martes, 9 de octubre de 2012

Pequeñas Semillitas 1837


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1837 ~ Martes 9 de Octubre de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Mes del Rosario y de las Misiones
   

Alabado sea Jesucristo…
En estos días estamos viviendo diversos acontecimientos de profundo significado espiritual para la Iglesia y es intención de esta página tratar de reflejarlos en la medida de lo posible. Es así como este domingo, Su Santidad Benedicto XVI inauguró el Sínodo de obispos para la Nueva Evangelización con una Misa solemne celebrada en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. Y en la misma ceremonia ha proclamado Doctores de la Iglesia a San Juan de Ávila (español) y a Santa Hildegarda de Bingen (alemana).
Y dentro de un par de días se producirá la apertura del Año de la Fe que comenzará el 11 de octubre de 2012, en el 50 aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II y concluirá el 24 de noviembre de 2013, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. Benedicto XVI convocó al Año de la Fe para “"dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia, para conducir a los hombres lejos del desierto en el cual muy a menudo se encuentran en sus vidas a la amistad con Cristo que nos da su vida plenamente". Dicha convocatoria la realizó mediante la Carta apostólica Porta fidei cuyo texto completo pude leerse haciendo clic acá.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada».
(Lc 10,38-42)

Comentario
Hoy, como cada día, puedes aprender del Evangelio. Jesús, invitado en el hogar de Betania, nos da una lección de humanidad: Él, que quería a la gente, se deja querer, porque las dos cosas son importantes. Rechazar las muestras de afecto, de Dios y de los demás, sería un grave error, de consecuencias nefastas para la santidad.
¿Marta o María? Pero..., ¿por qué enfrentar a quienes tanto se querían, y querían tanto a Dios? Jesús amaba a Marta y María, y a su hermano Lázaro, y nos ama a cada uno de nosotros.
En el camino de la santidad no hay dos almas iguales. Todos procuramos amar a Dios, pero con estilo y personalidad propios, sin imitar a nadie. Nuestro modelo está en Cristo y la Virgen. ¿Te molesta la manera de tratar a Dios de otros? Intenta aprender de su piedad personal.
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude» (Lc 10,40). Servir a los demás, por amor a Dios, es un honor, no una carga. ¿Servimos con alegría, como la Virgen a su prima santa Isabel o en las bodas de Caná, o como Jesús, en el lavatorio de los pies en la Última Cena?
«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola» (Lc 10,41-42). No perdamos la paz, ni el buen humor. Y para eso, cuidemos la presencia de Dios. «Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir (…); o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca» (San Josemaría).
«María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada» (Lc 10,42). Dios nos quiere felices. Que nuestra Madre del Cielo nos ayude a experimentar la alegría de la entrega.
Rev. D. Josep RIBOT i Margarit (Tarragona, España)


Santoral Católico:
San Dionisio
Primer Obispo de Paris


Dionisio llegó a Francia hacia el 250 ó 270 desde Italia con seis compañeros con el fin de evangelizarla. Fue el primer obispo de París, y apóstol de las Galias.

Dionisio fundó en Francia muchas iglesias y fue martirizado en el 272, junto con Rústico y Eleuterio, durante la persecución de Valeriano. Según creen algunos es en Montmartre (mons Martyrum), o en el sur de la Isla de la Cité, según otros, donde se eleva, en la actualidad, la ciudad de Saint-Denis lugar en el que fueron condenados a muerte.

Según las Vidas de San Dionisio, escritas en la época carolingia, tras ser decapitado, Dionisio anduvo durante seis kilómetros con su cabeza bajo el brazo, atravesando Montmartre, por el camino que, más tarde, sería conocido como calle de los Mártires. Al término de su trayecto, entregó su cabeza a una piadosa mujer descendiente de la nobleza romana, llamada Casulla, y después se desplomó. En ese punto exacto se edificó una basílica en su honor. La ciudad se llama actualmente Saint-Denis.

Fuente: Catholic.net

San Héctor Valdivielso Sáez
Primer Santo Argentino


Junto con otros siete hermanos de la Congregación de La Salle y un padre pasionista, San Héctor Valdivielso Sáez fue fusilado el 9 de octubre de 1934 durante la Revolución de Asturias, previa a la Guerra Civil Española. El santo mártir fue víctima de la secta comunista por defender la educación religiosa y los principios de la Santa Iglesia Católica.

Para leer más hacer clic acá.


La frase de hoy

"El rezo del Santo Rosario, con la consideración de los misterios, la repetición del Padrenuestro y del Avemaría, las alabanzas a la Beatísima Trinidad y la constante invocación a la Madre de Dios, es un continuo acto de fe, de esperanza y de amor, de adoración y reparación"
San Josemaría Escrivá de Balaguer


Tema del día:
Sínodo sobre la 
Nueva Evangelización


Benedicto XVI proclamó este domingo en la Plaza de San Pedro doctores de la Iglesia a san Juan de Ávila y santa Hildegarda de Bingen y presidió la Eucaristía en el curso de la cual inauguró la XIII Asamblea General del Sínodo de los Obispos cuyo tema es “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”. Concelebraron con el Papa los Padres sinodales y los obispos de las conferencias episcopales alemana y española.

