sábado, 7 de septiembre de 2013

Pequeñas Semillitas 2138

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2138 ~ Sábado 7 de Setiembre de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
¿Cuál es la más importante contribución hacia la paz que puedes hacer en este mismo momento?  No es otra sino que una plegaria.  Deja penetrar lo profundo de la plegaria dentro de tu corazón. El deseo de nuestros corazones por la paz en la tierra llevará al mundo en la dirección correcta aspirando por la paz.
Nunca antes han sido tan necesarias nuestras plegarias para la obtención de la paz.  Cuando oramos, comenzamos a ver la luz, la esperanza y la armonía.  Eliminamos los pensamientos de disputas, odios y lucha por el poder desde los corazones de la humanidad.
Trascendiendo los límites de raza, nacionalidades e ideologías, cuando oramos desde el fondo de nuestros corazones hacemos que la paz llegue a la tierra.
Donde quiera que te encuentres, la plegaria puede ser hecha en este mismo momento para beneficio de la humanidad y de todos los seres vivos. 

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Sucedió que Jesús cruzaba en sábado por unos sembrados; sus discípulos arrancaban y comían espigas desgranándolas con las manos. Algunos de los fariseos dijeron: «¿Por qué hacéis lo que no es lícito en sábado?». Y Jesús les respondió: «¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David, cuando sintió hambre él y los que le acompañaban, cómo entró en la Casa de Dios, y tomando los panes de la presencia, que no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le acompañaban?». Y les dijo: «El Hijo del hombre es señor del sábado».
(Lc 6,1-5)

Comentario
Hoy, ante la acusación de los fariseos, Jesús explica el sentido correcto del descanso sabático, invocando un ejemplo del Antiguo Testamento (cf. Dt 23,26): «¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David, (...), y tomando los panes de la presencia, que no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le acompañaban?» (Lc 6,3-4).
La conducta de David anticipó la doctrina que Cristo enseña en este pasaje. Ya en el Antiguo Testamento, Dios había establecido un orden en los preceptos de la Ley, de modo que los de menor rango ceden ante los principales.
A la luz de esto, se explica que un precepto ceremonial (como el que comentamos) cediese ante un precepto de ley natural. Igualmente, el precepto del sábado no está por encima de las necesidades elementales de subsistencia.
En este pasaje, Cristo enseña cuál era el sentido de la institución divina del sábado: Dios lo había instituido en bien del hombre, para que pudiera descansar y dedicarse con paz y alegría al culto divino. La interpretación de los fariseos había convertido este día en ocasión de angustia y preocupación a causa de la multitud de prescripciones y prohibiciones.
El sábado había sido hecho no sólo para que el hombre descansara, sino también para que diera gloria a Dios: éste es el auténtico sentido de la expresión «el sábado fue hecho para el hombre» (Mc 2,27).
Además, al declararse “señor del sábado” (cf. Lc 6,5), manifiesta abiertamente que Él es el mismo Dios que dio el precepto al pueblo de Israel, afirmando así su divinidad y su poder universal. Por esta razón, puede establecer otras leyes, igual que Yahvé en el Antiguo Testamento. Jesús bien puede llamarse “señor del sábado”, porque es Dios.
Pidámosle ayuda a la Virgen para creer y entender que el sábado pertenece a Dios y es un modo —adaptado a la naturaleza humana— de rendir gloria y honor al Todopoderoso. Como ha escrito Juan Pablo II, «el descanso es una cosa “sagrada”» y ocasión para «tomar conciencia de que todo es obra de Dios».
Fr. Austin Chukwuemeka IHEKWEME (Ikenanzizi, Nigeria)

Santoral Católico:
Santa Regina
Mártir
Hija de un ciudadano pagano de Alise, en Borgoña, la santa -cuya madre falleció al darla a luz- fue entregada a una nodriza que era cristiana y que la educó en la fe. Su belleza atrajo las miradas del prefecto Olybrius, quien, al saber que era de noble linaje, quiso casarse con ella, pero ella se negó a aceptarlo y no quiso atender los discursos de su padre, quien trataba de convencerla para que se casara con un hombre tan rico.

