miércoles, 28 de marzo de 2012

Pequeñas Semillitas 1664

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1664 ~ Miércoles 28 de Marzo de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
¿A quién le gusta sufrir o sacrificarse “porque si”? Tampoco lo hizo Jesús. Él no afronta la prueba decisiva como un “héroe de película”, sino como un Hijo obediente, humano como nosotros: Por amor al mundo, para glorificar el nombre de Dios, se entregó a la muerte. Jesús “obedece”, “muere”, “entrega su vida” y nos invita a seguirlo, a imitar su amor, a esforzarnos para que nuestra vida dé mucho fruto. La propuesta no es cómoda, pero es maravillosa. Así lo entendieron tantos seguidores de Cristo que “perdieron” su vida (= la consumieron haciendo el bien), a través de los siglos. También hoy, infinidad de misioneros, sacerdotes, religiosos/as, voluntarios/as, profesionales, trabajadores, padres y madres de familia, dirigentes, autoridades… de manera silenciosa procuran vivir el Evangelio, seguir e imitar a Jesús, ser en su puesto de combate, causa de salvación –material y espiritual– para cuantos los rodean.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos que habían creído en Él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres. Ya sé que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no prende en vosotros. Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído donde vuestro padre».
Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham». Jesús les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios». Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que Él me ha enviado».
(Jn 8,31-42)

Comentario
Hoy, cuando ya quedan pocos días para entrar en la Semana Santa, el Señor nos pide que luchemos para vivir unas cosas muy concretas, pequeñas, pero, a veces, no fáciles. A lo largo de la reflexión las iremos explicando: básicamente, se trata de perseverar en su palabra. ¡Qué importante es referir nuestra vida siempre al Evangelio! Preguntémonos: ¿qué haría Jesús en esta situación que debo afrontar? ¿Cómo trataría a esta persona que me cuesta especialmente? ¿Cuál sería su reacción ante esta circunstancia? El cristiano debe ser —según san Pablo— “otro Cristo”: «Vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en mí» (Gal 2,20). El reflejo del Señor en nuestra vida de cada día, ¿Cómo es? ¿Soy su espejo?
El Señor nos asegura que, si perseveramos en su palabra, conoceremos la verdad, y la verdad nos hará libres (cf. Jn 8,32). Decir la verdad no siempre es fácil. ¿Cuántas veces se nos escapan pequeñas mentiras, disimulamos, nos “hacemos los sordos”? A Dios no le podemos engañar. Él nos ve, nos contempla, nos ama y nos sigue en el día a día. El octavo mandamiento nos enseña que no podemos hacer falsos testimonios, ni decir mentiras, por pequeñas que sean, o aunque puedan parecernos insignificantes. Tampoco caben las mentiras “piadosas”. «Sea, pues, vuestra palabra: ‘Sí, sí’, ‘No, no’» (Mt 5,37), nos dice Jesucristo en otro momento. La libertad, esta tendencia al bien, está muy relacionada con la verdad. A veces, no somos suficientemente libres porque en nuestra vida hay como un doble fondo, no somos claros. Hemos de ser contundentes. El pecado de la mentira nos esclaviza.
«Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí» (Jn 8,42), dice el Señor. ¿Cómo se concreta nuestro afán diario por conocer al Maestro? ¿Con qué devoción leemos el Evangelio, por poco que sea el tiempo de que dispongamos? ¿Qué poso deja en mi vida, en mi día? ¿Se podría decir, viéndome, que leo la vida de Cristo?
Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu (Rubí, Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Esteban Harding, Abad


Nació en Sherborne en Dorsetshire, Inglaterra, a mediados del siglo XI; murió el 28 de Marzo de 1134.

