jueves, 13 de junio de 2013

Pequeñas Semillitas 2058

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2058 ~ Jueves 13 de Junio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

Alabado sea Jesucristo…
¡Oh admirable y esclarecido protector mío, San Antonio de Padua! Siempre he tenido grandísima confianza en que me habéis de ayudar en todas mis necesidades, rogando por mí al Señor a quien servisteis, a la Virgen Santísima a quien amasteis y al divino Niño Jesús que tantos favores os hizo. Rogadles por mí, para que por vuestra poderosa intercesión me concedan lo que pido. Amén.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
»Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal’. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.
»Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo».
(Mt 5,20-26)

Comentario
Hoy, Jesús nos invita a ir más allá de lo que puede vivir cualquier mero cumplidor de la ley. Aún, sin caer en la concreción de malas acciones, muchas veces la costumbre endurece el deseo de la búsqueda de la santidad, amoldándonos acomodaticiamente a la rutina del comportarse bien, y nada más. San Juan Bosco solía repetir: «Lo bueno, es enemigo de lo óptimo». Allí es donde nos llega la Palabra del Maestro, que nos invita a hacer cosas “mayores” (cf. Mt 5,20), que parten de una actitud distinta. Cosas mayores que, paradójicamente, pasan por las menores, por las más pequeñas. Encolerizarse, menospreciar y renegar del hermano no son adecuadas para el discípulo del Reino, que ha sido llamado a ser —nada más y nada menos— que sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5,13-16), desde la vigencia de las bienaventuranzas (cf. Mt 5,3-12).
Jesús, con autoridad, cambia la interpretación del precepto negativo “No matar” (cf. Ex 20,13) por la interpretación positiva de la profunda y radical exigencia de la reconciliación, puesta —para mayor énfasis— en relación con el culto. Así, no hay ofrenda que sirva cuando «te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti» (Mt 5,23). Por eso, importa arreglar cualquier pleito, porque de lo contrario la invalidez de la ofrenda se volverá contra ti (cf. Mt 5,26).
Todo esto, sólo lo puede movilizar un gran amor. Nos dirá san Pablo: «En efecto lo de: No adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás y todos los demás preceptos, se resumen en esta fórmula: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud» (Rom 13,9-10). Pidamos ser renovados en el don de la caridad —hasta el mínimo detalle— para con el prójimo, y nuestra vida será la mejor y más auténtica ofrenda a Dios.
P. Julio César RAMOS González SDB (Mendoza, Argentina)


Santoral Católico:
San Antonio de Padua
Presbítero y Doctor de la Iglesia

San Francisco de Asís, que encontró al joven fraile Antonio con ocasión del Capitulo general inaugurado en Pentecostés de 1221, lo llamaba confidencialmente “mi obispo”. Antonio, cuyo nombre anagráfico es Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nació en Lisboa hacia el 1195. A Los quince años entró al colegio de los canónigos regulares de San Agustín, y en sólo nueve meses profundizó tanto el estudio de la Sagrada Escritura que más tarde fue llamado por el Papa Gregorio IX “arca del Testamento”. A la cultura teológica añadió la filosófica y la científica, muy viva por la influencia de la filosofía árabe.

De esta vasta formación cultural dio muestras en los últimos años de vida predicando en la Italia septentrional y en Francia. Aquí recibió el título de “guardián del Limosino” por la abundante doctrina en la lucha contra la herejía. En 1946 Pio XII lo declaró doctor de la Iglesia con el apelativo de “Doctor evangelicus”. Cinco franciscanos habían sido martirizados en Marruecos, a donde habían ido a evangelizar a los infieles. Fernando vio los cuerpos, que habían sido llevados a Portugal en 1220, y resolvió seguir sus huellas: entró al convento de los frailes mendicantes de Coimbra, con el nombre de Antonio Olivares.

