PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1829 ~ Lunes 1
de Octubre de 2012
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Mes del Rosario y de las
Misiones
Alabado sea
Jesucristo…
Volviendo sobre el Evangelio de ayer, analicemos este
comentario tomado de la hojita “El domingo”:
¿Nos acosa la tentación de sentirnos “únicos” y
“privilegiados”? ¿Tenemos la tendencia a mirar con cierta “soberbia” a quienes
no pertenecen a nuestro grupo, nuestro movimiento, nuestra Iglesia? ¿Decimos
como los apóstoles no es de los nuestros?
Jesús nos enseña que el Evangelio no es propiedad de
nadie, que nadie tiene el monopolio de Dios y sus dones. Dios es libre y Padre
de todos los hombres, pueblos y culturas.
Debemos apreciar y sentirnos orgullosos de los valores de
nuestra Iglesia Católica, de nuestro movimiento o de nuestra corriente
espiritual, pero respetando y valorando a quienes buscan a Dios y hacen el bien
por caminos distintos a los nuestros.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, se suscitó una discusión entre los
discípulos sobre quién de ellos sería el mayor. Conociendo Jesús lo que
pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado, y les dijo: «El que
reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí,
recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es
mayor».
Tomando Juan la palabra, dijo: «Maestro, hemos visto a
uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no
viene con nosotros». Pero Jesús le dijo: «No se lo impidáis, pues el que no
está contra vosotros, está por vosotros».
(Lc 9,46-50)
Comentario
Hoy, camino de Jerusalén hacia la pasión, «se suscitó una
discusión entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor» (Lc 9,46).
Cada día los medios de comunicación y también nuestras conversaciones están
llenas de comentarios sobre la importancia de las personas: de los otros y de
nosotros mismos. Esta lógica solamente humana produce frecuentemente deseo de
triunfo, de ser reconocido, apreciado, agradecido, y falta de paz, cuando estos
reconocimientos no llegan.
La respuesta de Jesús a estos pensamientos —y quizá
también comentarios— de los discípulos recuerda el estilo de los antiguos
profetas. Antes de las palabras hay los gestos. Jesús «tomó a un niño, le puso
a su lado» (Lc 9,47). Después viene la enseñanza: «El más pequeño de entre
vosotros, ése es mayor» (Lc 9,48). —Jesús, ¿por qué nos cuesta tanto aceptar
que esto no es una utopía para la gente que no está implicada en el tráfico de
una tarea intensa, en la cual no faltan los golpes de unos contra los otros, y
que, con tu gracia, lo podemos vivir todos? Si lo hiciésemos tendríamos más paz
interior y trabajaríamos con más serenidad y alegría.
Esta actitud es también la fuente de donde brota la
alegría, al ver que otros trabajan bien por Dios, con un estilo diferente al
nuestro, pero siempre valiéndose del nombre de Jesús. Los discípulos querían
impedirlo. En cambio, el Maestro defiende a aquellas otras personas.
Nuevamente, el hecho de sentirnos hijos pequeños de Dios nos facilita tener el
corazón abierto hacia todos y crecer en la paz, la alegría y el agradecimiento.
Estas enseñanzas le han valido a santa Teresita de Lisieux el título de
“Doctora de la Iglesia”: en su libro Historia de una alma, ella admira el bello
jardín de flores que es la Iglesia, y está contenta de saberse una pequeña
flor. Al lado de los grandes santos —rosas y azucenas— están las pequeñas
flores —como las margaritas o las violetas— destinadas a dar placer a los ojos
de Dios, cuando Él dirige su mirada a la tierra.
Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia)
Santoral Católico:
Santa Teresita del Niño Jesús
Virgen y Doctora de la
Iglesia
La Iglesia le dedica este día para que la conozcamos y
tratemos de imitar sus virtudes de delicadeza y perfección en las cosas
pequeñas.
Hay dos santas con el mismo nombre: Santa Teresita del
Niño Jesús o de Lisieux y Santa Teresa de Ávila (15 de Octubre). Ambas fueron
monjas carmelitas, nos dejaron una autobiografía y son santas doctoras de la
Iglesia.
