miércoles, 29 de enero de 2014

Pequeñas Semillitas 2262

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2262 ~ Miércoles 29 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Los seguidores y seguidoras de Jesús han de actuar como actuó Él. Contagiar su mensaje de abundancia de paz, libertad, fraternidad, justicia, alegría, luz...
Jesús empieza por invitarnos a cambiar, a encontrarnos con Alguien que quiere hacernos mejores personas, más humanas y más felices. Siempre es buen momento para convertirse, porque siempre es buen momento para amar, para ser feliz, para agradecer, para dejarse transformar por la acogida, la cercanía, la compañía y el amor de Dios y de los demás.
Dios está cerca… viene como brisa, como susurro, se le siente dentro del corazón, porque el Reino de Dios no está fuera, está en nuestro interior. Jesús es el comienzo de ese “algo  nuevo”, diferente a todo lo anterior, que ya ha comenzado y que no tiene fin. La auténtica conversión, la auténtica felicidad, es conocer a Jesús y vivir como vivió Él.
Jesús llama a personas sencillas en su trabajo cotidiano. Como a Pedro, Andrés... nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre. Y esa llamada no es a minorías, es a todos, se realiza cada día en nuestro entorno, en nuestro trabajo, en las actividades diarias; la respuesta, personal, responsable y libre, también se va dando cada día. Jesús nos invita a vivir felices, a alegrar y  liberar a todas las personas, llevando la Nueva, la Buena, la Mejor Noticia. Como hace Él.
Jesús sigue repitiéndonos la invitación a salir de la rutina, las falsas seguridades,  la comodidad mental y existencial y a convertirnos en sus mensajeros,  priorizando en nuestra vida cotidiana todo aquello que tenga que ver con el proyecto del Reino de Dios: la verdad, la justicia, la solidaridad y la dignidad de todas las personas, especialmente las empobrecidas, las que se ven privadas de consuelo, luz, horizonte y esperanza.
Jesús siempre acompaña sus palabras con hechos. Al ver a las personas agobiadas, angustiadas, oprimidas, empobrecidas, tratadas injustamente, con miedos y escrúpulos en sus relaciones con Dios, no se limita a hablar, consuela, sana, libera, denuncia, enseña, acoge, devuelve la dignidad... cura las almas y los cuerpos, mostrando cómo es Dios y cómo debe actuar quien quiera seguirle. Con ese llamado y ejemplo suyo debemos hacernos sus discípulos.

¡Buenos días!

Camino de esperanza

Te presento hoy un poema vibrante de esperanza. Esta virtud busca lo bueno en la gente, en lugar de subrayar lo malo. La esperanza descubre lo que se puede hacer, en lugar de protestar por lo que no se puede. La esperanza obtiene su poder de una firme confianza en Dios y en sus promesas y en la bondad innata de la humanidad. La esperanza ayuda a llevar una vida plena.

Cuando la luz del día está en su cumbre, eres, Señor Jesús, luz y alegría de quienes en la fe y en la esperanza celebran ya la fiesta de la vida.
Eres resurrección, palabra y prenda de ser y de vivir eternamente; sembradas de esperanzas nuestras vidas, serán en ti cosecha para siempre.
Ven ya, Señor Jesús, Salvador nuestro, de tu radiante luz llena este día, camino de alegría y de esperanza, real acontecer de nueva vida. Amén.

Que en las pruebas y luchas de la vida sepas recordar y repetirte, como el salmista: “Señor, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha” (S 16). Don Bosco en sus homilías solía recordar a los niños y jovencitos del Oratorio: “No olviden que un rinconcito de Cielo todo lo arregla”. Que tengas un día de mucha paz.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús se puso otra vez a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a Él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: «Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó enseguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento». Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga».
Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. Él les dijo: «A vosotros se os ha dado comprender el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone».
Y les dice: «¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la Palabra. Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos. De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben enseguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento». (Mc 4,1-20)

Comentario
Hoy escuchamos de labios del Señor la “Parábola del sembrador”. La escena es totalmente actual. El Señor no deja de “sembrar”. También en nuestros días es una multitud la que escucha a Jesús por boca de su Vicario —el Papa—, de sus ministros y... de sus fieles laicos: a todos los bautizados Cristo nos ha otorgado una participación en su misión sacerdotal. Hay “hambre” de Jesús. Nunca como ahora la Iglesia había sido tan católica, ya que bajo sus “alas” cobija hombres y mujeres de los cinco continentes y de todas las razas. Él nos envió al mundo entero (cf. Mc 16,15) y, a pesar de las sombras del panorama, se ha hecho realidad el mandato apostólico de Jesucristo.
El mar, la barca y las playas son substituidos por estadios, pantallas y modernos medios de comunicación y de transporte. Pero Jesús es hoy el mismo de ayer. Tampoco ha cambiado el hombre y su necesidad de enseñanza para poder amar. También hoy hay quien —por gracia y gratuita elección divina: ¡es un misterio!— recibe y entiende más directamente la Palabra. Como también hay muchas almas que necesitan una explicación más descriptiva y más pausada de la Revelación.
En todo caso, a unos y otros, Dios nos pide frutos de santidad. El Espíritu Santo nos ayuda a ello, pero no prescinde de nuestra colaboración. En primer lugar, es necesaria la diligencia. Si uno responde a medias, es decir, si se mantiene en la “frontera” del camino sin entrar plenamente en él, será víctima fácil de Satanás.
Segundo, la constancia en la oración —el diálogo—, para profundizar en el conocimiento y amor a Jesucristo: «¿Santo sin oración...? —No creo en esa santidad» (San Josemaría).
Finalmente, el espíritu de pobreza y desprendimiento evitará que nos “ahoguemos” por el camino. Las cosas claras: «Nadie puede servir a dos señores...» (Mt 6,24).
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Sulpicio Severo
Obispo de Bourges
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“Todo santo tiene su pasado.
Eso quiere decir que todo pecador tiene su futuro”
San Agustín

