sábado, 11 de enero de 2014

Pequeñas Semillitas 2244

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2244 ~ Sábado 11 de Enero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Un economista soñó que Dios lo visitó. Se puso nervioso al no saber qué decirle a Dios, sin embargo, se acordó que cuando era niño alguien le dijo que para Dios 1000 años eran como un minuto. Le preguntó a Dios si esto era cierto y Dios le contestó que sí. El economista le dijo:
— Entonces, en verdad un millón de dólares viene a ser como un centavo para ti. Dios le contestó que sí. El economista le dijo:
— ¿Qué tal, Dios, si me das un centavo de esos? Dios le dijo:
— Sí, no hay ningún problema, solo que tienes que esperar un minuto.

¡Buenos días!

“Llevo todo lo mío conmigo”

Los años juveniles son para adquirir buenos hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado y el que ha tenido éxito está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Por lo tanto capitaliza las auténticas riquezas que, como todo lo esencial, “son invisibles a los ojos”; y persevera en el esfuerzo, aun si no ves resultados inmediatos.

“Llevo todo lo mío conmigo”. Así contestó el filósofo Bías, uno de los Siete Sabios de Grecia, a sus conciudadanos de Priene, cuando, amenazados por el ejército de Ciro, abandonaron su ciudad. Cada cual iba cargado con todas sus riquezas y se admiraban al ver que el filósofo no llevaba nada consigo. Les dio a entender así que las verdaderas riquezas son las de la sabiduría y de las virtudes adquiridas.

Tú tarea es formarte, no sólo cuando joven, sino siempre. La formación personal consiste en asimilar valores, habilidades, virtudes… que te permitan afrontar victoriosamente la vida en todos sus aspectos. Tu capital de buenos hábitos será la gran riqueza que nada ni nadie te podrá quitar. Emprende animosamente este camino de superación y madurez.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Y sucedió que, estando en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en tierra, y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Él extendió la mano, le tocó, y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante le desapareció la lepra. Y él le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, muéstrate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Su fama se extendía cada vez más y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero Él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba. (Lc 5,12-16)

Comentario
Hoy tenemos una gran responsabilidad en hacer que «su fama» (Lc 5,15) continúe extendiéndose, sobre todo, a todos aquellos y aquellas que no le conocen o que, por diversas razones y circunstancias, se le han alejado.
Pero este contagio no será posible si antes nosotros, cada uno y cada una, no hemos sido capaces de reconocer nuestras propias “lepras” particulares y de acercarnos a Cristo habiendo tomado conciencia de que sólo Él nos puede liberar de manera eficaz de todos nuestros egoísmos, envidias, orgullos y rencores...
Que la fama de Cristo se extienda a todos los rincones de nuestra sociedad depende, en gran medida, de los “encuentros particulares” que hayamos tenido con Él. Cuanto más y más intensamente nos impregnemos de su Evangelio, de su amor, de su capacidad de escuchar, de acoger, de perdonar, de aceptar al otro (por diferente que sea), más capaces seremos de darlo a conocer a nuestro entorno.
El leproso del Evangelio que hoy se lee en la Eucaristía es alguien que ha hecho un doble ejercicio de humildad. El de reconocer cuál es su mal y el de aceptar a Jesús como a su Salvador. Cristo es quien nos da la oportunidad de hacer un cambio radical y profundo en nuestra vida. Ante todo aquello que nos es impedimento para el amor y que se ha enquistado en nuestros corazones y en nuestras vidas, Cristo, con su testimonio de vida y de Vida Nueva, nos propone una alternativa totalmente real y posible. La alternativa del amor, de la ternura, de la misericordia. Jesús, ante quien es diferente a Él (el leproso) no huye, no se lo saca de encima, no lo “factura” a la administración, ni a las instituciones o a las “ong's”. Cristo acepta el reto del encuentro, y al “enfermo” le ofrece aquello que necesita, la curación/purificación.
Nosotros tenemos que ser capaces de ofrecer a los que se acercan a nuestras vidas aquello que hemos recibido del Señor. Pero antes será necesario habernos encontrado con Él y renovar nuestro compromiso de vivir su Evangelio en las pequeñas cosas de cada día.
Rev. D. Santi COLLELL i Aguirre (La Garriga, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santo Tomás de Cori
Presbítero Franciscano
En Bellegra, en el Lacio (Italia), santo Tomás de Cori (Francisco Antonio) Placidi, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, preclaro por la austeridad de vida y por la predicación, iniciador de los retiros (1729). Canonizado por Juan Pablo II el 21 de noviembre de 1999.

