PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2049 ~ Martes
4 de Junio de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
La credibilidad de Jesús está fuera de toda duda.
Israelitas, samaritanos y romanos que tuvieron ocasión de conocerle, se
sintieron animados a poner sus penas y necesidades en sus manos.
El capitán romano es descrito como un hombre bien
dispuesto que confía en la benevolencia y la compasión eficaz del Señor Jesús.
Si hacemos un salto de siglos y nos apropiamos de la lectura, podemos advertir
que los discípulos que confesamos a Jesús como Señor enfrentamos una crisis de
credibilidad.
La congruencia no es lo suficientemente clara para atraer
o suscitar el interés de los que buscan algún camino que dé sentido a su vida.
La cantidad de personas que se han alejado de la comunidad creyente es
alarmante.
Desestimulamos a hombres y mujeres de vivir como nosotros
vivimos. Por fortuna, seguimos encontrando testigos creíbles, hombres y mujeres
que no abren brecha entre su fe y su vida, sino que amoldan su existencia con
sus convicciones creyentes.
"La verdad católica"
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos fariseos y
herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le dicen: «Maestro,
sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la
condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios:
¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?».
Mas Él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: «¿Por
qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea». Se lo trajeron y les dice:
«¿De quién es esta imagen y la inscripción?». Ellos le dijeron: «Del César».
Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios». Y
se maravillaban de Él.
(Mc 12,13-17)
Comentario
Hoy, de nuevo nos maravillamos del ingenio y sabiduría de
Cristo. Él, con su magistral respuesta, señala directamente la justa autonomía
de las realidades terrenas: «Lo del César, devolvédselo al César» (Mc 12,17).
Pero la Palabra de hoy es algo más que saber salir de un
apuro; es una cuestión que tiene actualidad en todos los momentos de nuestra
vida: ¿qué le estoy dando a Dios?; ¿es realmente lo más importante en mi vida?
¿Dónde he puesto el corazón? Porque... «donde esté vuestro tesoro, allí estará
también vuestro corazón» (Lc 12,34).
En efecto, según san Jerónimo, «tenéis que dar forzosamente
al César la moneda que lleva impresa su imagen; pero vosotros entregad con
gusto todo vuestro ser a Dios, porque impresa está en nosotros su imagen y no
la del César». A lo largo de su vida, Jesucristo plantea constantemente la
cuestión de la elección. Somos nosotros los que estamos llamados a elegir, y
las opciones son claras: vivir desde los valores de este mundo, o vivir desde
los valores del Evangelio.
Siempre es tiempo de elección, tiempo de conversión,
tiempo para volver a “resituar” nuestra vida en la dinámica de Dios. Será la
oración, y especialmente la realizada con la Palabra de Dios, la que nos vaya
descubriendo lo que Dios quiere de nosotros. El que sabe elegir a Dios se
convierte en morada de Dios, pues «si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi
Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn 14,23). Es la
oración la que se convierte en la auténtica escuela donde, como afirma
Tertuliano, «Cristo nos va enseñando cuál era el designio del Padre que Él
realizaba en el mundo, y cual la conducta del hombre para que sea conforme a
este mismo designio». ¡Sepamos, por tanto, elegir lo que nos conviene!
Rev. D. Manuel SÁNCHEZ Sánchez (Sevilla, España)
Santoral Católico:
San Francisco Caracciolo
Fundador de los Clérigos
Menores
El ambiente temporal en que Dios quiso ponerlo en el
mundo es justo cuando soplan aires nuevos en la Iglesia después del concilio de
Trento. Se estrena el barroco exuberante en el arte y hasta en la piedad que
lleva a fundaciones nuevas, a manifestaciones y estilos vírgenes que intentan
reformar todo aquello que peleó Trento.
