miércoles, 26 de junio de 2013

Pequeñas Semillitas 2071

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2071 ~ Miércoles 26 de Junio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

Alabado sea Jesucristo…
Tú puedes seguir tus sueños y liberar el poder ilimitado que existe en tu interior, logrando superar cualquier situación limitante y conseguir el éxito en tu vida, demostrando que el éxito está disponible para todo aquél que se atreva a soñar y esté dispuesto a actuar para conseguirlo, siempre confiando en su propio potencial ilimitado.
Porque eres un ser único e irrepetible. Porque gozas  de una inteligencia  y sabiduría ilimitadas. Porque tu creatividad es única. Porque sabes quién eres y a dónde vas. Porque todo gira a tu favor. Pero por sobre todas las cosas… porque Dios está contigo…

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis».
(Mt 7,15-20)

Comentario
Hoy, se nos presenta ante nuestra mirada un nuevo contraste evangélico, entre los árboles buenos y malos. Las afirmaciones de Jesús al respecto son tan simples que parecen casi simplistas. ¡Y justo es decir que no lo son en absoluto! No lo son, como no lo es la vida real de cada día.
Ésta nos enseña que hay buenos que degeneran y acaban dando frutos malos y que, al revés, hay malos que cambian y acaban dando frutos buenos. ¿Qué significa, pues, en definitiva, que «todo árbol bueno da frutos buenos (Mt 7,17)»? Significa que el que es bueno lo es en la medida en que no desfallece obrando el bien. Obra el bien y no se cansa. Obra el bien y no cede ante la tentación de obrar el mal. Obra el bien y persevera hasta el heroísmo. Obra el bien y, si acaso llega a ceder ante el cansancio de actuar así, de caer en la tentación de obrar el mal, o de asustarse ante la exigencia innegociable, lo reconoce sinceramente, lo confiesa de veras, se arrepiente de corazón y... vuelve a empezar.
¡Ah! Y lo hace, entre otras razones, porque sabe que si no da buen fruto será cortado y echado al fuego (¡el santo temor de Dios guarda la viña de las buenas vides!), y porque, conociendo la bondad de los demás a través de sus buenas obras, sabe, no sólo por experiencia individual, sino también por experiencia social, que él sólo es bueno y puede ser reconocido como tal a través de los hechos y no de las solas palabras.
No basta decir: «Señor, Señor!». Como nos recuerda Santiago, la fe se acredita a través de las obras: «Muéstrame tu fe sin las obras, que yo por las obras te haré ver mi fe» (Sant 2,18).
Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Josemaría Escrivá de Balaguer
Fundador de la Prelatura "Opus Dei"

Infancia y Juventud

Josemaría Escrivá de Balaguer nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902. Sus padres se llamaban José y Dolores. Tuvo cinco hermanos: Carmen (1899-1957), Santiago (1919-1994) y otras tres hermanas menores que él, que murieron cuando eran niñas. El matrimonio Escrivá dio a sus hijos una profunda educación cristiana.

En 1915 quebró el negocio del padre, que era un industrial de tejidos, y hubo de trasladarse a Logroño, donde encontró otro trabajo. En esa ciudad, Josemaría percibe por primera vez su vocación: después de ver unas huellas en la nieve de los pies descalzos de un religioso, intuye que Dios desea algo de él, aunque no sabe exactamente qué es. Piensa que podrá descubrirlo más fácilmente si se hace sacerdote, y comienza a prepararse primero en Logroño y más tarde en el seminario de Zaragoza. Siguiendo un consejo de su padre, en la Universidad de Zaragoza estudiará también la carrera civil de derecho como alumno libre.

La fundación del Opus Dei

D. José Escrivá muere en 1924, y Josemaría queda como cabeza de familia. Recibe la ordenación sacerdotal el 28 de marzo de 1925 y comienza a ejercer el ministerio en una parroquia rural y luego en Zaragoza.

En 1927 se traslada a Madrid, con permiso de su obispo, para obtener el doctorado en Derecho. En Madrid, el 2 de octubre de 1928, Dios le hace ver la misión que desde años atrás le venía inspirando, y funda el Opus Dei. Desde ese día trabaja con todas sus fuerzas en el desarrollo de la fundación que Dios le pide, al tiempo que continúa con el ministerio pastoral que tiene encomendado en aquellos años, que le pone diariamente en contacto con la enfermedad y la pobreza en hospitales y barriadas populares de Madrid.

Al estallar la guerra civil, en 1936, Josemaría se encuentra en Madrid. La persecución religiosa le obliga a refugiarse en diferentes lugares. Ejerce su ministerio sacerdotal clandestinamente, hasta que logra salir de Madrid. Después de una travesía por los Pirineos hasta el sur de Francia, se traslada a Burgos.

