viernes, 18 de mayo de 2018

Pequeñas Semillitas 3664

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3664 ~ Viernes 18 de Mayo de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mira hoy tu cara en el espejo de tu corazón. Haz el esfuerzo de mirarte internamente y ver la belleza interior que posees.
Eres grandioso, porque eres hijo de Dios, porque estás vivo y es esta vida que hace con que miles de personas te estén esperando.
Sí, hay mucha gente esperando a que cambies, a que te transformes. Hay muchas personas que quieren admirar tu belleza, los valores que tienes.
Así que, hoy haz este esfuerzo de mirarte internamente de forma muy profunda y verás que el cambio es más fácil que imaginabas.

¡Buenos días!

Para confiar más en Dios
Confiar en Dios, es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (Salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.

Señor, quiero creer en tus promesas, quisiera confiar más en tu poder y en tu amor para que toda mi vida esté realmente en tus manos. Regálame, Señor, el don de la confianza. Así todo lo que me suceda será para mi bien y para el bien de los demás. Tómame en tus brazos y no permitas que me llene de temores inútiles. Quiero conocer la alegría de la libertad espiritual, el gozo de darte a ti el control de mi existencia. Pero también quiero elevar mis ojos hacia ti y dejar en tus brazos todos mis seres queridos. Protégelos, Señor, te los confío, te los entrego para que todo lo que les suceda tenga un buen fin. Dales también la fuerza de tu amor para que conozcan la verdadera alegría. Amén. (Víctor M. Fernández).

“Descarguen en el Señor todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes”. Si lees y meditas la Biblia, encontrarás esta exhortación y otras semejantes. Te ayudarán a fortalecer tu confianza en Dios que te ofrece refugio “a la sombra de sus alas mientras vienen calamidades” de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo estoy. Yo te amo”, te asegura Dios.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy 
Texto del Evangelio:
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos y comiendo con ellos, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?». Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas».
Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas a donde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde tú no quieras». Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme». (Jn 21,15-19)

Comentario:
Hoy hemos de agradecer a san Juan que nos deje constancia de la íntima conversación entre Jesús y Pedro: «‘Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?’ Le dice él: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Le dice Jesús: ‘Apacienta mis corderos’» (Jn 21,15). —Desde los más pequeños, recién nacidos a la Vida de la Gracia... has de tener cuidado, como si fueras Yo mismo... Cuando por segunda vez... «le dice Jesús: ‘Apacienta mis ovejas’», Él le está diciendo a Simón Pedro: —A todos los que me sigan, tú los has de presidir en mi Amor, debes procurar que tengan la caridad ordenada. Así, todos conocerán por ti que me siguen a Mí; que mi voluntad es que pases por delante siempre, administrando los méritos que —para cada uno— Yo he ganado.
«Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: ‘¿Me quieres?’ y le dijo: ‘Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero’» (Jn 21,17). Le hace rectificar su triple negación y, solamente recordarla, le entristece. —Te amo totalmente, aunque te he negado..., ya sabes cómo he llorado mi traición, ya sabes cómo he encontrado consuelo solamente estando con tu Madre y con los hermanos.
Encontramos consuelo al recordar que el Señor estableció el poder de borrar el pecado que separa, mucho o poco, de su Amor y del amor a los hermanos. —Encuentro consuelo al admitir la verdad de mi alejamiento respecto de Ti y al sentir de tus labios sacerdotales el «Yo te absuelvo» “a modo de juicio”.
Encontramos consuelo en este poder de las llaves que Jesucristo otorga a todos sus sacerdotes-ministros, para volver a abrir las puertas de su amistad. —Señor, veo que un desamor se arregla con un acto de amor inmenso. Todo ello, nos conduce a valorar la joya inmensa del sacramento del perdón para confesar nuestros pecados, que realmente son “des-amor”.
Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)

Santoral Católico:
San Félix de Cantalicio
Capuchino 
Nació en un pueblecito del centro de Italia, Cantalice (Rieti), el año 1515, de una familia modesta. Pronto se puso al servicio de una familia acomodada, primero como pastor y luego en faenas del campo. Ya maduro ingresó en los capuchinos, hizo el noviciado como hermano lego y profesó en 1545. Poco después lo destinaron a Roma, donde permaneció hasta su muerte, recorriendo de continuo sus calles como limosnero, lo que aprovechaba para consolar y aconsejar a las gentes, visitar a los enfermos, ayudar a los más pobres, explicar el catecismo a los niños y enseñarles a cantar las alabanzas de Dios. Profesaba una particular devoción a la Virgen. Fue un fraile de talante místico y asidua oración. Brilló por su candor y sencillez evangélica, su buen humor y su cercanía a toda persona. Estuvo adornado de carismas celestiales. Trabó una gran amistad con san Felipe Neri y san Carlos Borromeo. Murió en Roma el 18 de mayo de 1587.
Oración: Oh Dios, que diste a tu Iglesia y a la Orden franciscana un ejemplo vivo de candor y sencillez evangélica en san Félix de Cantalicio, concédenos, te rogamos, seguir sus huellas para buscar y amar intensamente a Cristo. Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa    