Languidece el Renacimiento que emborrachó a Roma hasta
llegar a embotarla y hacerla incapaz de descubrir los males que gestaba y que
explotaron con Lutero. Es por eso tiempo de santos nuevos: Pío V, Carlos
Borromeo, Ignacio, Juan de Ribera, Teresa, Juan de la Cruz, Francisco de Sales,
Neri, Cariacciolo... y tantos. Papas, poetas, maestros, obispos, escritores y
apóstoles para un tiempo nuevo -crecido con las Indias- que intenta con seriedad
volver a la oración, huir del lujo, llenar los confesonarios, adorar la
Eucaristía y predicar pobreza dando testimonio con atención a los desheredados
y enfermos.
El año 1563 fue interpretado por alguno de los biógrafos
de Francisco Caracciolo como un presagio; fue cuando termina el concilio de
Trento y es también el año de su nacimiento en la región de los Abruzos,
justamente en Villa Santa María, el día 13 de octubre, hijo de Francisco
Caracciolo y de Isabel Baratuchi; es el segundo de cinco hijos y le pusieron el
nombre de Ascanio.
Después de cursar los estudios propios del tiempo,
Ascanio fue militar. Pero una enfermedad diagnosticada por los médicos como
lepra va a cambiar el curso de su vida; por el peligro de contagio le han
abandonado los amigos; la soledad y el miedo a la muerte le lleva a levantar
los ojos al cielo y, como suele suceder en estos casos límite, llegó la hora de
las grandes promesas: si cura de la enfermedad, dedicará a Dios el resto de sus
días.
Y así fue. Nobleza obliga. Curado, marcha a Nápoles y
pide la admisión en la cofradía de los Bianchi, los Blancos, que se ocupan de
prestar atención caritativa a los enfermos, a los no pocos que están condenados
a galera y a los presos de las cárceles.
El sacerdote Adorno, otro hombre con barruntos a lo
divino y pieza clave en la vida de Caracciolo, ha pedido también la admisión en
la cofradía de los Blancos. En compañía de un tercero, también pariente de
Ascanio y con su mismo nombre, se reúnen durante cuarenta días en la abadía de
los camandulenses, cerca de Nápoles, para redactar los estatutos de la
fundación que pretenden poner en marcha porque quieren hacer algo por la
Iglesia.
Sixto V aprobará la nueva Orden en Roma y la llamará de
los «Clérigos menores»; además de los tres votos comunes a la vida religiosa se
añade un cuarto voto consistente en la renuncia a admitir dignidades
eclesiásticas. La terna de los fundadores constituye tres primeros socios. A
partir de la profesión hecha en Nápoles, Ascanio se llamará ya Francisco. Pronto
se les unen otros diez clérigos, con idénticas ansias de santidad y que
desprecian frontalmente los honores, esa búsqueda de grandeza que tanto daño ha
hecho a la Iglesia en el tiempo del Renacimiento. Ahora se reparten los días
para mantener entre todos un ayuno continuo y se distribuyen las horas del día
y de la noche para mantener permanente la adoración al Santísimo Sacramento.
Hace falta fundar en España pero Felipe II no les da
facilidades. Piensa el rey que hay demasiados frailes en el Imperio y ha
dictado normas al respecto. Regresando a Roma, insisten en el intento,
consiguen nueva confirmación del papa Gregorio XVI para cambiar los ánimos de
Felipe II. Ahora muere Adorno y Francisco Caracciolo es nombrado General. Nuevo
intento hay en el Escorial, con mejor éxito, pero hubo borrasca de clérigos en
Madrid, con suspenso. El papa Clemente VIII intercede y recomienda desde Roma y
llegan mejores tiempos con el rey Felipe III. En Valladolid consiguió fundar
casa y en Alcalá montó un colegio que sirviera para la formación de sus
«Clérigos Regulares Menores». Siguen otras fundaciones también en Roma y
Nápoles.