Cuando acaba la guerra, en 1939, regresa a Madrid. En los años siguientes dirige numerosos ejercicios espirituales para laicos, para sacerdotes y para religiosos. En el mismo año 1939 termina sus estudios de doctorado en Derecho.

Guiando el crecimiento del Opus Dei

En 1946 fija su residencia en Roma. Obtiene el doctorado en Teología por la Universidad Lateranense. Es nombrado consultor de dos Congregaciones vaticanas, miembro honorario de la Pontificia Academia de Teología y prelado de honor de Su Santidad. Sigue con atención los preparativos y las sesiones del Concilio Vaticano II (1962-1965), y mantiene un trato intenso con muchos de los padres conciliares. Desde Roma viaja en numerosas ocasiones a distintos países de Europa, para impulsar el establecimiento y la consolidación del Opus Dei en esos lugares. Con el mismo objeto, entre 1970 y 1975 hace largos viajes por México, la Península Ibérica, América del Sur y Guatemala, donde además tiene reuniones de catequesis con grupos numerosos de hombres y mujeres.

Fallece en Roma el 26 de junio de 1975. Varios miles de personas, entre ellas numerosos obispos de distintos países —en conjunto, un tercio del episcopado mundial—, solicitan a la Santa Sede la apertura de su causa de canonización.

Beatificación y Canonización

El 17 de mayo de 1992, Juan Pablo II beatifica a Josemaría Escrivá de Balaguer en la plaza de San Pedro, en Roma, ante 300.000 personas. «Con sobrenatural intuición», dijo el Papa en su homilía, «el beato Josemaría predicó incansablemente la llamada universal a la santidad y al apostolado».

Diez años más tarde, el 6 de octubre de 2002, Juan Pablo II canoniza al fundador del Opus Dei en la plaza de San Pedro ante una multitud de más de 80 países. El Santo Padre, en su discurso a los participantes en la canonización, dijo que "san Josemaría fue elegido por el Señor para anunciar la llamada universal a la santidad y para indicar que la vida de todos los días, las actividades comunes, son camino de santificación. Se podría decir que fue el santo de lo ordinario".

Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

Ha hecho prodigios

La Biblia narra la historia de la salvación humana. Es una historia de bondad y misericordia. La meditación de las obras portentosas del Señor, proclamado una y otra vez en las sagradas páginas autor de maravillas, enciende en el alma el deseo de glorificarlo y bendecirlo. Los salmos ofrecen palabras inspiradas para cantar los prodigios obrados por el Señor a favor mío.

- Bendito el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia.
- Bendito el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia.
- Bendice, alma mía al Señor, y no olvides nunca sus beneficios.
- Ha hecho por mi, prodigios de misericordia.
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Bendito el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia.

El eje de la historia de la salvación empieza con la rebelión y caída del hombre creado por Dios. Desde el primer libro el Señor despliega un plan de redención universal a partir de unas tribus dedicadas a servirlo con una vida honesta. De este pueblo, cuidado paternalmente por Dios con líderes y profetas, saldrá el Mesías redentor que traerá del Cielo la salvación prometida. Es una historia que nos implica a todos y que ofrece lecciones sabias y prudentes: camino de salvación personal y colectiva. Aficiónate a meditar esas palabras que son espíritu y vida 
Padre Natalio

La frase de hoy

“Ese desaliento, ¿por qué? ¿Por tus miserias? ¿Por tus derrotas, a veces continuas? ¿Por un bache grande, grande, que no esperabas? Sé sencillo. Abre el corazón. Mira que todavía nada se ha perdido. Aún puedes seguir adelante, y con más amor, con más cariño, con más fortaleza. Refúgiate en la filiación divina: Dios es tu Padre amantísimo. Esta es tu seguridad, el fondeadero donde echar el ancla, pase lo que pase en la superficie de este mar de la vida. Y encontrarás alegría, reciedumbre, optimismo, ¡victoria!”
San Josemaría

Tema del día:
El arte de amar a los enemigos

(Fragmento Homilía Papa Francisco de la misa celebrada el martes 18 de junio, por la mañana, en la capilla de la Domus Sanctae Marthae.)

Amar a nuestros enemigos, a quienes nos persiguen y nos hacen sufrir es difícil; ni siquiera es un "buen negocio", porque nos empobrece. Sin embargo este es el camino indicado y recorrido por Jesús para nuestra salvación.

¿Cómo es posible perdonar?: También nosotros, todos nosotros, tenemos enemigos, todos. Algunos enemigos débiles, algunos fuertes. También nosotros muchas veces nos convertimos en enemigos de otros; no les queremos. Jesús nos dice que debemos amar a los enemigos.

No se trata de una tarea fácil y generalmente, pensamos que Jesús nos pide demasiado. Pensamos: "Dejemos estas cosas a las monjas de clausura que son santas o a alguna otra alma santa". No es la actitud justa. «Jesús dice que se debe hacer esto porque si no sois como los publicanos, como los paganos, y no sois cristianos».

