PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1839 ~ Jueves
11 de Octubre de 2012
- AÑO DE LA FE -
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Mes del Rosario y de las
Misiones
Alabado sea
Jesucristo…
En la tradicional audiencia pública de los días
miércoles, el Papa Benedicto XVI se dirigió ayer a los peregrinos a propósito
del inicio (hoy) del Año de la Fe, en el día en que se cumplen 50 años del
comienzo del Concilio Vaticano II convocado por el Beato Papa Juan XXIII,
concilio del que el mismo Benedicto XVI fue testigo y protagonista.
El Pontífice recordó en su catequesis su intensa
vivencia, de joven teólogo, que calificó de “experiencia única”, en la que pudo
ver una “Iglesia viva – casi tres mil Padres conciliares de todo el mundo
reunidos y guiados por el Sucesor del Apóstol Pedro”.
Recordó que cincuenta años atrás, el Papa Juan, al abrir
las sesiones del Concilio dijo que “La fe
debía hablar de forma más 'renovada', más incisiva porque el mundo estaba
cambiando rápidamente, manteniendo, sin embargo, sus contenidos perennes sin
fisuras o compromisos”.
Finalmente, Benedicto XVI concluyó: “El Concilio recuerda
que la Iglesia tiene el mandato de transmitir la palabra del amor de Dios que
salva, para que sea escuchada y recibida aquella llamada divina que contiene en
sí las bienaventuranzas eternas. El Concilio Vaticano es una fuerte invitación
a redescubrir cada día la belleza de la fe y a conocerla de modo profundo, para
una relación más intensa con el Señor, y a vivir auténticamente la vocación
cristiana”.
En esta fecha tan trascendente para la Iglesia, elevemos
una oración para que el Año de la Fe contribuya a una renovada conversión al
Señor Jesús y al redescubrimiento de la Fe, de modo que todos los miembros de
la Iglesia seamos para el mundo actual testigos gozosos y convincentes del
Señor resucitado, capaces de señalar la "puerta de la fe" a tantos
otros que están en búsqueda de la verdad.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si uno de
vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: ‘Amigo,
préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no
tengo qué ofrecerle’, y aquél, desde dentro, le responde: ‘No me molestes; la
puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme
a dártelos’, os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al
menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite.
»Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis;
llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y
al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le
pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da
un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a
vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que
se lo pidan!».
(Lc 11,5-13)
Comentario
Hoy, el Evangelio es una catequesis de Jesús sobre la
oración. Afirma solemnemente que el Padre siempre la escucha: «Pedid y se os
dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Lc 11,9). A veces podemos
pensar que la práctica nos muestra que esto no siempre sucede, que no siempre
“funciona” así. ¡Es que hay que rezar con las debidas actitudes!
La primera es la constancia, la perseverancia. Hemos de
rezar sin desanimarnos nunca, aunque nos parezca que nuestra plegaria choca con
un rechazo, o que no es escuchada enseguida. Es la actitud de aquel hombre
inoportuno que a medianoche va a pedirle un favor a su amigo. Con su
insistencia recibe los panes que necesita. Dios es el amigo que escucha desde
dentro a quien es constante. Hemos de confiar en que terminará por darnos lo
que pedimos, porque además de ser amigo, es Padre.
La segunda actitud que Jesús nos enseña es la confianza y
el amor de hijos. La paternidad de Dios supera inmensamente a la humana, que es
limitada e imperfecta: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas
buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo...!» (Lc 11,13).
Tercera: hemos de pedir sobre todo el Espíritu Santo y no
sólo cosas materiales. Jesús nos anima a pedirlo, asegurándonos que lo
recibiremos: «...¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los
que se lo pidan!» (Lc 11,13). Esta petición siempre es escuchada. Es tanto como
pedir la gracia de la oración, ya que el Espíritu Santo es su fuente y origen.
