lunes, 30 de agosto de 2010

Pequeñas Semillitas 1171

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1171 ~ Lunes 30 de Agosto de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Se informa a los lectores de “Pequeñas Semillitas”
que este boletín no se editará
a partir del 1º de Setiembre y por algo más de un mes,
por motivo de viaje del autor del mismo.
Estaremos regresando, si Dios lo permite,
en los primeros días de Octubre.
Se agradecerá una oración.
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La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús se fue a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor».
Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.
(Lucas 4, 16-30)

Comentario
Hoy, «se cumple esta escritura que acabáis de oír» (Lc 4,21). Con estas palabras, Jesús comenta en la sinagoga de Nazaret un texto del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido» (Lc 4,18). Estas palabras tienen un sentido que sobrepasa el concreto momento histórico en que fueron pronunciadas. El Espíritu Santo habita en plenitud en Jesucristo, y es Él quien lo envía a los creyentes.
Pero, además, todas las palabras del Evangelio tienen una actualidad eterna. Son eternas porque han sido pronunciadas por el Eterno, y son actuales porque Dios hace que se cumplan en todos los tiempos. Cuando escuchamos la Palabra de Dios, hemos de recibirla no como un discurso humano, sino como una Palabra que tiene un poder transformador en nosotros. Dios no habla a nuestros oídos, sino a nuestro corazón. Todo lo que dice está profundamente lleno de sentido y de amor. La Palabra de Dios es una fuente inextinguible de vida: «Es más lo que dejamos que lo que captamos, tal como ocurre con los sedientos que beben en una fuente» (San Efrén). Sus palabras salen del corazón de Dios. Y, de ese corazón, del seno de la Trinidad, vino Jesús —la Palabra del Padre— a los hombres.
Por eso, cada día, cuando escuchamos el Evangelio, hemos de poder decir como María: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38); a lo que Dios nos responderá: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Ahora bien, para que la Palabra sea eficaz en nosotros hay que desprenderse de todo prejuicio. Los contemporáneos de Jesús no le comprendieron, porque lo miraban sólo con ojos humanos: «¿No es este el hijo de José?» (Lc 4,22). Veían la humanidad de Cristo, pero no advirtieron su divinidad. Siempre que escuchemos la Palabra de Dios, más allá del estilo literario, de la belleza de las expresiones o de la singularidad de la situación, hemos de saber que es Dios quien nos habla.
Rev. D. David AMADO i Fernández (Barcelona, España)


Santoral Católico
Santa Rosa de Lima
Patrona del Perú, de América y de las Filipinas


Nació en Lima, Perú, en 1586. Fue la primera santa canonizada del Nuevo Mundo. Aunque fue bautizada con el nombre de Isabel, se le llamaba comúnmente Rosa y ése fue el nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio.

Rosa tomó a Santa Catalina de Siena como modelo. Se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.

Ingresó a la tercera orden de Santo Domingo y, a partir de entonces, se recluyó en una cabaña que había construido en el huerto de su casa. Llevaba sobre la cabeza una estrecha cinta de plata, cuyo interior estaba erizado de picos, era una especie de corona de espinas. Su amor por el Señor era tanto que cuando hablaba de Él, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma.

Tiempo después, una comisión de médicos y sacerdotes examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales. El modo de vida y las prácticas ascéticas de Santa Rosa de Lima sólo convienen a almas llamadas a una vocación muy particular. Lo más admirable en Santa Rosa fue su gran espíritu de santidad heroica, porque todos los santos ya sea en el mundo, el desierto o en el claustro, poseen el rasgo común de haber tratado de vivir para Dios en cada instante. Quien tiene la intención pura de cumplir en todo la voluntad de Dios, podrá servirle con plenitud en todo lo que haga.

Santa Rosa murió el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.


Pensamiento


"Si queremos atraer amor hacia nosotros,
debemos ser amor, ser amorosos y amables;
si queremos tener paz y armonía en nuestro medio ambiente,
debemos establecer esa paz y esa armonía en nosotros"

Charles Filmore

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Tema del día:
El valor del esfuerzo


1) Para saber

En un relato del escritor Martín Descalzo que me enviaron se basa la siguiente historia.

Era un joven agrónomo, recién acabado sus estudios, que regresa a su pueblo con muchas ganas de trabajar. Se encuentra a don Laureano que, sentado frente al campo, estaba mirando cómo volaban los pájaros. “Buenos días don Laureano, yo le quería preguntar una cosa: ¿usted cree que este campito me dará buen algodón?”

El anciano le responde dubitativo: “¿Algodón dijo, patroncito? No, mire, no creo que este campo se dé. Fíjese los años que yo vivo aquí y nunca vi que este campo diera algodón”.

El joven volvió a preguntarle entusiasmado: “Tal vez entonces pueda dar maíz, ¿cree que este campo pueda dar maíz?”

“¿Maíz, patroncito? No, no creo. Nunca ha dado maíz. Lo más que puede darle es algo de pasto, un poco de leña, sombra para las vacas y, con suerte, alguna frutita de monte. Eso es lo que ha dado siempre”.

El joven insistió: “Pero, ¿y soja, don Laureano? Tal vez soja si pueda dar”.

“¿Soja, patroncito? No, yo nunca he visto soja por estos lados. Siempre la han traído de otros campos”.

El joven cansado dijo: “Bueno, don Laureano, le agradezco todo lo que me ha dicho. Pero ¿sabe?, de todos modos quiero hacer una prueba. Voy a sembrar algodón, un poco da maíz y a ver qué resulta. En una de esas si se da”.

El viejo sonriendo le dijo: “Hombre, claro, patroncito, si se siembra... si se siembra, es otra cosa, entonces si se da”.

