PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2235 ~ Jueves
2 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Al iniciar un nuevo año calendario hay algunos cambios en la
estructura habitual de “Pequeñas Semillitas”.
Así pues ustedes habrán notado desde ayer que las
hermosas reflexiones del Padre Natalio Bértolo tituladas “¡Buenos días!”, están
ubicadas ahora al principio, luego del saludo inicial de cada día, como preparándonos
espiritualmente para la lectura y comentario del Santo Evangelio que es lo que
sigue a continuación.
Igual que en años anteriores seguimos teniendo un “Tema
del día”, o artículo central de cada edición. También la frase del día (lunes,
miércoles y viernes); palabras del Papa Francisco (martes, jueves y sábados) y
palabras del Beato Juan Pablo II (los domingos).
Continuamos publicando pedidos de oración, de lunes a
sábados y los agradecimientos por las gracias recibidas, los días domingos.
Algunos días (sábados) va alguna notita de humor; todos los días 29 le rezamos
a San Miguel Arcángel; y periódicamente otras secciones como “El rincón de los
lectores”; la Oración por la Patria; los mensajes de María Reina de la Paz dos
veces al mes; las estadísticas (el día 1 de cada mes), etc.
Y finalmente, a partir de este año la nota de cierre de
cada edición ya no será “Intimidad Divina”, esas bellas reflexiones del
carmelita descalzo P. Gabriel de Sta. M. Magdalena, que nos acompañaron en los
dos últimos años. Este año, tendremos cada día una hermosa reflexión de Mons.
Víctor Manuel Fernández, tomada de su libro “Un estímulo todos los días”. Para
conocer detalles de la biografía del autor, se puede entrar acá.
Que el Señor nos bendiga para que la siembra de Sus
semillas durante el año 2014 sea fecunda y productiva para todos.
¡Buenos días!
Te deseo un año feliz
Al comenzar un
nuevo año te deseo doce meses de crecimiento. La superación personal comienza
con el conocimiento de ti mismo: tus fortalezas y tus debilidades. Sé sincero
contigo mismo, no confundas lo que te gustaría ser, con lo que realmente eres.
Crecer supone repetición de actos en la dirección correcta. Colabora con tu
voluntad y esfuerzo. Dios ayuda al valiente.
Te deseo que este año tengas suficiente
felicidad para mantenerte dulce; suficientes problemas para mantenerte fuerte;
suficientes penas para mantenerte humano; suficiente esperanza para mantenerte
feliz; suficientes fracasos para mantenerte humilde; suficientes éxitos para mantenerte
sereno; suficientes amigos para recibir consuelo; suficientes entradas para cubrir
tus necesidades; suficiente entusiasmo para enfrentar las dificultades;
suficiente confianza en ti mismo para no caer en depresiones; suficiente
determinación y valor para hacer que este año sea el mejor de tu vida.
Tu crecimiento
personal depende de los hábitos buenos que vas incorporando a tu vida. Uno de éstos
es la actitud de formación permanente, superándote de día en día, porque
“crecer es un aprendizaje constante y culmina cuando nos retiramos de esta
fiesta que es la vida”. El Señor te acompañe con su bondadosa bendición.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos
enviaron adonde estaba él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle:
«¿Quién eres tú?». El confesó, y no negó; confesó: «Yo no soy el Cristo». Y le
preguntaron: «¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?». El dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el
profeta?». Respondió: «No». Entonces le dijeron: «¿Quién eres, pues, para que
demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?». Dijo él:
«Yo soy voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, como
dijo el profeta Isaías».
Los enviados eran fariseos. Y le preguntaron: «¿Por qué,
pues, bautizas, si no eres tú el Cristo ni Elías ni el profeta?». Juan les
respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no
conocéis, que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la
correa de su sandalia». Esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde
estaba Juan bautizando. (Jn 1,19-28)
Comentario
Hoy, en el Evangelio de la liturgia eucarística, leemos
el testimonio de Juan el Bautista. El texto que precede a estas palabras del
Evangelio según san Juan es el prólogo en el que se afirma con claridad: «Y la
Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros» (Jn 1,14). Aquello que
en el prólogo —a modo de gran obertura— se anuncia, ahora en el Evangelio, paso
a paso, se manifiesta. El misterio del Verbo encarnado es misterio de salvación
para la humanidad: «La gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo» (Jn
1,17). La salvación nos viene por Jesucristo, y la fe es la respuesta a la
manifestación de Cristo.
El misterio de la salvación en Cristo está siempre
acompañado por el testimonio. Jesucristo mismo es el «Amén, el Testigo fiel y
veraz» (Ap 3,14). Juan Bautista es quien da testimonio, con su misión y mirada
de profeta: «En medio de vosotros está uno (…) que viene detrás de mí» (Jn
1,26-27). Y los Apóstoles así entienden la misión: «A este Jesús, Dios le
resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos» (Hch 2,32).