El beato fray Gil de Asís, compañero de san Francisco,
resume la idea de este Evangelio cuando dice: «Reza con fidelidad y devoción,
porque una gracia que Dios no te ha dado una vez, te la puede dar en otra
ocasión. De tu cuenta pon humildemente toda la mente en Dios, y Dios pondrá en
ti su gracia, según le plazca».
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Beato Juan XXIII
Papa
Nació el día 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte,
diócesis y provincia de Bérgamo (Italia). Ese mismo día fue bautizado, con el
nombre de Ángelo Giuseppe. Fue el cuarto de trece hermanos. Su familia vivía
del trabajo del campo. La vida de la familia Roncalli era de tipo patriarcal. A
su tío Zaverio, padrino de bautismo, atribuirá él mismo su primera y
fundamental formación religiosa. El clima religioso de la familia y la
fervorosa vida parroquial, fueron la primera y fundamental escuela de vida cristiana,
que marcó la fisonomía espiritual de Ángelo Roncalli.
Recibió la confirmación y la primera comunión en 1889 y,
en 1892, ingresó en el seminario de Bérgamo, donde estudió hasta el segundo año
de teología. Allí empezó a redactar sus apuntes espirituales, que escribiría
hasta el fin de sus días y que han sido recogidos en el «Diario del alma». El 1
de marzo de 1896 el director espiritual del seminario de Bérgamo lo admitió en
la Orden franciscana seglar, cuya Regla profesó el 23 de mayo de 1897.
De 1901 a 1905 fue alumno del Pontificio seminario
romano, gracias a una beca de la diócesis de Bérgamo. En este tiempo hizo,
además, un año de servicio militar. Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de
1904, en Roma. En 1905 fue nombrado secretario del nuevo obispo de Bérgamo,
Mons. Giácomo María Radini Tedeschi. Desempeñó este cargo hasta 1914,
acompañando al obispo en las visitas pastorales y colaborando en múltiples
iniciativas apostólicas: sínodo, redacción del boletín diocesano,
peregrinaciones, obras sociales. A la vez era profesor de historia, patrología
y apologética en el seminario, asistente de la Acción católica femenina,
colaborador en el diario católico de Bérgamo y predicador muy solicitado por su
elocuencia elegante, profunda y eficaz.
En aquellos años, además, ahondó en el estudio de tres
grandes pastores: san Carlos Borromeo (de quien publicó las Actas de la visita
apostólica realizada a la diócesis de Bérgamo en 1575), san Francisco de Sales
y el entonces beato Gregorio Barbarigo. Tras la muerte de Mons. Radini
Tedeschi, en 1914, don Ángelo prosiguió su ministerio sacerdotal dedicado a la
docencia en el seminario y al apostolado, sobre todo entre los miembros de las
asociaciones católicas.
En 1915, cuando Italia entró en guerra, fue llamado como
sargento sanitario y nombrado capellán militar de los soldados heridos que
regresaban del frente. Al final de la guerra abrió la «Casa del estudiante» y
trabajó en la pastoral de estudiantes. En 1919 fue nombrado director espiritual
del seminario.
En 1921 empezó la segunda parte de la vida de don Ángelo
Roncalli, dedicada al servicio de la Santa Sede. Llamado a Roma por Benedicto
XV como presidente para Italia del Consejo central de las Obras pontificias
para la Propagación de la fe, recorrió muchas diócesis de Italia organizando
círculos de misiones. En 1925 Pío XI lo nombró visitador apostólico para
Bulgaria y lo elevó al episcopado asignándole la sede titular de Areópoli. Su
lema episcopal, programa que lo acompañó durante toda la vida, era: «Obediencia
y paz».
Tras su consagración episcopal, que tuvo lugar el 19 de
marzo de 1925 en Roma, inició su ministerio en Bulgaria, donde permaneció hasta
1935. Visitó las comunidades católicas y cultivó relaciones respetuosas con las
demás comunidades cristianas. Actuó con gran solicitud y caridad, aliviando los
sufrimientos causados por el terremoto de 1928. Sobrellevó en silencio las
incomprensiones y dificultades de un ministerio marcado por la táctica pastoral
de pequeños pasos. Afianzó su confianza en Jesús crucificado y su entrega a él.
