jueves, 15 de marzo de 2012

Pequeñas Semillitas 1651

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1651 ~ Jueves 15 de Marzo de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
¿Cuántas veces he pasado por alto el verdadero significado de unas palabras ajenas, simplemente por no estar escuchando de verdad?  ¿Y cuántas veces he sido mal comprendido por la misma causa?
La comunicación es parte importante de todos los aspectos de mi vida.  En mis relaciones con el prójimo, en el trabajo y en casa, el éxito del compromiso puede estar determinado por el grado de comunicación entre las personas. Aprendo a ser mejor comunicador cuando me dejo dirigir por el amoroso espíritu de Dios.  Cuando escucho a otros, escucho con amor.
Confío en que Dios -no las apariencias-, me muestre el verdadero significado de las palabras o los actos de alguien. Porque confío en Dios, jamás temeré ser mal entendido.  Él me inspira para que diga y haga lo correcto en el momento correcto.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo; sucedió que, cuando salió el demonio, rompió a hablar el mudo, y las gentes se admiraron. Pero algunos de ellos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios». Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?, porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama».
(Lc 11,14-23)

Comentario
Hoy, en la proclamación de la Palabra de Dios, vuelve a aparecer la figura del diablo: «Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo» (Lc 11,14). Cada vez que los textos nos hablan del demonio, quizá nos sentimos un poco incómodos. En cualquier caso, es cierto que el mal existe, y que tiene raíces tan profundas que nosotros no podemos conseguir eliminarlas del todo. También es verdad que el mal tiene una dimensión muy amplia: va “trabajando” y no podemos de ninguna manera dominarlo. Pero Jesús ha venido a combatir estas fuerzas del mal, al demonio. Él es el único que lo puede echar.
Se ha calumniado y acusado a Jesús: el demonio es capaz de conseguirlo todo. Mientras que la gente se maravilla de lo que ha obrado Jesucristo, «algunos de ellos dijeron: ‘Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios’» (Lc 11,15).
La respuesta de Jesús muestra la absurdidad del argumento de quienes le contradicen. De paso, esta respuesta es para nosotros una llamada a la unidad, a la fuerza que supone la unión. La desunión, en cambio, es un fermento maléfico y destructor. Precisamente, uno de los signos del mal es la división y el no entenderse entre unos y otros. Desgraciadamente, el mundo actual está marcado por este tipo de espíritu del mal que impide la comprensión y el reconocimiento de los unos hacia los otros.
Es bueno que meditemos cuál es nuestra colaboración en este “expulsar demonios” o echar el mal. Preguntémonos: ¿pongo lo necesario para que el Señor expulse el mal de mi interior? ¿Colaboro suficientemente en este “expulsar”? Porque «del corazón del hombre salen las intenciones malas» (Mt 15,19). Es muy importante la respuesta de cada uno, es decir, la colaboración necesaria a nivel personal.
Que María interceda ante Jesús, su Hijo amado, para que expulse de nuestro corazón y del mundo cualquier tipo de mal (guerras, terrorismo, malos tratos, cualquier tipo de violencia). María, Madre de la Iglesia y Reina de la Paz, ¡ruega por nosotros!
Rev. D. Josep GASSÓ i Lécera (Corró d'Avall, Barcelona, España)


Santoral Católico:
Santa Luisa de Marillac
Patrona de la Asistencia Social


Nació en París en 1591, Hija de Louis de Marillac, señor de Ferrieres. Perdió a su madre desde temprana edad, pero tuvo una buena educación, gracias, en parte, a los monjes de Poissy, a cuyos cuidados fue confiada por un tiempo, y en parte, a la instrucción personal de su propio padre, que murió cuando ella tenía poco más de quince años. Luisa había deseado hacerse hermana capuchina, pero el que entonces era su confesor, capuchino él mismo, la disuadió de ello a causa de su endeble salud. Finalmente se le encontró un esposo digno: Antonio Le Gras, hombre que parecía destinado a una distinguida carrera y que ella aceptó. Tuvieron un hijo. En el período en que Antonio estuvo gravemente enfermo, ella lo cuidó con esmero y completa dedicación.. Desgraciadamente, Luisa sucumbió a la tentación de considerar esta enfermedad como un castigo por no haber mostrado su agradecimiento a Dios, que la colmaba de bendiciones, y estas angustias de conciencia fueron motivos de largos períodos de dudas y aridez espiritual. Tuvo, sin embargo, la buena fortuna de conocer a San Francisco de Sales, quien pasó algunos meses en París, durante el año 1619. De él recibió la dirección más sabia y comprensiva. Pero París no era el lugar del santo.