¿Cómo se puede amar «a quienes toman la decisión de bombardear o matar a tantas personas? ¿Cómo se puede amar a aquellos que por amor al dinero no permiten que las medicinas lleguen a quien la necesita, a los ancianos, y les dejan morir?». Aún más: «¿Cómo se puede amar a las personas que buscan sólo su interés, su poder y hacen tanto mal?».

No sé «cómo se puede hacer. Pero Jesús nos dice dos cosas: primero, mirar al Padre. Nuestro Padre es Dios: hace salir el sol sobre malos y buenos; hace llover sobre justos e injustos. Nuestro Padre, por la mañana, no dice al sol: "Hoy ilumina a estos y a estos; a estos no, déjales en sombra". Dice: "Ilumina a todos". Su amor es para todos, su amor es un don para todos, buenos y malos. Y Jesús concluye con este consejo: "Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial".

Por lo tanto, la indicación de Jesús consiste en imitar al Padre en la perfección del amor. Él perdona a sus enemigos. Hace todo por perdonarles. Pensemos en la ternura con la que Jesús recibe a Judas en el huerto de los Olivos, cuando entre los discípulos se pensaba en la venganza.

La venganza, es ese plato tan rico cuando se come frío; y por ello esperamos el momento preciso para realizarla. «Pero esto no es cristiano. Jesús nos pide amar a los enemigos. ¿Cómo se puede hacer? Jesús nos dice: rezad, rezad por vuestros enemigos. La oración hace milagros; y esto vale no sólo cuando tenemos enemigos; sino también cuando percibimos alguna antipatía, «alguna pequeña enemistad». Entonces es necesario rezar, porque «es como si el Señor viniera con el óleo y preparara nuestro corazón para la paz».

Pero «ahora desearía dejaros una pregunta, a la cual cada uno puede responder en su corazón: ¿rezo por mis enemigos? ¿Rezo por quienes no me quieren? Si decimos que sí, yo os digo: ¡adelante!, reza más, porque éste es un buen camino. Si la respuesta es no, el Señor dice: ¡pobrecillo! También tú eres enemigo de los demás. Entonces es necesario rezar para que el Señor cambie su corazón».

Debemos mirar más el ejemplo de Jesús: «Conocéis, en efecto, la gracia de la que habla hoy el apóstol Pablo: de rico que era, se hizo pobre por vosotros, para que vosotros llegarais a ser ricos por medio de su pobreza. Es verdad: el amor a los enemigos nos empobrece, nos hace pobres, como Jesús, quien, cuando vino, se abajó hasta hacerse pobre. Tal vez no es un "buen negocio" o al menos no lo es según la lógica del mundo. Sin embargo «es el camino que recorrió Dios, el camino que recorrió Jesús» hasta conquistarnos la gracia que nos ha hecho ricos.

Este es el misterio de la salvación: con el perdón, con el amor hacia el enemigo nos hacemos más pobres. Pero esa pobreza es semilla fecunda para los demás, como la pobreza de Jesús llegó a ser gracia y salvación para todos nosotros.

Pensemos en nuestros enemigos, en quien no nos quiere. Sería hermoso si ofreciéramos la misa por ellos, si ofreciéramos el sacrificio de Jesús por quienes no nos aman. Y también por nosotros, para que el Señor nos enseñe esta sabiduría: tan difícil pero también tan bella, y que nos hace semejantes a su Hijo, quien al abajarse se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza.
Autor: SS Francisco
Fuente: Catholic.net

Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 26: Devoción a la Virgen

Jesús antes de morir, dio su testamento. En medio de la agonía contempla al discípulo predilecto y le dice: "He aquí a tu madre". Por su última voluntad, María se convierte en madre de todos.
Jesús, que amaba perfectamente a su madre, se mostró siempre sometido y obediente a ella.
Todas las gracias del Señor vienen a ti por su mediación. Y si la estimas. ¿Cómo tratas de amarla? Un hijo que dice amar a su madre y después la ofende no es sincero; es un mal hijo. ¿Y tú no ofendes a la Virgen con tus faltas de amor?
Fuente: Web Católico de Javier
Nuevo video

Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página. 

Pedidos de oración

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud de Víctor N., de 18 años de edad, de Guatemala, quien padece de Osteomielitis (infección en el hueso de la cabeza) por causa de una otitis. Hoy le hacen exámenes para determinar si lo operan o no, y elevamos nuestra plegaria fervorosa al Señor para que le conceda la gracia de poder curarse sin necesidad de operación.

Pedimos oración por el futuro laboral de Silvia y Gilda, de Argentina.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Enrique, de Guadalajara, México. Que Dios Padre lo reciba en su gloria que no tiene fin.

