sábado, 13 de octubre de 2012

Pequeñas Semillitas 1841


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1841 ~ Sábado 13 de Octubre de 2012
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Mes del Rosario y de las Misiones
   

Alabado sea Jesucristo…
“Dichosos los que oyen la Palabra de Dios y la guardan” (Lc 11, 28).
Con estos términos se expresa Jesús en el Evangelio de hoy, y todos tenemos que prestarle atención pues nos concierne plenamente su mensaje. Y cuando dice que hay que “guardar” su Palabra, no nos está diciendo que la tenemos que esconder (como el avaro escondió el talento que recibió)… “Guardarla” significa respetarla y cumplirla, pero también tenemos que ser difusores de esa Palabra, haciéndola llegar -por los medios que tengamos a nuestro alcance- a nuestros hermanos de todo el mundo.
Esa es nuestra misión: la de ser apóstoles. Y lo cantamos con frecuencia cuando decimos: “Que misión tan grande es ser apóstol, seguir al Señor por donde vaya, anunciar con gozo el Evangelio y ser para los hombres, portadores de su paz”.
Pidamos a María, tener siempre la misma predisposición interior que Ella tuvo ante el anuncio del Ángel, y que así podamos ser verdaderos apóstoles de Jesús.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, sucedió que una mujer de entre la gente alzó la voz, y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!». Pero Él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan».
(Lc 11,27-28)

Comentario
Hoy escuchamos la mejor de las alabanzas que Jesús podía hacer a su propia Madre: «Dichosos (...) los que oyen la Palabra de Dios y la guardan» (Lc 11,28). Con esta respuesta, Jesucristo no rechaza el apasionado elogio que aquella mujer sencilla dedicaba a su Madre, sino que lo acepta y va más allá, explicando que María Santísima es bienaventurada —¡sobre todo!— por el hecho de haber sido buena y fiel en el cumplimiento de la Palabra de Dios.
A veces me preguntan si los cristianos creemos en la predestinación, como creen otras religiones. ¡No!: los cristianos creemos que Dios nos tiene reservado un destino de felicidad. Dios quiere que seamos felices, afortunados, bienaventurados. Fijémonos cómo esta palabra se va repitiendo en las enseñanzas de Jesús: «Bienaventurados, bienaventurados, bienaventurados...». «Bienaventurados los pobres, los compasivos, los que tienen hambre y sed de justicia, los que creerán sin haber visto» (cf. Mt 5,3-12; Jn 20,29). Dios quiere nuestra felicidad, una felicidad que comienza ya en este mundo, aunque los caminos para llegar no sean ni la riqueza, ni el poder, ni el éxito fácil, ni la fama, sino el amor pobre y humilde de quien todo lo espera. ¡La alegría de creer! Aquella de la cual hablaba el converso Jacques Maritain.
Se trata de una felicidad que es todavía mayor que la alegría de vivir, porque creemos en una vida sin fin, eterna. María, la Madre de Jesús, no es solamente afortunada por haberlo traído al mundo, por haberlo amamantado y criado —como intuía aquella espontánea mujer del pueblo— sino, sobre todo, por haber sido oyente de la Palabra y por haberla puesto en práctica: por haber amado y por haberse dejado amar por su Hijo Jesús. Como escribía el poeta: «Poder decir “madre” y oírse decir “hijo mío” / es la suerte que nos envidiaba Dios». Que María, Madre del Amor Hermoso, ruegue por nosotros.
Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta (Badalona, Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Eduardo
Rey de Inglaterra


Este fue el más popular de los reyes ingleses de la antigüedad. Tres cualidades le merecieron su fama de santo: era muy piadoso, sumamente amable y muy amante de la paz. Era hijo de Etelredo y a los diez años fue desterrado a Normandía, Francia, de donde no pudo volver a Inglaterra sino cuando ya tenía 40 años. Dicen que conservó perpetua castidad.

San Eduardo tuvo unos modos de actuar que lo hicieron sumamente popular entre sus súbditos y lo convirtieron como en un modelo para sus futuros reyes. Lo primero que hizo fue suprimir el impuesto de guerra, que arruinaba mucho a la gente. Luego durante su largo reinado procuró vivir en la más completa armonía con las cámaras legislativas (que el dividió en dos: cámara de los lores y cámara de los comunes). Se preocupó siempre por obtener que gran cantidad de los impuestos que se recogían, se repartieran entre las gentes más necesitadas.

