PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 10 - Número 2610 ~ Lunes
23 de Febrero de 2015
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Otra Cuaresma…otra Pascua. Anímate a vivir este año otro tipo de
Cuaresma: más social, más solidaria, más entregada, más ayudadora, más
compasiva.
Eso te llevará a vivir otra Pascua: más fraterna, más
humana, más luminosa, más esperanzadora, más tierna, más nueva.
Una Cuaresma nueva para una Pascua nueva. Escucha la voz
de la profecía: “Todo lo hago nuevo” (Ap 21,5).
Esta novedad hemos de forzarla para que pueda ser. Por
eso este pregón es una oferta, un envite, un reto.
Jesús, incansable caminante, va a nuestro lado en el
itinerario cuaresmal. Hagamos camino con él abriéndonos a toda carne, sobre
todo la más necesitada, a la más doliente, a la más humilde.
© Fidel Aizpurua
¡Buenos días!
“Para mejorar tus confesiones”
Hace unos años
Editorial San Pablo editó un librito escrito por el P. Víctor Manuel Fernández
(hoy obispo) para ayudar a recuperar la calidad del sacramento de la
reconciliación. Me parece oportuno, al acercarte a Pascua, que trates de leer
esta información actualizada y práctica sobre un sacramento que quizá has
dejado al margen de tu vida cristiana. He aquí un párrafo:
“La confesión puede ser una experiencia
profundamente liberadora, que te ayude a crecer y vivir mejor. Además, si este
sacramento es un regalo de Jesús a su Iglesia, deberías agradecerlo de corazón.
Sin embargo, nuestras confesiones no siempre son un momento profundamente
vivido. A veces las vivimos como una molestia necesaria, o como un ejercicio
rutinario y mecánico, y quedamos con gusto a poco. Por eso a lo largo de este
libro podrás hacer un camino para encontrarle más sentido a tus confesiones y
para prepararlas más adecuadamente”.
Así comienza la
presentación de estas páginas iluminadoras. Dios quiera que sientas la
necesidad de valorar más este sacramento, y hacer de él un camino de
crecimiento espiritual. Que llegues a
Pascua con el gozo de un corazón purificado.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando el
Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se
sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de Él todas las
naciones, y Él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las
ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su
izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi
Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación
del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de
beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis;
enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’. Entonces los
justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de
comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te
acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y
fuimos a verte?’. Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a
unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’.
»Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque
tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era
forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en
la cárcel, y no me visitasteis’. Entonces dirán también éstos: ‘Señor, ¿cuándo
te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel,
y no te asistimos?’. Y él entonces les responderá: ‘En verdad os digo que
cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo
dejasteis de hacerlo’. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una
vida eterna». (Mt 25,31-46)
Comentario
Hoy se nos recuerda el juicio final, «cuando el Hijo del
hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles» (Mt 25,31), y nos
remarca que dar de comer, beber, vestir... resultan obras de amor para un
cristiano, cuando al hacerlas se sabe ver en ellas al mismo Cristo.
Dice san Juan de la Cruz: «A la tarde te examinarán en el
amor. Aprende a amar a Dios como Dios quiere ser amado y deja tu propia
condición». No hacer una cosa que hay que hacer, en servicio de los otros hijos
de Dios y hermanos nuestros, supone dejar a Cristo sin estos detalles de amor debido:
pecados de omisión.
El Concilio Vaticano II, en la Gaudium et spes, al explicar las exigencias de la caridad
cristiana, que da sentido a la llamada asistencia social, dice: «En nuestra
época, especialmente urge la obligación de hacernos prójimo de cualquier hombre
que sea y de servirlos con afecto, ya se trate de un anciano abandonado por
todos, o de un niño nacido de ilegítima unión que se ve expuesto a pagar sin
razón el pecado que él no ha cometido, o del hambriento que apela a nuestra
conciencia trayéndonos a la memoria las palabras del Señor: ‘Cuanto hicisteis a
unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’ (Mt 25,40)».