“La fragilidad de tantos cristianos, más aún, su pecado personal y comunitario, representan un gran inconveniente para la evangelización. Por tanto, no se puede hablar de nueva evangelización sin una sincera conversión”, afirmó el Pontífice en la plaza de San Pedro ante millares de fieles. Unos 49 cardenales, siete patriarcas de Iglesias católicas de rito oriental, 71 arzobispos, 120 obispos y varios centenares de sacerdotes de todo el mundo se congregaron en Roma para el Sínodo, convocado para dar ímpetu a los esfuerzos del papa para re-evangelizar.
        
La cita de prelados se prolongará hasta el 28 de noviembre; su objetivo es afrontar la nueva evangelización de las personas que aun estando bautizadas se han alejado de la Iglesia y viven sin tener en cuenta la praxis cristiana “y ofrecerles un nuevo encuentro con el Señor, el único que llena de significado profundo y de paz la existencia”.

Joseph Ratzinger, de 85 años, recordó que la Iglesia “existe” para evangelizar, y subrayó que el crucifijo es “por excelencia” el signo distintivo del amor y de la paz y una llamada a la conversión y a la reconciliación.

Benedicto XVI se refirió al matrimonio entre un hombre y una mujer, reiteró que es “indisoluble”, y aseguró que está llamado a ser “no solo objeto, sino sujeto de la nueva evangelización”, pero expresó su preocupación por la “profunda crisis” que atraviesa.

“La evangelización, en todo tiempo y lugar -dijo el Santo Padre en su homilía- tiene siempre como punto central y último a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios y el crucifijo es por excelencia el signo distintivo de quien anuncia el Evangelio: signo de amor y de paz, llamada a la conversión y a la reconciliación”.

“La Iglesia- subrayó- existe para evangelizar. Fieles al mandato del Señor Jesucristo, sus discípulos fueron por el mundo entero para anunciar la Buena Noticia, fundando por todas partes las comunidades cristianas. Con el tiempo, estas han llegado a ser Iglesias bien organizadas con numerosos fieles (...) También en nuestro tiempo el Espíritu Santo ha suscitado en la Iglesia un nuevo impulso para anunciar la Buena Noticia, un dinamismo espiritual y pastoral que ha encontrado su expresión más universal y su impulso más autorizado en el Concilio Ecuménico Vaticano II”.

“Este renovado dinamismo de evangelización produce un influjo beneficioso sobre las dos 'ramas' especificas que se desarrollan a partir de ella, es decir, por una parte, la missio ad gentes, esto es el anuncio del Evangelio a aquellos que aun no conocen a Jesucristo y su mensaje de salvación; y, por otra parte, la nueva evangelización, orientada principalmente a las personas que, aun estando bautizadas, se han alejado de la Iglesia, y viven sin tener en cuenta la praxis cristiana”.

“La Asamblea sinodal que hoy se abre esta dedicada a esta nueva evangelización, para favorecer en estas personas un nuevo encuentro con el Señor, el único que llena de significado profundo y de paz la existencia; para favorecer el redescubrimiento de la fe, fuente de gracia que trae alegría y esperanza a la vida personal, familiar y social”.

Antes de referirse a los nuevos doctores de la Iglesia, el Papa recordó que “una de las ideas clave del renovado impulso que el Concilio Vaticano II ha dado a la evangelización es la de la llamada universal a la santidad, que como tal concierne a todos los cristianos. Los santos son los verdaderos protagonistas de la evangelización en todas sus expresiones (...) La santidad no conoce barreras culturales, sociales, políticas, religiosas. Su lenguaje – el del amor y la verdad – es comprensible a todos los hombres de buena voluntad y los acerca a Jesucristo, fuente inagotable de vida nueva”.


“A este respecto, nos paramos un momento para admirar a los dos santos que hoy han sido agregados al grupo escogido de los doctores de la Iglesia. San Juan de Ávila vivió en el siglo XVI. Profundo conocedor de las Sagradas Escrituras, estaba dotado de un ardiente espíritu misionero. Supo penetrar con singular profundidad en los misterios de la redención obrada por Cristo para la humanidad. Hombre de Dios, unía la oración constante con la acción apostólica. Se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia”.

“Santa Hildegarda de Bilden, importante figura femenina del siglo XII, ofreció una preciosa contribución al crecimiento de la Iglesia de su tiempo, valorizando los dones recibidos de Dios y mostrándose una mujer de viva inteligencia, profunda sensibilidad y reconocida autoridad espiritual. El Señor la dotó de espíritu profético y de intensa capacidad para discernir los signos de los tiempos. Hildegarda alimentaba un gran amor por la creación, cultivó la medicina, la poesía y la música. Sobre todo conservó siempre un amor grande y fiel por Cristo y su Iglesia”.

