viernes, 27 de febrero de 2015

Pequeñas Semillitas 2614

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2614 ~ Viernes 27 de Febrero de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En la Iglesia hay una gran novedad. Y la novedad está dada por los desafíos que nos marca el tiempo presente, la época que estamos viviendo. Esta es la maravilla de la presencia del Espíritu en la Iglesia. El Espíritu siempre sopla para encontrar la nuevo en lo ordinario, porque es Cristo el que hace nuevas todas las cosas: Yo estoy por hacer algo nuevo; ya está germinando, ¿no se dan cuenta? (Is 43,19).
Y lo que hay de nuevo es el Espíritu, que sopla en este tiempo en la Iglesia de nuestro continente. ¿Y qué nos dice el Espíritu? ¿Qué nos viene soplando?
La necesidad de renovar (hacer nuevo) nuestro estilo evangelizador. Alcanzar un renovado estilo misionero, pues la fuerza de este anuncio de vida será fecunda si lo hacemos con el estilo adecuado, con las actitudes del Maestro, teniendo siempre la Eucaristía como fuente y cumbre de toda actividad misionera (DA 363).
La Iglesia en América Latina, reunida en el santuario de Aparecida en mayo de 2007, nos viene a decir que la novedad está en definir la identidad cristiana desde la única vocación de discípulos y misioneros de Jesucristo. (Obispos argentinos)

¡Buenos días!

Rodeados de milagros
“No hay cosas sin interés. Tan sólo personas incapaces de interesarse”, escribió Gilbert Chesterton, pensador inglés convertido al catolicismo.  Por ejemplo: a eso de que tus ojos miren y tus oídos oigan, y tu cerebro funcione y tus manos trabajen, y tu alma irradie y tu sensibilidad sienta, y tu corazón ame, a eso no lo llames humano, llámalo milagro divino.

Cualquier cosa que existe es un milagro, un brote de hermosura, un reflejo de Dios. Tomemos una hoja sencilla o una pequeña piedra. Si no existiera nada más en el universo y apareciera esa piedra, la valoraríamos mucho, nos deslumbraría, nos daríamos cuenta de que es maravilloso que esa piedra exista. Si descubrimos eso, podríamos pasarnos un buen rato contemplando esa piedra, tocándola, oliéndola y descubriendo todos los detalles que encierra (colores, luces y sombras, formas, olores, temperatura, grietas, etc.). P. Víctor Fernández.

Alguien expresó que le gustaría ser toda su vida como un niño para ir descubriendo siempre cosas nuevas y maravillarse de todo lo que va encontrando. Ahora bien, que sepas orientar tu interés y tu capacidad de asombro por todo lo que es noble y embellece la vida. Y recuerda: “El valor del hombre está en proporción de su capacidad de admirar”.   
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal’. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.
Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo». (Mt 5,20-26)

Comentario
Hoy, el Señor, al hablarnos de lo que ocurre en nuestros corazones, nos incita a convertirnos. El mandamiento dice «No matarás» (Mt 5,21), pero Jesús nos recuerda que existen otras formas de privar de la vida a los demás. Podemos privar de la vida a los demás abrigando en nuestro corazón una ira excesiva hacia ellos, o al no tratarlos con respeto e insultarlos («imbécil»; «renegado»: cf. Mt 5,22).
El Señor nos llama a ser personas íntegras: «Deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano» (Mt 5,24), es decir, la fe que profesamos cuando celebramos la Liturgia debería influir en nuestra vida cotidiana y afectar a nuestra conducta. Por ello, Jesús nos pide que nos reconciliemos con nuestros enemigos. Un primer paso en el camino hacia la reconciliación es rogar por nuestros enemigos, como Jesús solicita. Si se nos hace difícil, entonces, sería bueno recordar y revivir en nuestra imaginación a Jesucristo muriendo por aquellos que nos disgustan. Si hemos sido seriamente dañados por otros, roguemos para que cicatrice el doloroso recuerdo y para conseguir la gracia de poder perdonar. Y, a la vez que rogamos, pidamos al Señor que retroceda con nosotros en el tiempo y lugar de la herida —reemplazándola con su amor— para que así seamos libres para poder perdonar.
En palabras de Benedicto XVI, «si queremos presentaros ante Él, también debemos ponernos en camino para ir al encuentro unos de otros. Por eso, es necesario aprender la gran lección del perdón: no dejar que se insinúe en el corazón la polilla del resentimiento, sino abrir el corazón a la magnanimidad de la escucha del otro, abrir el corazón a la comprensión, a la posible aceptación de sus disculpas y al generoso ofrecimiento de las propias».
Fr. Thomas LANE (Emmitsburg, Maryland, Estados Unidos)

