PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2142 ~
Miércoles 11 de Setiembre de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Paseando un día por el campo, encontré una piedra sobre el pasto, la retiré con cuidado. Debajo unos tallos blanquecinos, luchaban por
crecer en busca de sol. Se ahogaban oprimidos por la piedra. Después de retirar
la piedra, respiraron tranquilos. Al día siguiente, los brotes de hierba habían
recobrado su color verde y se empinaban derechos, acariciados por el aire.
Así viven muchas personas, oprimidas por pesos
insoportables, sin luz, sin alegría. De pronto alguien levanta la piedra y
llega un rayo de sol. Llega la paz.
Quiero ayudarte a levantar la piedra que oprime tu
corazón. Para que vivas en paz y seas feliz.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús alzando los ojos hacia sus
discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de
Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados.
Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis
cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro
nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de
gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban
sus padres a los profetas.
»Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido
vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque
tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y
llanto. ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo
trataban sus padres a los falsos profetas».
(Lc 6,20-26)
Comentario
Hoy, Jesús señala dónde está la verdadera felicidad. En
la versión de Lucas, las bienaventuranzas vienen acompañadas por unos lamentos
que se duelen por aquellos que no aceptan el mensaje de salvación, sino que se
encierran en una vida autosuficiente y egoísta. Con las bienaventuranzas y los
lamentos, Jesús hace una aplicación de la doctrina de los dos caminos: el
camino de la vida y el camino de la muerte. No hay una tercera posibilidad
neutra: quién no va hacia la vida se encamina hacia la muerte; quién no sigue
la luz, vive en las tinieblas.
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino
de Dios» (Lc 6,20). Esta bienaventuranza es la base de todas las demás, pues
quien es pobre será capaz de recibir el Reino de Dios como un don. Quien es
pobre se dará cuenta de qué cosas ha de tener hambre y sed: no de bienes
materiales, sino de la Palabra de Dios; no de poder, sino de justicia y amor.
Quien es pobre podrá llorar ante el sufrimiento del mundo. Quien es pobre sabrá
que toda su riqueza es Dios y que, por eso, será incomprendido y perseguido por
el mundo.
«Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido
vuestro consuelo» (Lc 6,24). Esta lamentación es también el fundamento de todas
las que siguen, pues quien es rico y autosuficiente, quien no sabe poner sus
riquezas al servicio de los demás, se encierra en su egoísmo y obra él mismo su
desgracia. Que Dios nos libre del afán de riquezas, de ir detrás de las
promesas del mundo y de poner nuestro corazón en los bienes materiales; que
Dios no permita que nos veamos satisfechos ante las alabanzas y adulaciones
humanas, ya que eso significaría haber puesto el corazón en la gloria del mundo
y no en la de Jesucristo. Nos será provechoso recordar lo que nos dice san Basilio:
«Quien ama al prójimo como a sí mismo no acumula cosas innecesarias que puedan
ser indispensables para otros».
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Pafnucio
Obispo de Tebaida
Conmemoración de san Pafnucio, obispo en Egipto, que fue
uno de aquellos confesores que, en tiempo del emperador Galerio Maximino,
habiéndoles sacado el ojo derecho y desjarretado la pantorrilla izquierda,
fueron condenados a las minas, y después, asistiendo al Concilio de Nicea,
luchó denodadamente por la fe católica contra el arrianismo (s. IV).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Rabino criticado sin piedad
Hay personas que
conocen el secreto arte de transformar su debilidad en fortaleza. Los límites
reales que tuvieron en la vida los impulsaron de tal modo que se distinguieron
entre sus iguales. Supieron hacer de un obstáculo un punto de apoyo para
lanzarse adelante con más fuerza que el común de la gente. Hubo un rabino que
hizo de las críticas peldaños de crecimiento.
En aquel pueblo todos admiraban al rabino,
menos Isaac, que no perdía oportunidad de contradecirlo y señalarle cualquier
defecto en sus lecciones. Esta actitud indignaba a la gente, pero no podían
hacer nada. Un día Isaac se murió. Durante el entierro, la comunidad notó que
el rabino estaba muy triste.
—¿Por qué tanta tristeza?, le preguntó uno.
—¡Él vivía señalando defectos en todo lo que usted decía!
—No me lamento por mi amigo, que hoy está en
el cielo — respondió el rabino. —Me lamento por mí mismo. Mientras que todos me
alababan, él me criticaba, y yo me sentía obligado a mejorar. Ahora que murió,
¿quién me ayudará a crecer?
Aprender de los
errores, aprovechar sabiamente las críticas, persistir a pesar de las
dificultades, son otros tantos desafíos a superar la mediocridad y el
estancamiento. Que no dramatices los problemas, porque normalmente son
fantasmas de la imaginación que racionaliza nuestras cobardías para no salir de
la fácil rutina. ¡Ánimo, sé valiente y confía en el Señor!
