viernes, 21 de junio de 2013

Pequeñas Semillitas 2066

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2066 ~ Viernes 21 de Junio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

Alabado sea Jesucristo…
La generosidad es la virtud que nos dispone a dar no solamente bienes materiales sino también de nuestro tiempo, talento y la propia vida para cumplir la voluntad de Dios, sin esperar nada en cambio en este mundo. Esta virtud vence al pecado de avaricia
Jesús enseña que el reino es un tesoro por el cual hay que dejarlo todo. La motivación es el amor.

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
»La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!».
(Mt 6,19-23)

Comentario
Hoy, el Señor nos dice que «la lámpara del cuerpo es el ojo» (Mt 6,22). Santo Tomás entiende que con esto —al hablar del ojo— Jesús se refiere a la intención del hombre. Cuando la intención es recta, lúcida, encaminada a Dios, todas nuestras acciones son brillantes, resplandecientes; pero cuando la intención no es recta, ¡qué grande es la oscuridad! (cf. Mt 6, 23).
Nuestra intención puede ser poco recta por malicia, por maldad, pero más frecuentemente lo es por falta de sensatez. Vivimos como si hubiésemos venido al mundo para amontonar riquezas y no tenemos en la cabeza ningún otro pensamiento. Ganar dinero, comprar, disponer, tener. Queremos despertar la admiración de los otros o tal vez la envidia. Nos engañamos, sufrimos, nos cargamos de preocupaciones y de disgustos y no encontramos la felicidad que deseamos. Jesús nos hace otra propuesta: «Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben» (Mt 6,20). El cielo es el granero de las buenas acciones, esto sí que es un tesoro para siempre.
Seamos sinceros con nosotros mismos, ¿en qué empleamos nuestros esfuerzos, cuáles son nuestros afanes? Ciertamente, es propio del buen cristiano estudiar y trabajar honradamente para abrirse paso en el mundo, para sacar adelante la familia, asegurar el futuro de los suyos y la tranquilidad de la vejez, trabajar también por el deseo de ayudar a los otros... Sí, todo esto es propio de un buen cristiano. Pero si aquello que tú buscas es tener más y más, poniendo el corazón en estas riquezas, olvidándote de las buenas acciones, olvidándote de que en este mundo estamos de paso, que nuestra vida es una sombra que pasa, ¿no es cierto que —entonces— tenemos el ojo oscurecido? Y si el sentido común se enturbia, «¡qué oscuridad habrá!» (Mt 6,23).
Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés (Tarragona, España)

Santoral Católico:
San Luis Gonzaga
Religioso

Ferrante Gonzaga, marqués de Castiglione delle Stiviere y hermano del duque de Mantua, hubiera querido que su primogénito Luis, que nació el 9 de marzo de 1568, siguiera sus huellas de soldado y comandante en el ejército imperial. A los cinco años, Luis vestía ya una pequeña coraza, con casco y penacho y cinturón con espada, y jugueteaba detrás del ejército paterno, aprendiendo de los rudos soldados el uso de las armas y su colorido vocabulario. Un día aprovechó la distracción de un centinela y le prendió fuego a la pólvora de un pequeño trozo de artillería. Quedó desmayado más no asustado. Pero ese niño le daría fama a la familia de los Gonzaga, pero con otras armas. Lo enviaron a Florencia como paje del gran duque de Toscana, pero a los diez años le imprimió a su vida una dirección muy precisa, haciendo voto de perpetua virginidad.

Un viaje a España, en donde vivió unos dos años como paje del Infante Don Diego, le sirvió para dedicarse al estudio de la filosofía en la universidad de Alcalá de Henares y a la lectura de libros devotos, como el Compendio de la doctrina espiritual de Fray Luis de Granada. A los doce años, después de haber recibido la primera Comunión de manos de San Carlos Borromeo, resolvió entrar en la Compañía de Jesús. Pero necesitó otros dos años para vencer la oposición del padre, que lo envió a los cortes de Ferrara, Parma y Turín. "Hasta los príncipes -escribirá más tarde- son ceniza como los pobres: tal vez cenizas más fétidas".