Un autor que vivió en ese tiempo nos dejó los siguientes datos acerca de San Eduardo: "Era un verdadero hombre de Dios. Vivía como un ángel en medio de tantas ocupaciones materiales y se notaba que Dios lo ayudaba en todo. Eran tan bondadoso que jamás humilló con sus palabras ni al último de sus servidores. Se mostraba especialmente generoso con los pobres, y con los emigrantes, y ayudaba mucho a los monjes. Aún el tiempo en que estaba en vacaciones y dedicado a la cacería, ni un solo día dejaba de asistir a la santa misa. Era alto, majestuoso, de rostro sonrosado y cabellos blancos. Su sola presencia inspiraba cariño y aprecio".

Cuando Eduardo estaba desterrado en Normandía prometió a Dios que si lograba volver a Inglaterra iría en peregrinación a Roma a llevar una donación al Sumo Pontífice. Cuando ya fue rey, contó a sus colaboradores el juramento que había hecho, pero estos le dijeron: "El reino está en paz porque todos le obedecen con gusto Pero si se va a hacer un viaje tan largo, estallará la guerra civil y se arruinará el país". Entonces envió unos embajadores a consultar al Papa San León Nono, el cual le mandó decir que le permitía cambiar su promesa por otra: dar para los pobres lo que iba a gastar en el viaje, y construir un buen convento para religiosos. Así lo hizo puntualmente: repartió entre la gente pobre todo lo que había ahorrado para hacer el viaje, y vendiendo varias de sus propiedades, construyó un convento para 70 monjes, la famosa Abadía de Westminster (nombre que significa: monasterio del occidente: West = oeste u occidente. Minster = monasterio). En la catedral que hay en ese sitio es donde sepultan a los reyes de Inglaterra.

En el año 1066, desgastado de tanto trabajar por su religión y por su pueblo, sintió que le llegaba la hora de la muerte. A los que lloraban al verlo morir, les dijo: "No se aflijan ni se entristezcan, pues yo dejo esta tierra, lugar de dolor y de peligros, para ir a la Patria Celestial donde la paz reina para siempre".

Fuente: EWTN


La frase de hoy

“Hace 50 años, este mismo día,
yo también estaba en esta plaza,
mirando a esta ventana a la que se asomó el Papa bueno,
el beato Juan XXIII, que pronunció palabras inolvidables,
palabras llenas de poesía, de bondad,
palabras que salían del corazón”

SS Benedicto XVI
Apertura del Año de la Fe


Cuentos de Mamerto Menapace:
El pozo y los camellos


En las ciudades de los hombres hay fuentes que largan su chorro día y noche. Su misión no es la de abrevar a los hombres de la ciudad. Más bien cumplen con la función de alegrar la vista con su juego de agua en movimiento, y los oídos con su despreocupado murmullo en medio del bullicio. Fuentes que son visitadas por los turistas, hombres que llegan hasta ellas sin sed y con una máquina de fotografiar en bandolera.

Abundancia de aguas inútiles, derrochadas frente a hombres sin sed. Armonía de movimientos y colores para entretener a hombres que necesitan gastar su tiempo, porque se han detenido en la vida al quedarse sin metas. Fuentes conocidas por todo el mundo.

En la Plaza de San Pedro, compré una vez por noventa liras, diez tarjetas postales con diez fuentes distintas que había visitado en una sola mañana en que no sabía qué hacer. En ninguna de ellas sentía necesidad de beber.

Pero en el país de los nómades, las cosas son diferentes. En la tierra de hombres en movimiento, con metas difíciles y lejanas, no hay fuentes, sino solamente pozos. Pozos del desierto, distantes y ocultos bajo la monotonía de los arenales. Abrevadas en un pozo, hay caravanas que a veces tienen que caminar con urgencia largo tiempo antes de encontrar el más próximo. Y a veces su presencia es tan irreconocible que no les queda más remedio que fiarse del instinto afiebrado de sus camellos sedientos, que buscan rumbos olfateando el viento.