Un poco antes de la muerte de su esposo, Luisa hizo voto de no contraer matrimonio de nuevo y dedicarse totalmente al servicio de Dios. Después, tuvo una extraña visión espiritual en la que sintió disipadas sus dudas y comprendió que había sido escogida para llevar a cabo una gran obra en el futuro, bajo la guía de un director a quien ella no conocía aun. Antonio Le Gras murió en 1625. Pero ya para entonces Luisa había conocido a "Monsieur Vicente", quien mostró al principio cierta renuncia en ser su confesor, pero al fin consintió. San Vicente en aquel tiempo estaba organizando sus "Conferencias de Caridad", con el objeto de remediar la espantosa miseria que existía entre la gente del campo, para ello necesitaba una buena organización y un gran numero de cooperadores. La supervisión y la dirección de alguien que infundiera absoluto respeto y que tuviera, a la vez, el tacto suficiente para ganarse los corazones y mostrarles el buen camino con su ejemplo.

A medida que fue conociendo más profundamente a "Mademoiselle Le Gras", San Vicente descubrió que tenía a la mano el preciso instrumento que necesitaba. Era una mujer decidida y valiente, dotada de clara inteligencia y una maravillosa constancia, a pesar de la debilidad de salud y, quizás lo más importante de todo, tenía la virtud de olvidarse completamente de si misma por el bien de los demás. Tan pronto como San Vicente le habló de sus propósitos, Luisa comprendió que se trataba de una obra para la gloria de Dios. Quizás nunca existió una obra religiosa tan grande o tan firme, llevada a cabo con menos sensacionalismo, que la fundación de la sociedad, que fue conocida como "Hijas de la Caridad" y que se ha ganado el respeto de los hombres de la más diversas creencias en todas partes del mundo. Solamente después de cinco años de trato personal con Mlle. Le Gras, Monsieur Vicente, que siempre tenía paciencia para esperar la oportunidad enviada por Dios, mandó a esta dama devota, en mayo de 1629, a hacer lo que podríamos llamar una visita a "La Caridad" de Montmirail. Esta fue la precursora de muchas misiones similares y, a pesar de la mala salud de la señorita, tomada muy en cuenta por San Vicente, ella no retrocedió ante las molestias y sacrificios.

En 1633, fue necesario establecer una especie de centro de entrenamiento o noviciado, en la calle que entonces se conocía como Fosses-Saint-Victor. Ahí estaba la vieja casona que Le Gras había alquilado para sí misma después de la muerte de su esposo, donde dio hospitalidad a las primeras candidatas que fueron aceptadas para el servicio de los pobres y enfermos; cuatro sencillas personas cuyos verdaderos nombres quedaron en el anonimato. Estas, con Luisa como directora, formaron el grano de mostaza que ha crecido hasta convertirse en la organización mundialmente conocida como Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Su expansión fue rápida. Pronto se hizo evidente que convendría tener alguna regla de vida y alguna garantía de estabilidad. Desde hacía tiempo, Luisa había querido ligarse a este servicio con voto, pero San Vicente, siempre prudente y  en espera de una clara manifestación de la voluntad de Dios, había contenido su ardor. Pero en 1634, el deseo de la santa se cumplió. San Vicente tenía completa confianza en su hija espiritual y fue ella misma la que redactó una especie de regla de vida que deberían seguir los miembros de la asociación. La sustancia de este documento forma la médula de la observancia religiosa de las Hermanas de la Caridad Aunque éste fue un gran paso hacia adelante, el reconocimiento de las Hermanas de la Caridad como un instituto de monjas, estaba todavía lejos.

