PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2145 ~ Sábado 14
de Setiembre de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Padre, tú has creado este universo para que me ayude a
conocerte mejor y a amarte mejor. Cada rayo de luz, cada flor, cada nuevo
paisaje a la vuelta del camino es un mensajero oportuno que me invita, por
senderos fáciles, a subir hasta ti.
El rocío de la noche y el gallo que canta por la mañana,
el viento que murmura al pasar y el pan sobre la mesa, todo me habla de tu bondad.
Pero me falta la atención del corazón para encontrarte en todas las cosas.
Consérvame un alma vibrante, entusiasta, un alma joven, que no se canse de leer
el poema de la Naturaleza. Ayúdame a encontrar bajo los colores y los sonidos
tu pensamiento divino, como el lector encuentra, bajo las letras del libro, el
pensamiento del autor. ¡Que la Naturaleza sea para mí un templo grandioso,
donde cada detalle me revele tu gloria, tu poder y tu bondad!
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido
al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó
la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre,
para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al
mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino
que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar
al mundo, sino para que el mundo se salve por Él».
(Jn 3,13-17)
Comentario
Hoy, el Evangelio es una profecía, es decir, una mirada
en el espejo de la realidad que nos introduce en su verdad más allá de lo que
nos dicen nuestros sentidos: la Cruz, la Santa Cruz de Jesucristo, es el Trono
del Salvador. Por esto, Jesús afirma que «tiene que ser levantado el Hijo del
hombre» (Jn 3,14).
Bien sabemos que la cruz era el suplicio más atroz y
vergonzoso de su tiempo. Exaltar la Santa Cruz no dejaría de ser un cinismo si
no fuera porque allí cuelga el Crucificado. La cruz, sin el Redentor, es puro
cinismo; con el Hijo del Hombre es el nuevo árbol de la Sabiduría. Jesucristo,
«ofreciéndose libremente a la pasión» de la Cruz ha abierto el sentido y el
destino de nuestro vivir: subir con Él a la Santa Cruz para abrir los brazos y
el corazón al Don de Dios, en un intercambio admirable. También aquí nos
conviene escuchar la voz del Padre desde el cielo: «Éste es mi Hijo (...), en
quien me he complacido» (Mc 1,11). Encontrarnos crucificados con Jesús y
resucitar con Él: ¡he aquí el porqué de todo! ¡Hay esperanza, hay sentido, hay
eternidad, hay vida! No estamos locos los cristianos cuando en la Vigilia
Pascual, de manera solemne, es decir, en el Pregón pascual, cantamos alabanza
del pecado original: «¡Oh!, feliz culpa, que nos has merecido tan gran Redentor»,
que con su dolor ha impreso “sentido” al dolor.
«Mirad el árbol de la cruz, donde colgó el Salvador del
mundo: venid y adorémosle» (Liturgia del Viernes Santo). Si conseguimos superar
el escándalo y la locura de Cristo crucificado, no hay más que adorarlo y
agradecerle su Don. Y buscar decididamente la Santa Cruz en nuestra vida, para
llenarnos de la certeza de que, «por Él, con Él y en Él», nuestra donación será
transformada, en manos del Padre, por el Espíritu Santo, en vida eterna:
«Derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados».
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
Fiesta de la Exaltación
de la Santa Cruz
Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres
por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a
conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la Cruz de Cristo, que podamos
alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo.
Información en Catholic.net: haciendo clic acá.
¡Buenos días!
El camino del gozo
La Reina de la
Paz te ofrece hoy un mensaje para que encuentres la alegría profunda del
corazón: te enseña el camino de la paz interior. Ponte en la presencia de tu
dulce Madre y escucha sus palabras. Se percibe en ellas su preocupación por tu
verdadera felicidad.
“¡Queridos hijos! Hoy deseo envolverlos con
mi manto y conducirlos a todos hacia el camino de la conversión. Queridos
hijos, les ruego, entreguen al Señor todo su pasado, todo el mal que se ha
acumulado en sus corazones. Yo deseo que cada uno de ustedes sea feliz, pero
con el pecado nadie puede serlo. Por tanto, queridos hijos, oren y en la
oración, ustedes conocerán el nuevo camino del gozo. El gozo se manifestará en
sus corazones y así podrán ser testigos gozosos de lo que Yo y mi Hijo deseamos
de cada uno de ustedes. Yo los bendigo. Gracias por haber respondido a mi
llamado!”
María te está
sugiriendo la actitud del niño que muestra con ingenuidad a su madre todas las
heridas que se ha hecho en sus violentos juegos. Te ruega que lleves al Señor
todo el mal acumulado en el corazón. Éste es el camino del gozo. El camino del
perdón. Pero hay que comenzar con la oración. Que medites este alegre mensaje
de paz.