La Iglesia toda ella, y por tanto todos sus miembros,
tenemos la misión de ser testigos. El testimonio que nosotros traemos al mundo
tiene un nombre. El Evangelio es el mismo Jesucristo. Él es la “Buena Nueva”. Y
la proclamación del Evangelio a lo largo de todo el mundo hay que entenderla
también en clave de testimonio que une inseparablemente el anuncio y la vida.
Es conveniente recordar aquellas palabras del papa Pablo VI: «El hombre
contemporáneo escucha mejor a quienes dan testimonio que a quienes enseñan (…),
o, si escuchan a quienes enseñan, es porque dan testimonio».
Mons. Romà CASANOVA i Casanova Obispo de Vic
(Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Basilio Magno
Doctor de la Iglesia
San Gregorio Nacianceno
Doctor de la Iglesia
Memoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno,
obispos y doctores de la Iglesia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia (hoy
en Turquía), apellidado “Magno” por su doctrina y sabiduría, enseñó a los
monjes la meditación de la Escritura, el trabajo en la obediencia y la caridad
fraterna, ordenando su vida según las reglas que él mismo redactó. Con sus
egregios escritos educó a los fieles y brilló por su trabajo pastoral en favor
de los pobres y de los enfermos. Falleció el día uno de enero de 379. Gregorio,
amigo suyo, fue obispo de Sancina, en Constantinopla y, finalmente, de
Nacianzo. Defendió con vehemencia la divinidad del Verbo, mereciendo por ello
ser llamado “Teólogo”. La Iglesia se alegra de celebrar conjuntamente la
memoria de tan grandes doctores. (379)
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
“No llores por lo que perdiste, lucha por lo que te
queda.
No llores por lo que ha muerto, lucha por lo que ha
nacido en ti.
No llores por quien se ha marchado, lucha por quien está
contigo.
No llores por quien te odia, lucha por quien te quiere.
No llores por tu pasado, lucha por tu presente.
No llores por tu sufrimiento, lucha por tu felicidad.
Con las cosas que a uno le suceden vamos aprendiendo
que nada es imposible de solucionar, solo sigue adelante”
Papa Francisco
Tema del día:
La dulce y confortadora
alegría de evangelizar
9. El bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia
auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión, y cualquier
persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad ante las
necesidades de los demás. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla.
Por eso, quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más
que reconocer al otro y buscar su bien. No deberían asombrarnos entonces algunas
expresiones de san Pablo: «El amor de
Cristo nos apremia» (2 Co 5,14); «¡Ay
de mí si no anunciara el Evangelio!» (1 Co 9,16).
10. La propuesta es vivir en un nivel superior, pero no
con menor intensidad: «La vida se
acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho,
los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y
se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás» [4]. Cuando la
Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no hace más que indicar a los
cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal: «Aquí descubrimos otra ley profunda de la
realidad: que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar
vida a los otros. Eso es en definitiva la misión» [5]. Por consiguiente, un
evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. Recobremos y
acrecentemos el fervor, «la dulce y
confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre
lágrimas […] Y ojalá el mundo actual —que busca a veces con angustia, a veces
con esperanza— pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores
tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del
Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí
mismos, la alegría de Cristo» [6].
11. Un anuncio renovado ofrece a los creyentes, también a
los tibios o no practicantes, una nueva alegría en la fe y una fecundidad
evangelizadora. En realidad, su centro y esencia es siempre el mismo: el Dios
que manifestó su amor inmenso en Cristo muerto y resucitado. Él hace a sus
fieles siempre nuevos; aunque sean ancianos, «les renovará el vigor, subirán con alas como de águila, correrán sin
fatigarse y andarán sin cansarse» (Is 40,31). Cristo es el «Evangelio eterno» (Ap14,6), y es «el mismo ayer y hoy y para siempre» (Hb
13,8), pero su riqueza y su hermosura son inagotables. Él es siempre joven y
fuente constante de novedad. La Iglesia no deja de asombrarse por «la profundidad de la riqueza, de la
sabiduría y del conocimiento de Dios» (Rm 11,33). Decía san Juan de la
Cruz: «Esta espesura de sabiduría y
ciencia de Dios es tan profunda e inmensa, que, aunque más el alma sepa de
ella, siempre puede entrar más adentro» [7]. O bien, como afirmaba san
Ireneo: «[Cristo], en su venida, ha
traído consigo toda novedad» [8]. Él siempre puede, con su novedad, renovar
nuestra vida y nuestra comunidad y, aunque atraviese épocas oscuras y
debilidades eclesiales, la propuesta cristiana nunca envejece. Jesucristo
también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos
encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. Cada vez que
intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio,
brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más
elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual. En
realidad, toda auténtica acción evangelizadora es siempre «nueva».