Recordemos que Cristo vive en los cristianos... y nos
dice: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
El Concilio Lateranense IV define el juicio final como
verdad de fe: «Jesucristo ha de venir al fin del mundo, para juzgar a vivos y
muertos, y para dar a cada uno según sus obras, tanto a los reprobados como a
los elegidos (...) para recibir según sus obras, buenas o malas: aquellos con
el diablo castigo eterno, y éstos con Cristo gloria eterna».
Pidamos a María que nos ayude en las acciones de servicio
a su Hijo en los hermanos.
Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)
Cada día de Cuaresma
Día 6: Existencia y actuación
del demonio
El demonio existe. La Sagrada Escritura habla de él desde
el primero hasta el último libro revelado, desde el Génesis hasta el
Apocalipsis. La historia del hombre ha padecido la influencia del diablo. Hay
rasgos presentes en nuestros días de una intensa malicia, que no se explican
por la sola actuación humana. El demonio, en formas muy diversas, causa
estragos en la Humanidad. La actuación del demonio es misteriosa, real y
eficaz. Con Jesucristo ha quedado mermado el dominio del diablo, pues Él “nos
ha liberado del poder de Satanás” (Concilio Vaticano II, Sacrosanctum Concilium). Por razón de la obra redentora, el demonio
sólo puede causar verdadero daño a quienes libremente le permitan hacérselo,
consintiendo en el mal y alejándose de Dios: nadie peca por necesidad. Además,
para librarnos del influjo diabólico, Dios ha dispuesto también un Ángel que
nos ayude y proteja. “Acude a tu Ángel Custodio, a la hora de la prueba, y te
amparará contra el demonio y te traerá santas inspiraciones” (San Josemaría
Escrivá, Camino).
El demonio es un ser personal, real y concreto, de
naturaleza espiritual e invisible, y que por su pecado se apartó de Dios para
siempre. Es el padre de la mentira (Juan 8, 44), del pecado, de la discordia,
de la desgracia, del odio, de lo malo y absurdo que hay en la tierra (Hebreos
2, 14), el enemigo que siembra el mal en el corazón del hombre (Mateo 13,
28-39), y al único que hemos de temer si no estamos cerca de Dios. Su único fin
en el mundo, al que no ha renunciado, es nuestra perdición. Y cada día
intentará llevar a cabo ese fin a través de todos los medios a su alcance. Es
el primer causante de las rupturas en las familias y en la sociedad. Sin
embargo, el demonio no puede violentar nuestra voluntad para inclinarla al mal.
El santo Cura de Ars dice que “el demonio es un gran perro encadenado, que
acosa, que mete mucho ruido, pero que solamente muerde a quienes se le acercan
demasiado”.
Nos debe dar gran confianza saber que el Señor nos ha
dejado muchos medios para vencer y para vivir en el mundo con la paz y alegría
de un buen cristiano: la oración, la mortificación, la Confesión y la
Eucaristía, y el amor a la Virgen. El uso del agua bendita es también eficaz
protección contra el influjo del diablo. Nuestro esfuerzo en la Cuaresma por mejorar
la fidelidad a lo que sabemos que Dios nos pide, es la mejor manifestación de
que frente al “Non serviam” del
demonio, queremos poner: Te serviré, Señor.
P. Francisco Fernández Carvajal
Santoral Católico:
San Policarpo de Esmirna
Obispo y Mártir
Nació en Esmirna (Turquía) el año 69. Discípulo del
apóstol san Juan y último testigo de la época apostólica, fue nombrado por los
mismos Apóstoles obispo de Esmirna, dio hospedaje a su amigo Ignacio de
Antioquía, quien luego le escribió una carta hoy famosa, tuvo como discípulo a
san Ireneo. Escribió una carta a la Iglesia de Filipos, que había sido fundada
por el apóstol Pablo. Hizo un viaje a Roma el año 154 para tratar con el papa
Aniceto la cuestión de la fiesta de la Pascua. Selló con su sangre el testimonio
de su fe en Cristo, condenado a morir en la hoguera en el anfiteatro de Esmirna
el año 155, bajo los emperadores Marco Antonino y Lucio Aurelio. Al procónsul
romano que lo invitaba a maldecir de Cristo, respondió Policarpo: «86 años hace
que le sirvo y ningún daño he recibido de Él, ¿cómo puedo maldecir a mi rey, el
que me ha salvado?... Yo soy cristiano».