Recibió su primera educación en el monasterio de Sherborne y más tarde estudió en París y Roma. Al regreso de esta última ciudad, se detuvo en el monasterio de Molesme y, quedó tan impresionado de la santidad de Roberto, el abad, que decidió unirse a esa comunidad. Aquí practicó grandes austeridades, llegó a ser uno de los principales partidarios de San Roberto y fue uno de los veintiún monjes que, por la autoridad de Hugo, arzobispo de Lyons, se retiró a Cîteaux para instituir una reforma en la nueva fundación en ese lugar.

Cuando San Roberto fue llamado nuevamente a Molesme (1099), Esteban llegó a ser prior de Cîteaux bajo Alberico, el nuevo abad. A la muerte de Alberico (1110), Esteban, que estaba ausente del monasterio en ese momento, fue electo abad. El número de monjes se había reducido mucho, dado que no habían ingresado nuevos miembros para reemplazar a los que habían fallecido.

Esteban, sin embargo, insistió en retener la estricta observancia instituida originalmente y, habiendo ofendido al Duque de Borgoña, gran promotor de Cîteaux, al prohibir a él y a su familia penetrar al claustro, se vio incluso forzado a pedir limosna de puerta en puerta.

Parecía que la fundación estaba condenada a morir cuando (1112) San Bernardo, con treinta compañeros, se unió a la comunidad. Esto resultó ser el inicio de una extraordinaria prosperidad. Al año siguiente Esteban fundó su primera colonia en La Ferté, y hasta antes de su muerte había establecido un total de trece monasterios.

Sus talentos como organizador eran excepcionales, instituyó el sistema de capítulos generales y visitas regulares para asegurar la uniformidad en todas sus fundaciones, redactó la famosa “Constitución o Carta dela Caridad”, una colección de estatutos para el gobierno de todos los monasterios unidos a Cîteaux, que fue aprobada por el Papa Calixto II en 1119.

En 1133 Esteban, ahora anciano, enfermo y casi ciego, renunció al puesto de abad, designando como su sucesor a Roberto de Monte, quién fue consecuentemente electo por los monjes. La elección del santo, sin embargo, resultó desafortunada y el nuevo abad retuvo el puesto sólo dos años.

Además de la “Constitución de la Caridad”, comúnmente se le atribuye la autoría del “Exordium Cisterciencis Cenobii” que, sin embargo, pudiera no ser suyo. Se conservan dos de sus sermones y también dos cartas (Nº 45 y 49) en el “Epp. S. Bernardi”.

Esteban fue sepultado en la tumba e Alberico, su predecesor, en el claustro de Cîteaux.

La celebración de San Esteban ha sido movida de fecha con el tiempo, del 17 de abril al 16 de julio, luego al 26 de enero, fiesta de los santos Fundadores de la Orden Cisterciense: San Roberto, el beato Alberico y san Esteban. Finalmente, la reciente edición del "Martiriologio romano" muestra su celebración el 28 marzo, como ocasión del día de su muerte.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“Que nada ni nadie les quite la alegría interior”
 
Benedicto XVI en Cuba


Tema del día:
El Papa en Cuba


Santiago de Cuba, 27 Mar. 12 (AICA)

En su segundo día en Cuba, Benedicto XVI visitó el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, a donde llegó para orar a los pies de la imagen mariana, a la que pidió bendecir a todos los cubanos.

Delante de obispos, el Papa pidió a la Virgen que enseñe a los cubanos a escuchar a su Hijo y les ayude a superar el rencor, la enemistad y ser más hermanos, así como a vivir la caridad.

Luego, el Santo Padre encendió un cirio a los pies de la “Virgen Mambisa”. Seguidamente dirigió unas breves palabras a los fieles reunidos en las afueras del Santuario.

Discurso completo del Santo Padre:
    
Queridos hermanos y hermanas:

Vine como peregrino hasta la casa de la bendita imagen de Nuestra Señora de la Caridad, ‘la Mambisa’, como ustedes la invocan afectuosamente. Su presencia en este poblado de El Cobre es un regalo del cielo para los cubanos.

