martes, 31 de enero de 2012

Pequeñas Semillitas 1609

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1609 ~ Martes 31 de Enero de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
Hoy celebramos a uno de los santos más grandes de la Iglesia, específicamente por la obra que realizó y que dejó encaminada para ser continuada por todos los tiempos: San Juan Bosco, fundador de los Salesianos en sus dos ramas: la masculina y la de las Hijas de María Auxiliadora.
Por eso, para exaltar su memoria, vamos a iniciar esta edición de “Pequeñas Semillitas” con un hermoso pensamiento de él, pronunciado hacen más de cien años pero con plena validez intemporal:
"Propagad la devoción a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y veréis lo que son los milagros. Ayudad mucho a los niños pobres, a los enfermos, a los ancianos y a la gente más necesitada, y conseguiréis enormes bendiciones y ayudas de Dios. Os espero en el Paraíso".


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía.
Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?». Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’». Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?». Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe». Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Pero Él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.
(Mc 5,21-43)

Comentario
Hoy el Evangelio nos presenta dos milagros de Jesús que nos hablan de la fe de dos personas bien distintas. Tanto Jairo —uno de los jefes de la sinagoga— como aquella mujer enferma muestran una gran fe: Jairo está seguro de que Jesús puede curar a su hija, mientras que aquella buena mujer confía en que un mínimo de contacto con la ropa de Jesús será suficiente para liberarla de una enfermedad muy grave. Y Jesús, porque son personas de fe, les concede el favor que habían ido a buscar.
La primera fue ella, aquella que pensaba que no era digna de que Jesús le dedicara tiempo, la que no se atrevía a molestar al Maestro ni a aquellos judíos tan influyentes. Sin hacer ruido, se acerca y, tocando la borla del manto de Jesús, “arranca” su curación y ella enseguida lo nota en su cuerpo. Pero Jesús, que sabe lo que ha pasado, no la quiere dejar marchar sin dirigirle unas palabras: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad» (Mc 5,34).
A Jairo, Jesús le pide una fe todavía más grande. Como ya Dios había hecho con Abraham en el Antiguo Testamento, pedirá una fe contra toda esperanza, la fe de las cosas imposibles. Le comunicaron a Jairo la terrible noticia de que su hijita acababa de morir. Nos podemos imaginar el gran dolor que le invadiría en aquel momento, y quizá la tentación de la desesperación. Y Jesús, que lo había oído, le dice: «No temas, solamente ten fe» (Mc 5,36). Y como aquellos patriarcas antiguos, creyendo contra toda esperanza, vio cómo Jesús devolvía la vida a su amada hija.
Dos grandes lecciones de fe para nosotros. Desde las páginas del Evangelio, Jairo y la mujer que sufría hemorragias, juntamente con tantos otros, nos hablan de la necesidad de tener una fe inconmovible. Podemos hacer nuestra aquella bonita exclamación evangélica: «Creo, Señor, ayuda mi incredulidad» (Mc 9,24).
Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)


Santoral Católico:
San Juan Bosco
Presbítero y Fundador de la Sociedad Salesiana
y del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora


San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.

Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.

Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.

Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.

Fuente: Catholic.net


San Juan Bosco en 25 frases


1.- Entre vosotros jóvenes, es donde me encuentro bien. Cuando estoy lejos de vosotros me falta algo.

2.- Iría hasta Superga arrastrando la lengua con tal de salvar un alma.

3.- Estad siempre unidos al Señor.

4.- Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres.

5.- Trabajo, trabajo, trabajo. Ahora hemos de trabajar, ya descansaremos en el paraíso.

6.- Quien deja una casa por seguir la vocación encuentra ciento.

7.- Dadme almas y quedaos el resto.

8.- Hemos de hacer buenos cristianos y honrados ciudadanos.

9.- Salud, sabiduría, santidad (son las tras « S» en las que insistía Don Bosco).

10.- Decían de él: cuando Don Bosco está muy alegre es que tiene algún problema.

11.- Ante la cantidad de obras que realiza, Don Bosco decía: «Yo voy adelante haciendo como la locomotora, puf, puf, puf...» («Puf» en piamontés significa «deudas»)

12.- Nunca hay que decir «no me toca», sino « ¡Voy yo!».

13.- Mi sistema se basa en la religión, la razón y el amor.

14.- Al dar cultura y principios religiosos prevenimos a los delincuentes.

15.- Más moscas se cazan con una gota de miel que con un barril de vinagre.

16.- Vosotros jóvenes sois los responsables de vuestro futuro.

17.- La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que han de sostener nuestras vidas.

18.- Sed devotos del Papa, es una de nuestras principales devociones.

19.- Tristeza y melancolía… fuera de la casa mía.

