PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2141 ~ Martes
10 de Setiembre de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Conviene echar números antes de ejecutar algún plan
realmente ambicioso, recomienda el Señor Jesús a los suyos. En cualquier
proyecto que implique poner en riesgo el tiempo, los recursos materiales y el
futuro de las personas es necesario andar con pies de plomo.
No se puede jugar con fuego, porque el ejercicio de la
autoridad implica la rendición de cuentas. Si no debe procederse con ligereza
en los proyectos de alcance social, tampoco conviene hacerlo con los proyectos
personales. La vida no es un pasatiempo, sino una ocasión incomparable que vale
la pena aprovechar con sensatez.
De ahí que no es aconsejable dejarse atrapar por la
fiebre posesiva del poder y las riquezas. Éstas como bien ha escrito algún
teólogo, suelen ser "un buen siervo y a la vez, un mal amo".
Efectivamente los bienes materiales nos sacan de muchos
apuros, son empleados eficientes, pero en ocasiones se adueñan de nosotros y se
convierten en el amo despótico que gobierna nuestra vida.
"La Verdad Católica"
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó
la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos,
y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a
quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y
Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a
Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una
gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea,
de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para
oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por
espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque
salía de él una fuerza que sanaba a todos.
(Lc 6,12-19)
Comentario
Hoy quisiera centrar nuestra reflexión en las primeras
palabras de este Evangelio: «En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y
se pasó la noche en la oración de Dios» (Lc 6,12). Introducciones como ésta
pueden pasar desapercibidas en nuestra lectura cotidiana del Evangelio, pero
—de hecho— son de la máxima importancia. En concreto, hoy se nos dice
claramente que la elección de los doce discípulos —decisión central para la
vida futura de la Iglesia— fue precedida por toda una noche de oración de
Jesús, en soledad, ante Dios, su Padre.
¿Cómo era la oración del Señor? De lo que se desprende de
su vida, debía ser una plegaria llena de confianza en el Padre, de total
abandono a su voluntad —«no busco hacer mi propia voluntad, sino la voluntad
del que me ha enviado» (Jn 5,30)—, de manifiesta unión a su obra de salvación.
Sólo desde esta profunda, larga y constante oración, sostenida siempre por la
acción del Espíritu Santo que, ya presente en el momento de su Encarnación,
había descendido sobre Jesús en su Bautismo; sólo así, decíamos, el Señor podía
obtener la fuerza y la luz necesarias para continuar su misión de obediencia al
Padre para cumplir su obra vicaria de salvación de los hombres. La elección
subsiguiente de los Apóstoles, que, como nos recuerda san Cirilo de Alejandría,
«Cristo mismo afirma haberles dado la misma misión que recibió del Padre», nos
muestra cómo la Iglesia naciente fue fruto de esta oración de Jesús al Padre en
el Espíritu y que, por tanto, es obra de la misma Santísima Trinidad. «Cuando
se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que
llamó también apóstoles» (Lc 6,13).
Ojalá que toda nuestra vida de cristianos —de discípulos
de Cristo— esté siempre inmersa en la oración y continuada por ella.
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de
Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
Santoral Católico:
San Nicolás de Tolentino
Presbítero
En Tolentino, del Piceno, en Italia, san Nicolás,
presbítero, religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que, fraile de
rigurosa penitencia y oración asidua, severo consigo y comprensivo con los
demás, se autoimponía muchas veces la penitencia de los otros (1305).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
La buena lectura
En un arrebato
lírico, el poeta mejicano Amado Nervo dijo que los libros son: “Urnas de ideas,
arcas de ensueño, flor de la vida consciente, cofres místicos que custodian el
pensamiento humano”. Son todo eso y mucho más. Por lo tanto es vital para tu
cultura que sepas acercarte a los buenos libros con el deseo de asimilar sus
mensajes. Varios pensamientos sobre el tema:
“Algunos libros son probados, otros
devorados, poquísimos masticados y digeridos”, dijo el filósofo Francis Bacon.
El pensador americano Emerson comprobó que “en muchas ocasiones la lectura de
un libro ha abierto el camino del éxito a un hombre, decidiendo el curso de su
vida”. El historiador inglés Tomás Carlyle opinaba que “La verdadera
universidad de hoy en día es una colección de libros”. Al orador romano Cicerón
le parecía que “un hogar sin libros era como un cuerpo sin alma”. Juan XXIII
escribió para su uso personal un “Decálogo de la Serenidad”. Uno de esos
propósitos dice: “Sólo por hoy tendré diez minutos de buena lectura”.
