jueves, 12 de enero de 2012

Pequeñas Semillitas 1590

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1590 ~ Jueves 12 de Enero de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
Phil Bosmans, nacido en 1922 en Amberes, Bélgica, es un sacerdote católico de expresión flamenca. En 1954 enfermó mortalmente. Estuvo dos años en cama, en la casa parroquial de una aldea perdida. Los médicos le habían condenado a ser una ruina de por vida; pero se repuso totalmente, y a partir de ese momento dedicó su vida al prójimo. Sus libros han servido de motivación a varias a más de una generación.
De su autoría es esta reflexión con la que iniciamos la presente edición de “Pequeñas Semillitas”:
“Nunca seré feliz si no controlo mis sentimientos, si estropeo mi jornada por una raya en el coche, por una palabra airada en casa, por un error profesional, por una cita fallida, por un resultado adverso, por una carrera en la media, o por la corbata torcida. Nunca seré feliz si soy víctima de mis emociones, esclavo de mis pasiones o prisionero de estúpidas esperanzas”


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, vino a Jesús un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. Le despidió al instante prohibiéndole severamente: «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio».
Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a Él de todas partes.
(Mc 1,40-45)

Comentario
Hoy, en la primera lectura, leemos: «¡Ojalá oyereis la voz del Señor: ‘No queráis endurecer vuestros corazones’!» (Heb 3,7-8). Y lo repetimos insistentemente en la respuesta al Salmo 94. En esta breve cita, se contienen dos cosas: un anhelo y una advertencia. Ambas conviene no olvidarlas nunca.
Durante nuestro tiempo diario de oración deseamos y pedimos oír la voz del Señor. Pero, quizá, con demasiada frecuencia nos preocupamos de llenar ese tiempo con palabras que nosotros queremos decirle, y no dejamos tiempo para escuchar lo que el Buen Dios nos quiere comunicar. Velemos, por tanto, para tener cuidado del silencio interior que —evitando las distracciones y centrando nuestra atención— nos abre un espacio para acoger los afectos, inspiraciones... que el Señor, ciertamente, quiere suscitar en nuestros corazones.
Un riesgo, que no podemos olvidar, es el peligro de que nuestro corazón —con el paso del tiempo— se nos vaya endureciendo. A veces, los golpes de la vida nos pueden ir convirtiendo, incluso sin darnos cuenta de ello, en una persona más desconfiada, insensible, pesimista, desesperanzada... Hay que pedir al Señor que nos haga conscientes de este posible deterioro interior. La oración es ocasión para echar una mirada serena a nuestra vida y a todas las circunstancias que la rodean. Hemos de leer los diversos acontecimientos a la luz del Evangelio, para descubrir en cuáles aspectos necesitamos una auténtica conversión.
¡Ojalá que nuestra conversión la pidamos con la misma fe y confianza con que el leproso se presentó ante Jesús!: «Puesto de rodillas, le dice: ‘Si quieres, puedes limpiarme’» (Mc 1,40). Él es el único que puede hacer posible aquello que por nosotros mismos resultaría imposible. Dejemos que Dios actúe con su gracia en nosotros para que nuestro corazón sea purificado y, dócil a su acción, llegue a ser cada día más un corazón a imagen y semejanza del corazón de Jesús. Él, con confianza, nos dice: «Quiero; queda limpio» (Mc 1,41).
Rev. D. Xavier PAGÉS i Castañer (Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Arcadio de Mauritania
Mártir


Etimología: Arcadio = Aquel que es venturoso, es de origen griego.

Se desconoce la fecha exacta de su martirio, pero parece que tuvo lugar en alguna ciudad de Mauritania, probablemente en Cesarea, la capital.

Las persecuciones estaban en todo su furor y miles de cristianos eran torturados por los soldados romanos sin esperar la sentencia del juez. En tan terribles circunstancias, San Arcadio se retiró a la soledad.

Sin embargo, el gobernador de la ciudad al saber que no se había presentado a los sacrificios públicos, capturó a un pariente y lo mantuvo como rehén hasta que el prófugo se presentara. Al saberlo, el mártir volvió a la ciudad y se entregó al juez quien lo obligó a que se sacrificase a los dioses.

Ante su negativa, el juez lo condenó a muerte, cortando cada uno de sus miembros de manera lenta. Al encontrarse totalmente mutilado, el mártir se dirigió a la comunidad pagana, exhortándolos a abandonar a sus dioses falsos y a adorar al único Dios verdadero, el Señor Jesús.

Los paganos se quedaron maravillados de tanto valor y los cristianos recogieron su cadáver y empezaron a honrarlo como a un gran santo.

