martes, 10 de febrero de 2015

Pequeñas Semillitas 2597

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2597 ~ Martes 10 de Febrero de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Esta es una hermosa oración para bendecir a una persona:
"Nuestro Señor Jesucristo que nos amó con un amor tan desmedidamente grande y que fue puesto sobre la Cruz de madera y condenado a la muerte más amarga: lave y bendiga tu alma con Su Sangre preciosa, en recuerdo del sufrimiento con el que pagó por ti, a fin de que tu amor arda para él.
Que ese poderoso fuego de amor consuma todos tus pecados y te conceda reposar sobre Su Bendito Brazo, donde todos los santos reposan. Que su piedad te cubra y su amor te devore. Recibe mi bendición (nombre de la persona), en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén"  

¡Buenos días!

Decálogo del optimista
Una forma concreta de cultivar el optimismo es tratar de “vivir dando gracias a Dios”, precioso consejo que daba san Pablo a los primeros cristianos. Desde luego, si empiezas a vivir con el “gracias, Señor”, en los labios, es porque has empezado a descubrir y concentrarte en todo lo que te da satisfacción y alegría.

No juzgues nunca el día por el clima. Cambia la manera de empezar el día. No permitas que lo que está fuera de tu alcance, influya en tus decisiones. Protégete de los mensajes negativos. Cuida la manera como te expresas de los demás y de ti mismo. Cambia la manera de saludar a los demás. Desarrolla una visión clara de tus metas. No pierdas nunca tu admiración por la belleza del universo. Aprecia y da gracias por aquello que posees, por tus experiencias y habilidades. Ten grandes expectativas de tu día, de tus actividades y de las demás personas.

San Francisco de Sales, con alma de poeta, aconseja: “En las adversidades, que tu alma sea como un ruiseñor, que canta  en medio de una mata de espinas”. Amigo/a, trata de no lamentarte de que las rosas tengan espinas, en cambio, alégrate de que las espinas estén coronadas de rosas. Con este enfoque, todos los días serán positivos para ti.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén. Y vieron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, -es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas-.
Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres». Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte’. Pero vosotros decís: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro "Korbán" -es decir: ofrenda-’, ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas». (Mc 7,1-13)

Comentario
Hoy contemplamos cómo algunas tradiciones tardías de los maestros de la Ley habían manipulado el sentido puro del cuarto mandamiento de la Ley de Dios. Aquellos escribas enseñaban que los hijos que ofrecían dinero y bienes para el Templo hacían lo mejor. Según esta enseñanza, sucedía que los padres ya no podían pedir ni disponer de estos bienes. Los hijos formados en esta conciencia errónea creían haber cumplido así el cuarto mandamiento, incluso haberlo cumplido de la mejor manera. Pero, de hecho, se trataba de un engaño.
«¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición!» (Mc 7,9): Jesucristo es el intérprete auténtico de la Ley; por eso explica el justo sentido del cuarto mandamiento, deshaciendo el lamentable error del fanatismo judío.
«Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’» (Mc 7,10): el cuarto mandamiento recuerda a los hijos las responsabilidades que tienen con los padres. Tanto como puedan, les han de prestar ayuda material y moral durante los años de la vejez y durante las épocas de enfermedad, soledad o angustia. Jesús recuerda este deber de gratitud.
El respeto hacia los padres (piedad filial) está hecho de la gratitud que les debemos por el don de la vida y por los trabajos que han realizado con esfuerzo en sus hijos, para que éstos pudieran crecer en edad, sabiduría y gracia. «Honra a tu padre con todo el corazón, y no te olvides de los dolores de tu madre. Recuerda que por ellos has nacido. ¿Qué les darás a cambio de lo que han hecho por ti?» (Sir 7,27-28).
El Señor glorifica al padre en sus hijos, y en ellos confirma el derecho de la madre. Quien honra al padre expía los pecados; quien glorifica a la madre es como quien reúne un tesoro (cf. Sir 3,2-6). Todos estos y otros consejos son una luz clara para nuestra vida en relación con nuestros padres. Pidamos al Señor la gracia para que no nos falte nunca el verdadero amor que debemos a los padres y sepamos, con el ejemplo, transmitir al prójimo esta dulce “obligación”.
Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu (Rubí, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Escolástica
Virgen
Lo poco que sabemos de su vida es lo que nos refiere san Gregorio Magno en el libro II de sus Diálogos. Hermana de san Benito, nació de padres aristócratas en Nursia (Italia) hacia el año 480. Desde su infancia, siguiendo las costumbres de entonces, había sido consagrada a Dios y seguramente confiada por sus padres a un monasterio o grupo de vírgenes para ser educada por ellas y vivir luego como ellas. Acostumbraba visitar a su hermano una vez al año y juntos dedicaban la jornada entera a la alabanza de Dios y a coloquios espirituales. Como norma de vida anteponía la caridad y la contemplación pura a las reglas e instituciones humanas, y así lo puso de manifiesto en el último encuentro con su hermano, cuando la fuerza de su oración "pudo más, porque amaba más". Murió hacia el año 547, poco antes que él, y fue enterrada en Monte Casino, en el sepulcro que Benito tenía preparado para sí mismo.
Oración: Te rogamos, Señor, al celebrar la fiesta de santa Escolástica, virgen, que, imitando su ejemplo, te sirvamos con un corazón puro, y alcancemos así los saludables efectos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco

“Jesús no es un personaje del pasado:
también hoy sigue iluminando el camino del hombre”

Tema del día:
Gracias Señor
Gracias Señor, por la paz, la alegría y por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado, por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron, por esa mano oportuna que me levantó.

Gracias Señor, por esos labios cuyas palabras y sonrisas me alentaron, por esos oídos que me escucharon, por ese corazón de amistad, cariño y amor que me dieron.

Gracias Señor, por el éxito que me estimuló, por la salud que me sostuvo, por la comodidad y diversión que me descansaron.

Gracias Señor, me cuesta trabajo decírtelo, por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión, por el insulto y engaño, la injusticia y soledad por el fallecimiento del ser querido. Tú lo sabes, Señor cuán difícil fue aceptarlo; quizá estuve a punto de la desesperación, pero ahora me doy cuenta de que todo esto me acerco más a Ti. ¡Tú sabes lo que hiciste!

Gracias Señor, sobre todo por la fe que me has dado en Ti y en los hombres; por esa fe que se tambaleó, pero que Tú nunca dejaste de fortalecer, cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo, me hizo caminar en el sendero de la verdad, a pesar de la oscuridad.

Gracias Señor, por el perdón que tantas veces debería haberte pedido, pero que por negligencia y orgullo he callado.

Gracias Señor, por perdonar mis omisiones, descuidos y olvidos, mi orgullo y vanidad, mi necesidad y caprichos, mi silencio y mi excesiva locuacidad.

Gracias Señor, por dispensar los prejuicios a mis hermanos, mi falta de alegría y entusiasmo, mi falta de fe y confianza en Ti, mi cobardía y mi temor en mi compromiso.

Gracias Señor, porque me han perdonado y yo no he sabido perdonar con la misma generosidad.

Gracias Señor, por indultar mi hipocresía y doblez, por esa apariencia que con tanto esmero cuido, pero que sé en el fondo no es más que engaño a mí mismo.

Gracias Señor, por disculpar esos labios que no sonrieron, por esa palabra que callé y esas manos que no tendí y esa mirada que desvié, esos oídos que no presté, esa verdad que omití y ese corazón que no amé.

Gracias Señor, por esa protección con que siempre me has preferido y te suplico muy encarecidamente por tu amor, disculpes mi silencio y cobardía.

Gracias Señor, por todos lo que no te dan gracias, por los que no imploran de tu ayuda y por los que no te piden perdón, no abandones las obras de tus manos, y que llenes mi vida de esperanza y generosidad.

Señor. Hágase tu voluntad y no la mía.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Unidos a María
El que no acude a María terminará perdiéndose en el Infierno. Porque los demonios son muy astutos y, por naturaleza, son mucho más inteligentes y poderosos que nosotros los hombres. Entonces necesitamos el amparo de alguien que los pueda vencer, y ese alguien es María Santísima. Si nos encomendamos a Ella, no tendremos nada que temer; pero si no la invocamos, estaremos en gran peligro de perecer para siempre en el Infierno. ¿Y qué mejor oración que el Santo Rosario para atraernos su protección y tener a la Virgen como nuestra protectora y compañía constante? Dios quiere darnos una protección segura, que es María. No descuidemos el invocarla y el amarla tiernamente, porque Ella es verdaderamente nuestra Madre, ya que nos ha obtenido la gracia, que es la vida del alma, por eso María es la Madre de nuestras almas. Recemos todos los días las Tres Avemarías que son prenda de salvación eterna.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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