Durante el viaje de regreso de Marruecos, en donde no pudo estar sino pocos días a causa de su hidropesía, una tempestad empujó la embarcación hacia Las costas sicilianas. Estuvo algunos meses en Mesina, en el convento franciscano, y el superior de este convento lo llevó a Asís para el Capitulo general. Aquí Antonio conoció a San Francisco de Asís.

Lo mandaron a la provincia franciscana de Romaña en donde llevó vida de ermitaño en un convento cerca de Forli. Lo nombraron para el humilde oficio de cocinero y así vivió en la sombra hasta cuando sus superiores, dándose cuenta de sus extraordinarias cualidades de predicador, lo sacaron del yermo y lo enviaron al norte de Italia y a Francia a predicar en donde más se había difundido la herejía de los albigenses.

Finalmente, Antonio fijó su residencia en el convento de la Arcella, a un kilómetro de Padua. De aquí iba a donde lo llamaban a predicar. En 1231, cuando su predicación tocó la cima de intensidad y se caracterizó por los contenidos sociales, Antonio se agravó y del convento de Camposampiero lo llevaron a Padua sobre un furgón lleno de heno. Murió en Arcella el 13 de junio de 1231. “El Santo” por antonomasia, como lo llaman en Padua, fue canonizado en Pentecostés de 1232, es decir, al año siguiente de su muerte, por la gran popularidad que se había ampliado con el correr de los tiempos.

Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

El pozo de agua

Conocerme a mí mismo es llave de sabiduría, porque desde mi realidad personal puedo crecer y superarme. Epitecto, filósofo griego, escribió: “La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos, la cosa más fácil, hablar mal de los demás”. Conocerte es encontrarte con tus límites y fragilidades, y también con tus logros y fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte serenamente.

Un hombre se acercó a un monje y le preguntó: — ¿Qué es lo que aprendes en tu vida de silencio? El monje estaba sacando agua de un pozo y dijo al visitante: — Mira allá abajo, en el fondo del pozo. ¿Qué ves? El hombre miró no vio nada. — No veo nada, dijo. Después de un tiempo en que el monje estuvo absolutamente quieto, el monje dijo de nuevo al visitante: — Mira ahora. ¿Qué ves en el pozo? El hombre obedeció y respondió: — Ahora me veo a mí mismo: el agua es mi espejo. El monje le dijo: — Ves, cuando sumerjo el cubo, el agua se agita; ahora, en cambio, el agua está tranquila. Esta es la experiencia del silencio: el hombre se ve a sí mismo.

Conocer tus fortalezas y debilidades, está en la base de tu crecimiento armónico como persona. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas, afronta con esperanza y firmeza esa labor cotidiana de llegar a realizar el proyecto de Dios sobre tu vida. Para eso busca un tiempo de silencio y reflexión.

Padre Natalio


Pensamiento de San Antonio

“El que posee bienes, que utilice lo necesario para comer y vestir, el resto entréguelo al hermano necesitado, por el que Cristo murió. Si no da, si hace el tacaño ante la necesidad del pobre, peca mortalmente, no está en él la gracia de Dios, ya que si la tuviese, sería generoso con el hermano… ¡Ay de los que tienen la despensa y los graneros repletos y el ropero bien provisto, mientras los pobres de Cristo, hambrientos y desnudos, gritan desconsolados ante sus puertas, no obteniendo más que algunas migajas de lo sobrante!”

Más frases y pensamientos
de San Antonioclic acá


Historias:
San Antonio y la mula

Predicaba San Antonio de Padua en Rímini (Italia). Allí los herejes patarinos habían desfigurado el dogma de la presencia real, reduciendo la Eucaristía a una simple cena conmemorativa. Antonio, en su predicación, ilustró plenamente la realidad de la presencia de Jesús en la Hostia Santa. Mas los jefes de la herejía no aceptaban las razones del Santo e intentaban rebatir sus argumentos. Entre ellos, Bonvillo, que era el principal y se hacía el sabiondo, le dijo:

- ¡Menos palabras! Si quieres que yo crea en ese misterio, has de hacer el siguiente milagro: Yo tengo una mula; la tendré sin comer por tres días continuos, pasados los cuales nos presentaremos juntos ante ella: yo con el alimento, y tú con tu sacramento. Si la mula, sin cuidarse del alimento, se arrodilla y adora ese tu Pan, entonces también lo adoraré yo.

