viernes, 20 de agosto de 2010

Pequeñas Semillitas 1161

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1161 ~ Viernes 20 de Agosto de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Cuando a Jesús le preguntan cuántos serán los que se salven, Él no va a responder a la pregunta. Como hace con frecuencia, dirá lo que resulta útil y conveniente a quienes le escuchan. No responde sobre el número de los que se salvan, sino qué hay que hacer para acoger la salvación.
La salvación no es tanto una cuestión de número ni de voluntad y de deber, como sí lo es de diálogo y de deseo. Es aceptar a Jesús, dejarse salvar, amar, iluminar por Él. Seguir sus pasos.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?". Él les dijo: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas".
(Mateo 22, 34-40)

Comentario
Hoy, el maestro de la Ley le pregunta a Jesús: «¿Cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» (Mt 22,36), el más importante, el primero. La respuesta, en cambio, habla de un primer mandamiento y de un segundo, que le «es semejante» (Mt 22,39). Dos anillas inseparables que son una sola cosa. Inseparables, pero una primera y una segunda, una de oro y la otra de plata. El Señor nos lleva hasta la profundidad de la catequesis cristiana, porque «de estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas» (Mt 22,40).
He aquí la razón de ser del comentario clásico de los dos palos de la Cruz del Señor: el que está cavado en tierra es la verticalidad, que mira hacia el cielo a Dios. El travesero representa la horizontalidad, el trato con nuestros iguales. También en esta imagen hay un primero y un segundo. La horizontalidad estaría a nivel de tierra si antes no poseyésemos un palo derecho, y cuanto más queramos elevar el nivel de nuestro servicio a los otros —la horizontalidad— más elevado deberá ser nuestro amor a Dios. Si no, fácilmente viene el desánimo, la inconstancia, la exigencia de compensaciones del orden que sea. Dice san Juan de la Cruz: «Cuanto más ama un alma, tanto más perfecta es en aquello que ama; de aquí que esta alma, que ya es perfecta, toda ella es amor y todas sus acciones son amor».
Efectivamente, en los santos que conocemos vemos cómo el amor a Dios, que saben manifestarle de muchas maneras, les otorga una gran iniciativa a la hora de ayudar al prójimo. Pidámosle hoy a la Virgen Santísima que nos llene del deseo de sorprender a Nuestro Señor con obras y palabras de afecto. Así, nuestro corazón será capaz de descubrir cómo sorprender con algún detalle simpático a los que viven y trabajan a nuestro lado, y no solamente en los días señalados, que eso lo sabe hacer cualquiera. ¡Sorprender!: forma práctica de pensar menos en nosotros mismos.
Rev. D. Pere CALMELL i Turet (Barcelona, España)


Santoral Católico
San Bernardo, Abad y Doctor


San Bernardo llegó a Citeaux alrededor de la Pascua de 1112. Este monasterio, fundado tiempo antes por San Roberto, San Alberico y San Esteban Harding, fue el primero en el que practicaba, con todo su rigor, la primitiva regla de San Benito. En 115, San Bernardo fue enviado a fundar, con otros doce monjes, un nuevo monasterio en la diócesis de Langres, en la Champagne.

A principios del año 1142, se fundó en Irlanda el primer convento cisterciense. Los monjes procedían de Claraval, a donde San Malaquías los había enviado a formarse bajo la dirección de San Bernardo. Dieciocho meses después ascendió al trono pontificio el abad del monasterio cisterciense de Tre Fontane, Eugenio III, que no era otro que el Bernardo de Pisa a quien San Bernardo había conducido al noviciado.

La fama de las cualidades y poderes del santo eran tan grandes que los príncipes acudían a su arbitraje y los obispos le consultaban los asuntos más importantes de la Iglesia y se atenían con respeto a sus opiniones y decisiones. Su consejo, era para los Papas, uno de los principales apoyos de la Iglesia. Llegó a llamársele "el Oráculo de la cristiandad”. Porque Bernardo no era únicamente un fundador de monasterios, un teólogo y un predicador, sino también un reformador y un "cruzado".

El día de Navidad de 1144, los turcos selyukidas se habían apoderado de Edesa, uno de los 4 principados del reino latino de Jerusalén. Los cristianos pidieron auxilio a Europa. Eugenio III encargó entonces a San Bernardo predicar una Cruzada. El fracaso de ésta levantó una tempestad contra San Bernardo, quien se había mostrado seguro del triunfo.