Cada día de Cuaresma
Día 10: Tiempo de penitencia
La eficacia de la auténtica penitencia, que es la conversión del corazón a Dios, puede perderse si se cae en la tentación, frecuente antes y ahora, de soslayar que el pecado es personal. Dios quiere que el pecador se convierta y viva (Ezequiel 18, 23), pero éste ha de cooperar con su arrepentimiento y su penitencia. “El pecado, en sentido verdadero y propio, es siempre un acto de la persona, porque es un acto libre de la persona individual, y no precisamente de un grupo o una comunidad” (San Juan Pablo II, Exhortación Apostólica). Los pecados dejan una huella en el alma. Además existen pecados y faltas no advertidas por falta de espíritu de examen o por falta de delicadeza de conciencia... Son como malas raíces que han quedado en el alma y que es necesario arrancar mediante la penitencia para impedir que generen frutos amargos. Concretaremos la penitencia en cosas pequeñas, y también con el consejo del director espiritual, otras mortificaciones de más relieve, que nos ayuden a purificar el alma y a desagraviar por los pecados propios y ajenos.

El pecado deja una huella en el alma que es preciso borrar con dolor, con mucho amor. Por otra parte, aunque el pecado es siempre una ofensa personal a Dios, no deja de tener sus efectos en los demás. Para bien o para mal estamos constantemente influyendo en quienes nos rodean, en la Iglesia y en el mundo. “No existe pecado alguno, aun el más íntimo y secreto, el más estrictamente individual, que afecte exclusivamente a aquel que lo comete. Todo pecado repercute, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor daño, en todo el conjunto eclesial y en toda la familia humana” (San Juan Pablo II). Nos pide el Señor que seamos motivo de alegría y luz para toda la Iglesia, y sabernos ayuda, también en penitencia, para todo el Cuerpo Místico de Cristo. Penitencia discreta, alegre, inadvertida en medio del mundo, pero traducida en hechos concretos.

La vida del cristiano puede estar llena de esta penitencia que Dios ve: ofrecimiento de la enfermedad o del cansancio, rendimiento del propio juicio, trabajo acabado y bien hecho por amor de Dios. Una penitencia especialmente grata al Señor es aquella que recoge muchas muestras de caridad y tiende a facilitar a otros el camino hacia Dios, haciéndoselo más amable. Nuestra Madre Santa María nos enseñará a encontrar muchas ocasiones para ser generosos en la entrega a quienes están a nuestro lado en el quehacer de todos los días.
P. Francisco Fernández Carvajal

Santoral Católico:
San Gabriel de la Dolorosa
Religioso pasionista
Nació en Asís el año 1838. Se crió en Espoleto, destino de su padre que era administrativo de los Estados Pontificios, y allí estudió en La Salle y en los jesuitas. A los 18 años ingresó en el noviciado de los Padres Pasionistas. Su vida religiosa iba a ser breve, pero intensa. Tuvo una gran devoción a la Pasión de Cristo y a la Virgen Dolorosa. Fue ejemplar por su sencillez y humildad, alegría, amabilidad y paciencia. Empezó la carrera sacerdotal con ilusión, pero sólo recibió las órdenes menores. Enfermó de tuberculosis, y murió prematuramente en Isola del Gran Sasso (Abruzzo, Italia) el año 1862. Canonizado por Benedicto XV en 1920.
Información más amplia haciendo clic acá.
© Catholic.net    

La frase de hoy

“La Cuaresma nos ofrece una ocasión providencial
para profundizar en el sentido y el valor de ser cristianos,
y nos estimula a descubrir de nuevo la misericordia de Dios
para que también nosotros lleguemos a ser 
más misericordiosos con nuestros hermanos”
~Benedicto XVI~

Temas Médicos:
Vivir sin estrés
Si bien la palabra estrés o stress tiene socialmente una connotación negativa, en realidad todos los seres humanos lo tenemos, siendo una situación absolutamente normal y esperable. El estrés es un estímulo que pone a la persona en necesidad de una respuesta, por lo tanto es inherente a la naturaleza del hombre.