Tema del día:
Las Misas que oíste en tu vida
A la hora de tu muerte, tu mayor consuelo serán las Misas que durante tu vida oíste. Cada Misa que oíste te acompañará en el tribunal divino y abogará para que alcances perdón. Con cada Misa puedes disminuir el castigo temporal que debes por tus pecados, en proporción con el fervor con que la oigas. Con la asistencia devota a la Santa Misa, rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor.

La Santa Misa bien oída suple tus muchas negligencias y omisiones. Por la Santa Misa bien oída se te perdonan todos los pecados veniales que estás resuelto a evitar, y muchos otros de que ni  siquiera te acuerdas.

Por ella pierde también el demonio dominio sobre ti. Ofreces el mayor consuelo a las benditas ánimas del Purgatorio Consigues bendiciones en tus negocios y asuntos temporales.

Una Misa oída mientras vivas te aprovechará mucho más que muchas que ofrezcan por ti después de la muerte. Te libras de muchos peligros y desgracias en los cuales quizás caerías sino fuera por la Santa Misa. Acuérdate también de que con ella acortas tu Purgatorio.

Con cada Misa aumentarás tus grados de gloria en el Cielo. En ella recibes la bendición del sacerdote, que Dios ratifica en el cielo. Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles que asisten invisiblemente al Santo Sacrificio con  suma reverencia.

Cuando oímos misa en honor de algún Santo en particular, dando a Dios gracias por los favores concedidos a ese Santo, no podemos menos de granjearnos su protección y especial  amor, por el honor, gozo y felicidad que de nuestra buena obra  se le sigue. Todos los días que oigamos Misa, estaría bien que además de las otras intenciones, tuviéramos la de honrar al Santo del día.

“La Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las almas, para sacarlas del purgatorio, librarlas de sus  penas y llevarlas a gozar de la gloria” San Bernardo de Sena

“El que oye Misa, hace oración, da limosna o reza por las almas del Purgatorio, trabaja en su propio provecho” San Agustín.

“Por cada Misa celebrada u oídas con devoción, muchas almas salen del Purgatorio, y a las que allí quedan se les acortan las penas que padecen” San Gregorio el Grande, Papa.

“Durante la celebración de la Misa, se suspenden las penas de las almas por quienes ruega y obra el sacerdote, y especialmente  de aquellas por las que ofrece la Misa” San Gregorio el Grande.

La Santa Misa es la renovación del Sacrificio del Calvario, el mayor acto de adoración a la Santísima Trinidad. Por eso es  obligación oírla todos los domingos y fiestas de guardar.
Fuente: Catolicidad

Oración a San Miguel Arcángel 
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén

La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29 de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los días 29 de cada mes.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Cristina, 94 años, que hoy será operada en Miami, USA, de cataratas y glaucoma en ojo izquierdo. Que el Señor permita que todo se desarrolle según el orden divino durante y después de la operación. Y que toda su familia esté unida y en paz.

Pedimos oración por Oscar C. F., de Costa Rica para que el Señor le ayude a conseguir un buen trabajo. También por la salud de Teresa, Fabiola e Irene. Y por Nidia, que se interna para una cirugía delicada.

Pedimos oración al niño cubano Eric Daniel, de 6 años de edad, que está ingresado grave en La Habana con una infección bacteriana, para que por la intercesión de la Virgen de la Caridad del Cobre (patrona de Cuba), Jesús le conceda la gracia de curarse. 

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Enero 29
El Señor quiere hacer muchas cosas buenas en el mundo: saciar a los hambrientos, consolar a los tristes, reconciliar a los enemistados. Pero normalmente Dios hace esas cosas a través de nosotros para resolver los problemas del mundo. Por eso es tan importante que cada uno cumpla bien con su misión.
Si realmente nos preocupan los problemas del mundo y las angustias de los hermanos, podemos ofrecerlos a Dios cada día para que él nos tome como instrumentos suyos. Entonces él podrá hacer muchas cosas buenas a través de nosotros, derramará bendiciones, producirá cambios importantes a nuestro alrededor.
Pero ser instrumentos de Dios no significa que seamos pasivos, porque él nos ha regalado la inteligencia y muchas capacidades para que las utilicemos ingeniosamente. Un verdadero creyente es activo y creativo, se las ingenia para resolver los problemas y para producir algo bello, porque sabe que sus capacidades son un don del Señor para los demás.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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