Aceptó el Santo la prueba y se retiró a implorar el auxilio de Dios con oraciones, ayunos y penitencias. Durante tres días privó el hereje a su mula de todo pienso y luego la sacó a la plaza pública. Al mismo tiempo, por el lado opuesto de la plaza, entraba en ella San Antonio, llevando en sus manos una Custodia con el Cuerpo de Cristo; todo ello ante una multitud de personas ansiosas de conocer el resultado de aquel extraordinario compromiso contraído por el santo franciscano.

Encaróse entonces el Santo con el hambriento animal, y, hablando con él, le dijo:

- En nombre de aquel Señor a quien yo, aunque indigno, tengo en mis manos, te mando que vengas luego a hacer reverencia a tu Creador, para que la malicia de los herejes se confunda y todos entiendan la verdad de este altísimo sacramento, que los sacerdotes tratamos en el altar, y que todas las criaturas están sujetas a su Creador.

Mientras decía el Santo estas palabras, el hereje echaba cebada a la mula para que comiese; pero la mula, sin hacer caso de la comida avanzó pausadamente, como si hubiese tenido uso de razón, y, doblando respetuosamente las rodillas ante el Santo que mantenía levantada la Sagrada Hostia, permaneció en esta postura hasta que San Antonio le concedió licencia para que se levantara. Bonvillo cumplió su promesa y se convirtió de todo corazón a la fe católica; los herejes se retractaron de sus errores, y San Antonio, después de dar la bendición con el Santísimo en medio de una tempestad de vítores y aplausos, condujo la Hostia procesionalmente y en triunfo a la iglesia, donde se dieron gracias a Dios por el estupendo portento y conversión de tantos herejes.

Fuente: Web Católico de Javier


Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 13: Ocasiones peligrosas

Hasta ahora hemos tomado del Corazón de Jesús aquellas palabras que condenan el pecado. Ahora Jesús quiere sugerirnos también el medio con el que podemos evitar la huida de las ocasiones peligrosas. No hay escapatoria. ¿Quieres huir del pecado? Debes necesariamente evitar las ocasiones. Reza, confiésate, pero si no huyes de las ocasiones peligrosas todo será tiempo malgastado. ¿Cuáles son las compañías que frecuentas? ¿Quizá se encuentran allí personas con las que permites confidencias que hacen llorar a tu ángel custodio? ¿Se encuentra acaso alguna persona que te insinúa dudas sobre la fe, que susurra palabras que repugna oírlas, que te aleja de tus prácticas de piedad? ¿Cuáles son tus diversiones? ¿Son acaso ciertos lugares donde todos pierden la vergüenza, donde las pasiones se levantan impetuosas?

Fuente: Web Católico de Javier

Nuevo video

Hay un nuevo video subido a este blog,
sobre San Antonio de Padua.
Para verlo tienes que ir al final de la página.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Eva María T., de Guacara, Venezuela, educadora con post-grado, quien se encuentra desempleada, para que Jesús en su infinita Misericordia le conceda la gracia de conseguir un empleo digno y bien remunerado.

Pedimos oración por la salud de Humberto S., que el día 11 de este mes ha sido operado de un riñón, por lo que invocamos la mediación de María Auxiliadora para que el Señor le conceda una pronta recuperación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


“Intimidad Divina”