Para que su alma se perfumara con las virtudes cristianas, Luis renunció al título y a la herencia paterna, y a los catorce años entró al noviciado romano de la Compañía de Jesús, bajo la dirección de San Roberto Belarmino. Olvidó totalmente su origen noble y escogió para si los encargos más humildes, dedicándose al servicio de los enfermos, sobre todo durante la epidemia de peste que afligió a Roma en 1590. Quedó contagiado probablemente par un acto de piedad: había encontrado en la calle a un enfermo y, sin pensarlo dos veces, se lo echó a la espalda y lo llevó al hospital en donde prestaba sus servicios.

Murió a los 23 años, en el día que él había anunciado: era el 21 de junio de 1591. El cuerpo de San Luis, patrono de la juventud, se encuentra en Roma, en la iglesia de San Ignacio. Este santo, víctima de cierta hagiografía amanerada, a pesar de las apariencias, era de un temperamento fuerte. Las duras penitencias a las que se sometió son el signo de una determinación no común hacia una meta que se había fijado desde su infancia.
Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

El hombre de paz

A la obra gigantesca de la paz mundial, tú puedes aportar tu sonrisa, la paz de tu propio corazón, porque quien está en paz consigo mismo, la irradia a su alrededor, a la familia, al círculo de amigos, al entorno de su trabajo cotidiano. Además trata de evitar toda intolerancia y discriminación. Ahí tienes un programa, simple y fácil, para ser un constructor eficaz de la paz.


El hombre de paz sabe mirar a todos con respeto y benevolencia. No condena a ninguna persona, a ningún grupo, a ninguna institución, a ningún pueblo. Perdona las injurias presentes y pasadas, se libra de las garras del odio, guarda la libertad de su corazón para amar; para convivir; para comenzar una vida nueva cada día. Desea sinceramente la paz con todos, la colaboración, la convivencia, el gozo de la fraternidad y del servicio. Trata de simplificar los problemas en vez de agrandarlos; no acumula las sombras, en todo busca resquicios de luz y caminos de esperanza.


En los momentos críticos aprende a conservar la calma, de modo que tus decisiones sean justas y sabias. En lugar de exasperarte y dejarte dominar por la ira, cállate porque el silencio aquieta. Respira profundamente y ora. El Señor te bendecirá con su paz.

Padre Natalio

La frase de hoy

“Hay gente que siempre tirará piedras en tu camino.
Depende de ti lo que hagas con ellas… una pared o un puente”
  
Tema del día:
El sendero correcto

Todos los caminos que tomamos, todas nuestras decisiones y sueños van dirigidos hacia un mismo propósito, encontrar eso tan anhelado por todos: la felicidad. Es tan difícil para la mayoría encontrar ese “algo” en lo cual se encuentra nuestra felicidad, precisamente por ser algo que está muy dentro de nosotros se vuelve tan poco visible.

La clave que garantiza obtener la felicidad es vivir en perfecta armonía con lo que haces y lo que quieres; cuando consigas una entera relación entre la satisfacción de tu alma y el desempeño que realizas, encontrarás lo que buscabas, por lo tanto serás feliz.

No es fácil encontrar lo que te ayudará a alcanzar lo que quieres, para eso debes callar y dejar hablar la voz de tu alma, pues de ella depende tu satisfacción. Intenta escuchar detenidamente lo que está dentro de ti, lo que en verdad quieres, pues los sueños y las ilusiones son parte esencial de nosotros, nadie puede decirte que no eres lo suficiente para alcanzar tus metas, pues ellos podrán hablar por sí mismos, mas no por ti pues eres único.

Muchos terminan haciendo lo que los demás quieren que hagan, otros sencillamente se rinden antes de tiempo, pero hay unos pocos que caminan haciendo caso a una sola voz, aquella que les habla desde lo más adentro, sin importar que les diga el camino ni lo opaco que se vea el destino; llegará un momento en el cual te encontrarás solo, te verás a ti mismo y te preguntarás:

¿Qué es lo que quiero para ser feliz?
¿Soy feliz con lo que hago?
¿Qué debo hacer para ser feliz?

