martes, 11 de junio de 2013

Pequeñas Semillitas 2056

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2056 ~ Martes 11 de Junio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

Alabado sea Jesucristo…
Las críticas que se han formulado contra la compasión y el perdón son conocidas. Se ha dicho que la compasión impide que los que sufren o padecen pobreza, se conviertan en agentes de su propia evolución; se ha dicho que fomenta la resignación y la dependencia en relación a quien ejerce la compasión.
En cierta medida, son atendibles tales argumentos. No obstante, hay ciertas situaciones humanas tan desesperantes que impiden que la persona pueda afrontarlas con sus propias fuerzas. Son las llamadas situaciones límite, donde se evidencia nuestra impotencia y fragilidad.
En esas circunstancias no requerimos de discursos ni teorías, sino de un apoyo eficaz, afectuoso que nos aliente y nos permita seguir adelante.
La espiritualidad cristiana ha apreciado siempre la bondad del cuidado a los enfermos, la atención a huérfanos y viudas. La motivación para hacerlo no tiene que ver con alcanzar honores humanos, ni recompensas celestes.
Es algo más simple: el rostro de Jesús se manifiesta en las personas débiles; quien experimenta el amor de Dios en la persona de su Hijo, siente el impulso genuino de amarlo en el rostro de los necesitados.
"La verdad católica"

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos».
(Mt 5,13-16)

Comentario
Hoy, san Mateo nos recuerda aquellas palabras en las que Jesús habla de la misión de los cristianos: ser sal y luz del mundo. La sal, por un lado, es este condimento necesario que da gusto a los alimentos: sin sal, ¡qué poco valen los platos! Por otro lado, a lo largo de los siglos la sal ha sido un elemento fundamental para la conservación de los alimentos por su poder de evitar la corrupción. Jesús nos dice: —Debéis ser sal en vuestro mundo, y como la sal, dar gusto y evitar la corrupción.
En nuestro tiempo, muchos han perdido el sentido de su vida y dicen que no vale la pena; que está llena de disgustos, dificultades y sufrimientos; que pasa muy deprisa y que tiene como perspectiva final —y bien triste— la muerte.
«Vosotros sois la sal de la tierra» (Mt 5,13). El cristiano ha de dar el gusto: mostrar con la alegría y el optimismo sereno de quien se sabe hijo de Dios, que todo en esta vida es camino de santidad; que dificultades, sufrimientos y dolores nos ayudan a purificarnos; y que al final nos espera la vida de la Gloria, la felicidad eterna.
Y, también como la sal, el discípulo de Cristo ha de preservar de la corrupción: donde se encuentran cristianos de fe viva, no puede haber injusticia, violencia, abusos hacia los débiles... Todo lo contrario, ha de resplandecer la virtud de la caridad con toda la fuerza: la preocupación por los otros, la solidaridad, la generosidad...
Y, así, el cristiano es luz del mundo (cf. Mt 5,14). El cristiano es esta antorcha que, con el ejemplo de su vida, lleva la luz de la verdad a todos los rincones del mundo, mostrando el camino de la salvación... Allá donde antes sólo había tinieblas, incertidumbres y dudas, nace la claridad, la certeza y la seguridad.
Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)


Santoral Católico:
San Bernabé
Apóstol

“José, llamado por los Apóstoles Bernabé, que quiere decir hijo de consolación, levita, natural de Chipre, tenía un campo; lo vendió y llevó el dinero a los pies de los Apóstoles”. Así nos lo presentan los Hechos de los Apóstoles. Antiguas fuentes refieren que Bernabé, llamado Apóstol por los mismos Hechos, aunque no pertenecía a los Doce, fue probablemente uno de los setenta discípulos de los que habla el Evangelio. En todo caso es una figura de primer plano en la fervorosa comunidad cristiana, que se formó en Jerusalén después de Pentecostés. Los Apóstoles tenían mucho aprecio a Bernabé y lo escogieron para la evangelización de Antioquía.

Bernabé es el hombre de las grandes intuiciones. En Antioquía se dio cuenta inmediatamente de que ese era un terreno apto para sembrar la palabra de Dios. Fue a decirlo a Jerusalén y pidió la aprobación para ir en busca del neoconvertido Saulo, sacándolo de su retiro en Tarso. Así comenzó su extraordinaria asociación. Después de un año de trabajo, habían logrado tantas conversiones que “hicieron noticia”, como se diría hay en el lenguaje periodístico. Dicen los Hechos de los Apóstoles: “Por primera vez los discípulos tomaron el nombre de cristianos en Antioquía”.

