PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3676 ~ Miércoles 30 de Mayo de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi
corazón se llena de un gozo que proviene
de saberme hijo bien amado de Dios. Porque creo en el inagotable poder
de Dios, llevo una vida feliz y llena de alegría. Soy bendecido constantemente, a cada minuto
de cada día. Creo que soy algo más que un simple cuerpo físico. Soy un ser
espiritual, pleno de ideas divinas. Sé que, si me creo capaz de hacer algo,
puedo hacerlo.
Puedo
enfrentarme con seguridad a cualquier situación, pues Jesús prometió:
"Todo puede hacerlo aquel que cree". Cualesquiera sean mis
necesidades (salud, prosperidad, empleo), Dios me guía hacia la satisfacción de
ellas y de todas las demás. ¡Qué maravillosa sensación es saber que Dios
siempre está a mi lado!
Diariamente
afirmo: Porque creo invariablemente en Dios, me lleno de fe y alegría.
¡Buenos días!
La vieja y el médico
La
sinceridad es una virtud exigente, ya que puedes faltar a la verdad de
distintas y sutiles maneras. Por ejemplo, con la simulación, que es mentir con
los hechos, o con la hipocresía pasando por lo que no se es, o con jactancias
atribuyéndose uno excelencias que no posee, o con adulaciones cuando se engaña
para sacar algún provecho de los otros.
Una vieja enferma de la vista llamó con la promesa de
pagarle, a un médico. Éste se presentó en su casa, y cada vez que le aplicaba
el ungüento no dejaba, mientras la vieja tenía los ojos cerrados, de robarle
todo lo que podía llevarse un poco por vez. Cuando ya no quedaba nada, terminó
también la cura, y el médico reclamó el salario convenido, se negó a pagar la
vieja, y aquél la llevó ante los jueces. La vieja declaró que, en efecto, le
había prometido el pago si le curaba la vista, pero que su estado, después de
la cura del médico había empeorado. –Porque antes –dijo– veía todos los muebles
que había en mi casa, y ahora no veo ninguno (Esopo).
Es
lamentable que en Argentina muchas faltas de sinceridad sean celebradas como
“viveza criolla”, feo vicio antisocial que ha vulnerado tristemente nuestra
imagen en el exterior. Y lo peor es que perdura entre nosotros cuando
aplaudimos al canchero, al piola, al madrugador, que son los “avivatos” y
“ventajitas” de las historietas cómicas. Sólo la verdad nos hará libres.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, los discípulos iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús
marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían
tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a
suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a
los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a
los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a
los tres días resucitará».
Se
acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro,
queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: «¿Qué queréis que os
conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria,
uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo: «No sabéis lo que
pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el
bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos».
Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis
bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi
derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes
está preparado».
Al
oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús,
llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las
naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su
poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a
ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el
primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre
ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por
muchos». (Mc 10,32-45)
Comentario:
Hoy,
el Señor nos enseña cuál debe ser nuestra actitud ante la Cruz. El amor
ardiente a la voluntad de su Padre, para consumar la salvación del género
humano —de cada hombre y mujer— le mueve a ir deprisa hacia Jerusalén, donde
«será entregado (…), le condenarán a muerte (…), le azotarán y le matarán» (cf.
Mc 10,33-34). Aunque a veces no entendamos o, incluso, tengamos miedo ante el
dolor, el sufrimiento o las contradicciones de cada jornada, procuremos unirnos
—por amor a la voluntad salvífica de Dios— con el ofrecimiento de la cruz de
cada día.
La
práctica asidua de la oración y los sacramentos, especialmente el de la
Confesión personal de los pecados y el de la Eucaristía, acrecentarán en
nosotros el amor a Dios y a los demás por Dios de tal modo que seremos capaces
de decir «Sí, podemos» (Mc 10,39), a pesar de nuestras miserias, miedos y
pecados. Sí, podremos abrazar la cruz de cada día (cf. Lc 9,23) por amor, con
una sonrisa; esa cruz que se manifiesta en lo ordinario y cotidiano: la fatiga
en el trabajo, las normales dificultades en la vida familiar y en las relaciones
sociales, etc.