La fuerte actividad obedece a un continuo querer la
voluntad divina a la que no se resistió ni siquiera protestó cuando las
incomprensiones y enredos de los hombres se hicieron patentes. Vive pobre y
humilde fiel a su compromiso. Siempre se mostró delicado con los enfermos y
generoso con los pobres. Llama la atención su espíritu de penitencia con ayunos
y mortificaciones que se impone a sí mismo. Pidió se admitiese su renuncia al
gobierno para dedicarse a la oración y, aceptada, eligió para vivir el hueco de
la escalera de la casa que desde entonces es el único testigo mudo de su
oración y penitencia. El amor a Jesucristo fue tan grande que a veces es
suficiente la mirada a un crucifijo para entrar en éxtasis y el pensamiento
elevado a la Virgen María le trae a los ojos lágrimas de ternura.
Cuando sólo tiene 44 años, murió en Nápoles el 4 de junio
de 1608, con los nombres de Jesús y de María en la boca. El papa Pío VII lo
canonizó en 1807. Su cuerpo se conserva en la iglesia de Santa María la Mayor
de Nápoles y la iconografía muestra a Francisco Caracciolo con una Custodia en
la mano, como símbolo del amor que tuvo a la Eucaristía y que debe mantener su
Orden para ser fiel hasta el fin del tiempo.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Invitación especial
La Reina de la
paz te invita a unirte a ella para convertir y salvar al mundo. Ella puede
llevarte a vivir un amor muy intenso a Dios. “Ustedes saben que los amo, que
ardo en amor. Por eso, queridos hijos, decídanse a amar, a arder de amor.
Aprendan a conocer día tras día el amor de Dios”. Trata de vivir sus mensajes y
verás los milagros del divino amor en tu vida cotidiana.
“¡Queridos hijos! Hoy quisiera decirles que
los amo. Yo los amo con mi amor maternal y los exhorto a abrirse completamente
a mí, a fin de que a través de cada uno de ustedes yo pueda disponer de los
medios para convertir y salvar al mundo donde hay tanto pecado y tantas cosas
malas. Por eso, mis queridos hijitos, ábranse completamente a mí para que yo
pueda llevarlos más y más hacia el amor maravilloso de Dios, el Creador, quien
se revela a ustedes día a día. Yo estoy a su lado y les muestro al Dios que los
ama. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
La Virgen María
invita a todos a amar, con el mismo amor de Dios. Así tu vida será más hermosa
y desinteresada. Comprenderás que Dios se te da de la manera más sencilla y
maravillosa, por amor.
Padre Natalio
Palabras del Papa Francisco
“Seguir a Jesús es propiamente esto: ir por amor con Él,
detrás de Él: el mismo camino, la misma vía. Y el espíritu del mundo no lo va a
tolerar y nos hará sufrir, pero un sufrimiento como el de Jesús. Pidamos esta
gracia: seguir a Jesús en el camino que Él nos ha revelado y que Él nos ha
enseñado. Esto es hermoso, porque jamás nos deja solos. ¡Nunca! Siempre está
con nosotros”
Papa Francisco
Historias:
Clase de medicina
Un amigo de la ciudad, solía ayudar trayendo diversos
grupos de jóvenes para hacer una experiencia misionera en la zona. En uno de
estos grupos llegó un estudiante de medicina que ofreció atender gratis a
quienes lo necesitaran. Era un joven altruista y alegre, pero poco practicante.
Nunca había cultivado su fe.
Después de atender a quienes acudieron, le pedí que se
encargara del grupo de niños pequeños durante un momento y que les enseñara
algo sencillo. Él me dio a entender enseguida que no sabía mucho de la fe, así
que le pedí que, ya que era médico, les explicara el crucifijo. Era un
crucifijo de estilo realista y aún conservaba vivos los colores.
— A ver, niños, ¡vengan todos! –dijo con soltura– voy a explicarles las heridas del crucifijo.
Los niños se sentaron en el suelo de la Iglesia, bien
apretaditos uno junto a otro y bombardearon al doctor con miradas curiosas.
Después de carraspear un poco, mi amigo médico comenzó con aire de experto
catedrático:
— ¿Ven este corte?... pues se debe a un golpe muy fuerte
en la cara... y esta contusión en la rótula debe ser el efecto de una caída...
La explicación del médico procedía con la desenvoltura de una lección
universitaria y, por ello, con un acento más bien indiferente.