Bernardo murió el 21 de agosto de 1153, tenía entonces 73 años y había sido abad durante 38. Los monjes de Claraval habían fundado ya 78 monasterios. Fue canonizado en 1174 y proclamado Doctor de la Iglesia, el "Doctor Melifluo", en 1830.

San Bernardo "llevó sobre los hombros el siglo XII y no pudo menos de sufrir bajo ese peso enorme". En vida fue el "oráculo" de la Iglesia, reformador de la disciplina y, después de su muerte no ha dejado de instruir y vigorizar a la Iglesia con sus escritos.

Más información en:
http://webcatolicodejavier.org/sanbernardo.html


Pensamiento
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"Ningún problema es verdadero y totalmente grave
mientras se tenga alguien a nuestro lado"

José Luis Martín Descalzo


Tema del día:
Las riquezas baratas


Supongo que a estas alturas ya nadie duda de que vamos hacia un mundo de estrecheces. Las vacas gordas pasaron a la historia y parece que para todos llegó el tiempo de apretarse el cinturón (aunque los pobres se quedaron sin agujeros que apretar hace mucho tiempo). Primero le llegó el agua al cuello a las clases medias; hoy, hasta los más derrochones se ven obligados a mirar la moneda.

¿Es esto una desgracia? Lo es, desde luego, para cuantos pasan hambre. Pero yo me pregunto si unos ciertos grados de estrechez no serán un don para el mundo y no nos empujarán a descubrir todas esas otras fortunas baratísimas que hoy tenemos medio olvidadas.

Porque -aunque de esto apenas se hable- hay riquezas carísimas y riquezas baratas. Y sería dramático que mientras la gente se pasa la vida llorando por no poder alcanzar los bienes caros, se dejasen de cultivador los que tenemos al alcance de la mano.

La más grande y barata de las riquezas es, por ejemplo, la amistad. Un buen amigo vale más que una mina de oro. Sentirte comprendido y acompañado es mayor capital que dar la vuelta al mundo. Alguien que nos ayude a sonreír cuando estamos tristes es más sólido que mil acciones en bolsa. ¡Y qué barato es tener un buen amigo! Cuesta menos que una caña de cerveza, menos que una barra de pan. ¡Y es más sabroso! Lo pueden tener los pobres y los ricos y casi les es más fácil a los primeros. Hay amigos en todas partes, de todas las edades, de mil ideologías, de muy diversos niveles culturales. Quién sabe si cuando todos vayamos siendo pobres descubriremos mejor esa propiedad milagrosa de la amistad con la que no contábamos.

También se puede ser gratuitamente millonarios de sol, de aire limpio, de paisajes. Hace falta dinero para hacer un safari por África Central, pero no hace falta una sola moneda para acariciar la cabeza de un perro y ver cómo levanta hacia nosotros sus ojos agradecidos. ¿Y quién podría asegurar que una cena de gala en el Waldorf Astoria produce mayor gozo que una tarde de primavera bajo la sombra de un sauce?

Y el placer milagroso y baratísimo de la música. Lo que más agradezco yo a nuestra civilización es esta posibilidad de que un pequeño aparato de poco más de medio kilo de peso te conceda algo que hubiera enloquecido a Beethoven: poder disfrutar de todas las orquestas del mundo con sólo ir movimiento suavemente el mando de una aguja. Lo que en el siglo XVIII no podían permitirse ni los emperadores lo tengo yo ahora a diario. ¿Y qué mina de diamantes me haría tan fabulosamente rico como el poder tener en mi oído y en mi alma el concierto de violoncello de Schuman o las vísperas de Monteverdi? No cambiaría yo, verdaderamente, un pequeño transistor por un palacio en Arabia. Porque aun cuando la charlatanería está invadiendo a no pocas emisoras, aún queda casi siempre la posibilidad de encontrar entre ellas la mina de diamantes de una buena música.