Saulo, que ahora prefería usar el nombre romano de Pablo, y Bernabé, satisfechos por haber abierto el camino al anuncio evangélico entre los paganos, partieron hacia otros lugares. Primera etapa Chipre, patria de Bernabé, que había llevado consigo a su joven primo Juan Marcos, el futuro evangelista. Otra magnifica elección, aunque más tarde, al comienzo del segundo y más peligroso viaje misionero, el joven no estaba muy decidido y Pablo no creyó oportuno cambiar el programa, y prefirió separarse inclusive de Bernabé, que se quedó en Chipre.

Pablo y Bernabé, dos personalidades diferentes, que se complementan mutuamente. En Listra, al final del primer viaje misionero, durante la predicación Pablo notó la presencia de un pobre tullido. “Levántate y camina”, le dijo. Y el tullido quedó curado. “La muchedumbre, al ver lo que Pablo había hecho, comenzó a gritar: ¡Los dioses en forma humana han bajado hasta nosotros! Y a Bernabé lo llamaban Júpiter, y a Pablo Mercurio, porque era el más elocuente de los dos”. A Bernabé se le atribuye la paternidad de la Carta paulina a los Hebreos y de otro escrito, llamado El Evangelio de Bernabé, ahora perdido. Después que se separó de Pablo, no se tienen más noticias de Bernabé. Escritos apócrifos hablan de un viaje a Roma y de su martirio, hacia el año 70, en Salamina, por mano de los judíos de la diáspora que lo lapidaron.

Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

Ladrillo tras ladrillo…

Aquí tienes una anécdota que ofrece una enseñanza muy importante para la vida: la constancia es fundamental porque da un toque de perfección a todos los talentos del hombre. Sin ella, nada vale ser un genio en el arte, en la ciencia, en la literatura o en los negocios. No se llega a ninguna meta. Queda uno vencido por el camino.

Los días más amargos de la vida de Tomás Carlyle empezaron aquella mañana cuando su amigo Juan Stuart Mill entró en su estudio diciendo:
—No sé cómo decírtelo…Pero aquel manuscrito que me diste a leer… Pues, ¿sabes?... la sirvienta lo usó para encender la chimenea.
Carlyle relata que al principio experimentó sentimientos alternativos de ira y pesar, pero acabó por abatirse en un hondo desconsuelo.
—Hasta que un día —prosigue— asomándome a la ventana, vi a unos albañiles trabajando. Caí en la cuenta de que, igual que ellos iban poniendo ladrillo tras ladrillo, aún podía yo también añadir una palabra a otra, una frase a otra.
Con aquella reflexión, comenzó a escribir de nuevo “La Revolución Francesa”. Y el fruto de su perseverancia perdura aún en nuestros tiempos como una obra clásica en su género y como un monumento al valor que es capaz por sí solo de vencer la desesperanza.

Beethoven, eminente compositor, dijo que el genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación. La voluntad tenaz es la que produce el milagro de la constancia a toda prueba. Vale la pena entrenarla cada día, ¿verdad? Hasta mañana.

Padre Natalio


Palabras del Papa Francisco

"…Hay dificultades; pero es bello seguir a Jesús, ir en su camino, que puedas tener balance e irse hacia adelante. Luego llegan momentos más bellos pero nadie debe pensar que en la vida no habrá dificultades. Yo también quisiera hacer una pregunta: ¿cómo piensan avanzar ante las dificultades? ¡No es fácil! pero debemos avanzar con fuerza y confianza en el Señor: con el Señor todo se puede. La crisis en este momento que vivimos es una crisis de las personas porque hoy no cuentan las personas sino que cuentan los bienes, el dinero y por eso es necesario liberarnos de estas estructuras económicas y sociales que nos esclavizan"

Papa Francisco


Tema del día:
Existen los milagros

1)  Para saber

La oración valiente y humilde, hecha con el corazón entregado a la fe en Dios, logra milagros, dijo el Papa Francisco en la homilía de la Misa que presidió hace días en la Casa Santa Marta en donde reside.