Pero los camelleros saben también que cuando la sed se agranda, comienzan los espejismos. En los cerebros recalentados despiertan entonces las tarjetas postales de fuentes exuberantes y tentadoras que llevan a las dunas donde sólo está la muerte. ¡Pobre el turista que se adentre en el desierto con su cerebro equipado con postales de fuentes! Probablemente morirá de sed autoengañado, a poco trecho del pozo que podría haberle devuelto a la vida pero que le permaneció oculto, simplemente porque su presencia no se manifestaba con los mismos signos que las fuentes para turistas con las que había equipado su imaginación.

En ese momento los conductores de camellos deben aferrarse a dos convicciones: que los camellos con más sed son los mejor equipados para encontrar el pozo, y que la misión de los conductores es hacer lo imposible por mantener unida la caravana sin permitir la desbandada de los camellos sedientos, ni el rezagarse de los camellos satisfechos. De lo contrario los camellos sedientos a lo mejor encontrarán el pozo, pero una vez abrevados se habrán quedado sin caravana, y por ello sin meta, encadenados a morir junto a ese pozo agotado bien pronto. Y los otros, la caravana sin sedientos, habrán perdido con ellos la única posibilidad de dar con el pozo que les habría permitido continuar su marcha hacia la meta.

La eliminación de los inquietos es el suicidio de las comunidades.

Descubriendo el mensaje

El cuento nos ayuda a pensar en la comunidad y los diferentes "roles" que en ella encontramos.
¿Puedes describir cuáles son las fuentes a las que las personas acuden hoy en día?
¿Nuestra sed más profunda… dónde la aplacamos? ¿Cuál es el pozo donde acudimos para encontrar el sentido profundo de la vida?
¿Experimentamos espejismos en nuestras búsquedas de pozos de agua viva? ¿Cuáles por ejemplo?
Relacionar la misión de los camellos sedientos y los conductores con los roles dentro de una comunidad. ¿A quiénes representan los camellos sedientos, los "inquietos" según el autor? ¿A quiénes los conductores?
En tu propia comunidad, ¿cómo se viven estos roles… carismas… misiones?
¿Qué aprendes del cuento para tu vida? ¿Cómo puedes aplicar el mensaje del cuento?


Pensamientos sanadores


Entrega los pensamientos distorsionados

Una casa abandonada, con el pasar del tiempo, se va volviendo más sucia y se va estropeando cada vez más. Lo mismo sucede con nuestro espíritu, psiquis o cuerpo, si lo hemos desatendido.
Uno de los síntomas que algo no anda bien es el pensamiento distorsionado, el cual es resultado del aislamiento emocional.
Cuando la persona se cierra a los demás, la desconfianza, el enojo y la tristeza interfieren en la capacidad de pensar y nubla la visión que tiene de sí misma, de los demás y de casi todos los aspectos de la vida. De aquí surgirán fobias, paranoia y toda clase de males.
El Señor puede y quiere entrar en esas habitaciones vacías, liberar la mente de los fantasmas que nublan tu visión y darte una mirada serena y objetiva sobre tu vida y todo aquello que te rodea. Pon en él tu esperanza y no serás defraudado.

Sólo en Dios descansa mi alma, de él me viene la esperanza. Sólo él es mi Roca salvadora, él es mi baluarte (…) Mi salvación y mi gloria están en Dios: él es mi Roca firme, en Dios está mi refugio. Salmo 62, 6-8.


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Luis Humberto B., que vive en Tucumán, Argentina, ha sufrido un accidente cerebro vascular y está ahora muy grave, rogando al Señor que esté junto a él y le conceda sanación física y espiritual.

Pedimos oración por Gladys Rosa Magdalena, de 76 años, que vive en Santa Fe, Argentina y está con neumonía. Que María la proteja maternalmente hasta que recupere su salud en plenitud.

Pedimos oración por el matrimonio de Rosa, de Nicaragua, para que Jesús renueve la fortaleza de ese amor y aleje todos los problemas y peligros que puedan tener. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.

Pedimos oración por Natalia, de la provincia de Buenos Aires, Argentina, que desea con ansias quedar embarazada. Que la Virgen María le conceda, por su Hijo Jesús, la gracia de ver realizada su querida maternidad.

Pedimos oración por Angelita, 44 años, residente en Lima, Perú, que lleva 20 días ya con problemas digestivos (gastrointestinales, hepáticos y pancreáticos) por los que está siendo atendida, para que Dios la limpie de todo mal. Se lo pedimos por la sangre redentora de Jesús y con la mediación de María siempre Virgen.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Cristian Ariel M. que hace 15 meses fue llamado por el Señor. Paz para su alma y fortaleza para su familia.