Padre Natalio
Palabras del Papa Francisco
“No llores por lo que perdiste, lucha por lo que te
queda. No llores por lo que ha muerto, lucha por lo que no ha nacido en ti. No
llores por quien se ha marchado, luchas por quien está contigo. No llores por
quien te odia, lucha por quien te quiere. No llores por tu pasado, luchas por
tu presente. No llores por tu sufrimiento, lucha por tu felicidad… Con las
cosas que a uno le suceden vamos aprendiendo que nada es imposible de solucionar…
Sólo sigue adelante”
Papa Francisco
Tema del día:
Cómo se ama
Una cosa es ordenarlo, como lo hizo Jesús al decirnos:
“Ámense los unos a los otros”, y otra cosa es saber cómo hacerlo. Y eso, que
Jesús fue muy claro al impartir sus instrucciones, añadiendo “como yo los he
amado”.
Sin embargo, muchos son los que dicen a seguidas que del
dicho al hecho hay un gran trecho, y siguen cuestionándose cómo es que se ama.
Amar es lo más sencillo del mundo, como también puede ser
lo más complicado. A nosotros debía interesarnos conocer todas las formas
fáciles de amar, para ponerlas en práctica de inmediato, y ya luego buscarle la
vuelta a las complicadas, esas que implican dejar atrás los agravios, los
rencores, y decidirse a favor de la reconciliación, del perdón, del amor al que
nos ha hecho daño. Pero esas son ya otras quinientas.
A todos nos gusta que nos pongan las cosas fáciles. A mí
también. Y si no, fíjense que siempre que alguien hace una listita de cosas,
captamos más rápidamente lo que debemos hacer.
Eso hizo José Luis Martín Descalzo, un hombre
excepcional, que como todos los excepcionales se ha ido a destiempo a la casa
del Padre.
A ver qué les parece el menú de pequeñas maneras de amar,
puesto a nuestra disposición por el Padre Martín Descalzo, sobre todo cuando se
trata de desconocidos o semi-conocidos:
• Aprenderse los
nombres de la gente que trabaja con nosotros o de los que nos cruzamos
frecuentemente, y tratarles luego por su nombre.
• Observar los
gustos ajenos y tratar de complacerles.
• Pensar bien de
todo el mundo, como un asunto de principio.
• Tener la manía de
hacer el bien, sobre todo a los que teóricamente parecería que no se lo
merecen.
• Sonreír. Sonreír a
todas horas. Con ganas o sin ellas.
• Multiplicar el
saludo, incluso a los semi-conocidos.
• Visitar a los
enfermos, sobre todo sin son crónicos.
• Prestar libros
aunque te pierdan alguno. Devolverlos tú.
• Hacer favores. Y
concederlos antes de que terminen de pedírtelos.
• Olvidar ofensas. Y
sonreír especialmente a los ofensores.
• Aguantar a los
pesados. No poner cara de vinagre escuchándolos.
• Tratar con
antipáticos. Conversar con los sordos sin ponerte nervioso.
• Contestar, si te
es posible, todos los correos.
• Entretener a los
niños chiquitines. No pensar que con ellos pierdes el tiempo.
• Animar a los
viejos. No engañarles como chiquillos, pero subrayar todo lo positivo que
encuentres en ellos.
• Recordar las
fechas de los santos y cumpleaños de los conocidos y amigos.
• Hacer regalos muy
pequeños, que demuestren el cariño pero no crean obligación de ser compensados
con otro regalo.
• Acudir
puntualmente a las citas, aunque tú tengas que esperar.
• Contarle a la
gente cosas buenas que alguien ha dicho de ellos.
• Dar buenas
noticias.
• No contradecir por
sistema a todos los que hablan con nosotros.
• Exponer nuestras
razones en las discusiones, pero sin tratar de aplastar.
• Mandar con tono
suave. No gritar nunca.
• Corregir de modo
que se note que te duele el hacerlo.
La lista podría ser interminable y los ejemplos similares
infinitos. Y ya sé –concluye el Padre Martín Descalzo-- que son minucias, pero
minucias que ensanchan el corazón de quien las hace. Y con muchos millones de
pequeñas minucias como éstas el mundo se haría más habitable.
Bendiciones y paz.
Juan Rafael Pacheco (Johnny)
Diariodigitalrd.com
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Asunción,
que vive en Salamanca (España), sufre un cáncer terminal y está recibiendo
cuidados paliativos; para que Dios le ayude y también a su familia en estos
momentos difíciles.
Pedimos oración por Diego
Fernando, de Buenos Aires, Argentina, que está muy grave, por lo que
invocamos la ayuda de la Santísima Virgen, para que lo cuide con su amor
maternal.
Pedimos oración por Pío
Enrique, de Ecuador, para que Jesús lo tome de la mano y le ayude a cambiar
todo lo que hay que cambiar, en el hogar, en los estudios y en su vida
espiritual.
Pedimos oración por Nena N., 66 años, de Nueva Jersey, USA, que se ha fracturado un brazo y será operada, rogando que la mano del Padre celestial la alivie de los dolores y quede bien con la cirugía.