Misterio de amor

Todo cuanto Dios hace por los hombres se resuelve en un inmenso misterio de amor que le lleva a él, Bien supremo e infinito, a levantar al hombre hasta sí, para hacerlo partícipe de su misma vida. Para comunicar la vida divina a los hombres, para unir los hombres a Dios, “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14); en su persona la divinidad se unió a la humanidad del modo más pleno y perfecto; se unió directamente a la humanidad santa de Jesús y, mediante ésta, a todo el género humano. De este modo se abrió al hombre el camino para la unión con Dios; el Hijo de Dios, encarnándose y muriendo en la cruz, no sólo ha quitado los obstáculos a esta unión, sino que ha deparado los medios para ella, hasta hacerse él mismo camino; uniéndose a él, el hombre se unirá a Dios. Aquí el amor de Jesús ha rebasado toda medida, hasta querer unirse a todo hombre de la manera más íntima y personal, y lo ha hecho mediante la Eucaristía. El proyecto del amor infinito de unir los hombres a Dios y hacerles participantes de la naturaleza y la vida divina, encuentra así su realización última y suprema en la Eucaristía.

El Misterio eucarístico es el compendio de toda la obra del amor infinito de Dios para la salvación de la humanidad. Pues en el Sacrificio del altar, se renueva y perpetúa el sacrificio de la cruz, mediante el cual Cristo ha redimido al mundo. “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15, 13), ha dicho el Señor; y este testimonio de su amor no se ha contentado él con darlo una vez en el Calvario, sino que quiere renovarlo de continuo a lo largo de los siglos en la celebración eucarística. En la Misa, Cristo continúa inmolándose mística, pero realmente, por la salvación de los hombres, de tal modo que la Iglesia puede orar: “te ofrecemos Dios de gloria y majestad… el sacrificio puro, inmaculado y santo, pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación” (Pleg. euc. I); y todo fiel que adora a Cristo presente en las especies sagradas puede decir: “me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gl 2, 20). Pero el amor de Cristo desborda el mismo sacrificio, y así quiere que se complete con un convite en el cual él mismo se ofrece en comida a los que le aman; y este convite está tan unido al sacrificio, que éste no puede existir sin aquél. Pues, en efecto, el Señor se inmola en el Sacrificio de la Misa cuando “comienza a estar sacramentalmente presente, como alimento d los fieles, bajo las especies de pan y vino” (Mysterium fidei, 17); y los fieles participan con mayor plenitud en el Sacrificio cuando se acercan a la mesa eucarística.

La Eucaristía está tan ligada al Sacrificio, que las sagradas especies “se conservan para que los fieles que no pueden participar en la Misa, se unan a Cristo y a su sacrificio, por medio de la comunión sacramental recibida con las debidas disposiciones. La participación en la cena del Señor es siempre verdadera comunión con Cristo, que se ofrece por nosotros en sacrificio al Padre” (Euch Myst. 3e. 3b). La Eucaristía, sacramento de amor que une a Cristo inmolado y resucitado, debe conducir a los fieles a vivir su vida de amor, y por lo tanto su sacrificio para gloria del Padre y salvación de los hermanos, hasta el día en que sean participantes para siempre d su gloriosa resurrección. “En verdad, la participación en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo no se ordena sino a transformarnos en lo que comemos” (San León M. Sr 63, 7).

¡Oh Trinidad eterna, Trinidad eterna! ¡Oh fuego y abismo de caridad! ¡Oh loco por tus criaturas!... ¿Qué provecho se te deriva de nuestra redención? Ninguno, pues no necesitas de nosotros, tú que eres nuestro Dios. ¿A quién le aprovecha? Sólo al hombre. ¡Oh inestimable caridad! Como te diste todo Dios y todo hombre a nosotros, así todo entero te entregaste en alimento, para que, mientras peregrinamos en la vida, no desfallezcamos por la fatiga, fortalecidos por ti, comida celestial. Hombre, ¿qué te ha dejado tu Dios? Te ha dejado a sí mismo todo entero, todo Dios y todo hombre, velado bajo la blancura del pan. ¡Oh fuego de amor! ¿No bastaba el habernos creado a tu imagen y semejanza, y habernos vuelto a crear por la gracia en la Sangre de tu Hijo, sin llegar a dártenos en alimento todo entero, Dios, esencia divina? ¿Quién te ha obligado? No otra cosa que tu caridad, como loco de amor que estás. (Santa Catalina de Siena, Oraciones y elevaciones)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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