— Aquí tenemos hematomas transversales causados por
diferentes instrumentos que a veces incluso, como vemos aquí, podían desgarrar
la piel...
Los niños escuchaban inmóviles y uno de ellos empezó a
llorar porque no sabía qué era un "hematoma".
Enseguida llegó una viejecita a consolarlo y se quedó con
los niños.
— Y esto es la sangre que cae de la cabeza debido a las
espinas... debería estar un poco más negra, pero en fin... vemos a continuación
la herida del costado... La viejecita escuchaba con más atención que nadie,
pero los niños tampoco perdían palabra. Paseaban continuamente sus ojos sobre
el crucifijo al ritmo de la mano del médico.
— Y por último... los clavos –la viejecita dio un suspiro– Están clavados de tal manera que taladran los
nervios y producen un dolor atroz, de hecho no creo que nadie pueda resistir
por más de unas horas... ¿qué más quieren que les explique?
— ¡Y además se estaban burlando de él ¿verdad?! –dijo el
niño más pequeño–.
— Sí, sí... –contestó el joven médico– Creo que sí...
algunos... se burlaban.
— ¡Y le decían cosas muy feas! –añadió una niña casi con
indignación de adulto–.
— Sí, también "cosas feas"... –dijo el médico,
algo embarazado–. Y mientras los demás niños daban la razón a sus compañeros
con argumentos que sólo ellos entienden y algunos comenzaban a sollozar, el
joven escuchó a la viejecita que decía con un hilo de voz:
— Pero, mira, ahí está... clavado, como diciendo
"nada de todo esto podrá impedirme que te ame..."
Por la noche, el joven estudiante de medicina estaba
sentado en un rincón. Noté que estaba llorando.
Junio, mes del Corazón de
Jesús
Día 4: El amor de Dios
Jesús te ama... y te da su Corazón, símbolo de amor.
Sobre este corazón se enciende una llama que quiere extenderse e inflamar todos
los corazones. ¡Jesús te ama!. He venido -dice Jesús- a traer el fuego del amor
sobre la tierra y ¿qué puedo desear sino que ese fuego encienda?
Mírate a ti mismo.¿ Cómo correspondes al amor de Jesús?
¿Lo amas con todo tu corazón, con todas las fuerzas?
A la mañana, cuando te despiertas, ¿tienes un pensamiento
para Jesús? ¿Le rezas durante el día alguna jaculatoria?
Fuente: Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Alejandra
María C. E., de 27 años de edad, de Tegucigalpa, Honduras, que a partir de
mañana será sometida a sesiones de quimioterapia, rogando a Jesús que la
fortalezca para poder superar todos los inconvenientes y sanarse.
Pedimos oración por la recuperación de Claudia, de Mendoza, Argentina, que ayer
fue trasplantada de riñón, rogando a la Santísima Virgen que la proteja para
que la evolución sea buena y tenga toda la calidad de vida que ella merece
junto a su familia.
Pedimos oración por las siguientes personas de Santa Fe: Margarita, de 60 años, con cáncer en
mama en espera de cirugía; Daniel Hugo,
de 57 años, con enfermedad coronaria hoy le hacen tres by pass; Norma, 50 años, con cáncer de intestino
con metástasis; y Carina, 50 años,
le hacen angioplastia.