12. Si bien esta misión nos reclama una entrega generosa,
sería un error entenderla como una heroica tarea personal, ya que la obra es
ante todo de Él, más allá de lo que podamos descubrir y entender. «Jesús es el primero y el más grande
evangelizador» [9]. En cualquier forma de evangelización el primado es
siempre de Dios, que quiso llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos con la
fuerza de su Espíritu. La verdadera novedad es la que Dios mismo
misteriosamente quiere producir, la que Él inspira, la que Él provoca, la que
Él orienta y acompaña de mil maneras. En toda la vida de la Iglesia debe
manifestarse siempre que la iniciativa es de Dios, que «Él nos amó primero» (1 Jn 4,19) y que «es Dios quien hace crecer» (1 Co 3,7). Esta convicción nos permite
conservar la alegría en medio de una tarea tan exigente y desafiante que toma
nuestra vida por entero. Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo.
13. Tampoco deberíamos entender la novedad de esta misión
como un desarraigo, como un olvido de la historia viva que nos acoge y nos
lanza hacia adelante. La memoria es una dimensión de nuestra fe que podríamos
llamar «deuteronómica», en analogía con la memoria de Israel. Jesús nos deja la
Eucaristía como memoria cotidiana de la Iglesia, que nos introduce cada vez más
en la Pascua (cf. Lc 22,19). La alegría evangelizadora siempre brilla sobre el
trasfondo de la memoria agradecida: es una gracia que necesitamos pedir. Los
Apóstoles jamás olvidaron el momento en que Jesús les tocó el corazón: «Era alrededor de las cuatro de la tarde»
(Jn 1,39). Junto con Jesús, la memoria nos hace presente «una verdadera nube de testigos» (Hb 12,1). Entre ellos, se
destacan algunas personas que incidieron de manera especial para hacer brotar
nuestro gozo creyente: «Acordaos de
aquellos dirigentes que os anunciaron la Palabra de Dios» (Hb 13,7). A
veces se trata de personas sencillas y cercanas que nos iniciaron en la vida de
la fe: «Tengo presente la sinceridad de
tu fe, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice» (2 Tm 1,5).
El creyente es fundamentalmente «memorioso».
Papa Francisco
Exhortación apostólica
“Evangelii Gaudium” n° 9-13
Dificultades técnicas
A los lectores de mis distintas publicaciones en
internet, tanto las páginas (blogs), como los que reciben “Pequeñas Semillitas”
por correo electrónico diariamente, como así mismo los participantes de los
tres muros de Facebook, quiero avisarles que estoy teniendo problemas técnicos
más o menos serios en la conectividad con internet desde hace 24 horas, por lo
que estoy buscando el servicio técnico a la brevedad posible (un poco difícil
de conseguir en estos días festivos y de vacaciones de verano).
Por ese motivo, si en algún momento se produce una
ausencia temporaria de mis diversas publicaciones en la web, será por ese
motivo… cosa que espero que no suceda. Recemos para que consiga pronto un
técnico que solucione los inconvenientes surgidos.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno descanso del almita del
bebé Tiziano, de Córdoba, Argentina,
que el día 30 de diciembre fue llamado por el Padre celestial. Que María Madre,
otorgue el necesario consuelo a su familia.
Pedimos oración por el eterno descanso junto a Dios del
alma de Nicanor Edelmiro D., de
Córdoba, Argentina, que el pasado 9 de diciembre partió a la casa del Padre. Y
para que toda su familia acepte con esperanza esta partida, confiando en la
promesa de Jesús de resucitarnos para la vida eterna.
Pedimos oración por las siguientes personas de Córdoba,
Argentina: Por el matrimonio de María
Belén y Jeremías, para que María ilumine su hogar y sean bendecido con
niños frutos de ese amor. Por la salud física y espiritual de Nathalie, operada de tumor en la base
cerebral (hipófisis) en abril pasado y que aún no se recupera totalmente de las
secuelas metabólicas. Por la fortaleza espiritual de María Eugenia G., que nació el mismo día en que María Reina de la
Paz se apareció por primera vez, y que necesita toda la paz mientras espera la
resolución del conflicto que está viviendo, según sea la voluntad de Dios.
También por el embarazo de María
Gabriela G., para que María la cuide y fortalezca la unión con su esposo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Enero 2
El sentido cristiano de la esperanza es poner los ojos en las promesas
de Dios. Así confías en su ayuda para poder alcanzar la plenitud que él te
ofrece. Además, por la esperanza también tienes la seguridad interior de que
podrás ir alcanzando poco a poco lo que Dios te promete.
Pero no se trata sólo de esperar para uno mismo, sino también para los
demás, para el país, para el mundo. Al esperanzado le duelen muchas
injusticias, muchas miserias de esta tierra, pero confía en que es posible
cambiar las cosas, porque Dios ha prometido estar siempre con nosotros. Por
eso, la esperanza impulsa a la persona a lamentarse menos y a trabajar más, a
aportar sus capacidades para mejorar la realidad. Dicen que lo último que se
pierde es la esperanza, porque si uno ya ha perdido esta confianza del corazón,
entonces no puede entregarse al cambio, se da por vencido, se declara muerto en
vida. Por eso esta virtud es tan importante. Te libera del desaliento, te
mantiene interiormente vivo y en camino.
Un ateo también puede vivir alguna forma de esperanza. Por ejemplo, si
está convencido de que el bien y la verdad a la larga siempre triunfan.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.