lunes, 27 de enero de 2014

Pequeñas Semillitas 2260

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2260 ~ Lunes 27 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Las “tinieblas” que menciona la Biblia se refieren a la oscuridad del error, de la debilidad humana y de los “ídolos” que nos hacen desgraciados y nos alejan de Dios: la ambición desmedida, la búsqueda de placer a toda costa, el ansia de pasarla bien… como lógica consecuencia surge la injusticia social, el individualismo, la indiferencia y la imposibilidad de vivir fraternalmente en paz.
Necesitamos ver la gran luz que anunció el profeta Isaías y ser nosotros mismos un reflejo de esa luz: la luz que trae y enseña justicia, sabiduría, equidad, solidaridad, alegría y paz. Esa luz es Jesucristo, que viene a cambiar el corazón del hombre: Conviértanse porque el Reino de los Cielos está cerca.
Jesús nos invita: ¡Síganme! Quiere hacernos “luz” para cuantos se cruzan en nuestro camino, testigos de la misericordia y el amor de Dios, alivio y consuelo para cuantos nos necesitan. Sublime y ardua misión. El Domingo

¡Buenos días!

Si queremos…

Cuando tu vida se encrespa con alguna tormenta, no pierdas el ánimo, porque hay dentro de ti fuerzas insospechadas. Entre todas sobresale una que debes valorar, cuidar, entrenar y servirte de ella: la voluntad. El éxito comienza siempre con una voluntad decidida a permanecer firme en la lucha, ése es el gran regalo de Dios. Utilízalo con humildad.

Muchas veces nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que cada día que pasa nunca volverá. Debemos recordar que: Nada está escrito. Nada está hecho. Nada es imposible. Todo depende de nuestra voluntad, don precioso de Dios. Es una fuerza que nos sale de adentro. Basta decir: "¡Sí, puedo!" a cada desafío. Cuando estamos decididos, cuando de verdad queremos algo, no hay obstáculo capaz de interponerse. Si queremos... podemos llegar más lejos. Si queremos... podemos llegar más alto. Si queremos... podemos hacer lo que sea. Sólo hay que proponérselo, y trabajar para lograrlo. ¡Yo sé que tú puedes!

Ejercitar la paciencia es un buen modo de fortalecer la voluntad: paciencia para escuchar a los inoportunos, para controlar los impulsos, para no contestar mal… Lo que hay que hacer, se hace, ¡ahora! Sin aplazarlo. Si algo supone esfuerzo, esa es una buena razón para hacerlo. Ahí radica la clave de la superación personal. Como ejercitas tus músculos, ejercita tu voluntad.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios». Entonces Jesús, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin. Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno». Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo». (Mc 3,22-30)

Comentario
Hoy, al leer el Evangelio del día, uno no sale de su asombro —“alucina”, como se dice en el lenguaje de la calle—. «Los escribas que habían bajado de Jerusalén» ven la compasión de Jesús por las gentes y su poder que obra en favor de los oprimidos, y —a pesar de todo— le dicen que «está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios» (Mc 3,22). Realmente uno queda sorprendido de hasta dónde pueden llegar la ceguera y la malicia humanas, en este caso de unos letrados. Tienen delante la Bondad en persona, Jesús, el humilde de corazón, el único Inocente y no se enteran. Se supone que ellos son los entendidos, los que conocen las cosas de Dios para ayudar al pueblo, y resulta que no sólo no lo reconocen sino que lo acusan de diabólico.
Con este panorama es como para darse media vuelta y decir: «¡Ahí os quedáis!». Pero el Señor sufre con paciencia ese juicio temerario sobre su persona. Como ha afirmado Juan Pablo II, Él «es un testimonio insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre». Su condescendencia sin límites le lleva, incluso, a tratar de remover sus corazones argumentándoles con parábolas y consideraciones razonables. Aunque, al final, advierte con su autoridad divina que esa cerrazón de corazón, que es rebeldía ante el Espíritu Santo, quedará sin perdón (cf. Mc 3,29). Y no porque Dios no quiera perdonar, sino porque para ser perdonado, primero, uno ha de reconocer su pecado.
Como anunció el Maestro, es larga la lista de discípulos que también han sufrido la incomprensión cuando obraban con toda la buena intención. Pensemos, por ejemplo, en santa Teresa de Jesús cuando intentaba llevar a más perfección a sus hermanas.
No nos extrañe, por tanto, si en nuestro caminar aparecen esas contradicciones. Serán indicio de que vamos por buen camino. Recemos por esas personas y pidamos al Señor que nos dé aguante.
Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez (Sitges, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Ángela de Mérici
Fundadora de las Hnas. Ursulinas
Santa Ángela Merici, virgen, que vistió primero el hábito de la Tercera Orden de San Francisco y reunió a varias jóvenes para instruirlas en obras de caridad. Más tarde, instituyó una orden de mujeres, llamada de Santa Úrsula, con la finalidad de vivir una vida de perfección en el mundo y enseñar los caminos del Señor a las adolescentes. Murió en la ciudad de Brescia, en la Lombardía (hoy Italia) (1540).