Sólo
si abrazamos la cruz de cada día, negando nuestros gustos para servir a los
demás, conseguiremos identificarnos con Cristo, que vino «a servir y a dar su
vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). San Juan Pablo II explicaba que «el
servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en Cruz, o sea, con el don
total de sí mismo». Imitemos, pues, a Jesucristo, transformando constantemente
nuestro amor a Él en actos de servicio a todas las personas: ricos o pobres,
con mucha o poca cultura, jóvenes o ancianos, sin distinciones. Actos de
servicio para acercarlos a Dios y liberarlos del pecado.
Rev. D. René PARADA
Menéndez (San Salvador, El Salvador)
Santoral Católico:
Santa Juana de Arco
Virgen
Nació
en Domrémy (Lorena, Francia) el año 1412 en el seno de una familia campesina.
Era el tiempo de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra. A los
trece años empezó Juana a tener experiencias extraordinarias y visiones de
santos que le decían que su misión era librar a Francia. Aunque era analfabeta,
se abrió camino para hablar con el rey Carlos VII. Consiguió que, vestida de
guerrero, la pusieran en cabeza del ejército que conquistó Orleans y otras
plazas. Pero el rey cambió luego de actitud y Juana fue arrestada y entregada a
los ingleses, quienes la sometieron a un juicio que la condenó como hereje, por
lo que fue quemada viva en Rouen (Normandía) el año 1431. La Iglesia la
rehabilitó en 1456, y la canonizó en 1920.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
Pensamiento del día
“Madre amada:
Enséñanos a orar para no perder la Esperanza y para
darle raíces sólidas.
Enséñanos a orar para discernir donde poner los
esfuerzos y descubrir nuestro lugar y misión.
Enséñanos a orar para no desalentarnos en las
dificultades y contratiempos.
Lo que se espera se consigue con esfuerzo, con trabajo
y con la vida.
Nos confiamos en tus manos para que nos hagas fuertes
en la fe comprometidos en la solidaridad y firmes, muy firmes, en la Esperanza
del Reino”
(Santo Cura de Ars)
Tema del día:
Canonización de Monseñor
Romero y Pablo VI
El
Vaticano confirmó que el Beato Pablo VI y Mons. Óscar Romero serán canonizados
el domingo 14 de octubre en Roma durante del Sínodo de los Obispos sobre los
jóvenes y las vocaciones convocado por el Papa Francisco del 3 al 28 del mismo
mes.
El milagro de Pablo VI
La
curación de una bebé en el vientre de su madre sería el milagro que permitiría
la canonización de Pablo VI.
La
protagonista del milagro es Amanda, una niña que nació el 25 de diciembre de
2014 a pesar de un difícil embarazo y del cual era difícil que sobreviviera,
según afirmaban los médicos.
Ya
en diciembre del año pasado el semanario de la Diócesis de Brescia, “La Voce
del Popolo”, había adelantado información sobre esta curación.
“El
milagro atribuido a la intercesión de Giovanni Battista Montini es acerca de la
curación de un feto, en el quinto mes de embarazo”, el cual “en el 2014 fue
aprobado”.
Según
relató el semanario, “la madre en espera, de la provincia de Verona, estaba en
riesgo de aborto por una patología que habría podido comprometer la vida del
pequeño y de la madre”.
Sin
embargo, a los pocos días de que Pablo VI fuera beatificado, la mamá fue a
rezar al Santuario delle Grazie, en Brescia (Italia), un lugar a donde acuden
los devotos del Papa Montini.
Así,
sin que fuese posible una explicación médica, la niña nació el 25 de diciembre
de 2014, gozando de buena salud.
Pablo
VI fue beatificado por el Papa Francisco en octubre de 2014. Entre otras cosas,
es reconocido por ser autor de la encíclica “Humanae Vitae”, un documento que
marcó un hito en la defensa de la vida desde la concepción y cuya publicación
cumple 50 años este 2018.
El milagro de Óscar Romero
La
curación inexplicable de una mujer embarazada es el milagro aprobado que
permite declarar santo al entonces Arzobispo de San Salvador.
Se
trata de una mujer salvadoreña con una enfermedad terminal y “condenada a
morir”, pero que, sin embargo, sanó y dio a luz a un bebé sano.