El Santo Padre dijo que los cristianos deben rezar entregados, confiando en el Señor y pidiendo con valentía aquel favor que requieren: "una oración valiente, que lucha por llegar a aquel milagro” y no una simple oración de compromiso cuando alguien dice: ‘Ah, rezaré por ti’: rezo un Padre Nuestro, un Ave María y, después se olvida. No: oración valiente, como aquella de Abraham que luchaba junto al Señor por salvar la ciudad; como aquella de Moisés que tenía las manos en alto y se cansaba, rezando al Señor; como aquella de tantas personas, de tanta gente que tiene fe y con la fe reza, reza".

2) Para pensar

El Santo Padre narró luego un episodio ocurrido en Argentina: una niña de 7 años se enfermó y los médicos le dieron pocas horas de vida. El papá, un electricista, hombre de fe, "enloqueció y en aquella locura" tomó un autobús para ir al Santuario Mariano de Luján, distante a unos 70 kilómetros de Buenos Aires.

El señor llegó de noche al Santuario de Nuestra señora de Luján, que es Patrona de Argentina. Eran "pasadas las 9 de la noche, cuando todo estaba cerrado. Y comenzó a rezar a la Virgen, con las manos aferradas a la reja de fierro. Y rezaba, y rezaba, y lloraba, y rezaba… y así, permaneció toda la noche. Pero este hombre luchaba: luchaba con Dios, luchaba junto a Dios por la sanación de su hija".

Luego, después de las 6 de la mañana, tomó el autobús y regresó al hospital, a las 9, más o menos. Encontró a su esposa llorando. Se imaginó lo peor. “¿Qué ha pasado? ¡No entiendo! ¿Qué ha pasado?” Su esposa le explicó: “Han venido los doctores y me han dicho que la fiebre ha pasado, que respira bien, que… ¡no tiene nada! La dejarán en reposo por dos días más, pero no entienden ¡qué cosa ha pasado!”

El Papa afirmó: “¡Esto todavía sucede, ¿eh?, los milagros existen!”

3) Para vivir

El Papa Francisco dijo que "la oración hace milagros, pero ¡debemos creer! Creo que podemos hacer una bella oración y decirle hoy, durante toda la jornada: ‘Creo, Señor, ayuda a mi incredulidad’... y cuando nos piden rezar por tanta gente que sufre en las guerras, los refugiados, por todos los dramas de la actualidad, rezar al Señor, pero con el corazón”.

La incredulidad viene por no abrir el corazón y por no confiar, por permanecer cerrado y querer tener todo bajo control. Si el corazón no se abre, no deja a Jesús el control de las cosas, explicó el Papa. Nuestro Señor Jesucristo le responde a los discípulos, que no habían podido curar al joven, que aquel "tipo de demonios no se puede eliminar sino solo con la oración".

Todos nosotros llevamos dentro un poco de incredulidad. Solo una oración humilde y fuerte hace que Jesús pueda obrar el milagro dentro o fuera de nosotros.

Pbro. José Martínez Colín


Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 11: El respeto humano

A Jesús no le valen las medias tintas, las almas insípidas. Él quiere cristianos solo de una pieza; tiene el corazón abierto para todos, también para los corazones más obstinados, pero no quiere saber nada del respeto humano. Muchas veces nos ha dicho que no podemos servir a Dios y al mundo. Él ha hablado claro que, si queremos contentar al mundo, no estamos con Él, estaremos en contra de Él.
Tú sabes que ciertas amistades son un continuo peligro para el alma y comprendes que no te dejan tranquila la conciencia y no te sientes con fuerza de romper esa triste cadena. ¿Cuántas veces no has observado los preceptos de la Iglesia por no huir de las críticas de alguna mala lengua?

Fuente: Web Católico de Javier


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por José G., que será operado mañana en Brasil por un aneurisma de aorta. Que el Buen Jesús ponga sus manos sanadoras sobre él y todo se resuelva de manera favorable.

Nuestro lector y amigo Carlos C., de Bogotá, Colombia, nos pide oraciones por la renovación del Registro Calificado a la Universidad Abierta, Distancia y Virtual, adscrita a la Fundación Universitaria San Martín, por parte del Ministro de Educación de su país, para que por la intercesión de la Santísima Virgen María, el Señor enviará su Espíritu Santo lleno de sabiduría, conocimiento, entendimiento y reflexión para que, en la búsqueda de la mejor calidad para los principales beneficiarios, los estudiantes, se logre el cometido para el cual trabajan.

Pedimos oración por Jan D., 58 años, de Ontario, Canadá, que tiene una afección en la columna y un probable tumor en el cerebro. Rogamos a Dios Misericordioso que le conceda sus gracias y pueda superar las molestias que lo afectan.