20.- Dios te ve.

21.- Como padres amorosos corrijamos siempre con amabilidad.

22.- Por los jóvenes hemos de estar dispuestos a soportar cualquier contratiempo y fatiga.

23.- Los jóvenes no sólo deben ser amados, sino que deben notar que se les ama.

24.- Amemos lo que aman los jóvenes.

25.- Procurad siempre vivir en la amistad de Dios.


Tema del día:
Pensar antes de actuar


A nuestro alrededor suceden diversos acontecimientos, y muchas veces solemos juzgar sin que nos conste su verdad, dejándonos llevar sólo por las apariencias. Se requiere que reflexionemos si nuestras palabras y actos corresponden con la realidad, ya que no basta dejarse llevar solo por buenas intenciones. Un relato nos pone en evidencia ese peligro.

Eran dos familias amigas y vecinas. Uno de los vecinos, llamado Pedro, les compró un conejito a sus hijos. Los hijos del otro vecino, llamado Raúl, también tenían una mascota, era un perro pastor alemán.

Pedro le manifestó a su amigo Raúl que estaba temeroso de que el perro se comiera a su conejo. Pero Raúl le dijo que su perro apenas era un cachorro, que incluso podría hacerse un buen amigo del conejo al crecer juntos. Que no se preocupara, pues él sabía mucho de perros.

Parecía que Raúl tenía razón, pues iban creciendo juntos y aparentaban ser buenos amigos. Era normal verlos jugar juntos en el jardín al conejo y al cachorro.

Sin embargo, un viernes Pedro y su familia salieron para pasar el fin de semana a la playa sin llevarse al conejo.

Ya el domingo por la tarde, en casa de Raúl, estaba toda la familia tomando la merienda, cuando vieron entrar a su cachorro pastor alemán a la cocina. El perro, traía al conejo entre los dientes, todo sucio de tierra, reventado y, por supuesto, bien muerto. Se lo quitaron del hocico y le dieron una tremenda golpiza al perro.

Pero Raúl decía: “Pedro tenía razón, mi perro iba a acabar por matar al conejo. ¿Y ahora qué hacemos? ¿Cómo se lo decimos a los niños que se habían encariñado mucho con el conejo? En unas horas van a llegar”. Todos se miraban expectantes. El perro, a su vez, no dejaba de llorar afuera, lamiendo sus heridas.

En eso a uno de los hijos se le ocurrió una idea: “Ya sé. Vamos a lavar al conejo, lo dejamos limpio, y después lo secamos con el secador y lo colocamos en su casita, como si nada. Y cuando lleguen verán que se murió durmiendo”. Así lo hicieron. Hasta perfume le pusieron al animalito, y parecía dormido.

Estuvieron esperando en su casa hasta que oyeron que llegaron los vecinos. Casi inmediatamente oyeron los gritos de los niños. “Ya lo habrán descubierto” se dijeron.

No pasaron ni cinco minutos cuando el dueño del conejo, vino asustado a golpear la puerta. Parecía que había visto a un fantasma.

Como quien no sabe, Raúl le preguntó qué pasaba. Pedro apenas podía hablar: “El conejo, el conejo...” Raúl insistió: “Qué pasa con el conejo?” Pedro por fin pudo decirle: “El conejo está muerto…” Raúl se hizo el sorprendido: “Pero si parecía sano”. Pedro le aclaró: “No. Se murió desde el viernes. Fue antes de viajar, los niños lo enterraron en el fondo del jardín. Ahora aparece y… ¡hasta perfumado!”

La historia termina aquí. Pero ya se pueden sacar algunas conclusiones. El personaje de esta historia es el pobre perro. Lo imaginamos buscando por todas partes a su amigo el conejo y cuando lo encuentra lo lleva muy triste a mostrárselo a sus amos, pero éstos le dan una tremenda golpiza.

El error muchas veces proviene de juzgar con precipitación sin antes verificar los hechos y podemos hacer sufrir a alguien. Y atrás de ello muchas veces está el orgullo que nos impide pensar que podemos estar equivocados. Así pues, la solución es doble: ser más reflexivos y humildes.

Pbro. José Martínez Colín


Pensamientos sanadores


Hoy pídele a Dios recorrer caminos de auténtica santidad.

En todos los  hombres y mujeres, que a lo largo de la historia, alcanzaron altos grados de santidad, se ha observado cinco grandes constantes:
. Su amor a Jesús Eucaristía.
. Una gran amistad y una adecuada devoción a la Virgen Santísima.
. La fidelidad a la Iglesia y a su Magisterio.
. Las obras de misericordia.
. El deseo de proclamar a Jesús trabajando en la extensión de su Reino.
Y tú… ¿Cómo andas en estos cinco puntos? ¿Cuál de ellos te pide Jesús que debes reforzar?
Este es el momento para fortalecer lo que está débil y de poner, por escrito, los buenos propósitos que el Espíritu de Dios quiere inspirarte.