Pedimos oración por las siguientes personas de Uruguay: por la salud de Alaia; por la conversión de Sergio y familia; y por la solución de vivienda para J.y L. Oramos por ellos. 

Pedimos oración por Carmen D. D., que vive en Las Tunas, Cuba, 84 años de edad, operada de fractura de cadera y afectada de demencia senil, en situación general muy frágil. Que el Señor la fortalezca a ella y a las personas que la cuidan y la Virgen de la Caridad del Cobre los cubra con su manto de amor. 

Pedimos oración por Edna S. de M., que vive en México, afectada de aneurismas cerebrales y a quien están estudiando para ver si la operan. Que Dios Misericordioso le conceda las mejores posibilidades para su tratamiento.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.

“Intimidad Divina”

Haremos morada en él

Ya a nuestros primeros padres quiso Dios ofrecerse no sólo como Creador sino como Trinidad; pero el pecado interrumpió esta comunicación íntima de amistad con la que Dios quería tratar al hombre como hijo y amigo a quien descubrir el misterio de su vida íntima para asociarlo a ella. Todo esto sería dado de nuevo al hombre por la encarnación del Verbo, por Cristo, el Hombre-Dios Mediador entre Dios y la humanidad. Rescatando al hombre del pecado, Jesús le devolvió la capacidad de recibir el don divino: la gracia santificante, y por ende el amor, que lo hace partícipe de la naturaleza y de la vida divina. Y así en virtud de la redención obrada por él, puede Jesús hacer la gran promesa: “Si alguno me ama…, mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él” (Jn 14, 23). La Santísima Trinidad se complace en hacer morada en el que ama, o sea, en el fiel que vive en la gracia y el amor… Cuanto mejor sepa [el hombre] acoger el amor divino y vivir en él, tanto más se complacerá la trinidad en hacer morada en él, como el amigo se complace en estar con su amigo, tratando con él en dulce intimidad. “Mira –dice el Señor– que estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3, 20). ¿Cuál será nuestra respuesta?

Si vivimos en el amor, Dios no sólo mora en nosotros, sino que, siendo el Dios vivo, vive en nosotros: vive su vida íntima y trinitaria. Vive en nosotros el Padre, que de continuo engendra al Hijo, y vive el Padre y el Hijo de los cuales incesantemente procede el Espíritu Santo. Nuestra alma es el pequeño cielo en el que se expande esta sublime vida divina, la vida de la Santísima Trinidad. Mas ¿para qué vive en el hombre la Trinidad sino para invitarle a su vida? El Padre engendra en él al Hijo, y se lo da para hacerle hijo suyo. El Padre y el Hijo expiran en él al Espíritu Santo y selo dan, para que él que es el término y el vínculo de su amor y de su unión, sea también el vínculo del amor y unión del hombre con la Trinidad. Las Personas divinas están en el creyente que las acoge y se asocia a su vida por medio de la fe y de la caridad. Mediante la fe cree en ellas, mediante la caridad se une a ellas.

Se une al Padre, que lo recibe en su abrazo paterno, lo sostiene con su fuerza omnipotente y lo arrastra consigo a la contemplación y amor del Hijo según lo que el mismo Hijo ha revelado: “nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no le atrae” (Jn 6, 44). Se une al Hijo, que lo inunda con su resplandor, lo penetra con su luz infinita, le da a conocer al Padre, verificándose así su palabra: “nadie va al padre sino por mí” (Jn 14, 6). Se une al Espíritu Santo, que derrame sobre él la gracia de adopción como hijo de Dios, vierte en su alma una participación cada vez más plena de la vida divina y lo estrecha consigo en una comunidad cada vez más íntima con el Padre y con el Hijo, para que su unión con Dios sea perfecta. “¡Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas!, ¿qué hacéis?, ¿en qué os entretenéis?” –grita San Juan de la Cruz– (C 39, 7). La Santísima Trinidad quiere asociarnos a su vida divina ¿y nosotros volveremos los ojos a otra parte?

Oh Trinidad santa, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que tu divino omnipotencia me dirija y me confirme, tu divina sabiduría me instruya e ilumine, tu divina bondad ayude y perfeccione mi fe, para que pueda devolvértela en la hora de mi muerte íntegra y sin mancilla, enriquecida con el logro abundante de todas las virtudes. Padre celestial, Rey de reyes, dígnate preparar en mí la fiesta nupcial para el Rey tu Hijo. Jesucristo, Hijo de Dios vivo, haz que mi corazón se una a ti porque tú eres al mismo tiempo mi rey y mi Dios. Espíritu Santo Paráclito, une perpetuamente mi corazón a Jesús con el mismo vínculo de amor con que unes al Padre y al Hijo. (Santa Gertrudis, Ejercicios)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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