PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2241 ~
Miércoles 8 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Si Dios es Amor, ¿puede pedir algo diferente del amor?
Todo su actuar nace del amor y lleva al amor. Entonces si algo desea de
nosotros es, simplemente, amor. Por eso nuestra vida es un milagro de amor. No
sólo por las aventuras que llevaron un día a nuestros padres a amarse y a
cuidarnos, sino por cada uno de los momentos, grandes o pequeños, que
construyen el camino apasionante que recorremos poco a poco.
Si todo nace del amor, si el amor explica lo grande y lo
pequeño, el fin de la vida no puede ser otro que el amor.
Nacidos por amor y
para amar: así podemos resumir el sentido de la vida de cada ser humano.
Pero, con frecuencia, nos perdemos. Dejamos que el alma quede aprisionada en
ambiciones pequeñas, en miedos confusos, en prisas, en proyectos, en
diversiones, en trabajos... y el amor queda a un lado, entre los objetos
pendientes u olvidados.
Cada mañana necesito recordarlo: si Dios es Amor, me toca amar. Sólo así tendrá sentido mi esfuerzo
cotidiano. Sólo así sembraré algo de dulzura en un mundo hambriento de cariño.
Sólo así serviré a Cristo en el pobre, en el enfermo, en el anciano, en el
triste.
Sólo así mi vida será plenamente vida porque se habrá
convertido, en los límites de mi pequeñez humana, en un reflejo del fuego de
Amor que explica el universo y que espera abrazarme un día, para siempre, en el
cielo.
Fernando Pascual
¡Buenos días!
Cultiva la alegría
Ayudar y servir
son dos expresiones concretas de un amor que se brinda generosamente a los
demás. De este olvido de ti mismo, surgirá como por magia, tu propia felicidad
y alegría, tu auténtica realización. “Dormí y soñé que la vida era alegría.
Desperté y vi que la vida era servicio.
Y, en el servicio, encontré la alegría”
(Tagore). Pide a Dios el don de la alegría.
Sana, Señor, las raíces de mis tristezas
ocultas, llega hasta el fondo de mis males, para que pueda recuperar el
verdadero gozo. Eso espero de tu amor, mi Señor poderoso. No dejes que me
entregue en los brazos enfermos de la melancolía, no permitas que me envenene
interiormente con las quejas o el desaliento. Todo eso es inútil. No quisiera
gastar mis energías y mi tiempo en esos sentimientos dañinos. Mejor tómame con
tu luz. Dame una mirada positiva, optimista, esperanzada. Convénceme, con un
toque de tu Espíritu, de que la entrega generosa a tu Reino es el mejor camino.
Amén.
Defiende, pues, y
cultiva la alegría. La risa y el buen humor te liberarán de aquella lúgubre
seriedad que vuelve los problemas pesados como el plomo, te protegerán además
de la triste inquietud cotidiana. La risa y el buen humor crean espacios nuevos
para alegrías desconocidas. Es un precepto de Dios estar alegres: “Estén
siempre alegres” (1 Tes. 5,16).
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, vio Jesús una gran multitud y tuvo
compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tienen pastor, y comenzó a
enseñarles muchas cosas. Y como fuese muy tarde, se llegaron a Él sus
discípulos y le dijeron: «Este lugar es desierto y la hora es ya pasada;
despídelos para que vayan a las granjas y aldeas de la comarca a comprar de
comer». Y Él les respondió y dijo: «Dadles vosotros de comer». Y le dijeron:
«¿Es que vamos a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?». Él
les contestó: «¿Cuántos panes tenéis? Id a verlo». Y habiéndolo visto, dicen:
«Cinco, y dos peces».
Entonces les mandó que se acomodaran todos por grupos de
comensales sobre la hierba verde. Y se sentaron en grupos de ciento y de
cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces y levantando los ojos al
cielo, bendijo, partió los panes y los dio a sus discípulos para que los
distribuyesen; también partió los dos peces para todos. Y comieron todos hasta
que quedaron satisfechos. Y recogieron doce cestas llenas de los trozos que
sobraron de los panes y de los peces. Los que comieron eran cinco mil hombres. (Mc 6,34-44)
Comentario
Hoy, Jesús nos muestra que Él es sensible a las
necesidades de las personas que salen a su encuentro. No puede encontrarse con
personas y pasar indiferente ante sus necesidades. El corazón de Jesús se
compadece al ver el gran gentío que le seguía «como ovejas que no tienen
pastor» (Mc 6,34). El Maestro deja aparte los proyectos previos y se pone a
enseñar. ¿Cuántas veces nosotros hemos dejado que la urgencia o la impaciencia
manden sobre nuestra conducta? ¿Cuántas veces no hemos querido cambiar de
planes para atender necesidades inmediatas e imprevistas? Jesús nos da ejemplo
de flexibilidad, de modificar la programación previa y de estar disponible para
las personas que le siguen.
