une al Amado.

Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios. 1 Corintios 1, 27-29.


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Pablo F. de 28 años, Buenos Aires, Argentina, quien fue embestido por atrás por un auto cuando circulaba con su moto, padeciendo por el choque un traumatismo de cráneo, encontrándose en el momento en coma farmacológica en terapia intensiva, para que Jesús ayude a salir sin secuelas de este accidente.

Liliana I., de Argentina, pide una oración especial para la liberación espiritual y material de su familia. Nos unimos en la plegaria.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Marcelo M., que vivía en La Cumbre, Córdoba, Argentina, y con jóvenes 59 años de edad, partió a la casa del Padre celestial.

Pedimos oración por la familia argentina compuesta por Mabel, con problemas en sus vértebras lumbares y migrañas; su esposo Carlos y su hijo Pablo: por salud y trabajo para ambos.

Pedimos oración por Carmen A. que vive en Vallejo, California, USA, con cuadros dolorosos de causa herpética desde hace tres años. Rogamos la intercesión del Beato Juan Pablo II para que Dios le conceda alivio en su padecimiento.

Pedimos oración por Patricia, que está internada en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, con tres meses de embarazo y peligro de pérdida. Ella, que es la hija de un amigo, está además afectada de problemas cardíacos. Que la Virgen de Lourdes la ayude a superar con bien estos momentos difíciles y la tenga siempre bajo su manto de amor y protección.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
Hoy se publica excepcionalmente esta sección, que normalmente va los días domingos, porque ayer no se editó el boletín.

Desde León, México, nos agradecen las oraciones hechas en favor de Jesús Antonio, que ha salido bien de sus quimioterapias, le faltan otras dos y otros estudios médicos. Damos gracias a Dios y seguimos rezando por la completa salud de este hermano.

Recibimos este mensaje: la señora Esther V. de C., que vive en la ciudad de México, ha mejorado un poco en su salud y ya está de nuevo en su casa siguiendo plan de rehabilitación, por lo que se agradece mucho a todas las personas que han ayudado con sus oraciones a lograr este mejoramiento de su salud. Y los familiares del señor Jorge R., quién el último día de agosto, en la ciudad de México se encontró ya con Nuestro Señor Jesucristo y dejó de sufrir en esta tierra el padecimiento que le aquejaba, dan gracias por las oraciones y el acompañamiento recibido en esa circunstancia.

También desde México agradecen oraciones por el niño Román M. C., quien fue atendido en una cirugía y que gracias a Dios, los resultados han sido favorables.

Desde Buenos Aires, Liliana agradece las oraciones hechas por su sobrino nieto Franco Ch., de Lanús, que tenía problemas renales y los estudios han salido muy bien. También agradece a Dios por la recuperación favorable de Susana Mónica R., de Banfield, que tuvo un accidente con golpes, fractura de un brazo y derrame cerebral, pero ya está en su casa mejorada. Damos gracias a Dios por Su intervención en estas personas.

El autor de esta página expresa su agradecimiento a Dios y a la Santísima Virgen por haber podido regresar prontamente con esta publicación, superados los inconvenientes técnicos. Jesús, la Virgen María de Lourdes, San José y el Beato Juan Pablo II, son los “asesores de redacción” de Pequeñas Semillitas desde el primer día de su publicación. Gracias a ellos…!!!


"Intimidad Divina"

El Apóstol amigo de Dios

El apostolado consiste sobre todo en “manifestar y comunicar la caridad de Dios a todos los hombres” (AG 10), esa caridad con que nos amó Dios y con que quiere que también nosotros nos amemos mutuamente (ib 12). El compromiso aceptado de testimoniar la caridad y difundirla en el mundo confirma la necesidad de que el apóstol se surta de ella en su comunión con Dios. Jesús antes de lanzar a sus discípulos a la conquista del mundo, les hizo vivir como amigos en su intimidad, les dio a conocer al Padre, les reveló su amor y sobre todo se lo comunicó. “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros” (Jn 15, 9); “os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”, y añadió a modo de conclusión: “os he destinado a que vayáis y deis fruto (ib 16). El cristiano es apóstol en la medida que es amigo de Dios y vive esa amistad tanto en las relaciones con él como en las relaciones con el prójimo, así en la oración como en la acción… De este modo oración y acción, comunión con Dios y apostolado, no se contraponen, no engendran dualismo, sino que se integran mutuamente y se desarrollan paralelamente, porque son ambas expresiones de la amistad con Dios, la cual exige tanto el fervor interno como la actividad externa de la caridad.

El apostolado cristiano no consiste en simple actividad exterior, ni se agota en las obras, por grandiosas y benéficas que sean. Tal vez nadie lo ha afirmado tan enérgicamente como San Pablo: “Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia… si no tengo caridad nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes… si no tengo amor nada me aprovecha” (1 Cr 13, 1-3). El Apóstol advierte la posibilidad de realizar grandes obras, pero que de nada sirven desde el punto de vista sobrenatural, porque no están animadas por la caridad. Si en el plano humano pueden despertar admiración y tener éxito, no son capaces de comunicar caridad porque no son fruto de ella.

Sólo el amor de Dios forja al apóstol auténtico y, por ello, fecundo. Por eso San Pablo, mientras presenta las verdaderas características de la caridad  –“es paciente, es servicial, no es egoísta, no se irrita, no toma en cuenta el mal… todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Cr. 13, 4-7) –, presenta también su modelo supremo e invita a imitarlo: “…vivid en el amor, como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma” (Ef 5, 2). De nuevo aparece aquí el cristiano hecho apóstol, capaz de difundir la caridad de Cristo porque vive en ella, y no de modo abstracto sino concreto, tan concreto que se esfuerza en imitar el amor de Jesús mismo, el cual se consagró totalmente a la gloria del Padre, entregándose en sacrificio, y al mismo tiempo a la salvación de los hombres consumando su oblación para darles la vida.

Señor, enséñame a trabajar en la fe pura, sin consuelo, si ocurre, y a poseer mi alma en la paciencia. Haz que no me canse de plantar, de regar y de esperar a que tú des el crecimiento; si salvo una sola alma, las fatigas de toda mi vida estarán bien empleadas. Oh Dios, tú eres rico para con todos los que te invocan. Tú nos recomiendas orar, para que no perdamos, por falta de oración, los bienes que nos preparas. Prometes, invitas, nos ruegas –por decirlo así– que te roguemos. Es verdad que para apacentar una grey grande, se necesita un gran amor… Pero tú que nos pides un amor tan valeroso y paciente, eres justamente el que lo das. Oh bien infinito, basta quererte, para entrar en posesión de ti… Tú eres el tesoro del corazón pobre, que apagas todo deseo y llenas todo vacío. Oh amor, lo das todo y te das a ti mismo a quienquiera que te abra su corazón. Pero… sólo la gracia puede darme amor, y la gracia no se obtiene si no se la invoca en la oración. (F. Fenelon)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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