PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2246 ~ Lunes
13 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Todavía resuenan los ecos de la celebración de ayer: el
Bautismo de Jesús.
Solemos enterarnos de que se “bendicen” barcos, escuelas,
empresas, etc. Para eso se organiza un evento de importancia y asisten
personalidades, y no falta “el rito de una bendición” y la fiesta.
Juan, en cambio, bautizaba en el desierto. No ponía
nombres ni organizaba fiestas. “Promocionaba” su bautismo afirmando que es necesario
convertirse, cambiar de vida, empezar de nuevo. También Jesús se hace bautizar
como uno más, e inicia algo inédito: su misión. Dios ungió a Jesús de Nazaret
con el Espíritu Santo y lo llenó de poder. Así él pasó haciendo el bien.
Somos cristianos porque fuimos bautizados en el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así comenzamos la nueva vida de hijos
de Dios. En cada bautizado se repite nuevamente el acontecimiento del Jordán:
el Padre sigue diciendo: “Este es mi hijo muy querido”. También sobre nosotros
ha descendido el Espíritu Santo: primero en el bautismo y luego en la
confirmación.
Somos hijos de Dios, hermanos de Jesucristo, miembros de
la gran familia de bautizados: La Iglesia.
"El Domingo"
"El Domingo"
¡Buenos días!
Atracción de Jesús
La adoración eucarística
es un encuentro del alma y de todo nuestro ser con Jesús. Es la criatura que se
encuentra con el Creador. Es el discípulo ante el divino Maestro. Es el enfermo
con el Médico de las almas. Es el pobre que recurre al Rico. Es el sediento que
bebe de la Fuente. Es el débil que se presenta ante el Todopoderoso.
Elizabeth Ann Seton, la primera santa
norteamericana, se convirtió a la iglesia católica por la Eucaristía. Después
de la muerte de su esposo en Italia, regresó a Nueva York y buscó la paz en su
propia Iglesia episcopal. Un día se sentó en una silla de su iglesia, desde
donde podía ver la torre de la vecina iglesia católica, y mirando el altar
vacío de su iglesia, comenzó a hablar con Jesús, presente en el Santísimo de la
iglesia católica cercana. Así empezó a sentir amor a Jesús Eucaristía, que la
atraía como un imán, y éste fue el comienzo de su conversión.
El santo Cura de
Ars exclamaba: “¡Cuán consoladores y suaves son los momentos pasados con este
Dios de bondad! ¿Estás dominado por la tristeza? Ven un momento a sentarte a
sus pies, y quedarás consolado. ¿Eres despreciado del mundo? Ven aquí, y
encontrarás un amigo que jamás quebrantará la fidelidad”. Que sepas aprovechar
esta maravillosa presencia.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y
proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios
está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva». Bordeando el mar de Galilea,
vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues
eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser
pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando
un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan;
estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y
ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron
tras Él. (Mc
1,14-20)
Comentario
Hoy, el Evangelio nos invita a la conversión. «Convertíos
y creed en la Buena Nueva» (Mc 1,15). Convertirse, ¿a qué?; mejor sería decir,
¿a quién? ¡A Cristo! Así lo expresó: «El que ama a su padre o a su madre más
que a mí, no es digno de mí» (Mt 10,37).
Convertirse significa acoger agradecidos el don de la fe
y hacerlo operativo por la caridad. Convertirse quiere decir reconocer a Cristo
como único señor y rey de nuestros corazones, de los que puede disponer.
Convertirse implica descubrir a Cristo en todos los acontecimientos de la
historia humana, también de la nuestra personal, a sabiendas de que Él es el
origen, el centro y el fin de toda la historia, y que por Él todo ha sido
redimido y en Él alcanza su plenitud. Convertirse supone vivir de esperanza,
porque Él ha vencido el pecado, al maligno y la muerte, y la Eucaristía es la
garantía.