El tiempo pasa deprisa. Cuando amas es fácil que el
tiempo pase muy deprisa. Y Jesús, que ama mucho, está explicando la doctrina de
una manera prolongada. Se hace tarde, los discípulos se lo recuerdan al Maestro
y les preocupa que el gentío pueda comer. Entonces Jesús hace una propuesta
increíble: «Dadles vosotros de comer» (Mc 6,37). No solamente le preocupa dar
el alimento espiritual con sus enseñanzas, sino también el alimento del cuerpo.
Los discípulos ponen dificultades, que son reales, ¡muy reales!: los panes van
a costar mucho dinero (cf. Mc 6,37). Ven las dificultades materiales, pero sus
ojos todavía no reconocen que quien les habla lo puede todo; les falta más fe.
Jesús no manda hacer una fila de a pie; hace sentar a la
gente en grupos. Comunitariamente descansarán y compartirán. Pidió a los discípulos
la comida que llevaban: sólo son cinco panes y dos peces. Jesús los toma,
invoca la bendición de Dios y los reparte. Una comida tan escasa que servirá
para alimentar a miles de hombres y todavía sobrarán doce canastos. Milagro que
prefigura el alimento espiritual de la Eucaristía, Pan de vida que se extiende
gratuitamente a todos los pueblos de la Tierra para dar vida y vida eterna.
Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal (Sant Boi de Llobregat,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Severino
Predicador
En la antigua provincia romana de Nórico, en las riberas
del Danubio, san Severino, presbítero y monje, que llegado a esta región
después de la muerte de Atila, príncipe de los hunos, defendió a los pueblos
inermes, aplacó a los violentos, convirtió a los infieles, fundó monasterios e
impartió instrucción religiosa a los que la necesitaban (c. 482).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
La frase de hoy
“El mundo tiene más necesidad
de testigos que de maestros”
Pablo VI
Tema del día:
La Evangelii gaudium
en 30 frases e ideas claves
Estos son las 30 principales ideas que ofrece el Santo
Padre en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium:
1. El gran
riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una
tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda
enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida
interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los
demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza
la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien.
2. Hay
cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua. Pero reconozco
que la alegría no se vive del mismo modo en todas las etapas y circunstancias
de la vida, a veces muy duras. Se adapta y se transforma, y siempre permanece
al menos como un brote de luz que nace de la certeza personal de ser
infinitamente amado, más allá de todo.
3. Puedo decir
que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mis años de vida son los
de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse.
4. Llegamos a
ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando le permitimos a
Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más
verdadero. Allí está el manantial de la acción evangelizadora. Porque, si
alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede
contener el deseo de comunicarlo a otros?
5. Tampoco
creo que deba esperarse del magisterio papal una palabra definitiva o completa
sobre todas las cuestiones que afectan a la Iglesia y al mundo. No es
conveniente que el Papa reemplace a los episcopados locales en el
discernimiento de todas las problemáticas que se plantean en sus territorios.
En este sentido, percibo la necesidad de avanzar en una saludable
«descentralización».
6. La
comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los
demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y
asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo. Los
evangelizadores tienen así «olor a oveja» y éstas escuchan su voz.
7. Sueño con
una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los
estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en
un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la auto
preservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo
puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más
misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva
y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida
y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca
a su amistad.
8. Dado que
estoy llamado a vivir lo que pido a los demás, también debo pensar en una
conversión del papado. Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las
sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más
fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la
evangelización.
9. En su
constante discernimiento, la Iglesia también puede llegar a reconocer
costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del Evangelio, algunas muy
arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya no son interpretadas de la
misma manera y cuyo mensaje no suele ser percibido adecuadamente. Pueden ser
bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del
Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas. Del mismo modo, hay normas o
preceptos eclesiales que pueden haber sido muy eficaces en otras épocas pero
que ya no tienen la misma fuerza educativa como cauces de vida.