En 1935 fue nombrado delegado apostólico en Turquía y
Grecia. Era un vasto campo de trabajo. La Iglesia católica tenía una presencia
activa en muchos ámbitos de la joven república, que se estaba renovando y
organizando. Mons. Roncalli trabajó con intensidad al servicio de los católicos
y destacó por su diálogo y talante respetuoso con los ortodoxos y con los
musulmanes. Cuando estalló la segunda guerra mundial se hallaba en Grecia, que
quedó devastada por los combates. Procuró dar noticias sobre los prisioneros de
guerra y salvó a muchos judíos con el «visado de tránsito» de la delegación
apostólica. En diciembre de 1944 Pío XII lo nombró nuncio apostólico en París.
Durante los últimos meses del conflicto mundial, y una
vez restablecida la paz, ayudó a los prisioneros de guerra y trabajó en la
normalización de la vida eclesiástica en Francia. Visitó los grandes santuarios
franceses y participó en las fiestas populares y en las manifestaciones
religiosas más significativas. Fue un observador atento, prudente y lleno de
confianza en las nuevas iniciativas pastorales del episcopado y del clero de
Francia. Se distinguió siempre por su búsqueda de la sencillez evangélica,
incluso en los asuntos diplomáticos más intrincados. Procuró actuar como
sacerdote en todas las situaciones. Animado por una piedad sincera, dedicaba
todos los días largo tiempo a la oración y la meditación.
En 1953 fue creado cardenal y enviado a Venecia como
patriarca. Fue un pastor sabio y resuelto, a ejemplo de los santos a quienes
siempre había venerado, como san Lorenzo Giustiniani, primer patriarca de
Venecia.
Tras la muerte de Pío XII, fue elegido Papa el 28 de
octubre de 1958, y tomó el nombre de Juan XXIII. Su pontificado, que duró menos
de cinco años, lo presentó al mundo como una auténtica imagen del buen Pastor.
Manso y atento, emprendedor y valiente, sencillo y cordial, practicó
cristianamente las obras de misericordia corporales y espirituales, visitando a
los encarcelados y a los enfermos, recibiendo a hombres de todas las naciones y
creencias, y cultivando un exquisito sentimiento de paternidad hacia todos. Su
magisterio, sobre todo sus encíclicas «Pacem in terris» y «Mater et magistra»,
fue muy apreciado.
Convocó el Sínodo romano, instituyó una Comisión para la
revisión del Código de derecho canónico y convocó el Concilio ecuménico
Vaticano II. Visitó muchas parroquias de su diócesis de Roma, sobre todo las de
los barrios nuevos. La gente vio en él un reflejo de la bondad de Dios y lo
llamó «el Papa de la bondad». Lo sostenía un profundo espíritu de oración. Su
persona, iniciadora de una gran renovación en la Iglesia, irradiaba la paz
propia de quien confía siempre en el Señor. Falleció la tarde del 3 de junio de
1963.
Juan Pablo II lo beatificó el 3 de septiembre del año
2000, y estableció que su fiesta se celebre el 11 de octubre, recordando así
que Juan XXIII inauguró solemnemente el Concilio Vaticano II el 11 de octubre
de 1962.
Fuente: Catholic.net
Pensamientos sobre la Fe
“El fruto del silencio es la oración. El fruto de la
oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el
servicio. El fruto del servicio es la paz”
Beata Teresa de Calcuta
“Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree
no se piensa, es nula”
San Agustín
“La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza,
a cosas que no están al alcance de la mano”
Santo Tomás de Aquino
“No debemos perder la fe en la humanidad que es como el
océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias”
Mahatma Gandhi
Tema del día:
Hoy comienza el Año de la Fe
El Año de la Fe, proclamado por el Papa Benedicto XVI,
comienza hoy, 11 de octubre de 2012, en el 50 aniversario de la inauguración
del Concilio Vaticano II y concluirá el 24 de noviembre de 2013, en la
Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Al anunciar el Año de la Fe, el Papa dijo que este tiempo
busca "dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia, para
conducir a los hombres lejos del desierto en el cual muy a menudo se encuentran
en sus vidas a la amistad con Cristo que nos da su vida plenamente".