Padre Natalio
La frase de hoy
“Que los obstáculos que se te presenten
te sirvan solo para que algo nuevo salga de ti:
nuevas ideas, nuevas oportunidades, nuevas fuerzas.
Cree en ti mismo y espera siempre lo mejor de la vida.
Ensancha tu visión. ¡Que nada te impida llegar a la
cima!”
Morena Oliveyra
Tema del día:
El silencio de María
Juan fue, seguramente el primero en experimentar aquello
que nosotros llamamos la devoción a María: amor filial, admiración,
disponibilidad, fe.
Dios no puede ser objeto de intelección sino de fe. Esto
quiere decir que a Dios no se le entiende, se le acoge. Y si se le acoge de
rodillas, se le "entiende" mejor.
La fe es eso precisamente: peregrinar, subir, llorar,
dudar, esperar, caer y levantarse, siempre caminar como los seres errantes que
no saben dónde dormirán hoy y qué comerán mañana. Como Abraham, como Israel,
como Elías, como María. Pero la peregrinación, normalmente, es desierto.
Eso mismo ocurre entre nosotros. Muchas almas tuvieron en
otras épocas visitaciones gratuitas de Dios, experimentaron vivamente su
presencia, recibieron gracias infusas y gratuidades extraordinarias, y aquellos
momentos quedaron marcados como heridas rojas en sus almas. Fueron momentos
embriagadores. Pasan los años. Dios calla.
Estas almas son asaltadas por la dispersión y la
tentación. La monotonía las invade. Se prolonga obstinadamente el silencio de
Dios. Tienen que agarrarse, casi desesperadamente, al recuerdo de aquellas
experiencias vivas para no sucumbir ahora.
La grandeza de María no está en imaginarse que ella nunca
fue asaltada por la confusión. Está en que cuando no entiende algo, ella no
reacciona angustiada, impaciente, irritada, ansiosa o asustada.
En lugar de eso, toma la actitud típica de los Pobres de
Dios: llena de paz, paciencia y dulzura, toma las palabras, se encierra en sí
misma, y queda interiorizada, pensando: ¿Qué querrán decir estás palabras? ¿Cuál
será la voluntad de Dios en todo esto? La Madre es como una de esas flores que
cuando desaparece la claridad del sol se cierran sobre sí mismas: así ella se
repliega en su interior y, llena de paz, va identificándose con la voluntad
desconcertante de Dios, aceptando el misterio de la vida. ¿Qué se consigue con
resistir los imposibles? En esos momentos nos corresponde actuar como María:
cerrar la boca y quedar en paz.
Creer es confiar. Creer es permitir. Creer, sobre todo,
es adherirse, entregarse. En una palabra creer es amar. Creer es "caminar
en la presencia de Dios" (Gn 17,1). La fe es, al mismo tiempo, un acto y
una actitud que agarra, envuelve y penetra todo cuanto es la persona humana: su
confianza, su fidelidad, su asentimiento intelectual y su adhesión emocional.
Compromete la historia entera de una persona: con sus criterios, actitudes,
conducta general e inspiración vital. A mi entender, las palabras más preciosas
de la Escritura son estás: " He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según
su palabra " (Lc 1,38)
Lo que sabemos, con absoluta certeza, es que la vida
normal de esta muchacha de campo fue interrumpida, de forma sorprendente, por
una visitación extraordinaria de su Señor Dios.
Frente a la aparición y a estas inauditas proposiciones
uno queda pensando cómo esta jovencita no quedó trastornada, cómo no fue
asaltada por el espanto y salió corriendo. Siguió llena de dulzura y serenidad.
El hecho de ser inmaculada debió influir decisivamente,
porque los desequilibrios son generalmente resultado perturbador del pecado, es
decir, el egoísmo.
Todos nosotros llevamos en nuestra constitución personal
una franja de soledad en la que y por la que unos somos diferentes de otros.
Nadie -excepto Dios- puede compartir ese peso.
Y la pobre muchacha, solitariamente como adulta en la fe,
salta por encima de todas las perplejidades y preguntas y, llena de paz,
humildad y dulzura, confía y se entrega. "¡Hágase!" Está bien Padre
mío.
Sólo un profundo espíritu de abandono y una fe adulta nos
librará del desconcierto y nos evitará ser quebrantados por el silencio. Antes
de ser Señora nuestra, fue Señora de sí misma.
P. Ignacio Larrañaga
Nuevo video
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Julio
“Tati” S., de Córdoba, Argentina, que hoy será operado de una afección
intestinal, rogando a nuestra Madre de Lourdes que lo acompañe, lo proteja y lo fortalezca en su recuperación.