María Francisca Teresa (Santa Teresita del Niño Jesús o
de Lisieux) nació el 2 de Enero de 1873 en Francia. Hija de un relojero y una
costurera de Alençon. Tuvo una infancia feliz y ordinaria, llena de buenos
ejemplos. Teresita era viva e impresionable, pero no particularmente devota.
En 1877, cuando Teresita tenía cuatro años, murió su
madre. Su padre vendió su relojería y se fue a vivir a Lisieux donde sus hijas
estarían bajo el cuidado de su tía, la Sra. Guerin, que era una mujer
excelente. Santa Teresita era la preferida de su padre. Sus hermanas eran
María, Paulina y Celina. La que dirigía la casa era María y Paulina que era la
mayor se encargaba de la educación religiosa de sus hermanas. Les leía mucho en
el invierno.
Cuando Teresita tenía 9 años, Paulina ingresó al convento
de las carmelitas. Desde entonces, Teresita se sintió inclinada a seguirla por
ese camino. Era una niña afable y sensible y la religión ocupaba una parte muy
importante de su vida.
Cuando Teresita tenía catorce años, su hermana María se fue
al convento de las carmelitas igual que Paulina. La Navidad de ese año, tuvo la
experiencia que ella llamó su “conversión”. Dice ella que apenas a una hora de
nacido el Niño Jesús, inundó la oscuridad de su alma con ríos de luz. Decía que
Dios se había hecho débil y pequeño por amor a ella para hacerla fuerte y
valiente.
Al año siguiente, Teresita le pidió permiso a su padre
para entrar al convento de las carmelitas y él dijo que sí. Las monjas del
convento y el obispo de Bayeux opinaron que era muy joven y que debía esperar.
Algunos meses más tarde fueron a Roma en una
peregrinación por el jubileo sacerdotal del Papa León XIII. Al arrodillarse
frente al Papa para recibir su bendición, rompió el silencio y le pidió si
podía entrar en el convento a los quince años. El Papa quedó impresionado por
su aspecto y modales y le dijo que si era la voluntad de Dios así sería
Teresita rezó mucho en todos los santuarios de la
peregrinación y con el apoyo del Papa, logró entrar en el Carmelo en Abril de
1888. Al entrar al convento, la maestra de novicias dijo; “Desde su entrada en
la orden, su porte tenía una dignidad poco común de su edad, que sorprendió a
todas las religiosas”. Profesó como religiosa el 8 de Septiembre de 1890. Su
deseo era llegar a la cumbre del monte del amor.
Teresita cumplió con las reglas y deberes de los
carmelitas. Oraba con un inmenso fervor por los sacerdotes y los misioneros.
Debido a esto, fue nombrada después de su muerte, con el título de patrona de
las misiones, aunque nunca había salido de su convento.
Se sometió a todas las austeridades de la orden, menos al
ayuno, ya que era delicada de salud y sus superiores se lo impidieron. Entre
las penitencias corporales, la más dura para ella era el frío del invierno en
el convento. Pero ella decía “Quería Jesús concederme el martirio del corazón o
el martirio de la carne; preferiría que me concediera ambos.” Y un día pudo
exclamar “He llegado a un punto en el que me es imposible sufrir, porque todo
sufrimiento es dulce.”
En 1893, a los veinte años, la hermana Teresa fue
nombrada asistente de la maestra de novicias. Prácticamente ella era la maestra
de novicias, aunque no tuviera el título. Con respecto a esta labor, decía ella
que hacer el bien sin la ayuda de Dios era tan imposible como hacer que el sol
brille a media noche.
Su padre enfermó perdiendo el uso de la razón a causa de
dos ataques de parálisis. Celina, su hermana, se encargó de cuidarlo. Fueron
unos años difíciles para las hijas. Al morir el padre, Celina ingresó al
convento con sus hermanas.
En este mismo año, Teresita se enfermó de tuberculosis.