Fuente: Catholic.net


La frase de  hoy

"Los miedos se estancan en nosotros porque los permitimos.
Si nos enfrentamos a los miedos ellos desaparecen.
Uno, con Dios, es mayoría"


Tema del día:
Autocontrol y felicidad


¿Tiene usted problemas en controlar sus emociones? ¿Padece de depresiones frecuentes? ¿Sabía usted que la felicidad depende, en gran parte, del autocontrol?

Tome conciencia que el descontrol emocional es nefasto. Recuerde la cantidad de crímenes pasionales que se dan en nuestros tiempos, piense que muchas de las cosas que hacemos movidos por el descontrol quedan en el corazón de quienes las reciben.

Las heridas quedan grabadas en el sistema nervioso. Tome conciencia también que el daño que se hace uno a sí mismo por causa del descontrol, es grande. Uno se va convirtiendo en una persona variable de acuerdo con los acontecimientos.

Dios nos hizo para ser dueños de nuestra vida. Estamos hechos para dar gloria a Dios con nuestra propia existencia. No debemos ser esclavos de nuestras pasiones. Dios nos exige llegar a ser grandes como personas. Todo lo poseemos en semilla. Tenemos que luchar por llegar a ser lo que tenemos que ser.

Mencionaremos algunos pasos para lograr un autocontrol:

1.- Conózcase a sí mismo. Hay que vigilar y conocer el funcionamiento de nuestros instintos, de nuestras pasiones. Recuerde la última vez que cayó víctima de sus ímpetus, de sus inclinaciones, de su agresividad.

2.- Cultive pensamientos positivos. Analice la situación. Descubra su razón, su lógica. El descontrol emocional viene cuando no se piensa.

3.- Ejercite su voluntad. Dios se la dio para que se forme por medio de ella. Aprenda a decir no a las cosas que nada bueno dejan.

4.- Mire y analice las cosas que más le enojan y verá que la mayoría son intrascendentes. El descontrol emocional nunca produce nada positivo.

5.- Póngase como meta ser una persona serena. Entrénese mentalmente. Visualícese como una persona calmada. Ore y pídale al Señor que le dé el don de la paz, que le dé serenidad de espíritu.

6.- Practique los métodos de relajación que le puedan ayudar durante el día.

7.- Salga de paseo, busque el campo, las montañas, la playa.

8.- Evite el uso de bebidas alcohólicas. Éstas estimulan o relajan, pero causan hábito y no dejan funcionar su mente debidamente.

9.- No culpe a su sistema nervioso de su descontrol. Éste actúa en función de sus pensamientos y emociones. Tampoco culpe a los demás.

10.- Evite preocuparse demasiado, ya que, por más que se preocupe, no podrá cambiar el pasado ni alterar el futuro demasiado. Lo que hay que hacer es actuar más y preocuparse menos. La preocupación excesiva produce enfermedades y nos impide pensar con lucidez. Una fe y confianza absoluta en Dios evita las preocupaciones en exceso: es la curación perfecta.

11.- Observe las personas que pierden siempre el control. Son, en el fondo, muy amargadas, y a las cuales todo el mundo rehuye. Viven una existencia vacía e infernal.

12.- Admire, en cambio, a las personas que se conservan tranquilas y serenas. Mire cómo marchan por la vida. Cómo llevan sus cruces con una gran paz. Generalmente tienen una vida espiritual profunda y aprendieron a poner sus problemas en las manos de Dios.

13.- No se altere demasiado; no va a resolver así ningún contratiempo. Más bien lo que hace es complicar la situación.

14.- No agrande demasiado los problemas. Nunca haga de los problemas unos gigantes. Aprenda a racionalizarlos. Si Dios está en usted, ¿quién puede estar contra usted?

15.- Cuando vengan las situaciones difíciles y nazca la triste sensación que todo se hunde, mantenga viva la llama de la esperanza.

16.- Nunca se doblegue ante las situaciones difíciles y dolorosas. Viva esperando lo mejor, aunque no siempre saldrá todo perfecto. Sea optimista.

¡Y no se olvide que con Dios, usted es invencible!

Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.


Nuevo video y artículo

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Pensamientos sanadores


Hoy pídele a Dios que te ayude a plasmar la santidad según tu propia identidad.