Moisés dijo a Aarón: “Así se cumple la palabra del Señor. Manifestaré mi santidad en aquellos que se acercan a mi, y a la vista de todo el pueblo seré glorificado. Levítico 10, 3


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio. Agregamos también un pedido especial por los niños todavía no nacidos y en peligro de ser abortados y para que el Señor guarde en su seno a los que desgraciadamente ya lo fueron.

Pedimos oración por los damnificados por la tormenta huracanada que sacudió la ciudad de Córdoba ayer lunes por la tarde. Hasta ahora se conocen dos víctimas fatales y numerosos daños materiales. Que el Señor conceda descanso a las almas de los que partieron a Su encuentro y ayude a reparar los daños de tan fuerte evento meteorológico.

Pedimos oración por la salud de Arnaldo Dante, de Córdoba, Argentina, que tiene 84 años de edad y está internado por neumonía y arritmia, rogando a la Santísima Virgen que interceda ante Jesús por la recuperación de su salud.

Pedimos oración por Teresa, de Rosario, Argentina, que tiene 71 años de edad y ha sido internada por arritmia cardíaca, estando en espera de la colocación de un marcapasos. Invocamos a Jesús Misericordioso para que esté junto a ella hasta su total curación.

Sumamos a estos pedidos de oración, todos los que sean dejados por los lectores en nuestro muro de Facebook.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración.


Estadísticas de los Blogs

 
El siguiente es un cuadro estadístico demostrativo de la cantidad de visitas registradas en los dos blogs que llevamos adelante en internet: "Pequeñas Semillitas" y "Juan Pablo II inolvidable". Esta información se publica el primer día de cada mes.

Debe recordarse que las visitas se cuentan desde el inicio de cada uno de ellos que ha sido en fechas distintas:

"PEQUEÑAS SEMILLITAS"  desde el 1º de Marzo de 2007. 

"JUANPABLO II INOLVIDABLE"  desde el 26 de Diciembre de 2009.  



"Intimidad Divina"

Vivir en Cristo

La imitación de Jesús no debe limitarse a un aspecto particular, sino que ha de poner al cristiano en actitud de total semejanza a Cristo para vivir lo más posible su vida. El principio vital de la participación en la vida de Cristo es la gracia, a la cual está siempre unida la caridad; canto más el creyente crece en gracia y en caridad, en mejor situación está de vivir en Cristo. En efecto, la gracia recibida en el bautismo nos conforma a Él: “ya que en este sagrado rito se representa y realiza el consorcio con la muerte y resurrección de Cristo” (LG 7).

La vida del cristiano debe ser una prolongación de la de Cristo y tiene valor sólo en la medida que refleje la de Él. Este es el testimonio que el mundo espera de los creyentes. San Pablo no se cansa de inculcarlo: “que… la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal” (2 Cor 4, 11). Ante tal empeño se comprende mejor aún que el pecado, y no sólo el pecado grave, está en antítesis absoluta con la vida cristiana, en la cual debe brillar la santidad de Cristo, el Señor.

Vivir la santidad de Jesús es gastar como Él la vida para gloria del Padre y para salvación de los hombres. Mirando a sus redimidos, Jesús ha de poder reconocer en ellos los sarmientos vivos de la vid que es Él, los miembros dignos de su Cuerpo místico en los que nada repugne a su santidad. “El amor de Cristo nos apremia –grita el Apóstol– al pensar que uno murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Cor 5, 14-15).

¡Oh mi Cristo adorado, crucificado por amor! Quisiera ser una esposa para tu corazón. Quisiera glorificarte y amarte… hasta morir de amor. Pero reconozco mi impotencia. Por eso te pido que me revistas de Ti mismo, que identifiques mi alma con todos los sentimientos de tu alma, que me sumerjas en ti y que me invadas, que tu ser sustituya mi ser para que mi vida sea solamente una irradiación de tu propia vida. Ven a mi como Adorador, como Reparador y como Salvador. ¡Oh fuego abrasador, Espíritu de amor! Desciende a mí para que se realice en mi alma como una encarnación del Verbo. Que yo sea para Él una humanidad suplementaria donde renueve su misterio. Y Vos, ¡oh Padre!, proteged vuestra pobre y débil criatura. Cubridla con vuestra sombra. Contemplad solamente en ella a vuestro Hijo muy amado en quien habéis puesto vuestras complacencias. (Isabel de la Trinidad, Elevación a la Santísima Trinidad)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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