De ti depende en donde encuentras tu felicidad, pero siempre y cuando sea haciendo lo que te gusta, no tendrás nada que reclamarle a la vida, todo caminará por sí solo.

Aquellos que eligen buscar la felicidad con lo que el mundo les dice, no serán privados de ser felices, pero aquellos que sigan  su voz interna y dediquen toda su vida a hacer lo que más les gusta, alcanzarán la felicidad plena, de tal manera que los pocos que los conozcan les reconocerán delante de los demás.

Dentro de cada alma existen dos individuos: el que es y el que debe ser, el que dice y el que piensa, solo la paz te ayudará a encontrar el equilibrio que necesitas. Indiscutiblemente debes tener una conexión espiritual impecable, ya que sin el alivio que nos brinda el tener la ayuda de Dios de nuestro lado, será falso decir que hemos alcanzado la felicidad verdadera, la cual no es exclusiva del que la busca, pero sí propia del que la encuentra.

“Haz sólo lo que amas y serás feliz, el que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar porque lo que debe de ser será, y llegará naturalmente” (Facundo Cabral).

Gastamos tiempo, dinero y esfuerzo en encontrar la tan ansiada felicidad, cuando la respuesta se encuentra dentro de nosotros mismos, tan solo necesitamos ser auténticos y hacer lo que nos gusta hacer, tomando en cuenta que dando frutos para el que se encuentra a nuestro alrededor hará que todo valga más la pena.

Tú tienes el poder siempre ¡úsalo a tu favor!

Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 21: La mortificación

Es el mandato de Jesús. Mandato duro para los cristianos débiles y demasiado apegados a las propias comodidades. Mandato suave y dulce para aquellas almas que sienten la belleza de la perfección, gustan las dulzuras íntimas de la vida cristiana. "Quien quiera seguirme, debe renunciar a sí mismo"
Para seguirle, para ser verdaderos cristianos, debemos corregir nuestros defectos, mortificar nuestras pasiones y nuestros sentidos. El primer médico de nosotros somos nosotros mismos.
Para conocerte bien debes hacer el examen de conciencia cada día, cuando estás libre de ocupaciones materiales.
¿Cómo regulas tus pasiones? ¿Reina en tu corazón la soberbia, la avaricia, la cólera, la indiferencia en hacer el bien, la envidia del bien ajeno? Bajo la excusa de la prudencia,
¿ No escondes, quizá el respeto humano? ¿Cómo mortificas tus sentidos?
Fuente: Web Católico de Javier

Pedidos de oración

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Javier T. Q., 59 años, de Monterrey, N.L., México, quien está peleando contra un cáncer de Pulmón. Que la Santísima Virgen le dé fuerzas y lo sostenga en esta difícil situación.

Pedimos oración por Janet, de Canadá, 58 años, que está atravesando por diversos problemas de salud, económicos y personales. Que el Padre celestial tenga misericordia de ella y le envíe sus ángeles para sanar su cuerpo y su espíritu, de modo que le devuelva la paz, salud y medios para vivir.

Pedimos oración por Manuela L. D., que vive en Escobar, Buenos Aires, Argentina, que será operada la próxima semana de un ganglio en la axila. Rogamos para que Maria interceda ante Dios para que Él guíe al cirujano y médicos que la van a operar, para que su biopsia sea negativa a cualquier enfermedad y que tenga toda la paz y la confianza de encomendarse a nuestro Señor para que salga todo bien.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.