En la actualidad, la blanca cofia y el hábito azul al que sus hijas han permanecido fieles durante cerca de 300 años, llaman inmediatamente la atención en cualquier muchedumbre. Este hábito es tan sólo la copia de los trajes que antaño usaban las campesinas. San Vicente, enemigo de toda pretensión, se opuso a que sus hijas reclamaran siquiera una distinción en sus vestidos para imponer ese respeto que provoca el hábito religioso. No fue sino hasta 1642, cuando permitió a cuatro miembros de su institución hacer votos anuales de pobreza, castidad y obediencia y, solamente 13 años después, obtuvo en Roma la formal aprobación del instituto y colocó a las hermanas definitivamente bajo la dirección de la propia congregación de San Vicente. Mientras tanto, las buenas obras de las hijas de la caridad se habían multiplicado aceleradamente. En el desarrollo de todas estas obras, Mlle. Le Gras soportaba la parte más pesada de la carga. Había dado un maravilloso ejemplo en Angers, al hacerse cargo de un hospital terriblemente descuidado. El esfuerzo había sido tan grande, que a pesar de la ayuda enorme que le prestaron sus colaboradores, sufrió una severa postración que fue diagnosticada erróneamente, como un caso de fiebre infecciosa. En París había cuidado con esmero a los afectados durante una epidemia y, a pesar de su delicada constitución, había soportado la prueba. Los frecuentes viajes, impuestos por sus obligaciones, habrían puesto a prueba la resistencia de un ser más robusto; pero ella estaba siempre a la mano cuando se la requería, llena de entusiasmo y creando a su alrededor una atmósfera de gozo y de paz. Como sabemos por sus cartas a San Vicente y a otros, solamente dos cosas le preocupaban: una era el respeto y veneración con que se le acogía en sus visitas; la otra era la ansiedad por el bienestar espiritual de su hijo Miguel.

En el año de 1660, San Vicente contaba ochenta años y estaba ya muy débil. La santa habría dado cualquier cosa por ver una vez más a su amado padre, pero este consuelo le fue negado. Sin embargo, su alma estaba en paz; el trabajo de su vida había sido maravillosamente bendecido y ella se sacrificó sin queja alguna, diciendo a las que la rodeaban que era feliz de poder ofrecer a Dios esta última privación. La preocupación de sus últimos días fue la de siempre, como lo dijo a sus abatidas hermanas: "Sed empeñosas en el servicio de los pobres... amad a los pobres, honradlos, hijas mías, y honraréis al mismo Cristo". Santa Luisa de Marillac murió el 15 de marzo de 1660; y San Vicente la siguió al cielo tan sólo seis meses después. Fue canonizada en 1934.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“Das lo que tienes y tienes lo que cultivas con tesón y entusiasmo cada día y aquello con lo que alimentas tu mente, tus sentimientos y tus sentidos... Por consiguiente no podrás dar paz ni serenidad ni amor si te alimentas de resquemor, de odio y de hostilidad.”

Bernabé Tierno

Temas Médicos:
La Influenza


La influenza es una infección respiratoria causada por un virus (influenza 1, 2, 3) cuyo comportamiento es como una gripe, se presenta con un cuadro de leve a moderada intensidad, con fiebre, escalofríos, ataque al estado general, falta de apetito, dolor faríngeo, congestión nasal, fluido nasal claro, dolor de cabeza y de cuerpo, accesos de tos seca, vómito y dolor abdominal. Se presenta predominantemente en los meses de invierno; se transmite de persona a persona, por contacto directo, gotitas de saliva, secreciones nasales, o juguetes contaminados. Es por eso que en lugares como las guarderías pueden ser lugares de epidemias.

¿Cuáles son las complicaciones de la influenza?

La influenza puede ser una infección de curso no grave y limitarse en 3-5 días, pero en algunos casos se puede agravar o complicarse con infecciones de oído, sinusitis e incluso neumonías, las complicaciones también dependen de las condiciones generales de los niños afectados, por ejemplo en los niños desnutridos se pueden complicar más fácilmente, los niños sometidos a tabaquismo pasivo en términos generales tienen riesgo de complicación, y los niños con enfermedades crónicas como enfermedades del corazón, riñón, hígado, diabetes o cáncer suelen ser susceptibles de complicaciones.

¿Cómo se trata la influenza?
    
En términos generales la influenza debe de tratarse con medidas generales como reposo en cama, ingestión de líquidos en abundante cantidad, dieta rica en vitamina C, retirar de la fuente de contagio y el uso de medicamentos antivirales, no se recomiendan los antibióticos ya que los virus no responden a este tratamiento, sólo en el caso de complicaciones como infección de oído, sinusitis y neumonía, en donde se sospecha se agregó un agente bacteriano, entonces justifica el uso de estos medicamentos. El malestar general y la fiebre se pueden manejar con sintomáticos, es decir medicamentos para la fiebre e inflamación, así como descongestivos nasales.

¿Cuándo debo sospechar que hay complicaciones?