Pido hoy una oración por el alma de mi papá, Don Felipe, que partió al cielo en
febrero de 2007, y había nacido un día como hoy del año 1922.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a feluzul@gmail.com y deben
poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin
asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben
pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo
antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
Ofrecimiento para sacerdotes
y religiosas
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente
"Pequeñas Semillitas" por e-mail:
Si desean recibir el power point y los comentarios del Evangelio del
domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos sobre la Palabra de Dios,
pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Solo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico,
ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
“Intimidad Divina”
La oración
universal
El cristiano está por vocación llamado a la comunión y
diálogo con Dios: comunión y diálogo que son intercambio de vida y amor,
efusión del corazón del hombre en el corazón de Dios; oración íntima y
silenciosa y voz que se eleva al cielo; deseo y búsqueda de Dios; súplica,
suspiro, gemido, canto de alabanza y de acción de gracias, imploración de
perdón. Nada más personal, libre o espontáneo que la oración, la cual viene a
ser progresivamente la respiración habitual de la vida cristiana, realizándose
así el deber básico de “orar siempre sin desfallecer” (Lc 18, 1). Ya en el
Antiguo Testamento tenemos en los salmos ejemplos bellísimos de esa continua
elevación del corazón a Dios: “Dios, tú mi Dios, yo te busco… Cuando pienso en
ti sobre mi lecho, en ti medito en mis vigilias” (Sl 63, 2,7). “A la tarde, a
la mañana, al mediodía me quejo y gimo: él oirá mi clamor” (Sl 55, 18); o bien:
“A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío; confío en ti” (Sl 25, 1-2). Jesús
mismo oraba con las expresiones de los salmos que recitaba habitualmente según
la costumbre hebrea y de que se sirvió hasta en la cruz, añadiéndoles, con el
dulce apelativo de Padre, su impronta personal: “Padre, en tus manos encomiendo
mi espíritu” (Lc 23, 46).
El hombre no debe contentarse con orar sólo en nombre
propio; debe orar también en nombre de toda la creación. Pues “ha sido
constituido señor de la entera creación visible para gobernarla y usarla
glorificando a Dios” (GS 12), tiene el cometido de asumirla en su oración, para
que todo el universo venga a ser un canto de alabanza al Señor. “Obras todas
del Señor, bendecid al Señor… Cielos, sol y luna, lluvia y rocío, fuego y
calor, fríos y heladas, noches y días, luz y tinieblas, hielos y nieves, rayos
y nubes….; bendecid al Señor” (Dn 3, 57-70). Lejos de mirar las criaturas con
ojos codiciosos, con deseo desenfrenado de gozar egoístamente de ellas, el
cristiano “de Dios las recibe y las mira y respeta como si saliesen de las
manos del Creador” (GS 37). Entonces todo lo creado se convierte en ayuda
preciosa para su oración, porque continuamente le habla de Dios y le invita a
dar gracia, bendecir y amar al Dador de tantos bienes.
San Juan de la Cruz dice: “El alma mucho se mueve al amor
de su amado Dios por la consideración de las criaturas, viendo que son cosas
que por su propia mano fueron hechas” (C 4, 3). El cristiano respeta las
criaturas, las usa en la medida querida por Dios, y éstas le corresponden
pregonándole su presencia y su bondad infinita. Es la realización plena de lo
que afirma San Pablo: “Lo invisible de Dios… se deja ver… a través de sus
obras: su poder eterno y su divinidad” (Rm 1, 20). Cuanto con más puro corazón
y con ojos más iluminados por la fe se vuelve el cristiano a las criaturas,
tanto mejor sabe captar su lenguaje mudo y convertirlo en oración haciéndose
voz de cada criatura. Así cumple su función sacerdotal respecto a la creación,
enderezando toda realidad terrena al culto y a la alabanza de Dios, en especie
de liturgia universal mediante la cual la creación comienza a participar en “la
libertad de la gloria de los hijos de Dios” (Rm 8, 21).
Haz, Señor, que se
eleve a ti mi espíritu, y piense constantemente en mis culpas con dolor y
propósito de la enmienda. Dame, Señor, un corazón tan vigilante, que ningún
pensamiento vano pueda distraerlo de ti, un corazón noble que ninguna pasión
indigna pueda seducir, un corazón recto que ninguna intención mala pueda contaminar,
un corazón firme que no se quiebre por la tribulación, un corazón libre que no
se deje vencer por una pasión turbia. Concédeme, Señor Dios mío, una
inteligencia que te conozca, un amor que te busque, una sabiduría que te
encuentre, una conversación que te agrade, una perseverancia que te espera
confiada, una esperanza que finalmente te abrace. (Santo Tomás de Aquino,
Oraciones).
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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