Muchos no
ejercitan la mente, atrapados por las imágenes televisivas. Sin desconocer
cuanto puede aportar la pantalla hogareña, es notable el valor del libro para
el desarrollo de la inteligencia. Por otra parte la lectura da solaz al
espíritu. El autor místico Kempis confesó: “He buscado en todas partes el
sosiego, y no lo he encontrado sino sentado en un rincón con un libro entre las
manos”. Piénsalo y da pasos en la buena dirección.
Padre Natalio
Palabras del Papa Francisco
“No puede haber paz sin diálogo. Todas las guerras, todas
las luchas, todos los problemas que no se resuelven, que se encuentran, existen
por falta de diálogo. Cuando hay un problema, diálogo: eso hace la paz¨ y
exhortó a promover una cultura que promueva el encuentro, el conocimiento del
otro y permita que las personas dialoguen sin pelearse”
Papa Francisco
Tema del día:
De consulta con El Médico
1) Para saber
Reflexionaba el Papa Francisco sobre la angustia y los
temores que nos aquejan hoy en día. Con frecuencia seguimos a Dios, pero hasta
cierto punto; nos resulta difícil abandonarnos con total confianza, dejando que
el Espíritu Santo guíe nuestra vida. En el fondo solemos tener miedo a que Dios
nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes egoístas.
Pero hay que saber que la novedad que Dios trae a nuestra
vida es lo que verdaderamente nos realiza, lo que nos da la verdadera alegría y
serenidad, porque Dios nos ama y siempre quiere nuestro bien. El Papa invitaba
a preguntarnos: “¿Estamos abiertos a las “sorpresas de Dios”?”
2) Para pensar
El siguiente relato nos puede ayudar a dar solución a esa
crisis humana:
Fui a la clínica del Señor a hacerme una revisión de
rutina y constaté que estaba muy enfermo:
- Cuando Jesús me tomó la presión, vio que estaba bajo de
ternura. Al medirme la temperatura, el termómetro registró 40º de ansiedad.
- Me hizo un electrocardiograma y el diagnóstico fue que
necesitaba varios by pass de amor, porque mis arterias estaban bloqueadas de
soledad y no abastecían a mi corazón vacío.
- Pasé a ortopedia, ya que no podía caminar al lado de mi
hermano, y tampoco podía dar un abrazo fraternal porque me había fracturado al
tropezar con la envidia.
- También me encontró miopía, ya que no podía ver más
allá de las cosas negativas de mi prójimo.
- Cuando me quejé de sordera, Jesús confirmó que había
dejado de escuchar su voz cada día.
Al terminar pregunté con temor: ¿Tendré remedio?
Jesús me sonrió: “Siguiendo cuidadosamente esta receta y
unas instrucciones, recuperarás la salud de inmediato”.
La receta fue la siguiente:
· Al levantarme, beber un vaso de
agradecimiento
· Al llegar al trabajo, tomar una cucharada
de paz
· A cada hora, ingerir un comprimido de
paciencia y una copa de humanidad
· Al llegar a casa, inyectarme una dosis de
amor
· Y antes de acostarme, tomar dos cápsulas
de conciencia tranquila.
¿Y las instrucciones? Pregunté.
“Se trata de aprender de la creación, de la naturaleza”,
respondió. Ante mi cara de asombro, continuó: - Sí, la naturaleza es una gran
maestra. Podemos aprender del sol, la luna, el agua… Mira:
· Sé como el sol: Levántate temprano y no te acuestes tarde
· Sé como la luna: brilla en la oscuridad, pero
humildemente se somete a la luz mayor.
· Sé como los pájaros: come, canta, bebe y vuela.
· Sé como las flores: enamoradas del sol, pero fieles a sus
raíces.
· Sé como el buen perro: obediente, pero nada más a su
Señor.
· Sé como la fruta: bella por fuera, saludable por dentro.
· Sé como el día, que llega y se retira sin alardes.
· Sé como el oasis: da tu agua al sediento.
· Sé como la luciérnaga, aunque pequeña emite su propia
luz.
· Sé como el agua, buena y transparente.
· Sé como el río, siempre hacia adelante.
· Y sobre todas las cosas, sé como el cielo: La morada
de Dios.
3) Para vivir
El Papa ha utilizado el llamado twitter para el envío de
mensajes, y en uno de ellos decía: “No podemos ser cristianos por instantes.