Deseo saludar cordialmente a los aquí presentes. Reciban el cariño del Papa y llévenlo por doquier, para que todos experimenten el consuelo y la fortaleza en la fe. Hagan saber a cuantos se encuentran cerca o lejos que he confiado a la Madre de Dios el futuro de su Patria, avanzando por caminos de renovación y esperanza, para el mayor bien de todos los cubanos.

También suplico a la Virgen Santísima por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad.

He puesto asimismo en su inmaculado Corazón a los jóvenes, para que sean auténticos amigos de Cristo y no sucumban a propuestas que dejan la tristeza tras de sí. Ante María de la Caridad, también me he acordado de modo particular de los cubanos descendientes de aquellos que llegaron aquí desde África, así como de la cercana población de Haití, que aún sufre las consecuencias del conocido terremoto de hace dos años.

Y no olvido a tantos campesinos y a sus familias, que desean vivir intensamente en sus hogares el evangelio, y ofrecen también sus casas como centros de misión para la celebración de la Eucaristía.

A ejemplo de la Santísima Virgen, animo a todos los hijos de esta querida tierra a seguir edificando la vida sobre la roca firme que es Jesucristo, a trabajar por la justicia, a ser servidores de la caridad y perseverantes en medio de las pruebas.

Que nada ni nadie les quite la alegría interior, tan característica del alma cubana. Que Dios les bendiga. Muchas gracias.


Pensamientos sanadores


Hoy pídele al Señor tener una visión amorosa de ti mismo/a

En la historia personal de cada individuo pudo haber modelos de retraimiento, incomunicación y timidez.
Con demasiada frecuencia hay quienes cargan con sentimientos de infravaloración, y eso los lleva a creer que lo que uno habla o dice no es importante ni valioso, por lo que optan por el silencio y por vivir encerrados en sí mismos, tomando distancia de tantas personas a las cuales podrían ayudar o de quienes ellos mismos podrían recibir ánimo y afirmación para sus vidas.
Si éste es tu caso, comienza a mirarte a ti mismo con los ojos amorosos del Señor y recibe el verdadero valor que tú tienes.
Piensa que Dios te ha hecho a su imagen y semejanza y que eres único e irrepetible. Por lo tanto alaba a Dios por tu vida.

¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra! Quiero adorar tu majestad sobre el cielo, con la alabanza de los niños y de los más pequeños, erigiste una fortaleza contra tus adversarios para reprimir al enemigo y al rebelde. Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor, le diste dominio sobre la obra de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos especiales oraciones por Mercedes, que atraviesa una profunda crisis en todos los frentes de la vida y se siente sin fuerzas para seguir luchando. Rogamos al Señor, que por los méritos de su pasión, muerte y resurrección, Él, que venció a la muerte y nos consiguió la vida a todos, la sostenga, la fortalezca, le renueve la fe y la esperanza, sabiendo que después de la noche más oscura siempre vuelve a brillar el sol. Que María, que es Madre y conoce de todos los sufrimientos humanos porque los padeció, la acompañe y la lleve de la mano en este tiempo de vacilación, para que Mercedes encuentre las fuerzas y el camino que hoy parece haber extraviado.

Desde Río Negro, Argentina, nos escribe Stella Maris para pedir oraciones por su nietito en gestación, falta más de un mes pero viene con muchos problemas, por lo que nos unimos en la plegaria a Jesús para que proteja al bebé y a la mamá y les conceda la gracia de que todo resulte bien en el tiempo que queda de embarazo, en el parto y en la vida del recién nacido.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración.


Cuaresma día por día


Sé fiel en lo poco.

Plinio, un escritor romano de la antigüedad, cuenta que unos sicarios asesinaron a un hombre que tenía un perro. El perro, que se había quedado sin amo, permaneció junto al cadáver de su amo muchos días, para impedir que las aves de rapiña o las fieras carroñeras lo devorasen.