Quería ir a una misión en Indochina pero su salud no se lo permitió. Sufrió
mucho los últimos 18 meses de su vida. Fue un período de sufrimiento corporal y
de pruebas espirituales. En junio de 1897 fue trasladada a la enfermería del
convento de la que no volvió a salir. A partir de agosto ya no podía recibir la
Comunión debido a su enfermedad y murió el 30 de Septiembre de ese año. Fue
beatificada en 1923 y canonizada en 1925. Se le presenta como una monja
carmelita con un crucifijo y rosas en los brazos. Ella decía que después de su
muerte derramaría una lluvia de rosas.
El culto a esta santa comenzó a crecer con rapidez. Los
milagros hechos gracias a su intercesión atrajeron a atención de los cristianos
del mundo entero.
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
“Para mí, orar consiste en elevar el corazón,
en levantar los ojos al cielo,
en manifestar mi gratitud y mi amor
lo mismo en el gozo que en la prueba”
Santa Teresita
Tema del día:
Octubre, mes dedicado a las
misiones
El llamado “Octubre Misionero” surge de la necesidad de
preparar convenientemente el DOMUND, para que esta Jornada pueda dar mayores
frutos y para contribuir a que arraigue de modo estable en los cristianos la
conciencia de su común responsabilidad en la evangelización del mundo. Siendo
el DOMUND “la fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal” (Estatuto
OMP, art. 7), es natural dar a esta Jornada un marco que ayude a comprender
mejor la riqueza y trascendencia de lo que se celebra en ella.
La Congregación para la Evangelización de los Pueblos nos
solicita, por eso, lo siguiente: “Para que el mes de octubre brinde a los
cristianos la ocasión de dar una dimensión universal a su cooperación
misionera, y para aumentar el espíritu misional en el pueblo cristiano,
foméntense las oraciones y los sacrificios diarios, de suerte que la
celebración anual de la Jornada Mundial de las Misiones venga a ser exponente
espontáneo de ese espíritu” (Estatuto OMP, art. 8).
A modo orientativo, y para canalizar las acciones propias
de la cooperación misionera, ya es tradicional que cada una de estas cuatro
semanas se centre en potenciar sendas dimensiones de la vida cristiana
proyectada hacia la misión: la oración, el sacrificio, la cooperación económica
(limosna) y la vocación misionera. Obras Misionales Pontificias ofrece todos
los años distintos materiales y sugerencias para vivir estas semanas, teniendo
en cuenta también el lema y enfoque de la Jornada del DOMUND correspondiente.
Indicaciones para celebrar el Octubre Misionero
1ª Semana: ORACIÓN
En esta semana se pretende promover entre los fieles la
constancia en la oración para dar gracias a Dios por el don de la fe, así como
para pedir al dueño de la mies que envíe operarios a su mies y que el anuncio
de la Buena Noticia llegue a todos los pueblos. Conviene llevar estas
intenciones tanto a la oración personal como a la comunitaria, comenzando por
la participación en la Eucaristía, y sin olvidar el rezo del Rosario Misionero,
las vigilias de oración y otras posibles celebraciones litúrgicas de carácter
misionero.
Benedicto XVI nos recuerda que “la oración se convierte en estos momentos en una exigencia muy
concreta, como medio para recibir constantemente fuerzas de Cristo”.
2ª Semana:
SACRIFICIO
Valorar la dimensión redentora y salvífica del sacrificio
y del sufrimiento es el principal objetivo de esta semana. Así, se nos mueve a
unir a la cruz de Cristo y ofrecer por la evangelización del mundo nuestras
obras de penitencia y la aceptación de nuestros dolores. En este camino también
se nos invita a contemplar la vida de Jesús, a conocer y valorar la vida de
sacrificio y entrega de los misioneros, y a amar y cuidar a los enfermos (por
ejemplo, acompañándoles y leyendo con ellos el tríptico Enfermos misioneros).
“Es allí, en la
cruz, donde puede contemplarse esta verdad. Y a partir de allí se debe definir
ahora qué es el amor”, explica el Papa Benedicto XVI.
3ª Semana: LIMOSNA
Esta semana se orienta a implicarnos en la cooperación
económica con las misiones. Para ello es preciso informarnos sobre las
necesidades en medio de las cuales viven y desarrollan su labor los misioneros,
y sentir como nuestras esas urgencias, entregando en beneficio de las misiones
una desprendida aportación económica. Se nos anima a compartir los bienes con
quienes carecen de ellos, a la vez que se nos estimula a compartir la vida como
voluntarios en tareas y acciones que ayuden a los más necesitados.