Oración: Dios de todas las criaturas, que te has
dignado agregar a san Policarpo, tu obispo, al número de los mártires,
concédenos, por su intercesión, participar con él en la pasión de Cristo, y
resucitar a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“Que en cada familia y comunidad cristiana se valore la
Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que
alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo. Pienso,
especialmente, en un mayor empeño en la oración, en la lectio divina, en el
Sacramento de la Reconciliación y en la activa participación en la Eucaristía,
sobre todo en la Santa Misa dominical”
~Benedicto XVI~
Tema del día:
Líneas de fuerza cuaresmales
Todas las actitudes de espíritu cuaresmal, se polarizan en
estas líneas de fuerza:
• Cuaresma cristocéntrica: Cristo es el
centro de todo en la Cuaresma. Cristo en su estado de sufrimiento y muerte a
causa del mal y al servicio de nuestra conversión, de nuestro perdón, de
nuestra liberación del mal. El objetivo que debemos perseguir en toda la
vivencia de la cuaresma, es entrar en comunión con este Cristo, asimilar su
estado de dolor y de muerte: purificarnos del mal, de nuestro propio pecado, de
los fallos y defectos que merman en nosotros la verdad y la gracia, que
disminuyen y frenan el amor, la alegría y la paz; solidarizarnos con el Cristo
que sufre en todos los que sufren, y ayudar a éstos a que resurjan de sus
sufrimientos a la paz y la alegría profunda de la resurrección de Cristo.
• Cuaresma pascual: vivir la Cuaresma es
caminar hacia la pascua; pasar por la muerte de Cristo hecha en nosotros
mortificación o muerte al pecado, conversión, penitencia y confesión, hasta
purificar y aumentar el amor que nos hace vivir resurgiendo según la
resurrección de Cristo a una vida nueva llena de esperanza, de luz, de alegría,
de los frutos del amor.
• Cuaresma eclesial: Cuaresma vivida en
“iglesia” para sentirnos más “iglesia”, más comunidad de Cristo en el mundo de
hoy. Hemos de hacer comunidad, familia, grupo animado por la fe y la esperanza,
que se apoya con amor y se abre y se da al servicio de los demás hombres.
• Cuaresma sacramental: los sentidos
cristo-céntrico, pascual y eclesial, confluyen en los sacramentos. Los
sacramentos del bautismo y confirmación, confesión y eucaristía, son núcleos
vivos de la Cuaresma cristiana.
Debemos revisar qué conciencia tenemos de nuestro
bautismo. Redescubrir el bautismo con que fuimos injertados en la muerte y la
resurrección de Cristo y llenados de su Espíritu. Reajustar nuestra conducta a
los dones y las exigencias del bautismo.
Debemos revisarnos acerca del sacramento de la confesión.
Estamos abandonando este sacramento, porque lo tenemos ignorado en su verdad
honda y viva. Y lo tenemos ignorado porque no nos han dado una buena catequesis
acerca de él, y porque, tal como hemos venido practicándolo, se nos queda
pequeño, incómodo y hasta superficial, vacío. Si descubriésemos en profundidad
este sacramento, y si, decididos a vivirlo desde una viva actitud penitencial
que nos lleve a la confesión, encontrásemos la posibilidad de tener unas
confesiones que nos llenen, daríamos, a nuestra vida cristiana la profundidad y
la paz honda de la re-conciliación y la re-vigorización en el entrañable amor
del Espíritu de Cristo- salvador.
La eucaristía es otro sacramento que necesita una
reforma, no sólo de normas y rúbricas, sino de celebración en la fe consciente
y en la vida comprometida al amor. La notable afluencia de gente a las misas de
los domingos, que nos ha mantenido tranquilos en nuestra adormecida pastoral
sacramental, se ve ahora —si se mira con lucidez— como una rémora, que está
impidiendo hacer renovación viva la reforma oficial de la misa. En la mayoría
de nuestros templos y capillas, apenas si hacemos otra cosa que aplicar
materialmente las nuevas normas y ritos; y no todos, porque la falta de
iniciación y de vitalidad de la fe, impide en muchos sitios dar vida al rito de
la paz, por ejemplo. ¿Saldremos algún día de la rutina de las “misas” sin
eucaristía fraterna y viva? Si queremos lograrlo, habrá que buscar el modo de
dedicarnos mucho más a la evangelización y a la catequesis que a los
sacramentos; o, para decirlo mejor, dedicarnos a la evangelización y la
catequesis, como etapas indispensables de una pastoral sacramental responsable.