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

Palabras del Papa Francisco

“La Iglesia es «santa» porque forma parte del Cuerpo de Cristo y porque invita a la santidad a todos, especialmente a los pecadores. Es cierto que «a lo largo de la historia ha habido la tentación de algunos que decían: la Iglesia es sólo de los puros, los demás hay que alejarlos. ¡No! La Iglesia no rechaza a los pecadores: al contrario, los acoge, está abierta a los más alejados, llama a todos a dejarse envolver por la misericordia, la ternura y el perdón del Padre”
Papa Francisco

Tema del día:
Señor, vuelvo a buscar tu compañía
Ya estamos en el mes de enero. Empieza el nuevo año, Señor, y vuelvo a buscar tu compañía. Todavía un poco agitada de tanto correr, de tanto ajetreo, de tantos abrazos y felicitaciones,... unos alegres, otros... con las mismas penas y preocupaciones. Ya pasó todo y ahora vamos a empezar la "cuesta de enero".

Ya se fueron las fiestas. Ya se fueron los abrazos, los bailes, el chocar de las copas, los convivios y el jolgorio. Pero ahora las caras son serias, el entrecejo fruncido, los labios apretados y el andar cansino para subir "la cuesta de enero".

El dinero se gastó y el bolsillo está vacío. Los buenos propósitos... ¡cómo cuesta poderlos cumplir! levantarse temprano, no fumar, no comer golosinas, no extralimitarse en la bebida, ser amable, no irritarse por cualquier cosa, estar en paz, no criticar, hacer ejercicio, saludar con una sonrisa al vecino, ser generosos, trabajar con honestidad y buen ánimo, pagar deudas, etcétera, etcétera, y así este mes de enero, serio y formal, se nos antoja un Everest cuya cima es casi inalcanzable. Visto así es normal que esto nos desanime y nos desaliente pero hay que buscarle un truco, algo que nos de ánimo en el desaliento, algo que nos de fuerza para poder alcanzar la meta que nos propusimos.

Al mirar el horizonte y juntar estos doce meses que nos esperan, si Tú nos das vida, nos sentimos abrumados, es demasiado.

Es muy difícil, es verdad. Pero si pensamos: Sólo por hoy... va a ser más fácil. El hoy, el ahora que es el presente nos da la fuerza que necesitamos. El plazo breve para vencer las tentaciones es más efectivo que la cadena de días en el mismo esfuerzo. Sólo por hoy. Solo por este momento, solo en este momento si puedo hacerlo y lo voy a hacer. Así momento tras momento, día tras día.

Y al llegar la noche, en la hora íntima de estar a solas con uno mismo, cuando realmente somos auténticos, repasar nuestro día que termina y hacer un buen balance.

Si en el día caímos, si no tuvimos voluntad suficiente, pedirte Señor perdón y fuerzas para el nuevo día. Y así con el sólo por hoy, el camino se allana, el sendero se endulza y pierde su aridez, nuestros pasos son más seguros y firmes en ese “hoy” que será el mañana de días y meses que nos darán la victoria al cabo del año andado.

Empezamos el año con las alforjas vacías y las vamos a ir llenando de cosas buenas, de cosas santas, de perdones, de sonrisas, de ternura, de generosidad, de alegría, de buenos modos, de fe, de ilusiones, de esperanza, de trabajo y de mucho amor.

Con todo esto iremos caminando por el nuevo año y seguro que siempre, en los días de sol y en los días grises, tal vez de llanto, buscaremos en nuestra alforja y vamos a encontrar todo aquello que será vital para esos momentos y que nos darán la fuerza para ser felices con Tu bendición.

Invítanos todos los días a visitarte en la Eucaristía, frente a Ti, de rodillas ante en el Santísimo Sacramento, nuestro camino este año será lleno de alegría y paz.
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Valeria R., de Buenos Aires, Argentina, afectada de fibromialgia y artrosis, lo cual le produce dolores insoportables, rogando a Dios que, por su amor infinito, la alivie de sus molestias.

Pedimos oración por dos personas de Lima, Perú: Luis A., de 51 años de edad, para que el Santísimo lo fortalezca física y emocionalmente ya que está viviendo una separación matrimonial muy traumática; y Eduardo D. I., de 45 años, afectado de meningitis TBC, en terapia intermedia (antes en intensiva), va mejorando pero necesita renovadas oraciones.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com  con el título: “Suscripción a Pequeñas Semillitas”.

Un estímulo todos los días

Enero 11

“Señor, tú conoces mis vanidades y mis egoísmos, pero sabes que guardo en mi interior el deseo de entregarme más. Quiero penetrar un poco más en tu amistad y en tu camino. Por eso te pido que recibas el humilde ofrecimiento de mi vida, para que tú la transformes.
Te entrego, Señor, mis esfuerzos y trabajos, mis cansancios y mis intentos. Sabes que todo tienen manchas, pero igualmente te lo entrego, para que sanes lo que no te agrade y bendigas lo que te glorifique.
Toma mis pensamientos, mis búsquedas, mis ideas, mi mentalidad, y derrama tu luz y tu claridad para que utilice mejor esas capacidades que me regalaste.
Te entrego mis afectos, mis emociones, mis deseos, para que esa energía no se desgaste en búsquedas egoístas y la utilice buscando el bien de los demás.
Toma todo mi ser, Dios mío, te lo entrego, para que en mi vida se manifieste tu gloria. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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