San Juan I
Papa y Mártir 
Nació en Toscana (Italia), y fue elegido papa el año 523. Su breve pontificado trascurrió en los reinados del emperador de Constantinopla Justino, católico, y Teodorico, rey de los ostrogodos, arriano, que dominaba Italia, con los consiguientes problemas políticos y religiosos. Teodorico lo envió como legado suyo a Constantinopla para que pidiera al emperador Justino la libertad religiosa de los arrianos. Fue recibido con grandes honores en la Navidad del año 324, meses después celebró la Pascua en Santa Sofía diciendo la misa en latín, y coronó de nuevo al emperador. Pero no logró del todo el objetivo de su misión. Cuando volvió a Italia fue detenido y encarcelado porque su gestión no había sido del agrado de Teodorico, el cual lo encerró en Ravena, donde murió el año 526, por su constancia en defender la fe católica.
Oración: Oh Dios, remunerador de las almas fieles, que has consagrado este día con el martirio del papa san Juan, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos imitar la constancia en la fe de aquel cuyos méritos veneramos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa    

Pensamiento del día

“Así como las olas brotan del mar y regresan al mar,
así nosotros venimos de Dios y regresamos a Dios.”
  
Tema del día:
Nueva festividad mariana
"La memoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia" debe ser de ahora en adelante "inscripta en el calendario romano y el lunes de Pentecostés celebrado anualmente". Así acaba de declarar por decreto del Vaticano, la Iglesia universal.

Esta decisión de Roma es importante. Es la primera vez que la Iglesia establece oficialmente una fiesta de la Virgen María como Madre de la Iglesia, ya que el Papa Pablo VI, en el Concilio Vaticano II, hizo agregar a la constitución dogmática Lumen Gentium, un párrafo que declara a "la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia". Desde entonces existía para celebrar a María Madre de la Iglesia, solo la posibilidad de las misas votivas, es decir, "dichas con una intención particular".

Al firmar este decreto, el Papa Francisco pone de relieve en gran medida la maternidad de María para toda la Iglesia, ya sea la Iglesia ministerial (religiosos consagrados y ordenados) o todos los laicos del pueblo de Dios.

Sabemos hasta qué punto el Santo Padre quiere darle toda su importancia al papel materno de María en la Iglesia, pero también al papel materno de la Iglesia misma frente al mundo, siguiendo el ejemplo de la Virgen. María. El establecimiento de esta hermosa festividad de María Madre de la Iglesia es, por lo tanto, un nuevo avance en la comprensión de la naturaleza de la Iglesia, como también en la comprensión del papel de la mujer en la Iglesia. Nuestra piedad mariana se ve fortalecida para permitirnos, como dijo San Luis Grignion de Montfort, ir a Jesús por María  

Se trata de una «Memoria obligatoria». En Liturgia se llama «Memoria» el grado de celebración litúrgica que sigue a la Solemnidad y a la Festividad. No solo la misa, sino el oficio deben ser celebrado en honor del santo. Entonces se habla de «Memoria obligatoria», por oposición a «Memoria facultativa», indicando la celebración de un santo del que se puede hacer memoria en el oficio, y en cuyo honor se puede celebrar la misa.
© Zenit

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Como dice el dicho, si la vida te trae limones, prepara limonada. 
Es sencillo y verdadero.  Sin importar cuáles son las circunstancias de nuestra vida, podemos maximizar los sucesos positivos.  Y, lo que es más importante, podemos aprender de los negativos.  Al reflexionar acerca del pasado, frecuentemente descubrimos con sorpresa que el limón hizo posible la delicia de la experiencia presente.
Todos los hechos de nuestra vida son hilos que tejen un patrón que se desarrolla con un propósito.  Cada experiencia es igual a todas las demás.  No debemos aferrarnos ni echarnos atrás ante ninguna.  La suma de todas ellas es lo que nos hace ser lo que somos.  Cada uno de nosotros es, por sí mismo, un mosaico.  Y a pesar de ello, nuestros patrones y nuestras rutas se cruzan con un propósito. 
La esperanza de que cierta experiencia sea un elemento necesario para nuestro proyecto propicia la gratitud, incluso en el momento en que debemos beber el trago amargo.
Hoy me enfrentaré a algunos limones. ¿Podré prepara limonada? 

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Raúl P., de Córdoba, Argentina, que el próximo lunes será sometido a una operación abdominal programada. Rogamos a la Santísima Virgen que lo acompañe y que por la gracia de Dios esta cirugía sea reparadora para que su salud vuelva a la normalidad.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Cinco minutos del Espíritu Santo
Mayo 18
El Espíritu Santo es un manantial generoso, una fuente desbordante que siempre da. Y por eso, siempre nos invita a dar con generosidad. A veces no nos damos cuenta de la verdad de aquello que decía San Francisco de Asís: "Es dando como se recibe".
Si damos con generosidad, en lugar de despojarnos nos enriquecemos, en lugar de vaciarnos, nos vamos llenando de una riqueza superior, que no se ve con los ojos del cuerpo. Lo dice con claridad la Palabra de Dios: "Hay más felicidad en dar que en recibir" (Hechos 20,35). Creamos en esa enseñanza de la Biblia.
Eso sucede cuando aprendemos a dar con un corazón generoso y sincero, verdaderamente desprendidos de lo que damos. El corazón se llena de fuerza cuando uno da "no de mala gana ni forzado, porque Dios ama al que da con alegría" (2 Corintios 9,7).
Es muy bello convertirse en un instrumento del Espíritu Santo, para que a través de nosotros él pueda dar, y dar, y dar. Dar sin esperar recompensa, dar sin exigir agradecimientos ni reconocimientos, dar por el solo gusto de dar. Dar sin medida, y sin tristeza.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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