Cuando el cuadro no se ha autolimitado en cinco días, el niño persiste decaído, con fiebre, con tos importante y no quiere comer, la presencia de dolor de oído, dificultad respiratoria y coloración azul de labios y uñas, son datos de alarma que indican la presencia de complicaciones; en general es aconsejable que ante la presencia de un cuadro gripal, los niños sean revisados por el médico pero de no ser así, la presencia de estos datos constituyen una urgencia e indican la necesidad de recibir atención médica.

¿Existe alguna forma de prevenir la influenza?

Sí existe la forma de prevenir la influenza, esto va desde evitar contacto con personas enfermas, medidas higiénicas como mantener los juguetes limpios, educar a los niños a cubrirse al toser o estornudar con un pañuelo facial y desecharlos en un bote de basura tapado, de tal forma que eviten la diseminación, aislar a la gente enferma de los lugares concurridos como guarderías o escuelas y además la utilidad de la vacuna.

¿Quién debe ser vacunado?

Existe una vacuna que puede aplicarse cada año, ésta contiene virus muertos, se aplica en el brazo, en niños menores de 9 años requieren dos aplicaciones y en niños mayores sólo una. Se aconseja que la aplicación sea en los meses antes de la época invernal. La población que más requiere de la vacuna son aquellos niños con enfermedades del corazón, pulmón incluyendo asma, diabetes, cáncer, sida, enfermedades crónicas, sin embargo los niños en general pueden recibir la vacuna lo cual además de protegerlos contra la enfermedad, evitará también la propagación de la enfermedad y los brotes epidémicos; dicha vacuna también es recomendada para la población adulta.

Dra. Magdalena Cerón Rodríguez
Médico Pediatra Internista, adscrito al Servicio de Urgencias del Hospital Infantil de México Federico Gómez

Nuevo video y artículo

Hay un nuevo video subido a este blog.
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"Juan Pablo II inolvidable"
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Pensamientos sanadores


Hoy pídele a Dios que bendiga tu sexualidad

El Señor que te ha creado te ha hecho a su imagen y semejanza, y Él quiere seguir bendiciendo todas las áreas de tu ser.
Ya que todo lo que el Señor ha hecho es bueno, pídele que también bendiga tu sexualidad, ordenando lo que esté desordenado, sanando lo que esté herido y orientando todas tus pulsiones interiores de modo que, poniéndolas al servicio de Dios y al mayor bien de tu prójimo, te ayuden a realizarte plenamente en todas las dimensiones de tu persona.
Por lo cual, cuando sufras tentaciones en esta área, no te desanimes, no temas, no cedas. Ten presente que aún los más grandes santos fueron tentados de diversas maneras en relación con la sexualidad; pero ten presente que vencieron, depositando su confianza en Dios, guiados por la prudencia y fortalecidos por la oración.

Eviten la fornicación. Cualquier otro pecado cometido por el hombre es exterior a su cuerpo, pero el que fornica peca contra su propio cuerpo. ¿O no saben que sus cuerpos son templo del Espíritu Santo, que habita en ustedes y que han recibido de Dios? 1 Corintios 6,  1-19.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud del señor José Manuel R., que vive en Valencia, Venezuela, y está afectado de Alzheimer y Parkinson. También rezamos por la conversión de su hija mayor Lidia Virginia. Que el Señor Jesús reciba con su infinita bondad nuestras oraciones y nos conceda las gracias solicitadas para estas personas tan queridas.

Pedimos oración por la señora Chabelina M. que fue internada ayer en Veracruz, México, por infarto; y por el señor Ricardo T. del mismo país, cuyo estado de salud es grave. Que la Virgen de Guadalupe interceda por la recuperación de ambos.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración.


Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas


Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail:  Si desean recibir el power point y los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a pequesemillitas@gmail.com
Solo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.


Cuaresma día por día


Héroes anónimos.

"Soy consciente, rezaba Newman, de que a pesar de mis faltas, deseo vivir y morir para gloria de Dios. Deseo entregarme completamente a Él como instrumento suyo para la tarea que quiera y a costa de cualquier sacrificio personal".

Hoy puedes hacer tuya la oración de Newman, converso inglés que tanto hizo por la Iglesia de su país: ¡Señor, aunque no valga nada, aquí estoy para hacer, por Ti, lo que quieras!