Sin embargo, así como este estímulo puede generar una respuesta necesaria y esperable (huida de una situación de emergencia, por ejemplo), también puede convertirse en una realidad diaria y someter al cuerpo a un constante bombardeo de adrenalina, y al consecuente esfuerzo de éste (y desgaste) para hacer frente a dicha situación.

Las claves para no caer en estrés
Este decálogo, elaborado  le ayudará a evitar los niveles poco saludables de estrés. Además le servirá de guía para encarar este año de la mejor manera, aplicando cambios de hábitos de vida que repercutan en un mejor estado de salud:

1. Planifique el descanso. Separe un tiempo libre todas las semanas. Evite seguir trabajando en su casa de lunes a lunes. Planifique sus vacaciones anuales y escapadas a mitad de año para poder disfrutar del ocio.

2. Cambie de actividad. Si su rutina le impide poder tener un esquema con horarios fijos de descanso, busque hacer un corte en las actividades y no tener esta sensación permanente de que las cosas no terminan nunca. Al menos, no coma al lado de su computadora…!!!

3. Disfrute el placer. Hay una sensación de que el placer tiene una connotación de “pecado”, pero hay muchas actividades que pueden generar este placer en forma saludable. Encuentre una de estas actividades de su agrado y tómela como un espacio personal, sin necesidad de que se transforme en una carga económica (ej. escuchar música, caminar, etc.)

4. Disfrute del ejercicio. Alcanza con poder realizar un corte en el día; pero esto depende de cada uno. La actividad física ayuda a descomprimir al organismo.

5. Tenga metas (realistas). Debemos saber “qué” puedo realmente hacer y “hasta dónde” puedo llegar. Así evitará la sobre estimulación, y esto le ayudará a enfocarse.

6. Ponga límites.  Entendemos que todos tenemos la necesidad inherente de ser aceptados y de agradar (algunos más y otros menos). Cuando una persona se encuentra en una situación estresante tiende a no medir sus posibilidades ni límites, entonces quiere abarcar todo.

7. Delegue lo delegable. Aprenda a ceder, a compartir, a poder manifestar que usted no puede hacer todo por sus propios medios y que necesita de la colaboración de sus pares.

8. Aprenda a responder. Esto tiene que ver con no aguantarse, no tragarse, no “comerse las broncas”, sino poder hablar de lo que ciertas situaciones le generan a nivel emocional.

9. Modifique su percepción: Usted puede, dependiendo de la situación que enfrente, tratar de detectar lo positivo de la misma o bien expresar su desilusión y cambiar el estímulo. La posibilidad de modificar lo que yo siento y pienso con respecto a lo que me está pasando, de responder correctamente a cada situación, es lo que tenemos más a mano como herramienta.

10. Vivir día por día. Esto tiene que ver con esta idea de poder tener conciencia del “aquí y ahora”, es decir, que no me ate el pasado y que no me genere ansiedad el futuro.

Vía Crucis
Hoy viernes, invito a los lectores a rezar el Vía Crucis como oración eficaz de preparación en esta Cuaresma.
El Vía Crucis es la meditación de los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección. Literalmente, “vía crucis” significa "camino de la cruz". Al rezarlo, recordamos con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte. Dicho camino se representa mediante 15 imágenes de la Pasión que se llaman "estaciones". Te animarás a cargar con las cruces de cada día, si recuerdas con frecuencia las estaciones o pasos de Jesús hasta el Calvario.
Puedes conocer más detalles y rezarlo si entras en la página del Web Católico de Javier haciendo clic acá.

Unidos a María
La primera y más antigua antífona mariana occidental fue copiada de un himno oriental que dice: «En tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios»
Viene de una vieja tradición que los monjes y místicos rusos expresaron así: en los momentos de turbulencia espiritual, no podemos hacer otra cosa que buscar refugio bajo el manto la Madre de Dios, ella nos protege y defiende.
Recordemos el Apocalipsis: «Es ella quien sale corriendo con el niño en los brazos para que el dragón no lo devore».
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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