viernes, 24 de enero de 2014

Pequeñas Semillitas 2257

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2257 ~ Viernes 24 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Ya que muchas veces nos preocupamos tanto por pensar en el mañana, por lo que puede llegar a ser, ¿por qué no pensamos mejor en el mañana eterno? Porque el mañana tal vez no llegue nunca, y las cosas que nuestra imaginación nos presenta sobre el futuro, bien pueden ser una astucia del enemigo para entretenernos y hacernos olvidar el vivir bien el hoy, el ahora. Pensemos mejor en el mañana eterno, que ese sí seguro llegará, y que será de acuerdo a lo que hayamos hecho en el momento presente, en el hoy de nuestro vivir cotidiano.
Muchas veces dejamos pasar el tiempo tan inútilmente, sin recordar que las obras que hacemos, hasta la más mínima acción, la simple palabra o el gesto, tienen peso de eternidad, porque cada una de esas cosas nos traerá mérito o demérito.
Hay un dicho popular que dice: “El tiempo es oro”. Pero para el cristiano debe trocarse en este otro: “El tiempo es gloria”. Porque efectivamente cada segundo que pasa, si lo sabemos aprovechar bien, nos obtiene un peso de gloria para el mañana del más allá.
Recordemos que el momento que vivimos ahora, ya jamás volverá, y aprovechemos en cada segundo cada cosa, incluso nuestros sufrimientos y contrariedades, para ofrecerlos a Dios y hacer meritoria toda nuestra vida.  www.santisimavirgen.com.ar

¡Buenos días!

Dolorosa lección

La sinceridad es una virtud exigente, ya que puedes faltar a la verdad de distintas y sutiles maneras. Por ejemplo, con la simulación, que es mentir con los hechos, o con la hipocresía pasando por lo que no se es, o con jactancias atribuyéndose uno excelencias que no posee, o con adulaciones cuando se engaña para sacar algún provecho de los otros.

En la vida de San Epifanio, se cuenta que unos mendigos quisieron engañar al Santo para sacarle una buena limosna. Con tal finalidad idearon una escena patética en la que uno hacía de muerto y otro, profundamente apenado y llorando, pedía dinero para su mortaja y entierro. El Santo, compadecido de tantas lágrimas, hizo oración por el muerto y entregó al vivo una buena limosna. Pero, sucedió que después el muerto no despertaba, a pesar de los sacudones y gritos del compañero... Éste, presa de pánico, corrió entonces presuroso a buscar al Santo y, no con lágrimas fingidas, le confesó toda la verdad, rogándole volviera a resucitarlo. Pero el Santo le dijo: —Las burlas con Dios no valen. Vete y entiérralo, que es eso lo que se saca con la mentira.

Es lamentable que en Argentina haya faltas de sinceridad que son celebradas como “viveza criolla”, feo vicio antisocial que ha vulnerado tristemente nuestra imagen en el exterior. Y lo peor es que perdura entre nosotros cuando aplaudimos al canchero, al piola, al madrugador, que son los “avivatos” y “ventajitas” de las historietas cómicas. Sólo la verdad nos hará libres.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él. Instituyó Doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó. (Mc 3,13-19)

Comentario
Hoy, el Evangelio condensa la teología de la vocación cristiana: el Señor elige a los que quiere para estar con Él y enviarlos a ser apóstoles (cf. Mc 3,13-14). En primer lugar, los elige: antes de la creación del mundo, nos ha destinado a ser santos (cf. Ef 1,4). Nos ama en Cristo, y en Él nos modela dándonos las cualidades para ser hijos suyos. Sólo en vistas a la vocación se entienden nuestras cualidades; la vocación es el “papel” que nos ha dado en la redención. Es en el descubrimiento del íntimo “por qué” de mi existencia cuando me siento plenamente “yo”, cuando vivo mi vocación.
¿Y para qué nos ha llamado? Para estar con Él. Esta llamada implica correspondencia: «Un día —no quiero generalizar, abre tu corazón al Señor y cuéntale tu historia—, quizá un amigo, un cristiano corriente igual a ti, te descubrió un panorama profundo y nuevo, siendo al mismo tiempo viejo como el Evangelio. Te sugirió la posibilidad de empeñarte seriamente en seguir a Cristo, en ser apóstol de apóstoles. Tal vez perdiste entonces la tranquilidad y no la recuperaste, convertida en paz, hasta que libremente, porque te dio la gana —que es la razón más sobrenatural—, respondiste que sí a Dios. Y vino la alegría, recia, constante, que sólo desaparece cuando te apartas de El» (San Josemaría).
Es don, pero también tarea: santidad mediante la oración y los sacramentos, y, además, la lucha personal. «Todos los fieles de cualquier estado y condición de vida están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, santidad que, aún en la sociedad terrena, promueve un modo más humano de vivir» (Concilio Vaticano II).
Así, podemos sentir la misión apostólica: llevar a Cristo a los demás; tenerlo y llevarlo. Hoy podemos considerar más atentamente la llamada, y afinar en algún detalle de nuestra respuesta de amor.
Rev. D. Llucià POU i Sabater (Vic, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Francisco de Sales
Obispo y Doctor de la Iglesia
Memoria de san Francisco de Sales, obispo de Ginebra y doctor de la Iglesia. Verdadero pastor de almas, hizo volver a la comunión católica a muchos hermanos que se habían separado y con sus escritos enseñó a los cristianos la devoción y el amor a Dios. Fundó, junto con santa Juana de Chantal, la Orden de la Visitación, y en Lyon entregó humildemente su alma a Dios el 28 de diciembre de 1621. Fue sepultado en Annecy, en Francia, en este día (1622).