Convertirse comporta amar a Nuestro Señor por encima de
todo aquí en la tierra, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con
todas nuestras fuerzas. Convertirse presupone entregarle nuestro entendimiento
y nuestra voluntad, de tal manera que nuestro comportamiento haga realidad el
lema episcopal del Santo Padre, Juan Pablo II, Totus tuus, es decir, Todo tuyo, Dios mío; y todo es: tiempo,
cualidades, bienes, ilusiones, proyectos, salud, familia, trabajo, descanso,
todo. Convertirse requiere, entonces, amar la voluntad de Dios en Cristo por
encima de todo y gozar, agradecidos, de todo lo que acontece de parte de Dios,
incluso contradicciones, humillaciones, enfermedades, y descubrirlas como
tesoros que nos permiten manifestar más plenamente nuestro amor a Dios: ¡si Tú
lo quieres así, yo también lo quiero!
Convertirse pide, así, como los apóstoles Simón, Andrés,
Jaime y Juan, dejar «inmediatamente las redes» e irse con Él (cf. Mc 1,18), una
vez oída su voz. Convertirse es que Cristo lo sea todo en nosotros. Rev. D. Joan COSTA i Bou (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Hilario de Poitiers
Obispo y Doctor de la Iglesia
San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia, que fue
elevado a la sede de Poitiers, en Aquitania (hoy Francia), en tiempo del
emperador Constancio, quien había abrazado la herejía arriana, y luchó
denodadamente en favor de la fe nicena acerca de la Trinidad y de la divinidad
de Cristo, siendo desterrado, por esta razón, durante cuatro años a Frigia.
Compuso unos comentarios muy célebres sobre los Salmos y sobre el evangelio de
san Mateo (367).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
"Jesús no tenía necesidad de ser bautizado, pero los
primeros teólogos dicen que con su cuerpo, con su divinidad, con su bautismo
bendijo todas las aguas para que las aguas tuvieran este poder de dar el
bautismo. Después, antes de subir al Cielo, Jesús nos ha dicho de ir por todo
el mundo a bautizar. Desde aquel día hasta el día de hoy esto ha sido una
cadena ininterrumpida: se bautizan a los hijos, y a los hijos, después a los
hijos y a los hijos…Y hoy también esta cadena continúa. Estos niños son el
anillo de una cadena. Ustedes traen a estos chicos para el bautismo, después de
unos años, ellos traerán un hijo, o un sobrino… a bautizar y esta es la cadena
de la fe. ¿Qué quiere decir esto? Yo quisiera solamente decirles esto: ustedes
son trasmisores de la fe, tienen el deber de trasmitir esta fe a estos niños.
Es la mejor herencia que les dejarán a ellos: ¡la fe! Sólo esto. Hoy lleven a
casa este pensamiento. Nosotros debemos ser trasmisores de la fe, piensen esto,
piensen siempre como trasmitir la fe a los niños. Hoy canta el coro, pero el
coro más bonito es este de los niños, que hacen ruido… Algunos llorarán, porque
no están cómodos o porque tiene hambre: si tienen hambre mamás denles de comer.
¡Tranquilas eh! Porque aquí son ellos ‘lo principal’. Y ahora con esa conciencia
de ser sus trasmisores de la fe, continuamos la celebración del bautismo."
Papa Francisco
En los bautismos celebrados
ayer en el Vaticano
Tema del día:
Volamos con la fe y la razón
1) Para saber
El santo padre Francisco con motivo de la Navidad nos
mostraba a Cristo como la Luz del mundo que viene a iluminar nuestras
tinieblas. En su Encíclica, que lleva precisamente el nombre de “La luz del
fe”, nos indica que Jesús nos ha traído este gran don de la fe que nos alumbra.
En los siguientes artículos recorreremos algunos puntos
significativos de la encíclica a fin de estar en sintonía con los intereses del
Papa y que este importante documento no solo no quede en el olvido, sino que
podamos sacar enseñanzas provechosas que nos permitan conocer y vivir mejor
nuestra fe.
En la antigüedad, dice el Papa, el mundo pagano
desarrolló el culto al Sol. El hombre intuía los beneficios que vienen con él:
luz, calor… Sin embargo esa luz no es capaz de iluminar toda la existencia del
hombre. Aunque se consideraba poderoso al sol, dice San Justino, “no se ve que
haya alguien dispuesto a morir por su fe en el sol”.