En palabras de Benedicto XVI, “quien es capaz de ayudar reconoce que precisamente de este modo
también es ayudado”.
4ª Semana:
VOCACIÓN MISIONERA
El objetivo de esta semana es suscitar entre todos
nosotros la apertura para escuchar la voz de Dios, que llama y envía a la
misión. Para ello se recomienda participar en actividades de formación
misionera, celebrar algún encuentro con misioneros, estar atentos y disponibles
a la llamada de Dios, y mantener vivo el interés por las necesidades de la
Iglesia a la hora de llevar al mundo el mensaje de Salvación. La animación
misionera nos ayuda a comprometernos a ser instrumentos de unidad y de amor y a
estar receptivos a la posible vocación misionera.
“Los misioneros”,
dice Benedicto XVI, “han de ser personas
cuyo corazón ha sido conquistado por Cristo con su amor, despertando en ellos
el amor al prójimo”.
Fuente: Obras Misionales Pontificias
Pensamientos sanadores
Pide al Señor confianza en ti mismo y creatividad
En este mes que se inicia, ¿dudas de ti mismo? ¿Las
vacilaciones te invaden y estás como paralizado?
Ten más confianza en tu creatividad, pues ella te
permitirá descubrir la mejor solución para cualquier situación y llevar a cabo
con éxito el propósito de tu vida.
En este sagrado momento de oración, comienza a dar
gracias, porque el Espíritu Santo es el Dulce Huésped de tu alma y de él fluyen
la sabiduría y la guía de Dios, las cuales siempre están disponibles para ti.
Haz una pausa, acude a beber a las fuentes del Espíritu y
presta atención a la presencia apacible y delicada de la sabiduría divina que
se mueve en ti, mientras tú le ofreces todo este mes.
Luego háblale de lo que en los próximos días tendrás que
hacer y cualquier situación que necesite de tu resolución, abriéndote aun más a
su sabiduría y entendimiento.
Josué, hijo de Nun,
estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había impuesto sus manos
sobre él (…) Deuteronomio 34, 9
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por
Esperanza (72 años - Florida) que estará repitiendo su mamografía hoy,
para que la mano del Padre, Hijo y Divino Espíritu limpien cualquier sombra y
esté limpia y sana. Y por Violeta (64 años -Florida) tiene hernia hiatal y le
harán nuevos estudios el miércoles 3 de octubre para que el Señor borre
cualquier anormalidad, si la hay, y restaure su salud.
Pedimos oración por Hugo Waldemar R., que vive en Guatemala
y hoy será operado de la columna, rogando a Jesús Misericordioso que lo ayude a
recuperarse bien.
Pedimos oración por la salud de Elsa S., de Buenos Aires,
Argentina, que debe realizarse importantes estudios médicos esta semana, para
que la Santísima Virgen la acompañe en todo momento y la proteja con su amor
maternal.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
Estadísticas de los Blogs
El siguiente es el estado demostrativo de la cantidad de
visitas registradas en los dos blogs que llevamos adelante en internet: "Pequeñas Semillitas" y "Juan Pablo II inolvidable".
Esta información se publica el primer día de cada mes.
Debe recordarse que las visitas se cuentan desde el
inicio de cada uno de ellos que ha sido en fechas distintas:
Desde el 1º de
Marzo de 2007 hasta hoy ha sido visitado por 1.756.002 lectores. Durante el último mes (setiembre 2012) registró
15.754 visitas.
Desde el 26 de
Diciembre de 2009 hasta hoy ha sido visitado por 319.252 lectores. Durante el
último mes (setiembre 2012) registró 4.124
visitas.