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

Las frases de hoy

“Esta vida es breve,
la recompensa por lo que aquí hagamos será eterna.
Practiquemos el bien, unámonos a la voluntad de Dios.
Que sea ella la estrella que guíe nuestros ojos en esta travesía.
Es la manera cierta de que lleguemos con bien”

“Antes de juzgar al prójimo,
pongámosle a él en nuestro lugar y a nosotros en el suyo,
y a buen seguro que será entonces nuestro juicio recto y caritativo”

“Dios prefiere nuestra fidelidad en las cosas pequeñas que nos encomienda,
mucho más que el ardor por las grandes que no dependen de nosotros”

“Por mucho que se diga, el corazón habla al corazón,
mientras que la lengua no habla más que a los oídos”

“No te detengan los juicios humanos;
descarga tu conciencia y no temas sino a Dios”

“Un santo triste es un triste santo”
San Franciso de Sales

Tema del día:
El amor y el capricho
El amor es paciente y da tiempo a la relación para que crezca.
El capricho es impaciente, imprudente, impulsivo e irrazonable.

El amor se controla a sí mismo y desea lo mejor para el otro.
El capricho es obstinado y exige que se hagan las cosas a su manera.

El amor se centra en la persona y en su carácter y no solo en sus rasgos exteriores.
El capricho se basa sobre expectativas y condiciones idealistas, no reales y egoístas.

El amor no puede separarse de Aquel que es amor. Por eso va junto con la fe, a la que da significado, y esta pone propósito en el amor.
El capricho se enreda con las sensaciones del momento y con frecuencia aleja a Dios.

El amor se edifica en la aceptación de sí mismo y supone lo mejor en el otro mediante una confianza implícita.
El capricho con frecuencia esta inseguro de sí mismo, lo que le pone celoso y hace posesivo del otro. Esto se manifiesta en peleas constantes.

El amor se construye sobre la amistad. Si se rompe la relación, cada uno queda mejor por haberse conocido.
El capricho tiene una base insegura, y deja cicatrices y recuerdos dolorosos.

El amor es veraz y se caracteriza por una comunicación sincera y honrada.
El capricho es falso, porque teme compartir su verdadero yo y ser rechazado.

El amor es fiel a los valores personales, aunque arriesgue la terminación de la relación.
El capricho puede cometer acciones objetables por temor a perder al otro.

El amor soporta los altibajos de la vida, porque sabe que los sentimientos y las circunstancias no alteran el compromiso de amar.
El capricho crea nerviosismo en la amistad. 

El amor mejora la calidad de una persona.
El capricho y sus traumas consumen la energía, lo que hace sufrir los estudios, el trabajo y la amistad.  Sufre la calidad de la persona.

El amor mejora la confianza en si mismo.
El capricho tiende a engendrar dependencia y sentimientos inadecuados acerca de sí mismo.

El amor crece con el tiempo y perdura a pesar de la separación.
El capricho se debilita con el tiempo y la separación.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el alma de la señora Milena M., de Córdoba, Argentina, que en el la víspera partió a los brazos del Señor Jesús.

Pedimos oración por Silvana, 31 años, de Buenos Aires, Argentina, que está embarazada y su pareja de varios años la abandona. Ella está tan angustiada que hasta ha pensado en un aborto. Roguemos a la Santísima Virgen de Guadalupe que la cubra con su protección y toque el corazón de su pareja para que no la deje sola; al Espíritu Santo que le otorgue fortaleza y sabiduría en sus decisiones; y a San Ramón Nonato que proteja el fruto inocente de ese embarazo.

Pedimos oración por Thiago P., de 10 años, que vive en Ezeiza, Argentina, que ha sido internado por convulsiones, para que el Niño Jesús en su infinita misericordia lo proteja y lo ayude a curarse.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Enero 24
María es Reina de la Paz ante todo porque entregó al mundo al autor de la verdadera paz. Cristo es nuestra paz (Ef 2,14). Por él alcanzamos la paz con Dios (Rom 5,1), ya que la paz proviene de nuestra reconciliación con Dios que Cristo ha realizado con su sangre (Rom 5,10; Col 1,20-22).
La paz aparece entonces como la superación de los conflictos del corazón ante Dios, de manera que el propio ser pueda estar firme, seguro y sin luchas internas. Si aceptas serenamente ser un hijo que depende de Dios, eso te hará experimentar la firmeza del amor, la solidez espiritual, la seguridad interna. Es cierto que esa fuerza interior sólo se alcanza completamente en el cielo, pero se va anticipando poco a poco por la gracia de Dios.
María es fuente de paz porque nos ofrece a Jesucristo y nos acerca a él. Ella no es más que un instrumento de la paz de Jesús. Pero Dios no quiere instrumentos pasivos. Por eso ha querido que María no sólo prestara su cuerpo para que naciera Jesús, sino que la unió íntimamente, con todo su ser, al misterio de su Hijo. Por eso ella es madre da la paz.
A María la paz de su corazón le permitía detenerse en cada cosa que sucedía y encontrar el sentido profundo de los acontecimientos. Ella no vivía nada superficialmente, como los ansiosos que llevan una existencia llena de distracciones. Cuenta el Evangelio que ella conservaba todas las cosas “y las meditaba en su corazón” (Lc 2,19)
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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