Benedicto XVI concluyó encomendando a Dios “los trabajos de la Asamblea sinodal con el sentimiento vivo de la comunión de los santos, invocando la particular intercesión de los grandes evangelizadores, entre los cuales queremos contar con gran afecto al beato Juan Pablo II, cuyo largo pontificado ha sido también ejemplo de nueva evangelización”.


Pensamientos sanadores


Sanando los sentimientos de inferioridad

Hay quienes no logran vincularse en profundidad porque desconfían de sí mismos, se ven con malos ojos y cargan un sentimiento de inferioridad o de falta de valor e importancia.
La solución no está en buscar la respuesta en la actividad, los éxitos, sino en permitirle al Espíritu Santo que te muestre en qué punto de tu historia arranca esa desvalorización que hay en ti.
De no obtener esa sanación interior, ni todo el dinero del mundo, ni todos los diplomas y menciones, lograrán hacerte sentir pleno ni te ayudarán a relacionarte profundamente, pues carecerás de lo que da verdadero sentido a la vida: el amor a ti mismo y por lo tanto a los demás.

Él dijo: “Realmente son mi Pueblo, son hijos que no decepcionarán”. Y él fue para ellos un salvador en todas sus angustias. No intervino ni un emisario ni un mensajero; él mismo en persona los salvó, por su amor y su clemencia, él mismo los redimió, los levantó y los llevó en todos los tiempos pasados. Isaías 63, 8-9.


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Jorge Baltazar A., de Corrientes, Argentina, que padece de una cáncer de hígado. Que Jesús misericordioso le conceda la salud y fortaleza en este difícil trance.

Pedimos oración por Néstor, de la provincia de Córdoba, Argentina, 29 años de edad, que está enfermo, su salud se deteriora y los médicos todavía no encuentran el diagnóstico. Rogamos a la Nuestra Señora del Rosario que lo proteja y pida a Jesús que le conceda la gracia de sanarse. Y que acompañe y fortlezca a su mamá Lilian y a toda la familia.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


"Intimidad Divina"

Bienaventurados los que tienen hambre

Repetidas veces se ocupó Jesús del hambre  y de la sed de los hombres, y de un modo tan concreto que para satisfacerlas hizo hasta milagros: la multiplicación de los panes, la transformación del agua en vino. Pero el hambre y la sed de que habla en las bienaventuranzas no son las del cuerpo, sino las del espíritu. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mt 5, 6), dice Jesús, refiriéndose no a los hambrientos y sedientos de comida o bebida materiales, sino de justicia, o sea de perfección, de santidad. Dios justifica al hombre con su gracia: es la base indispensable y punto de partida de la perfección cristiana, la cual por otra parte aquí abajo no tiene término de llegada, porque el cristiano está llamado a ser perfecto “como es perfecto el Padre celestial” (ib 48). El que tiene conciencia del ideal y de las exigencias de la perfección evangélica nunca se siente satisfecho de su justicia, de sus virtudes o de sus obras buenas. Sólo Dios puede dar el alimento de la voluntad divina y el agua de la gracia; por eso quien tenga hambre y sed de justicia no cese de pedirlas, tendiendo la mano como un mendigo a quien le puede socorrer. Y Dios lo saciará en proporción a su hambre y a su sed.

En general hay tendencia a creer que la práctica de las bienaventuranzas evangélicas está reservada a pocas personas escogidas, consagradas totalmente a Dios. Jesús, en cambio, las proclamó a la muchedumbre sin hacer distinción alguna, como tampoco la hizo al decir “Sed perfectos, que es perfecto vuestro Padre celestial” (Mt 5, 48). Si las personas consagradas a Dios están obligadas a ellas de un modo especial, los simples fieles no están dispensados, como afirma el Vaticano II, pues “el mundo no puede ser transformado ni ofrecido a Dios sin el espíritu de las bienaventuranzas” (LG 31). Sin espíritu verdaderamente de pobreza, sin amor a la cruz, sin mansedumbre, como sin hambre y sed de justicia, ningún cristiano puede vivir en plenitud las exigencias de su bautismo y difundir en torno suyo el espíritu evangélico.

Hay que orar y esforzarse para conseguir la gracia de una verdadera pobreza de espíritu que libre del estorbo de tantos lazos terrenos y disponga al hambre y la sed beatificadas por el Señor. Entonces el cristiano olvida todo deseo de saciarse de los bienes terrenos y viene a sentirse cada vez más hambriento y sediento de Dios, de comunión con él, de entrega y de amor. Presa totalmente de esta hambre y esta sed, no puede ya concederse reposo; por más que haga por Dios, todo le parece demasiado poco y, no tolerando en sí la más mínima infidelidad a la gracia, se esfuerza con todo tesón por encender en otros corazones el hambre y la sed de que él sufre. Sólo Dios sacia esa hambre, inicialmente aquí en la tierra y cumplidamente en la vida eterna, cuando su presencia aplacará todas las ansias del hombre.

¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! He aquí que tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, más yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no serían. Llamaste y clamaste y rompiste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera; exaltaste tu perfume y respiré, y suspiro por ti; gusté de ti, y siento hambre y sed, me tocaste, y abraséme en tu paz. (San Agustín, Confesiones)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.