Busquemos vivir nuestra fe en cada momento, cada día”.
Para ello, como suele hacerlo, acudía a la Madre de Dios:
“María es la mujer del «sí». Pidamos a la Virgen María que nos enseñe a
afrontar con fe las actividades de cada día, abriendo cada vez más nuestra vida
al Señor”
Pbro. José Martínez Colín
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas
y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los
cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo
son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de
libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para que Dios Misericordioso envíe
lluvias sobre la zona central de Argentina, en especial la provincia de Córdoba, sumamente azotada por la
sequía y en los últimos días afectada por descontrolados incendios de campos que
incluso consumen grandes extensiones de bosques de pinares, fauna autóctona y ya han dañado muchas viviendas. Que el Señor nos envíe la gracia de la lluvia.
Pedimos oración por Franco
Nazareno, de Buenos Aires, Argentina, 13 años de edad, hijo de una muy
querida lectora de esta página, que está siendo estudiado por neurólogos,
rogando a la Virgen de Luján que todo concluya favorablemente.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
“Intimidad Divina”
La justicia
evangélica
“Os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de
los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos” (Mt 5, 20). En
el lenguaje bíblico la palabra justicia tiene un significado mucho más amplio
que el que tiene en el uso corriente, donde indica el respeto de los derechos
ajenos. Cuando la Escritura habla de justicia quiere significar la perfección,
la santidad. Hombre justo es el que lleva en sí el reflejo de la justicia, y
por ende, de la santidad de Dios. Por eso el salmista no se cansa de alabar y
ensalzar la ley, que quiere observar con la máxima perfección. “Dichoso el que,
con vida intachable, camina en la voluntad del Señor… Mi alma se consume,
deseando continuamente tus mandamientos” (Sl 118, 1, 20). En tiempo de Jesús,
los escribas y fariseos eran celosos cumplidores de la ley, pero mientras
observaban sus más pequeños detalles, descuidaban su espíritu. ¿Qué puede valer
una justicia exterior que no llegue a lo interior del hombre?... Para tutelar
la justicia interior, se debe estar pronto a cualquier sacrificio.
Según San Mateo, Jesús hasta siete veces, después de
haber citado un versículo de la ley antigua deformada frecuentemente por los
escribas, contrapone la nueva interpretación de los mismos a la luz de la
“justicia superior” que él exige de sus discípulos. La nota de interioridad es
siempre la primera y está acompañada de una verdadera superación de la ley de
Moisés, como aparece de modo particular en los dos últimos casos: “Habéis oído
que se dijo ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pues yo os digo que no resistáis
el mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también
la otra… Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’.
Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos…”.
No sólo deroga Jesús la ley del talión, sino exige no
responder a las ofensas, evitar en lo posible cuestiones por intereses
personales, no rehusar cuando el hermano pide algo que implica incomodidad,
como un servicio molesto o un préstamo. No sólo no admite el odio contra nadie,
sino pide amor para todos, hasta para los enemigos. El espíritu interior que
debe animar la nueva justicia es el espíritu de amor. La vida puede presentar
casos difíciles e intrincados en las relaciones con el prójimo; no siempre será
posible portarse del mismo modo y ni siquiera atenerse a la letra de los
ejemplos aducidos por Jesús, pero el discípulo verdadero de Cristo ha de
encontrar siempre en un amor sincero y profundo el camino de una solución
verdaderamente evangélica. La nueva justicia predicada por el Señor le impone
no contentarse con evitar el pecado y la infracción de la ley, sino mirar mucho
más alto, porque debe imitar la perfección del Padre celestial.
Concédeme, Señor,
cumplir toda justicia, porque ella es el camino por donde se llega a la
alegría. La alegría es el premio, y la justicia, el mérito y materia de ella.
De la misma justicia será nuestra alegría, cuando aparezcas tú, oh Cristo, que
eres nuestra vida, y cuando aparezcamos nosotros también contigo en la gloria,
porque tú eres quien fue hecho justicia para nosotros por Dios Padre.
Bienaventurados también los que ahora se alegran de la justicia y se gozan en
sus conciencias… Al presente parece trabajosa la justicia, mas tiempo vendrá en
que, con gozo y suavidad, sin fatiga alguna, se desee y posea, se ame y se
perciba, pues gozaremos de la misma justicia. No permitas, Señor, que… dejando
la justicia, busquemos la alegría vana y transitoria, pues la alegría de las
cosas transitorias perecerá, desvaneciéndose las cosas en que se fundaba (San
Bernardo).
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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