“Intimidad Divina”

Nos ha lavado con su sangre

En la primera página del Apocalipsis, el libro profético que celebra el triunfo del Verbo de Dios, Cristo es exaltado como el Salvador que ha derramado su sangre por la redención dl mundo. “Al que nos ama, nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados… la gloria y el poder por los siglos de los siglos” (1, 5). El misterio del amor de Cristo a los hombres se revela principalmente en su pasión cuyo aspecto cruento adquiere particular relieve por la sangre derramada hasta la última gota. El Evangelio registra los momentos culminantes… El cuerpo que el Padre ha preparado, la sangre de que la naturaleza humana le ha proveído, todo se inmola y se derrama en sacrificio para la redención de la humanidad. “Habiendo sido rescatados –recuerda San Pedro–, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancha: Cristo” (1 Pe 1, 18-19).

San Lucas es el único de los evangelistas que nos ha transmitido el recuerdo d la primera sangre derramada por Cristo en su pasión, cuando en el huerto de los olivos, por la intensidad de la angustia interior “su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra” (Lc 22, 44). Detalle precioso que demuestra la cruda realidad de la pasión del Señor sufrida en una carne humana como la nuestra y que como a la nuestra le repugnaba el sufrimiento y la muerte. Pero Jesús sale victorioso de esta dolorosísima agonía repitiendo su sí a la voluntad del Padre que le presenta el cáliz amargo. En cambio Juan, único apóstol presente en el Calvario, habla de las últimas gotas de sangre brotadas del costado abierto de Cristo: “uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua” (Jn 19, 34). El que escribe ha sido testigo ocular y tiene todavía ante los ojos la visión del cuerpo destrozado y sangrante de Jesús crucificado. ¡Toda su sangre ha sido derramada por nuestros pecados! Bastaría meditar a fondo esta verdad para decidirse a cualquier renuncia con tal de eliminar el pecado de la propia vida.

San Pablo, recordando con acento conmovido lo que Jesús sufrió en su pasión, añade: “Vosotros no habéis resistido todavía hasta llegar a la sangre en vuestra lucha contra el pecado” (Hb 12, 4). ¿Qué cristiano puede decir que ha luchado “hasta llegar a la sangre” para vencer el orgullo, el egoísmo o cualquier pasión que le induzca al mal? Jesús, cordero inocentísimo, ha castigado en sí los pecados de los hombres con una muerte ignominiosa y sangrienta, y el hombre no sabe castigarlos ni siquiera con el sacrificio de sus inclinaciones viciosas. Ceder al pecado es despreciar la sangre de Cristo, es despreciar el amor y el dolor con que él la ha derramado. Diariamente en el sacrificio eucarístico se ofrece esta sangre al Padre como bebida de salvación. “Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados” (Pleg. euc.). Acerquémonos con fe, bebamos con amor, porque “el cáliz de bendición que bendecimos es comunión con la sangre de Cristo” (1 Cr 10, 16).

Oh Cristo crucificado, nosotros fuimos la tierra en que fue clavado el estandarte de tu cruz; nosotros estuvimos como vaso para recibir tu sangre que corría por la cruz… La tierra no era suficiente para sostener en pie la cruz, y aun habría rehusado tal injusticia; ni clavo alguno habría sido suficiente para tenerte sujeto y clavado, si el amor inefable que a nuestra salvación tenías no te hubiese retenido. De modo que la ardiente caridad hacia el honor del Padre y hacia nuestra salvación, te retuvo [en la cruz]. Si conozco esta Verdad y me desposo con ella, encontraré en tu sangre, oh Cristo, la gracia, la riqueza y la vida de la gracia; encontraré cubierta mi desnudez, me encontraré vestida con el traje nupcial del fuego de la caridad, mezclados fuego y sangre, la cual tú has derramado por amor y unido a la Divinidad. Haz que me anegue, pues, en tu sangre, oh Cristo, que me bañe en la sangre y me revista de sangre. Y si soy infiel, bautízame otra vez en la sangre; si el demonio me ofusca los ojos del entendimiento, lávame la vista con la sangre; si caigo en la ingratitud de no apreciar tus dones, hazme agradecida en la sangre… Disipa la tibieza con el calor de la sangre, y expulsa las tinieblas con la luz de la sangre, para que llegue a ser esposa de la Verdad. (Santa Catalina de Siena, Epistolario)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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