Benedicto XVI convocó al Año de la Fe con la Carta apostólica Porta fidei del 11 de octubre de 2011.
Con ocasión del quincuagésimo aniversario de la apertura
del Concilio Vaticano II y del Año de la Fe convocado por Benedicto XVI a
partir del hoy, el Papa concederá diversas vías para ganar la indulgencia
plenaria (remisión total de las penas del purgatorio).
A través de un decreto de la Penitenciaría Apostólica,
firmado el 14 de septiembre por el penitenciario mayor, el cardenal Manuel
Monteiro de Castro (antiguo nuncio en Madrid), y que la Santa Sede ha dado a
conocer, se establece que entre el 11 de octubre de 2012 y el 24 de noviembre
de 2013 recibirán la indulgencia plenaria "todos los fieles verdaderamente
arrepentidos y debidamente confesados", que comulguen y recen por las
oraciones del Sumo Pontífice:
• cada vez que participen en al menos tres predicaciones
misionales, o al menos tres sobre los documentos del Concilio Vaticano II o
sobre los artículos del Catecismo de la Iglesia católica, en cualquier iglesia
o lugar idóneo;
• cada vez que visiten en forma de peregrinación una
basílica papal, una catacumba cristiana, una iglesia catedral, un lugar sagrado
designado por el ordinario del lugar para el Año de la Fe, y participen en
ellos en una función sagrada o al menos se recojan durante un tiempo suficiente
para una meditación piadosa que concluya con el rezo del Padrenuestro, la
profesión de Fe en cualquiera de sus formas legítimas y las invocaciones a la
Santísima Virgen y, según los casos, a los santos apóstoles o patrones;
• cada vez que, en los días fijados por el ordinario del
lugar para el Año de la Fe, participen en algún lugar sagrado en una solemne
celebración eucarística o en la liturgia de las horas, añadiendo la profesión
de Fe en cualquier forma legítima;
• un día libremente elegido, durante el Año de la Fe,
para la devota visita al baptisterio u otro lugar donde recibieron el
sacramento del Bautismo, si renuevan las promesas bautismales en cualquier
forma legítima.
Del mismo modo, la Penitenciaría Apostólica faculta a los
obispos diocesanos para que, "en el día oportuno" del Año de la Fe,
impartan la bendición papal con indulgencia plenaria para los fieles que la
reciban devotamente.
Los fieles "verdaderamente arrepentidos" que
por "graves motivos" no puedan verificar estas condiciones podrán
conseguir también la indulgencia plenaria "si, unidos en espíritu y con el
pensamiento a los fieles presentes, particularmente en los momentos en los que
las palabras del Sumo Pontífice o de los obispos diocesanos son transmitidas
por televisión o radio, reciten en su propia casa o donde las retenga el
impedimento, el Padrenuestro, la profesión de Fe y otras oraciones conformes a
las finalidades del Año de la Fe, ofreciendo sus sufrimientos y problemas de la
vida".
Agenda
Los eventos más importantes de este año especial contarán
con la presencia del Santo Padre y se realizarán en Roma. Entre estos destacan:
• La apertura del Año de la Fe en la Plaza de San Pedro
hoy jueves 11 de octubre con una solemne Eucaristía, en la que concelebrarán
todos los Padres sinodales, los presidentes de las Conferencias Episcopales y
los últimos Padres conciliares.
• El 21 de octubre se canonizarán siete mártires y
confesores de la fe. Ellos son el francés Jacques Barthieu; el filipino Pedro
Calugsod; el italiano Giovanni Battista Piamarta; la española María del Carmen;
la iroquesa Katheri Tekakwhita y las alemanas Madre Marianne (Barbara Cope) y
Anna Schäffer.