Con Cristo sí queda iluminada toda la realidad: nos
muestra quién es Dios, quien es el hombre mismo, para qué está en el mundo, de
donde viene y adónde va. Pero para poder ver esas verdades es preciso creer, la
fe es necesaria. La fe nos ilumina el entendimiento, es una luz que nos permite
conocer más allá de lo que nos permiten nuestros ojos.
2) Para pensar
Si el hombre pierde de vista hacia dónde dirige su vida,
será fácil que quede atrapado y perdido en cualquier lugar.
Cuentan del gran escritor inglés Chesterton que era muy
despistado. En una ocasión que iba viajando en tren, el inspector le pidió su
boleto. Chesterton empezó a buscarlo pero no lo encontraba. Revisaba todos sus
bolsillos y no lo hallaba. Se iba poniendo cada vez más nervioso, comenzando a
sudar. Entonces el inspector, que lo conocía, le dijo: “Tranquilo, no se
preocupe, no le voy a cobrar otro boleto”. Pero el escritor le repuso: “No me
importaría pagar otro boleto; lo que me preocupa y mucho, es que he olvidado a
dónde voy”.
La fe nos da esa luz que hace que no nos perdamos por los
mil caminos que tiene la vida.
3) Para vivir
Aunque algunos han contrapuesto la fe a la verdad, como el
pensador Nietzsche, ello no es así. Precisamente porque la verdad es muy
amplia, requerimos de la fe para que, junto con la razón, logremos alcanzarla.
El beato y próximo santo Juan Pablo II lo recordaba en una de sus encíclicas
que hay que tener muy presente hoy en día: “La
fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva
hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el
deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo
y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo” (introducción,
“Fe y razón”).
Pbro. José Martínez Colín
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por los 19 nuevos Cardenales cuya creación anunció ayer el Papa Francisco,
rogando al Espíritu Santo que descienda y permanezca en ellos para siempre.
Desde República Dominicana nos piden oraciones por V.A.P., injustamente envuelta en un
asunto del cual no es responsable, para que el Señor ponga a su favor legiones
de ángeles y arcángeles que la defiendan, encabezados por San Miguel Arcángel,
con la bendición de la Santísima Virgen del Pilar y la protección de Su Hijo.
Pedimos oración por Benito,
de Las Tunas, Cuba, 46 años, intervenido neurológicamente por un tumor maligno
en cerebelo, confiando que aunque para la medicina no existan demasiadas
posibilidades, para Dios siempre las hay y por eso imploramos su Divina
Misericordia.
Pedimos oración por el eterno descanso de Carlos C. C. (México), quien ya
descansa en los brazos del Señor.
Pedimos oración por los chicos internados en el sector
Oncología del Hospital de Niños de Córdoba, Argentina, cuyos padecimientos se
acrecientan en estos días por el intenso calor reinante. Que el Niño de Belén
los acompañe, los fortalezca y los bendiga.
Pedimos oración por Nancy
M. N., de Guatemala, quien la semana pasada ha iniciado tratamiento de
radioterapia. Que la Virgen Santísima la acompañe y le dé fuerzas en los
momentos más difíciles.
Pedimos oración por Gloria Yuki L. R., de Guanajato, México, que está internada hace mucho tiempo por haber tenido cinco infartos cerebrales y ahora complicada por neumonía. Rogamos la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe para que el Señor le restaure su salud.
Pedimos oración por Gloria Yuki L. R., de Guanajato, México, que está internada hace mucho tiempo por haber tenido cinco infartos cerebrales y ahora complicada por neumonía. Rogamos la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe para que el Señor le restaure su salud.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Enero 13
Ilumíname, Señor, para que reconozca tu presencia y para
que me deje guiar por ti en medio de las oscuridades de mi vida.
No dejes que me aparte de tu lado, porque sin ti mi vida
pierde su rumbo.
Cuando escapo de tu presencia al final todo se vuelve
confuso, sin sentido.
Toca mi interior con tu Espíritu, para que crea en ti con
toda mi alma y confíe en tus promesas.
Estarás siempre conmigo y podré salir adelante aunque hoy
no vea, aunque hoy no te sienta, aunque mi pequeñez no te reconozca.
Abre mis ojos, Señor, para que te descubra siempre
conmigo. Amén.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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