El Espíritu de Dios, quien mora en tu interior, no quiere hacer de ti una simple imitación de un fundador o de un santo determinado. Él quiere recrear, con su Presencia, todo tu ser y plasmar tu vida en una santidad única e irrepetible.
Él quiere guiarte a concretar toda la potencialidad que subyace en ti.
Santa Teresa plasmó la santidad de manera diversa de como lo hizo San Ignacio o la Beata Teresa de Calcuta.
Es que el Espíritu Santo realiza su obra de manera singular con cada uno. Él no se repite. No construye espiritualidad en serie sino en serio. Él usa la arcilla de tu alma para construirte de modo increíble.
Anímate entonces, pon en este día tu barro en las manos de tu Hacedor, a fin de que Él te colme de su Espíritu de Santidad.

Esto es lo que Yahvé había declarado: “Manifestaré mi santidad en aquellos que se acercan a mi y a la vista de todo el pueblo seré glorificado”. Levítico 10, 3


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Olga, que es de la provincia de El Chaco, pero está en Buenos Aires para ser operada por tercera vez de cáncer de colon. También por su hijo Elfio que padece de queratocono en su ojo izquierdo, por su esposo Oscar que está enfermo de psoriasis, por su hija Johanna, por su papá Miguel y su mamá Gladys. Que el Señor Misericordioso proteja a toda esta familia y le conceda a cada uno de sus miembros las gracias que nacen de su corazón para curar las dolencias físicas, psíquicas y espirituales que los aquejan. Amén.

Pedimos oración por Alicia, de 62 años de edad, residente en Rosario, Argentina, que debe hacerse exámenes médicos por varios síntomas que requieren control, para que la Virgen de Lourdes derrame sobre ella todo tipo de bendiciones y la proteja de todo mal.

Pedimos oración por Hilda Nélida, de Roque Sáenz Peña, Argentina, internada por una grave enfermedad intestinal, rogando al Beato Juan Pablo II que interceda por ella ante Dios para pedir el milagro de su curación mientras la Virgen la asiste en estos momentos de prueba.

Pedimos oración por el niño José C., de 17 años, que vive en Chile, que tiene que ser transplantado del corazón en forma urgente y está colocado como prioridad nacional para ese evento. Que el Señor ayude a que pronto aparezca el órgano adecuado y todo se resuelva favorablemente.

Pedimos oración por Otoniel, de 64 años de edad, de Colombia, que está pasando por serios problemas cardio respiratorios y además le han amputado una pierna. Pedimos la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes para que se de el milagro de la sanación, tanto espiritual, como corporal de don Otoniel, y que la familia reciba además múltiples bendiciones de Nuestro Señor Jesucristo para su resignación, fortaleza y templanza.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración.


"Intimidad Divina"

El influjo de Jesús

“Salía de Él una virtud que sanaba a todos” (Lc 6, 19) Al toque de su mano los ciegos veían, los sordos oían, los mudos recobraban la palabra… Y con la misma facilidad con que sanaba los cuerpos, purificaba y santificaba los corazones perdonando los pecados. “¿Qué es más hacedero, decir ‘perdonados te son tus pecados’, o decir ‘levántate y anda’? Mas para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad de perdonar los pecados sobre la tierra –dijo al paralizado– yo te digo: levántate, y tomando a cuestas tu camilla, anda a tu asa” (Lc 5, 23-24)

Jesús es Dios y la divinidad actúa en su humanidad. Su humanidad, llena de gracia y de poder, es justamente el instrumento de que se sirve su divinidad para derramar en torno suyo toda gracia y toda vida. La humanidad de Jesús, que ahora está gloriosa en el cielo, continúa derramando la misma virtud que un día por los campos de Palestina; esa virtud se derrama sobre los creyentes, obra en ellos, los purifica, los transforma, los santifica. “El influjo interior de la gracia pertenece sólo a Cristo, cuya humanidad, por estar unida a la divinidad, tiene el poder de justificar” (S. T. 3, 8, 6)

Es Jesús quien dispensa la gracia a cada bautizado realizando gradualmente en él la transformación en “nueva criatura”. Todos los creyentes viven continuamente bajo su influjo: “Así como la cabeza manda a los miembros –dice el Concilio de Trento–, así como la vid penetra con su savia todos los sarmientos, así Jesucristo ejerce su influjo en todos los justos y en todo momento. Y ese influjo precede, acompaña y corona sus obras buenas y las hace agradables a Dios y meritorias delante de Él” (Ses. VI, can. 16).

Señor Jesucristo, Tú que eres justamente Dios salvador de los hombres, yo te invoco, te alabo y te suplico. Acércate a mí con tu indulgencia, con tu compasión y con tu perdón. Pon en mi corazón los deseos que sólo Tú puedes saciar; en mis labios, las plegarias que sólo Tú puedes escuchar; en mi conducta, las acciones que sólo Tú puedes bendecir. (Oración del Misal mozárabe)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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