• El 25 de enero de 2013, en la tradicional celebración
ecuménica en la Basílica de San Pablo Extramuros, se rezará para que "a
través de la profesión común del Símbolo los cristianos (...) no olviden el
camino de la unidad".
• El 28 de abril de 2013 el Santo Padre confirmará a un
grupo de jóvenes.
• El domingo 5 de mayo de 2013 estará dedicado a la
piedad popular y a la labor de las cofradías.
• El 18 de mayo de 2013, vigilia de Pentecostés, los
movimientos eclesiales se reunirán en la Plaza de San Pedro.
• El domingo 2 de junio de 2013, celebración del Corpus
Christi, habrá una solemne adoración Eucarística, que se realizará a la misma
hora en todas las catedrales e iglesias del mundo.
• El domingo 16 de junio de 2013 estará dedicado al
testimonio del Evangelio de la Vida.
• El 7 de julio de 2013 concluirá en la Plaza de San
Pedro la peregrinación de los seminaristas, novicias y novicios de todo el
mundo.
• El 29 de septiembre de 2013 habrá una celebración por
el aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica.
• El 13 de octubre está dedicado a la presencia de María
en la Iglesia.
• Finalmente, el 24 de noviembre de 2013 se celebrará la
jornada de clausura del Año de la Fe.
Asímismo, se indicó que los diversos dicasterios tienen
programadas iniciativas publicadas en el calendario. Entre los eventos
culturales destacan una exposición sobre San Pedro en Castel Sant'Angelo (7
febrero- 1 mayo 2013) y un concierto en la Plaza de San Pedro (22 de junio
2013).
Web Católico de Javier
Pensamientos sanadores
Pídele a Dios la gracia de experimentar el verdadero amor
No importa la edad que tú tengas, cuando llega el
verdadero amor, éste toca los rincones más profundos del corazón humano y
renueva las fuerzas de los corazones que, aun sin notarlo, estaban apagados y
marchitos.
Quizá nada cambie exteriormente, pero es en lo profundo
del alma, donde se realiza la mudanza haciendo que todo lo cotidiano adquiera
un nuevo sentido y brillo. Sólo podrán aprovechar positiva y duraderamente esas
experiencias de amor quienes las mantengan en el cauce del río de la voluntad
de Dios.
Sin embargo, es necesario recordar que el amor y el dolor
son dos caras de una misma moneda.
Quien ama también ha de pasar momentos de agudísimo
dolor.
Pero a pesar de eso, nada nos excusa de no amar y
permitir ser amados.
Vale más la pena amar, aunque haya que sufrir, que vivir
con el corazón frío y oprimido.
Tus amores son más
deliciosos que el vino, si, el aroma de tus perfumes es exquisito, tu nombre es
un perfume que se derrama; por eso las jóvenes se enamoran de ti. Cantar de los
Cantares 1, 2-3.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Oscar, de Villa Gesell, Argentina,
que está afectado de una enfermedad progresiva y diseminada por varias partes
de su cuerpo. Él ha sido toda su vida un hombre profundamente bueno y al
servicio de todos los que lo necesitaron, y hoy necesita de la fuerza de
nuestras oraciones para rogarle a Dios Misericordioso que le conceda la inmensa
gracia de recuperar su salud si así es Su Voluntad.
Pedimos oración por estas personas de Santa Fe,
Argentina: Silvia Susana, de 57 años y Olga, de la misma edad, ambas con
cáncer; Marcelo R., de 57 años, con problemas de obesidad y resistencia a hacer
tratamiento; Raúl C., 58 años, con problemas de su sistema nervioso; y por
Martina, de 13 años que tiene algún problema en su rodilla derecha. Que Jesús,
con su infinita bondad, les conceda poder solucionar sus problemas,
fortalecidos además por el maternal amor de María.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
"Intimidad Divina"
Bienaventurados los limpios de corazón
“Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos
verán a Dios” (Mt 5, 8). El hombre que ama a Dios está hambriento de justicia,
de perfección y de santidad, pero está también ansioso de contemplar a Dios, de
fijar en él su mirada. “Tu rostro buscaré Señor; no me escondas tu rostro” (Sl
26, 8-9). Pero Dios se esconde a los ojos de los mortales. Moisés, que había
deseado ardientemente ver su gloria, escuchó esta respuesta: “Mi rostro no
podrás verlo; porque no puede verme el hombre y seguir viviendo” (Ex 33, 20).