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“En las tribulaciones que nuestra alma sea como un ruiseñor,
que canta  en medio de una mata de espinas”
San Francisco de Sales

Tema del día:
La fe nace del amor
1) Para saber

Habiendo reflexionado la vez anterior sobre la necesidad de la fe para poder iluminar toda nuestra existencia, ahora veremos cómo nace la fe.

El Papa Francisco nos dice que “la fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor”. Es un amor que existe antes que nosotros y del que podemos estar seguros para poder construir toda nuestra vida (cfr. “La luz de la fe”, n.4).

La fe nace del encuentro con Dios que nos otorga ese don sobrenatural. Es un regalo y no cualquiera. Si es grato recibir un regalo, cuánto más cuando ese regalo es muy valioso. Pues bien, el regalo de la fe es valiosísimo pues nos acompaña durante toda nuestra vida terrenal para que no andemos en tinieblas.

Por eso habla el Papa Francisco de sentir la gran alegría de creer, pues con la fe nuestra vida se vuelve grande y plena al saber que contamos con un amor que es inquebrantable. Esa visión luminosa de la existencia es lo que hacía que los primeros cristianos estuvieran dispuestos a dar testimonio público incluso a costa de su vida terrenal. Y ¿dónde podemos experimentar ese amor de Dios?

2) Para pensar

Se cuenta que había un hombre maduro de más de 40 años llamado Juan, que decía que cargaba consigo una pesada carga por un error cometido hacía muchos años atrás, y lo mantenía en secreto. Cuando tenía 21 años había cometido un "grave error" y nunca a nadie se lo había compartido. Sus amigos más cercanos sabían que él se había arrepentido verdaderamente, pero aun así, él no se había perdonado a sí mismo.

Su carga era pesada y, aunque había leído sobre el perdón de Dios, creía que no era suficiente para él.

Conocía a una mujer anciana que solían coincidir cuando iba a la iglesia. Sabía que la mujer tenía algunas visiones donde Dios le hablaba directamente a ella. En una ocasión Juan se le acercó y le pidió: “La próxima vez que le hable a Dios, ¿podría usted preguntarle a Él, si mi error de hace 21 años ha sido perdonado?” La anciana le dijo con gusto que lo haría.

Pasados los días, ella se encontró con Juan y éste le preguntó: "¿La visitó Dios estos días pasados?" Ella le dijo que sí. “Y bien, ¿le hizo la pregunta sobre mi error?" Ella le dijo que sí lo había hecho.

"¿Y qué le contestó Dios?"- Ella le respondió: “¡Me dijo que no recordaba su error!”

Juan comprendió que su pequeño corazón no había comprendido hasta ahora el corazón infinitamente misericordioso de Dios, y que su amor es mucho mayor que todos nuestros pecados. Había experimentado el amor de Dios y se retiró sintiéndose al fin libre.

3) Para vivir

Se había dicho que la fe nace del encuentro con el amor de Dios. Ese amor de Dios lo podemos experimentar cada vez que nos acercamos a su misericordia para pedirle perdón.

San Josemaría Escrivá solía llamar al Sacramento de la Penitencia o Confesión como el “Sacramento de la alegría”, pues ahí nos encontramos con nuestro Padre Dios que siempre nos perdona por los méritos de su Hijo Jesucristo. En su libro Camino nos dice: “¡Mira qué entrañas de misericordia tiene la justicia de Dios! –Porque en los juicios humanos, se castiga al que confiesa su culpa: y, en el divino, se perdona. ¡Bendito sea el santo Sacramento de la Penitencia!” (n. 309).
José Martínez Colín

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Ramiro, de Argentina, que se encuentra internado, rogando al Buen Jesús que lo ayude y le conceda sus gracias sanadoras.

Pedimos oración por Valeria R., de Buenos Aires, Argentina, afectada de fibromialgia y artrosis, lo cual le produce dolores insoportables, rogando a Dios que, por su amor infinito, la alivie de sus molestias.

Pedimos oración por José Luis L., ha estado en coma, rogando por los doctores para que se llenen del Espíritu Santo y tengan la sabiduría para atenderlo, por las enfermeras que lo tratan con amor, y por su familia para que tenga fortaleza en estos momentos y que puedan entregarse a la voluntad de Dios.

Pedimos oración por Carla F., que vive en California y padece ataques de pánico. Que el Buen Jesús haga que ella se acerque a Él donde seguramente encontrará refugio, consuelo y fortaleza.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Enero 27
Leer la Palabra de Dios y buscar su luz es lo mejor que puedo hacer para descubrir si mis decisiones son correctas. Y cuando no termino de ver claro, es fundamental pedir consejo, escuchar distintas opiniones de personas sabias. El Señor también me habla a través de los demás.
Siempre puedo pedir luz en la oración para encontrar el lado bello de mis tareas y de todo lo que me toque vivir a lo largo del día o de la semana.
Si las cosas que tengo que hacer no me entusiasman, debería detenerme un momento a orar, hasta que descubra la hermosura de esa tarea y sienta que el Espíritu Santo ha estimulado mi corazón para la entrega. Es bueno mirar las cosas y las personas con los ojos de Dios. Es precioso descubrir en todo lo que me pasa el proyecto de amor que el Señor tiene para mí.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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