Pedimos oración por el embarazo de Anabel F., de 33 años de edad, de la provincia de Santa Fe, Argentina, internada en Rosario por amenaza de parto prematuro. Que María, Madre de Dios y Madre nuestra, y San Ramón Nonato, patrono de las parturientas, protejan a esta joven y al niño en gestación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


"Pequeñas Semillitas" por e-mail


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Felipe de Urca


"Intimidad Divina"

Bienaventurados los perseguidos

Bienaventurados los perseguidos por la justicia porque de ellos es el Reino de los cielos” (Mt 5, 10). Muchas veces predijo Jesús a sus discípulos que deberían compartir con él su suerte: “Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. El siervo no es más que su señor. Si a mi me han perseguido, también os perseguirán a vosotros. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios” (Jn 15, 18-20; 16, 2). Cristo no engañó a sus discípulos, ni les prometió éxitos ni triunfos, sino que les señaló con claridad el mismo camino recorrido por él: contradicciones, odios, persecuciones, muerte de cruz. El que se pone a seguir a Cristo, si quiere hacerlo de veras, no puede esperar otra cosa. El Señor no pide al cristiano que llame gozo a lo que es dolor ni exige que se haga indiferente a la persecución hasta el punto de no sufrir, sino le pide creer, bajo su palabra infalible, que lo que padece por causa de Dios, será ciertamente transformado en gozo de vida eterna.

Las persecuciones “por la justicia” son, añade Jesús, “las sufridas por causa mía”. La causa de la justicia, es decir de la salvación y santificación de los hombres, es la causa misma de Cristo, la causa de su encarnación, pasión y muerte, la causa que él sostuvo con su enseñanza y su ejemplo. Las persecuciones de que habla la octava bienaventuranza son, pues, las que prepara el mundo al que abraza a fondo la causa de Cristo y de su Evangelio, sembrando doquiera desinterés, mansedumbre, misericordia, pureza, amor y paz. Si una conducta semejante induce a muchos al bien, el mal reaccionará, el mal reaccionará con violencia tumultuosa, de modo que en ciertos momentos parece que la persecución prevalece. Es lo que le pasó a Jesús, cuya vida empleada únicamente en el bien pareció de repente sumergida y vencida por las fuerzas del mal. Pero esa es precisamente la contraseña de los discípulos auténticos de Cristo: compartir la suerte de su Maestro.

Las alabanzas, las aprobaciones del mundo y los éxitos continuos nunca son el distintivo del seguimiento verdadero de Cristo, sino más bien propiedad de los falsos profetas. El verdadero profeta más pronto o más tarde encuentra la contradicción; y esto es providencial. Eso lo preserva de las lisonjas del orgullo, lo hace consciente de su poquedad, lo defiende de la ilusión de creerse capaz de salvar o transformar el mundo y por ende, lo mantiene en el número de los pobres que, entregándose con todas sus fuerzas a la salvación propia y a la de los otros, sin embargo lo esperan todo del único Salvador. Quien, por el contrario se deja seducir por el aplauso del mundo, está en gran peligro de deformar o truncar el Evangelio para no perder popularidad, y acaba así siendo un falso profeta más.

Oh Jesús, no te ha bastado hacer, de todas… las fuentes de pena, fuentes de gozo celestial, de gozo eterno; abrazándolas tú mismo, has hecho de ellas gozo, dulzura y delicia aun para esta vida. Has abrazado pobreza, hambre, lágrimas, persecuciones, todo en medida inaudita, de modo que, después de ti, quienquiera que llora, sea pobre, tenga hambre o sea perseguido, se asemeja a ti y te imita. Y ¿qué cosa hay más dulce que parecerse a quien se ama? ¿Qué otra necesidad hay más imperiosa para el corazón que la de imitar al ser humano? Cualquier pobreza, hambre, llanto o persecución se ha convertido, pues, en cosa suave, bien precioso y predilecto para el que te ama, porque esos son otros tantos elementos de semejanza y otros tantos puntos de unión contigo, oh Jesús… ¡Qué bueno eres, oh Médico divino, que has transformado, hasta el fin del mundo, nuestros males en alegría y en fuentes de vida eterna! (C. de Foucauld, Meditaciones sobre el Evangelio)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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