Y ahora pido a mis lectores que griten unánimes un ¡ooooh! larguísimo porque aquí llega el superpremio baratísimo de la noche: su majestad el libro, con cuarenta caballos, carrocería en oro vivo, acelerador del alma, ruedas irrompibles, cristales de aumento para entender la vida motor multiplicador de la existencia. ¿Desde cuándo un coche, un apartamento, una vuelta al mundo, un abrigo de visón pueden producir la centésima de placer verdaderamente humano que aportaría un solo buen poema?

Nos han engañado, amigos. Nos han estafado acostumbrándonos a creer que es el estiércol del dinero y del lujo la verdadera moneda de la felicidad. Nos han empobrecido diciéndonos que el mundo sería menos mundo cuando estuvieran más flacas nuestras cuentas en el banco. Nos han conducido a equivocarnos de piso, a dejar en las arcas del olvido las riquezas de primera, creyendo que existen sólo las riquezas digestibles. Hay tesoros baratos y casi nadie lo sabe.

Hay multimillonarios que gastan la vida en llorar por creerse pobres. Y yo me pregunto si un poco de estrechez no serviría para abrirnos los ojos. Y, la verdad, no me preocuparía que en el mundo que viene tuviéramos que apretarnos un poco el cinto a cambio de que aprendiéramos a estirar el alma.

José Luis Martín Descalzo


Nuevo artículo
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Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/


Meditación breve

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¡Señor, Tú que escondiste tu espina bajo una rosa, hazte cargo del barco en que tengo escondida mi carga! ¿Dónde escondiste la huella de los clavos? ¡La escondiste debajo del amor! ¡Llévame hasta ese punto! ¡Haz que mi barquita, rumbo a mi desierto, se detenga por un momento en el desierto de mi hermano! ¡Haz que pueda sentirme unido en amor al que sufre, que pueda tener comunión con el que llora, que sea hermano del que se duele! Permíteme oír las voces que provienen de otros desiertos, los lamentos de otras almas, los gemidos de otras tumbas. Así, cuando haya llegado a mi destino y extienda las manos para sacar la carga, me encontraré con una maravillosa sorpresa: Estará allí, pero reducida a la mitad de su tamaño. Ya no será pesada; lo que me parecía imposible estará a mi alcance. La levantaré fácilmente; la transportaré sin dificultad y la sepultaré rápidamente. Entonces, en una hora estaré listo para ir a Caná; estaré en condiciones para el Calvario en unos pocos minutos. Volveré a la lucha en medio de la multitud y la multitud dirá: "No hay méritos en él".
George Matheson (1904)


Pedidos de oración


Pedimos oración por la señora Ana Lucrecia F. O., que vive en Nicaragua, y está sufriendo parálisis en sus piernas y problemas ginecológicos. Y también del mismo país elevamos una oración por la salud de la mamá de nuestra lectora Myrna del Socorro D. R.. confiando que la Santísima Virgen María las cubrirá con su amor y su intercesión ante Jesús para que restaure la salud de sus cuerpos y bendiga sus almas.


Desde México, María del Carmen S. A. solicita una oración por el matrimonio de su hija con José, que ha sido bendecido por dos hijas pequeñas, pero el papá se niega a que ellas accedan al sacramento del Bautismo. Que el Señor toque el corazón de José (originariamente católico) para que bautice a sus hijas y les permita introducirse a la vida cristiana.


Recibimos una carta de la Comunidad del Carmen, de Chimbote, Perú, firmada por Julia. Allí nos narra la triste historia de su hijo único, que se llamaba Eduardo, que se infectó con HIV y vivió hasta los 23 años. Estaba casado con Rocío y fruto de ese matrimonio nació Flor. La bebé recibió la transmisión el sida al nacer y sobrevivió un año con permanentes internaciones hasta que el Señor la llamó al cielo. Eduardo y Rocío se quitaron la vida tiempo antes de la muerte de su bebé desesperados por la realidad del sida que los afectaba y sufriendo el dolor de ver a su niñita consumirse día a día... Hoy, Julia, escribe dando a conocer esta triste historia y pidiendo oraciones por los tres, y por todas las personas portadoras de esta enfermedad que son acogidas y contenidas en la Comunidad del Carmen, con muchas carencias pero con un amor interminable. Nos sumamos a la oración por todos ellos y por todos los enfermos HIV del mundo.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, concédenos que por la penitencia de nuestros pecados, nos unamos cada vez más a la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, y así seamos dignos de conseguir un día la gloria de la resurrección. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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