2) Para pensar

La conclusión de don Laureano la podemos aplicar a muchos aspectos de nuestra vida. Cuántas veces deseamos alcanzar algún objetivo pero no ponemos los medios adecuados para ello. Por ejemplo, si se desea aprender un idioma, se requiere tiempo y dedicación. Difícilmente es creíble lo que algunos anuncios publicitarios invitan a conseguir de modo fácil, rápido y cómodo (y muchas veces no cierto costo económico). Se requiere sembrar para que se dé la cosecha.

La parábola de los talentos que nos cuenta el Señor en el Evangelio es una invitación a poner dedicación en nuestras tareas. En ella, un amo reparte un capital a cada uno de sus siervos. Dos de ellos, se pusieron a “trabajar inmediatamente”, sin perder tiempo, por lo que consiguieron duplicar el capital y ser premiados. En cambio, un tercer siervo, escondió el capital, lo que le acarrea ser duramente castigado por su amo cuando le pide cuentas y encontrarse que no produjo ningún beneficio.

Pensemos cómo estamos aprovechando los bienes que tenemos.

3) Para vivir

El peligro de una vida sin esfuerzo, además de no lograr metas nobles, es caer en un estado de tibieza espiritual donde estemos indefensos ante las tentaciones que nos inducen a alejarnos de Dios.

San Josemaría Escrivá nos previene al respecto: “¡Cómo vas a salir de ese estado de tibieza, de lamentable languidez, si no pones los medios! Luchas muy poco y, cuando te esfuerzas, lo haces como por rabieta y con desazón, casi con deseo de que tus débiles esfuerzos no produzcan efecto, para así auto justificarte: para no exigirte y para que no te exijan más.

–Estás cumpliendo tu voluntad; no la de Dios. Mientras no cambies, en serio, ni serás feliz, ni conseguirás la paz que ahora te falta.
–Humíllate delante de Dios, y procura querer de veras.” (Surco 146).

Pbro. José Martínez Colín


Meditación breve
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Cultiva tres cosas: La bondad, la sabiduría y la amistad.
Busca tres cosas: La verdad, la filosofía y la comprensión.
Ama tres cosas: Las buenas maneras, el valor y el servicio.
Gobierna tres cosas: El carácter, la lengua y la conducta.
Aprecia tres cosas: La cordialidad, la alegría y la decencia.
Defiende tres cosas: El honor, los amigos y a los débiles.
Admira tres cosas: El talento, la dignidad y la gracia.
Excluye tres cosas: La ignorancia, la ofensa y la envidia.
Combate tres cosas: La mentira, el odio y la calumnia.
Conserva tres cosas: La salud, el prestigio y el buen humor.
Siguiendo estos consejos, ennoblecerás la vida
y serás útil a la sociedad en la que te toca vivir.

P. Gregorio Mateu


Pedidos de oración
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Pedimos oración por Mario P. E., de Guatemala, que ha viajado a Bilbao, España, para realizar estudios dentro de una beca de doctorado, para que el Buen Jesús lo ayude en esos estudios y también encuentre un buen lugar para vivir, pues en un par de meses se le unirá su esposa Luisa Fernanda.


Seguimos pidiendo oración por la niña Romina C. que es originaria de Lima, Perú, tiene 3 añitos y fue herida de bala en un tiroteo en medio de un asalto. Ella ahora está internada, conectada a un respirador artificial, y por el daño sufrido dicen los médicos que seguirá indefinidamente en estado vegetativo. Por eso rezamos para que el Señor, por la mediación de Juan Pablo II, le conceda el milagro de la curación.


Desde Tegucigalpa, Honduras, Martha P. nos pide oraciones por su esposo Yoni, que mañana se debe realizar una resonancia magnética de columna vertebral, rogando a Jesús Misericordioso que los resultados sean buenos y le devuelva su buena salud.


Pedimos oración por Álvaro, de La Paz, Bolivia, para que el Espíritu Santo lo ilumine con sus dones y le permita comprender la realidad de su momento actual, darse cuenta del mal camino al que está siendo llevado, y pueda reflexionar, escuchar a su madre en sus consejos y volver a la cercanía de su familia y proceder en base a la formación cristiana que recibió.


Pedimos oración por la salud de la señora María Dora, que vive en Neuquén, Argentina, que por una caída ha sufrido fractura de costillas. Hoy justamente es su cumpleaños, y pedimos a Santa Rosa de Lima y a la Virgen de Lourdes por su pronto restablecimiento.


Pedimos oración por Ofelia S., de Bogotá, Colombia, que ha sido operada la semana pasada de cáncer gástrico, luego de haber recibido también quimioterapia. Y por su esposo Edgar M. que está enfermo de severa insuficiencia renal. Que Jesús y María los protejan y les concedan la gracia de recuperar su salud.


Pedimos oración por el señor Enrique Alberto A., que vive en Córdoba, Argentina, y que el día 2 de setiembre será operado de la vista. Que por la intercesión de Santa Lucía, el Señor esté junto a él y permita que la cirugía sea exitosa y la recuperación sea plena.


Pedimos oración por José D. A., residente en Puerto Rico, de 32 años de edad, para que la Virgen María lo cubra con su manto y lo llene de bendiciones. También por la señora Gladys de G. que vive en Venezuela, enferma de otoesclerosis bilateral, para que Jesús Misericordioso le ayude a superar esta afección.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo que en la carta de San Pablo a los Efesios dijiste: “Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense unos a otros, como también Dios los ha perdonado en Cristo; siendo imitadores de Dios como hijos amados, viviendo en amor como Él que se entregó por nosotros”; danos a nosotros esos mismos sentimientos para con nuestros hermanos. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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