Pedimos oración por el niño Felipe, de 3 años, que será operado el día 18, y por su abuelo Eduardo que comienza con radioterapia por cáncer de próstata. Ambos son de Buenos Aires, Argentina. Los ponemos en las manos de la Santísima Virgen de Luján para su protección.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


“Intimidad Divina”

Misterio de fe

En el canon de la Misa se llama a la Eucaristía “Misterio de fe”, pues, en efecto, sólo la fe puede hacer reconocer a Dios presente bajo las sagradas especies. Aquí los sentidos no sirven para nada, antes la vista, el tacto, el gusto, inducen a engaño, al no advertir más que un poco de pan y de vino. Pero es la palabra del Hijo de Dios, la palabra de Cristo la que ha declarado: “Esto es mi cuerpo… Esta es mi sangre”… Muchos creen en la Eucaristía y no tienen dudas que oponer, pero su fe es lánguida. La costumbre debilita las impresiones y así acaece que hasta las cosas más santas dejan indiferentes a los que las consideran de modo superficial. Aun frecuentado la Iglesia y habitando tal vez bajo el mismo techo que Jesús sacramentado, no es difícil permanecer un tanto fríos e insensibles. Se cree en la presencia real de Jesús, pero no advierte la grandeza de esta inefable realidad; falta la fe viva y concreta que tenían los santos, los cuales caían en adoración delante del Sacramento. A juzgar por la actitud de la mayoría de los cristianos delante de la Eucaristía, se debería decir que son “hombres de poca fe” (Mt 8, 26). Tal vez merecemos todos un tanto ese reproche de Jesús. Hay que pedir una fe más viva; hay que repetir con humildad y confianza la hermosa oración de los Apóstoles: “Auméntanos la fe” (Lc 17, 5).

Cuando anunció Jesús la Eucaristía, “muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él” (Jn 6,66). Pedro, en cambio, en nombre de los Apóstoles dio este hermoso testimonio de fe: “Señor…, tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios” (ib. 68-69). La fe en la Eucaristía es la piedra de toque de los verdaderos seguidores de Jesús y cuanto más intensa es, tanto más íntima y profunda amistad con Cristo revela. Quien, como Pedro, cree firmemente en él, cree y acepta todas sus palabras y todos sus misterios: desde la Encarnación hasta la Eucaristía. La fe es ante todo un don de Dios. Precisamente en el discurso en que Cristo prometió la Eucaristía afirma este principio, declarando a los judíos incrédulos que nadie puede ir a él y por lo tanto creer en él “si el Padre… no le atrae” (ib. 44).

Para tener una fe viva y profunda en la Eucaristía –como en cualquier otro misterio– se precisa esta “atracción” interior que sólo de Dios puede venir, pero a la que ha de disponerse cada uno, solicitando esa gracia con la oración. La fe en la Eucaristía debe llevar ante todo a un celo grande por la Misa, centro vital de la misma Eucaristía, y por lo tanto a la participación frecuente, fervorosa y activa en el santo Sacrificio, pero debe extenderse también al culto del “Sacramento eucarístico fuera de la celebración… Ya que –como enseña Pablo VI– no sólo durante el ofrecimiento del Sacrificio, sino también después, mientras se conserva la Eucaristía en las iglesias… Cristo es verdaderamente el Emmanuel, o sea “el Dios con nosotros”. Pues día y noche está en medio de nosotros, habita con nosotros lleno de gracia y de verdad” (Mysterium fidei 31,35).

¡Oh sacramento de amor! ¡Oh cáliz de suma benignidad! ¡Qué don éste, Señor, el de recibir en el seno de la caridad misma y ser transformado en ella por gracia! No preocupa ya verte visible, porque la mirada de la fe, más cierta y segura que cualquier sentido o entendimiento, me consuela lo bastante, y mientras te poseo con certeza en mi alma, nada me falta y nada tengo que desear. Muy estimulado me siento a alabar con admiración y a ensalzar la altura de tu sabiduría y la riqueza y el tesoro de tu ciencia… ¡Oh consejo profundo, oh inmenso amor, oh alimento purísimo, oh Sacramento adorable e inefable! Pero si tú, Señor, eres tan grande, admirable e incomprensible en tus dones y en tus efusiones de gracia y de amor, ¿qué serás en ti mismo? (B. Enrique Suso, Diálogo de amor, 24).

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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