Pedimos oración por Violeta F., 66 años, de Miami, USA, con neuropatía en miembro inferior, muy dolorosa, y por Esperanza Z., 73 años, Ajax, con problemas en un pie. Que el Buen Jesús las alivie a ambas.
Pedimos oración por Nena N., 66 años, de Nueva Jersey, USA, que se ha fracturado un brazo y será operada, rogando que la mano del Padre celestial la alivie de los dolores y quede bien con la cirugía.
Pedimos oración por Violeta F., 66 años, de Miami, USA, con neuropatía en miembro inferior, muy dolorosa, y por Esperanza Z., 73 años, Ajax, con problemas en un pie. Que el Buen Jesús las alivie a ambas.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
"Pequeñas
Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por
correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo
tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío
(moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com con el título: “Suscripción a Pequeñas
Semillitas”.
“Intimidad Divina”
Sencillos como
niños
Jesús pidió a sus discípulos una sinceridad absoluta:
“Sea vuestro lenguaje: ‘Si, si’; ‘no, no’: lo que pasa de ahí viene del
Maligno” (Mt 5, 37). Esta enseñanza debió de impresionar profundamente a sus
oyentes, ya que el apóstol Santiago la reproduce casi literalmente en su carta,
añadiéndole un matiz que esclarece su sentido: “Que vuestro sí, sea sí, y el
no, no” (5, 12). El sí y el no pronunciados con los labios deben corresponder
al sí y al no interiores, para que no acaezca que lo que se afirma o se niega
sea lo contrario de lo que se piensa. Y no hay que andar en busca de
reticencias para disimular la verdad, porque “lo que pasa de ahí viene del
Maligno”. Con frecuencia ciertas interpretaciones del Evangelio no son más que
trampas tendidas por el Maligno para apartarnos del camino recto de la verdad,
no sólo en palabras, sino en acciones, con una conducta desleal o hipócrita sin
más. Jesús arremetió contra los fariseos precisamente por su hipocresía, pues
hablaban de un modo y hacían de otro, cubriendo con máscara de justicia sus
graves transgresiones de la ley.
Jesús exige a sus discípulos ser “sencillos como las
palomas” (Mt 10, 16), trasparentes como niños (Mt 18, 3). Tanto la sencillez
como la sinceridad excluyen toda forma de doblez y complicación, fruto del amor
propio y del egoísmo, y cuando son perfectas, penetran toda la vida del hombre
reduciéndola a la unidad y confiriéndole una limpidez particular. Sólo podrá
llegar a tanto el que en toda su vida se deja guiar por una única luz, se apoya
en una única fuerza y tiende a un único fin: Dios. El que es sencillo no acepta
otra luz que la que viene de Dios, de su palabra y de su ley. Por eso
prescinde de todas las miras del amor
propio y del egoísmo y rehúye el falso fulgor de las pasiones y de las máximas
del mundo, todo él tinieblas y engaños. Juzga todas las cosas a la luz de la
fe, ve en cada circunstancia la mano de Dios y se sirve de todo para ir a él,
sin perder tiempo en razonar sobre las causas segundas.
Su paso es veloz y seguro, porque encuentra en Dios no
sólo la luz para discernir el camino recto, sino también la fuerza para
seguirlo. En todo momento y en toda ocasión se apoya en Dios con la confianza
de hijo, sabiendo que sólo en él puede encontrar el sostén necesario a su
debilidad. Cualquier cosa que haga mira al fin último y tiene una intención
única: servir a Dios, agradarle, darle gloria. Por eso vigila atentamente no se
infiltren en su conducta intenciones segundas sugeridas por la vanidad o el
egoísmo. La pureza de intención hace que todas sus acciones sean sencillas y
reflejen sin sombra sus pensamientos e intenciones. Nada le detiene y nada
teme, porque busca a Dios sólo y por su aprobación; por eso obra con la
libertad santa de los hijos de Dios, sin respetos humanos y sin preocuparse del
juicio o del favor de los hombres. El hombre sencillo merece el elogio que
Jesús dirigió a Natanael: “Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay
engaño” (Jn 1, 47).
Tú me conoces
enteramente, Señor; mi presente, mi pasado y mi futuro están delante de ti,
como una sola realidad. Esos mismos matices diáfanos y vaporosos de mi
pensamiento que no consigo aferrar, los conoces tú. Todo acto, sea obra
material o pensamiento, tú lo puedes comprender en su mismo origen y seguirlo
en su entero desarrollo y en sus consecuencias. Tú sabes cuál es el fin que me
espera y sabes la hora en que me presentaré ante ti para ser juzgado… Con todo,
Señor, no podría resignarme a la idea de que tú no me conozcas. Saber que tú
lees en mi corazón es para mí el mayor consuelo. Dame en la medida más
abundante la sinceridad completa que deseo. Haz que no tenga nunca por qué
temer tu mirada, dándome cuenta de que no busco honestamente sino agradarte.
Enséñame a amarte más, entonces tendré finalmente paz y tu juicio no me
infundirá miedo alguno. (J. H. Newman, Madurez cristiana).
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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