Mientras el hombre es peregrino en la tierra, no puede más que suspirar hacia
Dios. La visión de Dios le está reservada a la eternidad y será el premio de
los que en la tierra no cesaron de buscarlo con corazón puro, recto y sincero.
Sólo cuando el corazón está purificado de toda sombra de pasión y de deseos
malos, egoístas y desordenados, son resplandecientes de pureza todas las
acciones del hombre y su vida es transparente y sin mancha. Entonces el ojo
también es puro… El ojo puro es la lámpara que indica al cristiano el camino
para llegar a la visión eterna y, al mismo tiempo, le deja entrever ya desde
aquí sus esplendores.
La visión de Dios “cara a cara” es el premio que los
puros de corazón recibirán en la eternidad; pero se les reserva un anticipo de
él aun en esta vida. Si a Moisés le fue negado ver el rostro de Dios, se le
permitió, en cambio, vislumbrar su grandeza y bondad infinita. Un privilegio
semejante le fue concedido a Elías cuando sobre el monte Horeb se le reveló en
una ligera brisa la presencia de Dios y oyó su voz. La vida de los santos
atestigua que, aun sin llegar a comunicaciones tan excelsas, Dios se complace
en revelarse secretamente al que lo busca en pureza de corazón. Es el don de la
contemplación que Dios concede “cuando quiere y a quien quiere” (T. J. M IV,
12), pero que nunca falta del todo, al menos en sus manifestaciones más
sencillas, a los que están verdaderamente hambrientos y sedientos de él.
La disposición fundamental es siempre la de la pureza
interior. “Oh si supiesen los hombres –exclama San Juan de la Cruz– de cuánto
bien de luz divina los priva esa ceguera que les causan sus aficiones y
apetitos, y en cuántos males y daños les hacen ir cayendo cada día en tanto no
los mortifican” (S I, 8, 6). Uno de los daños mayores es ciertamente el de
hacerse incapaces de las gracias contemplativas. Dios ha creado al hombre para
sí; lo ha hecho capaz de amarlo, de conocerlo y de contemplarlo por fe en esta
vida, para luego gozarlo eternamente en la visión beatífica; pero el hombre
llenando el corazón y los ojos con los bienes terrenos, se cierra a las
comunicaciones íntimas de Dios y a las irradiaciones de su luz. “El que me ame
–dice Jesús–… yole amaré y me manifestaré a él” (Jn 14, 21). Si son raros
aquellos a quienes Dios se manifiesta, es porque son también raros los que,
amando a Dios sobre todas las cosas, lo buscan con corazón absolutamente puro.
Que aprenda yo,
Señor, a desearte; que aprenda a prepararme para verte. Bienaventurados los
limpios de corazón, porque ellos te verán… Y te verán no porque son pobres de
espíritu, ni porque son mansos o porque lloran o tienen hambre y sed de
justicia o son misericordiosos, sino porque son puros de corazón… Buena es la
humildad para alcanzar el Reino de los cielos, buena la mansedumbre para poseer
la tierra, bueno el llanto para ser consolados, buena el hambre y la sed de
justicia para ser saciados, buena la misericordia para alcanzar misericordia,
más es la pureza de corazón la que permite verte, oh Señor. Yo te quiero ver;
es cosa buena y grande la que quiero… Ayúdame a purificar mi corazón… porque
puro es lo que quiero ver, e impuro el medio con que la quiero ver… Purifícame
Señor, con tu gracia, purifica mi corazón con tus auxilios y consuelos. Ayúdame
a producir por medio tuyo y en unión contigo frutos abundantes de obras buenas,
de misericordia, de benignidad y de bondad (San Agustín).
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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