Ante su obstinación, su padre decidió encerrarla en un calabozo y, como pasaba el tiempo sin que Regina cediese, Olybrius desahogó su cólera haciendo azotar a la joven y sometiéndola a otros tormentos.

Una de aquellas noches, recibió en su calabozo el consuelo de una visión de la cruz al tiempo que una voz le decía que su liberación estaba próxima. En el momento de la ejecución (decapitación), apareció una paloma blanquísima que causó la conversión de muchos de los presentes. La devoción a la santa aumentó a partir del siglo VII.
Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

El trabajo de cada día

Ningún trabajo es insignificante, ninguna tarea es despreciable, cualquier ocupación merece que pongamos todas nuestras fuerzas y nuestra creatividad en ella. “Si alguien está llamado a ser barrendero, debería barrer las calles como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía versos”, (M. L. King).

Un hombre va a la consulta del médico y le dice:
—¡Doctor, me he caído y me duelen mucho las piernas!
El Doctor después de examinarlo le dice:
—No se preocupe, no es nada. Dentro de unos días ya estará Ud. trabajando.
—Caramba, Doctor, qué maravilla, además de curarme, ¿me dará trabajo?

El trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de entregarnos a los vicios, y nos proporciona los recursos para remediar nuestras necesidades fundamentales. Es una bendición de Dios. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que tengas un día de acción.
Padre Natalio

Palabras del Papa Francisco

¡Que se eleve fuerte 
en toda la Tierra
el grito de la Paz!
Papa Francisco

Tema del día:
Recemos por la Paz
Paz entre Dios y los hombres.
Paz en las almas.
Paz entre los hombres.
Paz entre las Naciones.
Paz en el mundo.

"Bienaventurados los que trabajan por la paz porque serán llamados hijos de Dios" (Mt 5, 9)

"Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad" (Lc 14, 2)

Dice Jesús:

"La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia" (Diario #300)
"Dile a la humanidad doliente que se abrace a Mi Corazón misericordioso y Yo la llenaré de paz" (Diario #1074)
"Hija Mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado.  A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan.  Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz" (Diario #1541)

Dice la Reina de la Paz:
Viernes 25 de ENERO de 1991. El rosario puede hacer milagros.

"Queridos hijos, Hoy, como al principio, os invito a la oración. Que vuestra oración sea oración por la paz. Satanás es fuerte y desea destruir, no sólo vuestra vida humana, sino también la naturaleza y el planeta en el cual vivís. Por ello, queridos hijos, orad para poder, a través de la oración, ser protegidos con la bendición de la paz de Dios. Dios me ha enviado a vosotros para que os ayude, si queréis aceptar el rosario. El rosario por sí solo puede hacer milagros en el mundo y en vuestra vida. Yo os bendigo y permanezco con vosotros hasta que Dios lo quiera. Gracias por no traicionar mi presencia aquí, y gracias porque vuestra respuesta sirve a Dios y a la Paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!"

Nuevo artículo

Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
(Oración por la Paz)
Puedes acceder en la dirección:

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Aldo Federico, que vive en la provincia de Santa Fe, Argentina, tiene 41 años y está con un problema digestivo por el cual será operado en los próximos días. Rogamos a la Santísima Virgen que lo proteja y pida por él ante Jesús.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com  con el título: “Suscripción a Pequeñas Semillitas”.

“Intimidad Divina”

Paciencia a toda prueba

“Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Mirad, el labrador espera el fruto precioso de la tierra aguardándolo con paciencia… Tened también vosotros paciencia; fortaleced vuestros corazones porque la venida del Señor está cerca” (San 5, 7-8). En la vida no se encuentran sólo dificultades que con un poco de coraje se pueden vencer de una vez por todas; muchas veces se trata de tribulaciones físicas o morales, o de penosas situaciones ambientales, permanentes a las que no es posible sustraerse y que es preciso soportar con paciencia hasta que Dios disponga otra cosa. El sufrimiento, de un modo u otro, acompaña al hombre toda la vida. ¡Dichoso quien comprende su valor y sabe recabar en él un tesoro para la eternidad! Como el labrador espera con paciencia el fruto de la tierra, así el cristiano debe aguantar en las tribulaciones esperando la venida del Señor; en aquel día –el último día– los sufrimientos soportados por amor de Dios darán su fruto, la gloria del cielo.