Habla también de otro perro de un ciudadano romano condenado a muerte, que no quiso alejarse de la cárcel donde estaba preso su amo. Hasta después de¡ suplicio -añade- permaneció junto al cadáver, manifestando su dolor con tristes ladridos. Y cuando el cuerpo del amo fue arrojado al Tíber, se lanzó también al río, donde le vieron emplear todas sus fuerzas para impedir que se hundiera el cadáver.

Es el instinto de los animales. No podemos hablar de auténtico amor. Pero da la impresión de que hasta las criaturas irracionales nos dan lecciones, nos exhortan a dar gracias, a amar y ser fieles a los demás.

¿Eres tú fiel en lo poco? ¿Hablas mal de alguien que no está presente? ¿Cuándo quedas en algo, lo cumples? ¿Dices siempre la verdad, aunque sea en tonterías? ¿Engañas en el juego? Señor, que sea fiel en lo poco, que sea fiel a los demás y a Ti.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras

P. José Pedro Manglano Castellary


"Intimidad Divina"

El Hijo de Dios os hará libres

“Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos: conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8, 31-32). La condición que Cristo pone a los hombres para liberarse de la esclavitud del pecado es la fe en él; fe que nace de la escucha atenta, perseverante, de su palabra, la única que contiene la verdad absoluta, sin mezcla de errores ni de engaños. “Yo soy la verdad” (Jn 14, 6), dijo el Señor; es él quien trae la verdad al mundo, él es “la luz verdadera que alumbra a todo hombre “. Su palabra es el vehículo de la verdad ofrecida a los hombres para que, por ella alumbrados, se vean libres de las seducciones de la mentira. La mentira del Maligno había seducido al género humano desde sus orígenes y lo había hecho esclavo del pecado; la verdad de Cristo quebranta la antigua esclavitud y le restituye al hombre su libertad de hijo de Dios.

El hombre moderno, sediento de libertad, necesita entender que la verdadera libertad se encuentra sólo en Cristo. “La verdadera libertad –enseña el Concilio– es signo eminente de la imagen divina del hombre” (GS 17). La libertad del hombre no es más que un reflejo de la libertad infinita de Dios. Dios es libre de un modo absoluto, el hombre de un modo relativo; la libertad de Dios consiste en poder hacer libremente todo el bien que quiere; la libertad del hombre consiste en la “libre elección del bien”; tanto más libre es el hombre cuanto más capaz de elegir y de obrar el bien. Pero el pecado hirió al hombre en su libertad, le oscureció la mente haciéndole difícil conocer la verdad, discernir con prontitud el bien del mal; de ahí se siguió la desviación de la voluntad, que con frecuencia inclina al hombre a elegir el mal antes que el bien.

Pero para gozar plenamente de la libertad de Cristo, el hombre ha de confiarse a él, dejarse iluminar por él. Verdad hecha carne, y traducir en vida y en obras su palabra. Liberado del pecado, el hombre debe valerse de la libertad que Dios le ha dado y que Cristo le ha restituido, para servir a Dios, para servir a Cristo con amor. Dios, libertad infinita, es amor; el hombre es libre en la medida en que se hace amor y capacidad de amar a Dios y al prójimo. “Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad –escribe San Pablo a los Gálatas–, pero cuidado con tomar la libertad por pretexto para servir a la carne, antes servíos unos a otros por la caridad (5, 13). La libertad debe servir al amor, y el amor auténtico es, a su vez, servicio generoso y desinteresado a Dios y a los hermanos.

Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti. Si, tú me librarás de la red del cazador, de la peste funesta. Me cubrirás con tus plumas, bajo tus alas me refugiaré. No se me acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta mi tienda, porque a tus ángeles has dado órdenes para que me guarden en mi camino, me llevarán en sus palmas, para que mi pie no tropiece en la piedra. (Salmo 91, 2-4, 10-12)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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