Te copio parte de un artículo de Bernabé Tierno y te animo a que quieras ser, haciendo favores "normales", un héroe anónimo: "Jamás pensé que estar en contacto con la enfermedad y el sufrimiento de los demás podría hacerme tanto bien. Estando de camillero en Lourdes, una señora, medio ciega y sin piernas, rezaba el rosario. Como advertí preocupación en su rostro, le pregunté qué le apenaba. Ella me respondió: "Me entristece este pobre hombre de la camilla de al lado". Se me hizo un nudo en la garganta y pensé, ¡Dios mío! Ella sí que está físicamente mal y, sin embargo, no piensa en sí misma.

Esta aleccionadora experiencia me la contaba hace unos días en San Sebastián el propio protagonista, Luis, un hombre de mediana edad que, desde hace años, junto con su esposa, asiste como camillero voluntario a los enfermos que peregrinan a Lourdes. Tantas personas anónimas, la mayoría donantes de sangre, como Luis, que no desaprovechan la menor ocasión que se les presenta para ayudar según sus posibilidades, son héroes anónimos.

Tú nos explicaste que lo que hacemos con los demás lo hacemos contigo. Por eso trataré de ser generoso, Jesús, con los demás. En concreto estos días de Cuaresma procuraré hacer muchos favores. Recuérdamelo, por favor, y que sepas que los haré por amor a ti y a ellos. ¡Cada día, al menos, un buen favor!

Continúa hablándole a Dios con tus palabras

P. José Pedro Manglano Castellary


"Intimidad Divina"

Con Cristo obediente

El voto de obediencia aparece como reparación a la resistencia que el mundo moderno opone a la palabra de Dios, a su ley, a su voluntad. El Hijo de Dios ha sido enviado, precisamente, para expiar este pecado capital, y los religiosos, mediante el voto de obediencia, se asocian a su expresión redentora, salvadora. “Cristo –dice el Concilio–, en cumplimiento de la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el reino de los cielos… y con su obediencia realizó la redención” (LG 3). La vida de Cristo es, toda ella, un misterio de obediencia al Padre, de entrega incondicional a su voluntad. Y no se trata de una obediencia gozosa, sino dolorosa, de una obediencia que conoce la amargura del sufrimiento.

La obediencia le hizo aceptar la traición de Judas, la agonía del Getsemaní, el abandono de sus amigos más íntimos, la obediencia le entregó a manos de los soldados, le condujo a los tribunales, le cargó con la cruz, le arrastró por el Calvario, y, en fin, le hizo extender sus brazos en la cruz para morir como un malhechor. Cristo vino al mundo por obediencia, y quiso vivir y morir en obediencia. La obediencia religiosa, que es comunión con la voluntad salvífica del Padre, es también comunión con la obediencia de Cristo, en quien se realiza dicha voluntad. El consejo evangélico de la obediencia es el don que Jesús ofrece a todos los que quiere asociar, de un modo más íntimo y eficaz, a su misión redentora.

El voto de obediencia es una participación de la total sumisión de Cristo. El Concilio afirma, precisamente, que los religiosos, “a la manera de Cristo mismo”, abrazan la obediencia por moción del Espíritu Santo. Los religiosos, movidos por el mismo Espíritu divino, son incorporados al misterio de la obediencia de Cristo, obediencia amorosa, espontánea, total. El religioso acepta, respeta al superior por un motivo sobrenatural, porque “hace las veces de Dios” y es, por lo tanto, el mediador de la voluntad divina. Y al someterse a los superiores, cuanto más el religioso se deje llevar por el Espíritu Santo, tanto más su obediencia adquiere la suavidad del amor.

¡Oh Señor, cuán diferentes son vuestros caminos de nuestras torpes imaginaciones! ¡Y cómo de un alma que está ya determinada a amaros y dejada en vuestras manos, no queréis otra cosa sino que obedezca y se informe bien de lo que es más servicio vuestro, y eso desee! No ha menester ella buscar los caminos ni escogerlos, que ya su voluntad es vuestra. Vos, Señor mío, tomáis ese cuidado de guiarla por donde más se aproveche. Y aunque el prelado no ande con este cuidado de aprovecharnos el alma, sino de que se hagan los negocios que le parece conviene a la comunidad, Vos, Dios mío, le tenéis y vais disponiendo el alma y las cosas que se tratan de manera que, sin entender cómo, nos hallamos con espíritu y gran aprovechamiento, que nos deja después espantadas. (Santa Teresa de Jesús. Fundaciones)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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