Santo Tomás enseña que “el acto principal de la fortaleza no es agredir, sino resistir, esto es, estar firmes en el peligro”. La resistencia en la lucha –y la vida terrena es una larga lucha– exige, en efecto, gran fuerza de ánimo; resistir es más duro que atacar. Para animar a la resistencia San Pablo invita a tener “fijos los ojos en Jesús…, el cual, en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia… Fijaos en aquel que soportó la contradicción… para que no desfallezcáis faltos de ánimo” (He 12, 2-3). El cristiano puede encontrarse abrumado de tribulaciones, fatigas y contrariedades oprimentes por su peso y por su duración; tal vez entonces se abate y está tentado de entregar las armas y abandonar el campo. No sucederá eso si tiene los ojos fijos en Cristo paciente. Sin él todo sufrimiento y combate son inútiles, pero con él son medio para conquistar el gozo y la gloria eterna para sí y para los otros. El ejemplo del Señor sostiene y reconforta; pero hay que resistir como él “hasta llegar a la sangre” (ib. 4). Esa ha de ser la medida de la paciencia cristiana.

“Ya que Cristo padeció en la carne –dice San Pedro–, aramos también vosotros de este mismo pensamiento” (1 Pe 4, 1), pensamientos de aceptación de la voluntad de Dios, de paciencia y de fortaleza. Y esto no sólo en las tribulaciones externas producidas por los hombres, sino también en las internas y estrictamente personales, permitidas únicamente por Dios. Con frecuencia es más arduo sostener luchas interiores que batallas exteriores, soportar serenamente una larga enfermedad que reduce a la impotencia que afanarse por las necesidades de la vida o por hacer el bien. Aunque a una luz humana ciertos sufrimientos puedan parecer injustos y no merecidos, dentro del plan de Dios tienen un por qué y están ordenados infaliblemente al bien “de los que le aman” (Rm 8, 28). “Porque bella cosa es tolerar penas, por consideración a dios, cuando se sufre injustamente. ¿Pues qué gloria hay en soportar los golpes cuando habéis faltado?” (1 Pe 19-20). El mismo Jesús sufrió injustamente, y “no está el discípulo por encima de su maestro” (Mt 10, 24).

La paciencia es una virtud tan apacible y necesaria a nuestra salud, que sin ella no podemos agradarte, oh dios, ni recibir el fruto de nuestras fatigas, que tú permites para nuestra salvación… Esta virtud… demuestra que el alma con la luz de la fe santísima ha visto y conocido que tú no quieres más que su bien, y que lo que nos das o permites en esta vida, nos lo das para nuestra santificación… Oh alma mía, ¿y quieres dolerte de tu bien? No puedes ni debes dolerte de ello, sino que has de soportarlo realmente para gloria y alabanza del nombre de Dios. La paciencia florece en dulzura en medio del corazón; es fuerte y repudia toda impaciencia y congoja; es longánime y perseverante y por ninguna fatiga vuelve la cabeza atrás a mirar lo ya arado, sino va siempre adelante siguiéndote a ti, humilde Cordero, cuya paciencia y mansedumbre fue tanta, que conforma contigo Crucificado porque se arma con tu doctrina; se sacia de oprobios. Señorea la ira, pisoteándola con la mansedumbre. No se cansa por ninguna fatiga, porque está unida a la caridad… Da largamente; nada hay tan caro a ella que no lo dé, privándose de ella con buena paciencia, como ebria de tu sangre, oh Cristo crucificado. Se pierde a sí misma, y cuanto más se pierde, más se encuentra unida y confirmada en tu dulce voluntad. (Santa Catalina de Siena, Epistolario)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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