"Intimidad Divina"
Espíritu de adopción
“En verdad, en verdad te digo –afirmó Jesús a Nicodemo–:
si uno no naciere de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios”
(Jn 3, 5). Es el Espíritu Santo quien del hombre natural crea el hombre nuevo,
el hijo de Dios. El que promovió la encarnación del Hijo del Altísimo, promueve
también el renacer espiritual del hombre como hijo adoptivo de Dios; él que
guió a Cristo, el Hijo por naturaleza del Padre, al cumplimiento de su misión,
forma y guía a los hijos adoptivos para que vivan según la adopción recibida.
En la vigilia Pascual, la Iglesia, al bendecir el agua bautismal, ora: “Padre…
que esta agua reciba, por el Espíritu Santo, la gracia de tu Unigénito, para
que el hombre, creado a tu imagen y limpio en el Bautismo… renazca, como niño,
a nueva vida por el agua y el Espíritu” (MR). La virtud del Espíritu Santo
justifica al hombre: lo libra del pecado, le hace renacer como “nueva
criatura”, en inocencia perfecta. Haciendo su morada en el bautizado, el
Espíritu Santo derrama en él el espíritu de adopción, o sea forma en él un
corazón de hijo y le da sentido a su filiación divina y el sentido de la
paternidad de Dios.
“Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos
hijos de Dios, pues lo somos” (1 Jn 3, 1). Justamente porque la gracia de
adopción es obra del amor, se atribuye especialmente al Espíritu Santo,
Espíritu de amor. Él quiere formar en el cristiano una verdadera conciencia de
hijo de Dios, de modo que lo sea no sólo de nombre sino de hecho, en la vida
concreta. Le enseña a portarse, no con “un espíritu de esclavos” sino con “un
espíritu de hijos” (Rm 8, 15), emulando los sentimientos de Jesús para con el
Padre: amor, confianza y entrega absoluta. “Todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios son hijos de Dios” (ib 14). No se trata de una guía exterior,
sino interior, que transforma al hombre, lo mueve y lo impulsa desde dentro
infundiéndole sentimientos, afectos y deseos nuevos. Esto es posible justamente
porque el Espíritu Santo ha sido dado a los creyentes y mora en ellos.
La adopción de hijos es una gracia destinada a penetrar
toda la vida del creyente; pero eso exige una fidelidad continua al Espíritu
Santo. Por otra parte, la adopción es un don otorgado como primicia de frutos
que madurarán plenamente sólo en la gloria eterna: “también nosotros, que
poseemos las primicias del Espíritu –dice el Apóstol–, nosotros mismos gemimos
en nuestro interior anhelando la redención de nuestro cuerpo” (ib 23). Mientras
vive en la tierra el cristiano espera la redención total, que será cuando su
cuerpo participe también de la gloria de los hijos de Dios; en el entretanto no
puede considerarse nunca hijo completo y perfecto, sino en formación permanente
y en proceso de regeneración y reformación cada vez más profunda por obra del
Espíritu Santo. Abriéndose totalmente a su influjo, el Espíritu de adopción le
infundirá ese instinto sobrenatural, fruto de sus dones, que lo hará atento y
pronto a pensar y obrar como verdadero hijo de Dios.
Oh Amor infinito,
que procedes del Padre y del Hijo, dame el Espíritu de adopción, enséñame a
obrar siempre como verdadero hijo de Dios. Mora en mí, y haz que yo more en ti,
para amarte como me amas tú. Soy nada sin ti…; nada valgo, pero tenme unido a
ti y lléname de tu amor, para que por tu medio permanezca unido al Padre y al
Hijo… Concédeme estar siempre pronto a ser movido por tu toque divino; haz que
me deje guiar por ti, para que puedas verter plenamente en mí esa gracia divina
de la adopción sobrenatural que el Padre ha querido para mí y que tu Hijo me ha
merecido. ¡Qué alegría tan profunda y qué libertad interior tan grande saborea
el alma que se entrega de ese modo a tu acción! Tú, oh Espíritu Santo, le
concedes conseguir frutos de santidad aceptos a Dios; con tu toque
infinitamente delicado efectúas en ella la obra de Jesús, o mejor , formas en
ella a Jesús… para que por obra tuya se produzca en sí, para gloria del Padre,
los rasgos de esa filiación divina que tenemos en Cristo Jesús. (C. Marmión,
Cristo vida del alma, 1, 6)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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