10. A los
sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas
sino el lugar de la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien
posible. Un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más
agradable a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus
días sin enfrentar importantes dificultades.
11. La Iglesia
«en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para
llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y
sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la
ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para
acompañar al que se quedó al costado del camino. A veces es como el padre del
hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese,
pueda entrar sin dificultad.
12. Si la
Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin
excepciones. Pero ¿a quiénes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio,
se encuentra con una orientación contundente: no tanto a los amigos y vecinos
ricos sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser
despreciados y olvidados, a aquellos que «no tienen con qué recompensarte» (Lc
14,14). No deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten este mensaje
tan claro. Hoy y siempre, «los pobres son los destinatarios privilegiados del
Evangelio», y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del
Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo
inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos.
13. Prefiero
una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una
Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias
seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine
clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos.
14. Así como
el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la
vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la
inequidad». Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de
frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos
en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida
cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del
juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se
come al más débil.
15. Hoy en
muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se reviertan la
exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos
será imposible erradicar la violencia. Se acusa de la violencia a los pobres y
a los pueblos pobres pero, sin igualdad de oportunidades, las diversas formas
de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano
provocará su explosión. Cuando la sociedad -local, nacional o mundial- abandona
en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos
policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la
tranquilidad.
Autor: Luis Fernández de Eribe / Fuente: Ecclessia /
Foto: Google
(Mañana se publicará la segunda parte de este documento con las quince proposiciones restantes. Prefiero publicarlo en dos veces para que pueda ser más meditado y más aprehendido)
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Eduardo
D. I., 45 años, de Lima, Perú, afectado de meningitis TBC, internado desde
el segundo día de este año. Que Jesús, con su Divino Amor, le conceda la gracia
de poder recuperarse y volver con su familia.
Pedimos oración por Fernando
Gabriel I., de Buenos Aires, Argentina, que tiene un nódulo en un pulmón
por lo que está siendo estudiado. Rogamos a la Santísima Virgen, Madre de Jesús
y de todos nosotros, que lo proteja con su amor e interceda ante el Señor por
su salud.
Pedimos oración por Juan
Rafael A. D., de la ciudad de Chihuahua, México, a quien han detectado
nódulos cancerosos y está con quimioterapia. Le rezamos a María de Guadalupe
para que Ella sea intercesora por la salud de este hijo suyo.
Seguimos en oración por Clara R., de provincia de Buenos Aires, Argentina, operada ayer del
estómago con resultados poco alentadores. Sabiendo que para Dios nada es
imposible lo invocamos con fe.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Enero 8
No nos conviene imaginar un día sin dificultades, creer
que durante toda la jornada no tendremos problemas de ningún tipo, que todo
será celestial. Porque seguramente no será así. Siempre habrá algo que nos
moleste, y esa molestia nos hará perder el entusiasmo.
Nos conviene más bien ofrecerle a Dios, desde el comienzo del día, todo lo que nos
toque vivir. Hay que entregarle de entrada, como un regalo de amor, todas las
molestias, cansancios, dolores o contratiempos que tengamos que soportar a lo
largo del día. Es bueno decirle a Jesús que le regalamos a él nuestro esfuerzo
por soportar y enfrentar todo lo que sea desagradable. Se lo regalamos como una
pequeña ofrenda a su amor inmenso que se entregó en la cruz.
Esta ofrenda produce un efecto precioso. Así, cuando se
cruce una dificultad en tu camino, en lugar de rebelarte le encontrarás un sentido,
te unirás con ternura a Jesús crucificado y seguirás andando con ganas. Esa
molestia será tu cuota de participación en su Pasión. Pregúntate: Si Jesús tuvo
que sufrir y lo aceptó, ¿por qué yo no?
Los sufrimientos o las pequeñas preocupaciones nos despiertan
y nos ayudan a estar más atentos a la totalidad de lo que nos ofrece la vida.
Por eso, en lugar de escapar al dolor, te conviene vivirlo a fondo cuando
llegue y escuchar su mensaje.
Pero también puedes ofrecerle al Señor los momentos
desagradables que puedan aparecer pidiéndole por alguna intención personal, por
algo que te gustaría conseguir, o por el bien de un ser querido. Así, cuando
llegue algún momento desagradable, no te irritarás, sino que recordarás que ya
lo has ofrecido por algo que deseas conseguir, y lo aceptarás con calma y
fortaleza. ¿Serías capaz de realizar esa ofrenda ahora?
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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