• Cuaresma viva y actual: hemos de dar a
nuestra Cuaresma de hombres de hoy el realismo de nuestra propia vida: la
necesidad, el hambre, el cansancio, la escasez, la tristeza y cualquier
sufrimiento cotidiano, son pasos adentro por la “cuaresma” de esta vida a la
resurrección final.
Para integrarlo todo en la Cuaresma del año litúrgico, es
preciso que el sufrimiento cotidiano de la vida —necesidades, cansancio,
soledad, insatisfacción, enfermedad, tristeza, etc.— llegue a ser de verdad “paso”,
andadura, camino hacia la plenitud gozosa de la vida que debemos ir
construyendo ya, y que debemos buscar y esperar más allá de todo. Para esto,
hemos de hacer de los sufrimientos diarios el terreno y el tejido de nuestra
existencia cristiana, de nuestro vivir en Cristo camino del Padre; hemos de
descubrir y sentir en el sufrir diario, en la tristeza, en el cansancio del
corazón y en la soledad, la propia ausencia del Señor y el silencio de Dios; y
tenemos que aceptar esas cosas como camino, como marcha dura, como roturación
de esta corteza de nuestra condición carnal, como purificación, como
aproximación a la paz y la dicha en el amor de Dios. Camino purificador que
podemos andar con el Espíritu de Cristo, en la dolorosa oscuridad de la fe,
pero con el gozo sereno y firme de la esperanza.
El mundo de hoy necesita que nosotros vivamos con verdad
la Cuaresma cristiana, hasta dar un testimonio que tenga fuerza de ungüento
para sus llagas modernas. El hambre, el odio, la guerra, la injusticia, la
explotación, el materialismo... todas las taras que destrozan la vida de los
hombres por la piel del mundo, en todas sus latitudes, bajo cualquier régimen,
necesitan el mensaje de paz, amor, justicia y salvación, que brotará de la fe y
la vida de los cristianos, por la fuerza del Espíritu del Cristo al que hay que
convertirse y unirse en cuaresma.
© Teófilo Cabestrero, cmf
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Dora
Alicia quien se encuentra en terapia intensiva en HGZ en Texcoco, México,
por complicaciones severas al momento de dar a luz a sus gemelitas el pasado 14
de febrero para que Jesús Misericordioso le envíe su salud pues sus pequeñas le
necesitan.
Pedimos oración por Claudia
Lucía, que está esperando documentación de aceptación para residencia
temporal en USA.
Pedimos oración para una bebita llamada Elise, que ha nacido con problemitas de
malformaciones en la cara y se encuentra en cuidados intensivos en su ciudad.
Que la Santísima Virgen interceda ante Jesús por su recuperación.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
Así como Noé fue
preservado del diluvio universal porque construyó un arca por orden de Dios y
entró en ella en el tiempo oportuno, así también ahora el Arca es María
Santísima, en donde debemos entrar todos los que queremos pasar a salvo por las
calamidades que sobrevendrán al mundo. La forma de entrar en esta Arca que es
María, es a través de la consagración a su Corazón Inmaculado que tendríamos
que realizar cuanto antes porque no sabemos cuánto tiempo más el Señor nos
esperará.
Así como Noé y
los suyos pasaron a salvo por el diluvio, así también nosotros los consagrados
a la Virgen pasaremos a salvo a través del diluvio de fuego que sobrevendrá a
la humanidad. Esta hora de castigo y purificación es necesaria para que la
humanidad renazca a una vida nueva y santa, y este castigo no viene de Dios
sino de los demonios y los hombres, y que Dios permitirá por un insondable
designio suyo.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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