Pedimos oración por la señora Leticia, que hoy será operada en Córdoba, Argentina, para que el
Buen Jesús le ayude a superar con bien la cirugía y el período de pos operatorio.
Pedimos oración por José "Pepe" P., de Córdoba, Argentina, para que el Espíritu de Dios lo ilumine, María lo proteja y Jesús lo acompañe en cada paso de su vida.
Pedimos oración por Ana Matilde S., de Córdoba, Argentina, 59 años, médica, que ha sufrido un accidente cerebro vascular grave y sigue internada en terapia intensiva. Que el Dios que todos reconocemos como Padre, le conceda su gracia.
Pedimos oración por Ana Matilde S., de Córdoba, Argentina, 59 años, médica, que ha sufrido un accidente cerebro vascular grave y sigue internada en terapia intensiva. Que el Dios que todos reconocemos como Padre, le conceda su gracia.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
“Intimidad Divina”
El Reino de Dios y
su justicia
A Juan Bautista que, consciente de la santidad del
Mesías, rehusaba bautizarlo, le respondió Jesús: “Déjame ahora, pues conviene
que así cumplamos toda justicia que es obediencia perfecta a la voluntad de Dios”
Y éste era también el único objetivo de la vida de Cristo: la voluntad del
Padre, que cumplirá hasta la muerte de cruz. El camino de la justicia perfecta
es el camino de la voluntad de Dios, para obedecer a la cual no basta una
adhesión material y externa, sino se precisa ante todo una adhesión interior
que supone la muerte al pecado y a la voluntad propia. El hombre, pecador de
por sí, no puede llegar a tanto si Dios no lo previene con su iniciativa,
justificándolo y sanándolo en lo profundo de su ser. “Todos pecaron –dice San
Pablo– y están privados de la gloria de Dios; y son justificados por el don de
su gracia, en virtud de la redención realizada por Cristo. Sólo la gracia,
fruto de los méritos del Salvador, justifica interiormente al hombre y lo hace
capaz de vivir en la justicia y en la santidad.
“Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas
esas cosas se os darán por añadidura” (Mt 6, 33). En este panorama de
perfección total tiene su puesto un aspecto parcial, pero necesario, de la justicia
entendida como virtud que da a cada cual lo suyo, del que también Jesús habló.
Cuando los fariseos le preguntaron sobre la licitud del tributo impuesto por el
emperador romano, respondió: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que
es de Dios” (Mt 22, 20). La justicia
exige que le sea reconocido a cada uno el lugar y el derecho que le
pertenecen; a Dios, pues, siempre el primer lugar y el primer obsequio: el del
corazón y del espíritu, el de la obediencia y del amor sin reservas; a la
autoridad legítima del estado y a todo hombre, el homenaje relativo a los
derechos de cada uno.
El hombre debe portarse de modo que respete todos los
derechos de sus semejantes, en especial los de los más necesitados e
indefensos, no abusando nunca de ellos para un provecho personal injusto. La
justicia del cristiano debe resplandecer en todas sus relaciones con el
prójimo, no descuidando ningún deber. “Todo cuanto hay de verdadero, de noble,
de justo, de puro, de amable, y de honorable –dice San Pablo–, todo cuanto sea
virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta” (Fl 4, 8). El
esfuerzo por buscar en primer lugar “el reino de Dios y su justicia”, no puede
y no debe hacer al cristiano descuidado de sus deberes sociales, antes lo debe
hacer más atento a llevar a todas partes el sentido de la justicia evangélica.
“Buscad el reino de
Dios y su justicia”. La justicia reina en los cielos; haz, Señor, que reine
igualmente en tu Iglesia… Y reina cuando se te da lo que se te debe, porque
entonces se da también por amor tuyo a la criatura, a la que se ama en ti, lo
que le corresponde. Por la misma razón nos damos también a nosotros lo que nos
es debido, pues cuando nos hemos saciado de ti, Señor, nos hemos procurado todo
el bien de que somos capaces. Entonces nuestra justicia será cabal… Entonces mi
alma no tendrá más hambre, no tendrá más sed, tendrá el verdadero alimento: “Mi
manjar es hacer la voluntad de mi Padre y llevar su obra a cumplimiento”.
Justamente por eso proclamas tú, Salvador nuestro, que la perfecta justicia
consiste en practicar en todo la voluntad santísima del Padre celestial y en
hacer de ella norma de la nuestra. Pero cuando nos uniformamos a su voluntad,
entonces él hace lo que a nosotros nos agrada… “Hará la voluntad de aquellos
que le temen” y así cumplirá todos sus deseos. (J. B. Bossuet, Meditaciones
sobre el Evangelio)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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