En
declaraciones a AP, Mons. Paglia relató que el esposo de la mujer comenzó a
pedir la intercesión de Mons. Romero el 24 de mayo de 2015, el día en que fue
beatificado en San Salvador. Para fines de agosto o principios de septiembre,
la condición de su esposa había empeorado y los médicos hicieron la cesárea,
temiendo que el niño pudiese morir.
"Hicieron
la cesárea y esperaban que ella muriera", porque todas las pruebas
indicaban que no sobreviviría. Mons. Paglia no especificó la enfermedad. Indicó
que las amistades también rezaban por la intercesión del beato "y después
de cinco días, de manera inexplicable, esta mujer comienza a mejorar y se curó
por completo".
Nacido
en Ciudad Barrios, al este de El Salvador, el 15 de agosto de 1917, Mons. Óscar
Arnulfo Romero, fue nombrado Arzobispo de San Salvador por el Papa Pablo VI en
1977.
Su
gobierno pastoral destacó por la defensa de los derechos humanos, en medio de
una naciente guerra civil entre la guerrilla de izquierda y el gobierno de
extrema derecha.
El
24 de marzo de 1980, Mons. Romero fue asesinado por odio a la fe. El 3 de
febrero de 2015, el Papa Francisco reconoció su martirio y fue beatificado el
25 de mayo de ese mismo año por el Cardenal Ángelo Amato, Prefecto de la
Congregación para las Causas de los Santos, en San Salvador.
Fuente: Aciprensa
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Parece
bastante más fácil no creer que creer. Puede parecer más sencillo, o más
cómodo, en el sentido de que quien no cree no se liga a nada. En ese sentido es
fácil. Pero vivir sin fe no es tan fácil. La vida sin fe es complicada
generalmente, porque el hombre no puede vivir sin puntos de referencia. No
tenemos más que recordar la filosofía de Sartre, Camus, o de otros muchos, para
comprobarlo enseguida. La carga que conlleva la falta de fe es mucho más
pesada.
Tener
fe es, en cierta manera, una opción. Elegir entre dos modos de ver la vida.
Ambos modos -vivir con fe o sin ella- se presentan como dos posibilidades
coherentes. Sin embargo, pienso que la razón y la observación de la naturaleza
y del hombre llevan indefectiblemente hacia la fe. De todas formas, al final
hay siempre una decisión de la voluntad. Una decisión perfectamente compatible
con que después uno pueda sentir a veces el atractivo de la otra opción. Pero
la vida con fe es más esperanzada, más optimista, más alegre.
(Alfonso Aguiló)
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas,
religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico
de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios
Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las
misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad
en Córdoba (Argentina); por los niños
con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del
Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países
del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las
familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes
hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para las siguientes personas: Domitila
V., de Ciudad de México, hospitalizada con fractura de base de cráneo y
hemorragia cerebral; Beatriz S., de
Ciudad de México, que sigue recuperándose lentamente de un accidente cerebro
vascular; Karla M. S., de Ciudad de
México a quien el viernes operan de los ojos; Liliana C., de Puerto Rico, afectada de diabetes; Eddie, hijo de la señora anterior, que
ha perdido su trabajo; y Jorge C. M.,
de Ciudad de México, por trabajo. A todas estas personas las confiamos al amor
de Dios y a la intercesión de la Santísima Virgen María.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino,
paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al
Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del Espíritu Santo
Mayo 3
Para
aprender la libertad del Espíritu Santo hay que dejarse iluminar por la Palabra
de Dios.
El
Espíritu Santo es quien ha inspirado la Palabra de Dios. Por eso, él puede
iluminarnos para comprender esa Palabra. No sólo para que alcancemos una
comprensión intelectual de ella, sino para que le abramos el corazón y nos
dejemos mover por su exhortación a la conversión.
Porque
si el Espíritu no toca los corazones con su gracia, el solo hecho de escuchar
la Palabra o de leerla, no llega a producir ningún cambio en nuestra vida. Pero
si invocamos al Espíritu y nos dejamos inundar por él antes de leer la Palabra,
seremos capaces de ser sinceros ante ella, aceptaremos quedar al descubierto, y
así esa Palabra le hablará concretamente a la propia vida, nos hará ver claro
el camino, y el Espíritu nos dará la fuerza para seguirlo. Ese es un secreto de
los verdaderos cambios.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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